Llegar a la fortaleza de Sen

Los días pasaron rápidamente, y la noticia sobre el peculiar despertar de Gwyn se extendió por todo Anor Londo.

Como primogénito del Señor de la Luz Solar, Gwyn era toda una celebridad, y rápidamente se esparcieron rumores sobre su despertar.

Pocos días después, el mismo Señor de la Luz Solar lo nombro Heredero del Rayo, avivando aún más sus rumores y causando especulación entre los ciudadanos.

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-Anor Londo, Castillo Real-

Había pasado una semana desde el despertar de Gwyn, y gran parte del tiempo lo dedico familiarizarse con sus espíritus.

Extrañamente, al despertar los espíritus, Gwyn supo instintivamente sus nombres y habilidades.

Su primer espíritu se llamaba Avatar of Thunder, y era un poderoso espíritu tipo bestia.

Al utilizar el espíritu, el cuerpo de Gwyn era bañado en rayos que mejoraban todos sus atributos físicos. También le proporcionaba invulnerabilidad sobre los rayos más débiles al suyo, y una gran resistencia contra los más poderosos.

Su segundo espíritu se llamaba Dragonslayer Swordspear, un poderoso espíritu herramienta.

(Nota: Los dos espíritus tienen más habilidades que ira descubriendo poco a poco)

Aparte de familiarizarse con los espíritus, Gwyn pasó parte de los días cultivando su energía espiritual.

Si bien cultivar no le trajo ningún benéfico porque ya era un Spirit Schoolar de nivel máximo, le sirvió para familiarizarse con la energía espiritual.

¡KNOCK! ¡KNOCK!

Mientras Gwyn meditaba sobre su cama, dos fuertes golpes en la puerta de su habitación lo despertaron.

*Inhalar* *Exhalar*

Dejando escapar una profunda respiración, Gwyn abrió los ojos, revelando dos profundas pupilas doradas en las que destello un pequeño brillo amenazante. -"Pasa"

Rápidamente, la puerta se abrió mostrando un caballero con armadura dorada.

"Siento la interrupción mi príncipe". -Se disculpó inclinándose profundamente. -"Artorias me ha pedido que te diga que está esperándote en el comedor"

"..."

"Está bien, puedes irte". -Dijo Gwyn despidiendo al caballero con un movimiento de mano y quedándose de piernas cruzadas sobre la cama.

'Así que por fin obtendré mi primer anillo'. - Pensó Gwyn mientras una pequeña sonrisa se formaba en las comisuras de sus labios.

Bajando de la cama con un salto, y sin molestarse en ponerse ningún tipo de calzado, Gwyn rápidamente fue hacia el comedor para reunirse con Artorias.

...

En el comedor, Artorias discutía con una mujer mientras esperaba a Gwyn.

La mujer vestía una armadura ligera de acero templado, y la cual cubría con unas túnicas azules. Una extraña máscara de porcelana descansaba sobre su rostro impidiendo ver sus expresiones.

Acercándose a ellos, Gwyn los saludo con un pequeño asentimiento. -"Artorias, Ciaran"

"¿Estás preparado?". -Pregunto Artorias sin girarse.

"Si". - Respondió Gwyn, mientras observaba a Ciaran despedirse de Artorias y marcharse sin tan siquiera mirarlo.

"Bien, entonces vamos". -Artorias y Gwyn salieron del castillo y caminaron hasta un gran patio donde un enorme lobo de aspecto feroz los esperaba sentado.

El lobo era fácilmente tres veces más grande que un caballo común, midiendo aproximadamente tres metros y medio de altura y cerca de siete metros de longitud. Tenía el pelaje grisáceo y dos enormes ojos amarillos.

"Sif". -Llamó Gwyn acercándose al lobo, y acariciando su enorme nariz.

Sif era una bestia espiritual de 90.000 años, y había sido el compañero de Artorias desde que se conocieron de pequeños, forjando una amistad inseparable.

Normalmente, Sif no se dejaba tocar por nadie, pero siendo tan inteligente como un humano y habiendo visto crecer a Gwyn, lo consideraba como a uno de su manada.

Acercándose a Sif, Artorias acaricio su pelaje con cariño. -"¿Estás preparado, amigo?" -Preguntó, recibiendo un asentimiento.

"Está bien". -Sujetando a Gwyn del hombro, Artorias salto sobre la espalda de Sif, sentándose con Gwyn enfrente.

Artorias golpeo sin fuerza la espalda de Sif, tras lo cual salió disparado a gran velocidad. No tardaron en dejar atrás el castillo, y poco después Anor Londo.

-Varias horas después-

"¿Entonces... Donde vamos?". -Pregunto Gwyn con curiosidad, mientras observaba las tierras llenas de cultivo a su alrededor.

"Querrás decir a donde te llevo. Iras solo, yo solo te llevo hasta allí". -Respondió Artorias.

"¿Solo?". -Sorprendido Gwyn miro a Artorias.

"Si, solo. ¿De verdad pensabas que te ayudara a obtener tu primer anillo?". -Negando con la cabeza, Artorias explico. -"Tu padre me ha pedido personalmente que te deje obtener el anillo a ti solo"

"Hmmm. Como siempre, mi padre ayudándome". -Dijo Gwyn sarcásticamente. -"De todas formas no te iba a dejar ayudarme. Quiero hacer esto yo solo"

"Así que... ¿Dónde me llevas?". -Pregunto Gwyn cambiando de tema.

"Al Valle de los Dracos". -Respondió Artorias.

"¿El Valle de los Dracos?". -Gwyn giro la cabeza hacia Artorias y lo miro inseguro. -"¿En serio?"

