-CAP5-
A la mañana siguiente, después de que el sol ya se haya elevado, Kueng Peiwen está tomando desayuno en el comedor familiar de la villa familiar mientras escucha el regaño de su madre por despertarse tarde, cuando entra su abuelo de buen humor.
"HAHAHA, tan temprano en el día y el pequeño ya causo problemas"- se rio burlonamente el abuelo mientras aprovechaba de sentarse y robar unos dumpling de carne de la mesa.
"Wen'er se despertó tarde, papa, si sigue así se parecerá a ti"- madre dijo fríamente.
"Cofff, coff, Baihe ¿cómo puedes hablar así de tu viejo padre?, que descorazonada"- el abuelo Wangu fingió un dolor en el corazón,
Dirigiéndose a su nieto- "Wen'er tú me no me trataras de esa forma verdad, prométemelo"
"Si abuelo, te lo promete"- respondió Kueng Peiwen
"hum, yo sabia que mi nieto es el mejor, después de comer te llevare a dar una vuelta por mi biblioteca personal"- asintió el viejo mientras se acariciaba la barba bien cuidada.
"Sueñas viejo, hoy llevare a mi hijo de al mercado para buscar ropa para la ceremonia, pero si de verdad no puedes separarte de tu nieto, siempre nos vendría bien alguien que cargue las compras" se burlo un poco irritada Kueng Baihe.
Al escuchar lo que dijo su hija, el anciano señor Kueng se levanto de la mesa y caminando hasta la puerta dignamente le hablo a su nieto.
"Ahora que recuerdo Wen'er, tengo cosas que discutir con el viejo Tao, te llevare a mi estudio otro día"- dicho lo esperado, el anciano se desapareció tan rápido como se escapa un ratón del hurón.
Viendo al viejo desaparecer de la puerta el par de madre e hijo, suspiraron al unisonó y luego, como si de algo cotidiano se tratara, siguieron comiendo. Al terminar de comer, el par se levantó y al separarse en el pasillo donde cada uno se iría a su cuarto para prepararse para las compras la madre le hablo.
"Wen'er cuando estemos en el mercado pasearemos por las tiendas de ropa para ver si encontramos algo que te quede bien y te guste"- no había terminado de hablar cuando se dio cuenta que su hijo tenía una cara tan negra que parecía manchada por tinta, riendo internamente, ella continuo- "Y es probable que pasemos por el distrito de la familia Huo"
Sobre saltado por la noticia e incrédulo, Kueng Peiwen pregunto desconfiado
"¿De verdad mama?"-
"Es posible si estoy de ánimos y nos sobra tiempo hasta entes de la cena"- sonrió su madre al saber que ya lo tenía en su mano- "pero eso depende totalmente de si no estoy molesta con mi acompañante, por cierto, en una hora debes estar listo y aquí"- fingió un suspiro mientras se alejaba caminando.
"no te preocupes mama, a mí me gusta comprar ropa, no soy tan indeciso en cuanto a lo que me guste"- Peiwen prometió, antes de dirigirse a su cuarto para prepararse.
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Pasada una hora se podía observar a una dama junto a un niño caminar por varias tiendas, durante su largo peregrinaje Kueng Peiwen se vio en la necesidad de exceder sus limites en resistencia por la cantidad de veces que pasaban a una tienda, la recorrían entera, se probaba varios trajes solo para luego ser descartados por su madre, afortunadamente en varias tiendas la señora madre compro y pidió un despacho al hogar de los Kueng, por fortuna de Peiwen no fue tratado como su abuelo.
Durante su travesía su madre le dio momentos de descanso como cuando lo llevo a un restaurante popular a almorzar o cuando le compro unos bocadillos mientras disfrutaban de un espectáculo en la rivera del canal.
Cuando faltaba unas horas hasta que se oscureciera, su madre dio el aviso de finalizada la cruzada por la sección de vestuario.
"Wen'er ya terminamos con la compra de vestuario para tu ceremonia del despertar, ¿quieres que te lleve a la tienda que te hable? ¿Esa que hiso la espada de mama?"- le pregunto su madre.
"mama, de verdad me llevaras a ver los almacenes y herrerías Huo"- se emocionó Kueng Peiwen
"Por supuesto"- respondió- "Y como te comportaste tan bien, te comprare un algo para que no tengas que usar las armas de entrenamiento la lleves a la academia una vez que pases por la ceremonia"
Lleno de entusiasmo siguió a su madre alejándose de la rivera por el distrito comercial hasta el área de herramientas y armerías, las calles estaban muy concurridas, las personas que se movían por las calles del área de armas llevaban carretas con minerales en bruto o grandes cantidades de armas de hierro y bronce.
Algunas tiendas tenían chimeneas humeantes con fuerte olor a carbón y brasas, con la recepción y el mostrador con olas de altas temperaturas que provenían de la parte restringidas de las tiendas donde estaban los herreros creando las armas, otras tiendas solo actuaban como vendedores de sus respectivos creadores.
En cuanto a porque se le decía al área de armamentos era el distrito del clan Huo era porque ese era el mejor clan en el área de la herrería y su jefe de clan era un herrero santo por eso habían comprado varias de las tiendas de armas.
Al llegar a la tienda con un letrero con la palabra Huo, Kueng Baihe dejo a su hijo deambular por la tienda mientras ella se dirigió a hacer un pedido a un asistente con la placa del clan Kueng, mientras tanto Peiwen todavía estaba admirando las armas expuestas en estantes.
Durante una hora Kueng Peiwen estuvo con su madre mirando las armas y preguntando a su madre o algún asistente curiosidades que diferenciaban unas de otras y características que aumentaban el desempeño del arma. No fue hasta que un personal de la tienda se acercara a la madre Kueng y le entregara una caja alargada, que finalmente se detuvieron.
"Wen'er ven, ya nos tenemos que ir o tu abuelo se va a poner malhumorado y hará un berrinche"- dijo Kueng Baihe
"ya voy"- respondió Peiwen antes de unirse a ella en la puerta de la tienda.
Paso el tiempo y no pudiendo soportar la tentación, el joven maestro Kueng, curioso y expectante, le pregunta a su madre al llegar a su hogar
"Madre, madre, ¿Qué hay en la caja?"
"Ya lo veras"- hablo misteriosa solo para aumentar la emoción de su hijo.
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