Raine interrumpió el beso. Se detuvo, ya que necesitaba recuperar el aliento. El beso de Torak esta vez fue tan intenso que ni siquiera ella podía asegurar cuánto había durado. Todo lo que sabía era que Jenedieth ya no estaba ahí. Estaba un poco confundida por el tiempo que había pasado besando al chico frente a ella.
Torak sonrió muy suavemente. Acarició con su pulgar los labios hinchados de Raine, le gustaba el sabor de ella y lo suaves que eran sus labios contra los suyos. Torak quería saborearla más, nunca sería suficiente para él.
Estas últimas semanas, desde que Raine fue encontrada en el hospital, sabía que ella necesitaba mucho más tiempo para recuperarse. La extrañaba. Extrañaba la forma en que sonreía tímidamente, o su suave voz que acariciaba sus oídos y lo adorable que podía ser cuando la molestaba.
La amaba con todo lo que tenía.
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