Raine miró tímidamente a su alrededor, inclinó la cabeza de un lado a otro y cuando no encontró lo que buscaba, empezó a caminar, deambulando por la habitación.
Torak la siguió a unos pasos de distancia con expresión divertida. Sin embargo, después de un tiempo, como Raine parecía que no podía encontrar lo que quería, se acercó a ella y puso su mano en el lado de su mejilla.
Raine se sobresaltó, aún no acostumbrada a su tacto. Pero el impulso de tocar a su compañera era irresistible para Torak. La chispa era adictiva y eso era lo primero que su compañera debía aprender. Porque él quería que ella se acostumbrara a él y a su presencia.
Ignorando su pequeño intento de sacudir su mano de su mejilla, Torak le preguntó con delicadeza en su lugar. —¿Qué buscas, mi amor? Dibujó un círculo en su mejilla con su pulgar.
Raine trató de decírselo haciendo algunos gestos con las manos. De algún modo, olvidó su miedo y miró a Torak a los ojos, ansiosa por decirle lo que necesitaba.
Soutenez vos auteurs et traducteurs préférés dans webnovel.com