—Estamos casi allí —dijo Tordoff. Se acercaba a Lila. Ella estaba sola, caminando y tocando todas las hojas que podía alcanzar.
—Hmm —tarareó Lila, respondiéndole a Tordoff—. También puedo sentirlo. Hay una gran ciudad con una enorme puerta rodeando todo el lugar. Podía sentirlo bajo sus pies descalzos.
A veces Tordoff olvidaba que Lila no era solo una chica normal, que tenía esta habilidad única. —Cierto. Esta es la segunda ciudad más grande del reino. Aunque el castillo no es tan grande como el otro, sigue siendo un lugar decente para que un Rey resida.
Lila echó un vistazo hacia donde estaba Jedrek.
—De hecho, es un lugar decente —dijo Lila, de acuerdo con Tordoff—. Salieron del denso bosque que había sido un refugio seguro para ellos durante bastante tiempo.
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