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A regañadientes

"Tu novia, Tu novia, Tu novia..."

Lentamente y haciendo eco la palabra "novia", se incrustó en el cerebro de Jeff. Era como un disco rayado en su cabeza que poco a poco empezaba a distorsiornarse. Su sonrisa maliciosa se borró de su cara y puso una expresión en blanco por escuchar tal especulación.

'¿Novia? ¿Pero qué rayos sucedió de repente?'

Él recobró los sentidos y sus ojos se entrecerraron.

Jeff torció su cuello a dirección donde el hombre de negro veía sin parpadear. Otro hombre de negro de la misma apariencia que tenía en frente. Ese hombre sostenía a Etna y cargandola de un solo brazo. Ella se encontraba inconsciente. Jeff se quedó mirando fijamente a la chica.

Entonces ya tenía en claro que el Escuadrón UECRA no eran estos hombres ya que el escuadrón nunca tomaría a un humano como rehén para conseguir su objetivo. Jeff se preguntó exactamente quiénes eran estos hombres de negros. No es que no supiera de su existencia pero, ¿quién estaba al mando de ellos?

¿Con qué motivo lo buscaban? ¿Y por qué tanta prisa en buscarlo?

- Dime, ¿no te interesa tu novia? - inquirió nuevamente el hombre.

Jeff crispo sus labios al ver a la chica totalmente inconsciente.

<<¿Novia esta niña? ¡¿Qué carajos?!>>

- Ja, no es mi novia. - espetó Jeff, curvando sus labios en una mueca de desdén.

Claro que no era su novia. A decir verdad, a Jeff no le interesaba para nada las relaciones amorosas. En el pasado quizás solo por diversión pero nunca ponía empeño para enamorarse; el amor para él no tenía significado. Era algo que podía tomar a su antojo y destruir en cualquier instante.

Entonces, ¿cómo ellos suponían que esta chica era su novia? ¿Acaso ella sería la carnada para atraerlo?

¡Estarían locos si pensaban en tal idea!

Él no accedería por nada del mundo. Él volvió a mirar al hombre que tenía en frente y le mostró que no se dejaría vencer.

El hombre de negro notó la arrogancia de Jeff.

¿Hicieron mal en tomar a la chica? ¿En verdad no era su novia? ¿La humana no era su talón de Aquiles?

De inmediato el hombre que se encontraba cargando a Etna, habló: - Si no lo es, no hace falta.

Sus palabras frías y afiladas llegaron al oído de Jeff. Era como un depredador a punto de fusilar a su presa.

Entonces... Jeff abrió sus ojos cuando el hombre puso su mano en la cabeza de ella, tomando un mechón de su pelo marrón y de manera súbita, levantó la cabeza de Etna como si se tratará de cualquier objeto insignificante.

Jeff no comprendió pero involuntariamente empuño ambas manos. Dentro de él una chispa de furia creció en su interior.

¿Qué le estaba pasando?

Etna es una humana. Él aborrecé a los seres humanos. Generalmente, odia a todas las razas existentes.

Sin embargo, él mismo se confundió.

¿Por qué le estaba causando molestia que este hombre tomará la cabeza de Etna sin delicadeza?

El hombre de negro agarró con más ímpetu la cabeza de Etna. Sólo esperaban ver la reacción del chico problemático. Querían comprobar por última vez si la chica humana no era nada de él.

Pero, Jeff se mantenía sin emoción alguna. Teniendo la misma arrogancia de siempre.

Sin embargo, dentro de él esa furia era descomunal. Guardando su enojo sin demostrarlo. Su inteligencia extraordinaria le decía que lo estaban probando. No tenía que preocuparse por la chica. Al fin no eran nada, nada...

Al no atisbar ninguna reacción de Jeff, el hombre de negro agarró con mucho más ímpetu la cabeza de Etna, provocando que ella lentamente se despertará...

- Umm... Je-Jeff...Jeff... - murmuró ella sin abrir sus ojos.

Jeff solo se mantuvo firme, percibiendo que él mismo estaba a punto de flaquear.

Solo pudo empuñar con más fuerzas sus manos al escuchar que ella de nuevo lo llamaba con su voz lastimosa.

- Jeff...Jeff...

- ¡Maldición! ¡Déjala ir! Ella no tiene nada que ver conmigo. - entonces dijo Jeff, rechinando sus dientes. No soportó más que el hombre de negro lastimará a la chica.

Pero aquel hombre no obedecería fácilmente. Al fin obtuvo lo que esperaba.

- Anda, entra al auto y la dejó ir. - ordenó el hombre de negro con superioridad.

Jeff solo maldijo de nuevo. Solo atisbo que el hombre de negro ya había soltado la cabeza de Etna, haciendo que ella volviera a quedar inconsciente. Para Jeff era absurdo lo que le pedían. ¿Cómo estos insolentes se atrevían a ordenarle?

Sonrió lleno de sarcasmo. Entonces lo haría; entraría al auto blindado y esperaría el momento adecuado para huir, una vez dejaran ir a la humana. Estos tipos le pagarían por tal humillación. Para él era caer bajo al obedecer.

Si Etna no estuviera presente, él ya se hubiera largado del lugar en un santiamén.

Jeff haciendo una mueca, camino al auto blindado y a regañadientes entró.

Claramente molesto, él dijo: - Aquí estoy. Ahora déjala.

Él quería evitar que la chica fuera un inconveniente más en su camino. Desde ahora, se limitaría llegar a la hora de salida del colegio.

Pero aquel hombre, supo que dio en el blanco. No importaba si la humana no era su novia o amiga; era después de todo un talón de Aquiles muy eficaz. Así que decidió que la utilizaría un poco más, por ahora.

- Lamento decirte que tú no me das órdenes. - mencionó el hombre con malicia. Y sin más demora él subió junto a la chica dentro del automóvil mientras que el otro hombre subía al copiloto.

Jeff: - ¡¿Qué diablos?!. - refuño al escuchar al hombre. Antes que Jeff se atreviera a decir algo más, el auto blindado arrancó.

- No hagas nada innecesario y comportarte. - advirtió el hombre del copiloto.

Jeff no hizo más que tensar su mandíbula y con unas inmensas ganas de golpear al tipo. Por supuesto, no tenía la posibilidad de hacer un movimiento ya que la humana estaba junto a él.

- Borra esa expresión y anda, cuida a "tu novia". - habló el hombre, enfatizando sus últimas palabras con la intención de molestar al chico problemático.

Enseguida le dio un empujoncito a Etna y cayó justo en el hombro de Jeff.

Él sólo fulminó al hombre, maldiciendo hasta más poder. No tuvo más opción que contener su furia descomunal.

Ese hombre se las pagaría.

Era inaudito que lo vincularán con la chica humana. Ella no era nadie pero...aquí estaba; una carnada para retenerlo, sin permitirle que huyera.

No podía precipitarse. Buscaría el momento exacto para atacar y sacar la chica junto a él.

Aguantando las ganas de explotar, miro por la ventanilla sin importarle en los más mínimo para hacer un lado la cabeza de Etna.

Su mente estaba pensando en un plan. Su misión era saber quién exactamente lo buscaba y con qué fines.

Él se dijo quién fuera el causante de su humillación, ya se tratará del Presidente Orson o de aquella mujer misteriosa, no se contendría para nada.

¡Restregaría su cara en el suelo!