"Sí. ¿Por qué, que pasa?". - Pregunto Artorias.

"No nada... No esperaba ir a un sitio tan peligroso". -Dijo Gwyn recuperando la compostura, y formándosele una pequeña sonrisa en la boca.

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El Valle de los Dracos, como su nombre indica, era un enrome valle situado al noroeste de Anor Londo, entre Lodarn e Izalith. Se extendía por varios cientos de kilómetros, y servía como delimitación natural entre los Imperios.

Hace miles de años, gran parte del valle estaba sumergido en lava, causando que las temperaturas en su interior fueran extremas.

Este hecho lo convertía en el hábitat ideal para varios tipos de bestias que requerían de temperaturas extremas para cultivarse. Además, también lo hacía el lugar ideal para la puesta de huevos, ya que ninguna bestia regular soportaría tales temperaturas.

Varios miles de años después, la casi completa desaparición de la lava había causado que gran parte del valle fuese cubierto por árboles y vegetación, convirtiéndose en el hábitat de diferentes tipos de bestias espirituales.

La ocasional aparición de bestias draconicas en las partes más profundas del valle han causado que se creen varias especulaciones. De entre todas ellas, la más popular es la creencia de que antiguamente el valle era habitado por dragones verdaderos.

Está creencia era reforzada por la aparición de una poderosa bestia espiritual de la familia de los dragones hace 5 años.

La bestia de más de 100.000 años causo innumerables estragos en los Imperios Lodran e Izalith. Se necesitó la participación conjunta de 10 Titulados Douluo para asesinarla.

Después de ese incidente, Lodran e Izalith construyeron conjuntamente una enorme muralla alrededor del Valle de los Dracos.

La muralla era vigilada por maestros espirituales que impedían la salida de las bestias espirituales en su interior, y la entrada de personas desde el exterior.

La única manera de entrar y salir era pasar por la Fortaleza de Sen, un pequeño puesto de vigilancia situado en la muralla que era utilizado como mercado por los maestros espirituales.

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Después de dos días de viaje en Sif y medio día de caminata, Gwyn finalmente llegó a la Fortaleza de Sen.

"Reclutamos maestros espirituales del sistema auxiliar, mínimo rango 20. ¡Pagamos 10 monedas de plata por bestia cazada!"

"Spirit Master rango 27 del sistema de agilidad. ¡Busco grupo para cazar!"

Mucha gente gritaba, algunos buscaban reclutar gente para así mejorar su seguridad a la hora de cazar bestias espirituales, otros buscaban grupo sin querer adentrarse solos y ponerse en riesgo.

Gwyn, oculto con una capa, camino por el mercado atrayendo una gran cantidad de miradas curiosas, después de todo, aunque Gwyn era alto por el linaje de su sangre, todavía se notaba que era un niño.

Aunque no era raro ver a niños ir al valle para obtener anillos, iban acompañados por alguien mayor que los ayudaban a obtenerlos. Al fin y al cabo, era sabido que en el valle habitaban bestias espirituales de más de 1000 años, e incluso de 10.000 años en las zonas internas.

Gwyn no tardo en llegar frente a una enromé puerta acoplada a la muralla, la cual era patrullada por varias decenas de hombres vestidos con armaduras de metal plateadas.

Al ver a Gwyn, uno de los soldados a cargo de la inspección de la entrada se acercó a él.

"¿Te has perdido?". -Pregunto el soldado mirando a Gwyn.

Gwyn cubierto por una capa, miro al soldado con sus ojos dorados y saco una ficha dorada en la cual había tallado un sol.

El soldado inspeccionó bien los patrones de la ficha dorada y después miro a Gwyn.

"¿De dónde has sacado está ficha?". -Preguntó el soldado con una mirada seria, sin reconocer a Gwyn.

Aunque Gwyn era una celebridad en Anor Londo, no todas las personas en el continente lo conocían.

Mientras el soldado esperaba pacientemente una respuesta, un fuerte grito lo alarmó de inmediato.

"¡ESTÚPIDO!"

Desde el cielo, apareció un hombre con armadura de metal dorada y dos alas blancas en su espalda. Siete anillos brillaban intensamente a su alrededor, moviéndose constantemente desde la parte inferir de los pies hasta la coronilla de su cabeza. Entre ellos, dos eran amarillos, tres eran púrpura y los últimos dos negros.

El hombre se estrelló contra el suelo, provocando un pequeño temblor, y rápidamente se acercó al soldado, golpeándolo en el pecho con fuerza.

El soldado voló varios metros antes de estrellarse contra el suelo, donde se quedó inmóvil.

Dándose la vuelta, el hombre de armadura dorada se agachó sobre una rodilla y se disculpó con Gwyn. -"Lo siento mi príncipe, algunos de estos hombres son de Izalith y no saben reconocer..."

"Está bien". -Lo interrumpió Gwyn despreocupadamente, mientras miraba al pobre soldado tirado en el suelo.

"¿Sabes por qué estoy aquí verdad?". -Pregunto Gwyn enseñando la ficha en sus manos.

"Por supuesto. Déjeme acompañarlo mi príncipe". -Dijo el hombre mientras se llevaba una de sus manos al pecho.

"No, iré solo". -Contesto Gwyn cruzando por el lado derecho del hombre.

Rápidamente el hombre se dio la vuelta y siguió a Gwyn hasta la entrada del valle. - "Pero mi príncipe..."

"Solo". -Volvió a interrumpir Gwyn cruzando la enorme puerta sin que ningún soldado se atreviera a detenerle.