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Cuando William Cole y Poppy Torres abandonaron el hospital, Kim Chanyeol aún se inclinaba en reverencia.
De camino a casa, Poppy Torres se sentía completamente abatida.
—Cuñado, lo siento. Nunca imaginé que el día terminaría así —dijo ella.
—Loretta Bray solía ser una buena persona. No sé por lo que ha pasado en estos años, ha cambiado tanto —reflexionó William Cole.
—Poppy, la gente cambia —negó con la cabeza—. No siempre puedes juzgar a las personas con una perspectiva antigua. El incidente de hoy debería servirte de lección. No confíes demasiado rápido en los demás.
—Cuñado, lo entiendo —respondió Poppy Torres en voz baja, con la actitud de una niña que ha hecho algo malo.
—Te dejaré en casa.
William arrancó el coche. Justo después de dejar a Poppy Torres en su casa y mientras regresaba a la mansión, a mitad de camino, llegó a una carretera menos concurrida.
—Bip bip bip... —de repente sonó su teléfono móvil, coincidiendo con un semáforo en rojo.
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