- ¿Qué pasa?. - inquirió el Presidente Orson al observar el cuerpo rígido y la cara sombría de Remi.
Enseguida Remi se recompuso, aguantandose las ganas de replicar la orden de su magnate. Sabía muy bien que estaría cometiendo un gran error para negarse ante dicha orden.
- Nada. Ahora mismo lo contacto. - respondió Remi con neutralidad.
El Presidente Orson se limitó a decir algo más.
- Con permiso. - agregó Remi y se retiró del estudio.
El magnate observó la actitud de su asistente. Él sabía lo que pasó entre Zero Y Remi pero para él no era nada de su incumbencia ya que todo se quedó en el pasado.
Específicamente no necesitaba de Zero pero que estuviera con ellos ayudaría en parte para capturar con astucia y precisión a Jeff.
Creía que Zero sería capaz de someter a Jeff en un parpadeo.
<<Ya verás Jeff. Te crees engreído pero dentro de poco te haré pagar por tu desobediencia. Quiero ver tu cara cuando te topes con Zero.>>
Por otro lado...
En la sala de estar, Remi tenía en su manos su móvil especial que utilizaba para contactar a los de su especie; busco el número de Zero.
La última información actualizada sobre Zero era que él se encontraba en el País Krone. Llegar al País Seylin no sería mayor problema para Zero.
Enseguida Remi realizó la llamada.
En el País Krone; en una suite, a la vista del mar con una brisa fresca del aire, se encontraba Zero. Sus merecidas vacaciones apenas empezaban para él, luego de trabajar día y noche en diversas ciudades, realizando trabajos confidenciales y peligrosos.
Zero estaba tumbando bajo la luz cálida del sol.
*Bip Bip Bip*
Su móvil empezó a sonar.
¿Quién se atrevía a molestar en su día pacífico?
Exasperado porque su relajación fue interrumpida. Se dirigió hasta adentro de la Suite y tomó su móvil.
Checó la lada del número así como el nombre del contacto que era: "H22"
Sonrió de la mala gana y contestó.
- Qué milagro ¿Eeh? Me has interrumpido. Debe ser algo muy importante para molestarme. - mencionó Zero con asperidad.
Al otro lado de la línea, Remi suspiro internamente, haciendo una mueca y aguantando las ganas de contestar de la misma manera.
Remi: - Me disculpo. Regresa al País Seylin dentro de dos horas. Es urgente. - anunció en breve y con la voz neutral.
Para él, dar explicaciones no estaba dentro de su rango y menos cuando se trataba de Zero.
Al oír las palabras de Remi, Zero frunció su ceño.
¿Un asistente se atrevía a ordenarle así de fácil y simple?
Por supuesto que no accederia rápidamente; aparte quería molestar un poco a Remi. Ya que había pasado un largo tiempo que no lo escuchaba.
- Vaya, suenas muy autoritario. ¿Por qué viajar desde tan lejos solo porque tú me lo pides? ¿Es muy urgente?. - inquirió Zero con tono de molestia.
El asistente Remi sin afectarle el tono de voz de Zero, respondió seriamente: - Me disculpo de nuevo. El Presidente Orson quiere tu colaboración. Cuando estés acá se te hará saber los detalles.
Remi mantuvo empuñando con fuerzas su móvil. No entendía por qué Zero se comportaba como un rebelde. Él debía saber que cada vez que recibiera una llama de esta línea en especial, era porque era urgente y que el gran magnate lo necesitaba.
Sin embargo, Zero se estaba comportando como un total desentendido.
Un silencio amargo y denso se produjo entre ambos. Aunque no estuvieran cara a cara, percibían la tensión de siempre.
Un odio intenso que los marcaría entre los dos.
- Suspiro... Si no te interesa lo que digo o sino me crees, entonces te pasaré al presidente para que él mismo te h---
- ¡Detente! Ya lo entendí. - interrumpió Zero.
<<¡Maldito asistente!>>
- Pff... Sigues siendo el mismo idiota y recatado asistente, solo espero que no me quiten mi tiempo. - agregó Zero con total molestia.
Conocía perfectamente al Presidente Orson y sabía que no le gustaban este tipo de juegos.
- Serás recompensado. Y...código X87 anda deambulando por acá.
Tan pronto lo mencionó Remi, los labios de Zero se curvaron en una sonrisa maliciosa.
- Ja, en una hora estoy por allá. - respondió él y colgó la llamada.
Los ojos grises y profundos de él brillaron de maldad por saber que código X87 se encontraba en el Planeta Tierra.
La adrenalina que corrió por su cuerpo era intensa.
No olvidaría que vio a código X87 como su hermano pequeño pero tampoco dejaría de lado que él era la causa más grande de preocupación para código X81, es decir su hermana Denisse.
Si tan solo código X87 estuviera al lado de código X81, ese día que ella murió, quizás todo sería diferente.
Para Zero, Denisse fue su mejor antídoto y calmante que le servía cada vez que se salía de sus cabales.
Denisse fue su fuerte poción cuando él se convertía en una máquina de matar; quién exterminaba todo a su paso sin la menor consideración.
Desde entonces, Zero le guarda un gran resentimiento a código X87. Quería ver su cara y de una vez por todas rescatarlo a su manera y en honor a Denisse.
<<Maldito mocoso. Yo mismo me asegúrare de quitarte lo engreído. Código X87, te haré pedazos.>>
***
Al mismo tiempo en el hogar de Caleb, él estacionó su automóvil donde siempre. Había regresado sin ninguna pista de su hermana.
Su desesperación combinando con molestia eran crítico. Su aura era gélida y oscura.
Medito por varias veces y entonces decidió pedir apoyo de la policía.
Salió de su automóvil y cuando vislumbró las luces encendidas en su hogar, avanzó a prisas; giró la perilla y se adentró hasta la sala de estar.
La televisión estaba encendido y en las noticias.
En la sala de estar no había nadie, así que camino al comedor y luego por la cocina.
¿Era Etna o Rubí?, se preguntó él.
Sin dudarlo más, pasó por el umbral de la cocina y ahí estaba su pequeña hermana, a quien buscó como loco y desesperado.
Sin embargo, se percató que se encontraba cabizbaja, mirando algo en particular, y su corazón se exaltó.
Previamente Etna se levantó para comer algo ya que su hermano y Rubí aún no llegaban. Al llegar a la cocina se percató de las bolsas de compras.
Entonces decidió guardar la mercancía pero para su sorpresa fue ver insumos que su hermano Caleb no compraba por lo regular. Decidió ignorar aquello y guardó todo en su respectivo orden.
Pero cuando se disponía a recoger las bolsas, atisbo una nota arrugada en la repisa.
Lo tomó y leyó; tuvo que leer repetidas veces para darse cuenta que no veía mal y creer que se trataba de un mal sueño. Sin embargo, no era así. En efecto, Rubí se había ido de su hogar. Ella recuperó su memoria y se marchó.
Rubí, la única quien tenía en estos días de soledad, que se imagino que sería su cuñada y se casaría con su hermano; que formarían una linda familia, lo que siempre soñó pero...ese sueño y anhelado se esfumó en un parpadeo.
Caleb dio un paso a ella, veía muy bien como su hermana temblaba.
Sin duda, llorando con mucho sufrimiento.
- E-Etna. - habló el, quería saber dónde rayos estuvo todo este tiempo pero saber que ahora que ella descubrió que Rubí se fue, era un duro golpe para su querida hemana. Tenía en mente que ella se encariño con Rubí.
Los segundos pasaron y Caleb se percató que Etna no respondía. Se acerco a ella y la tomó del hombro.
Ella enseguida se ladeo con los ojos llorosos; sus lágrimas que corrían como manantial.
Él sintió una fuerte opresión en su pecho por ver a su hermana en un estado lamentable. Se sintió culpable y molesto consigo mismo.
- Her-Hermano...ella se fue. Y no se despidió de mí. ¿Por qué...? ¿P-Por qué se fue sin decir un adiós?