Este hombre la mataría por su acometido.
El corazón de Mey latía incontrolablemente. No había duda al respecto.
Este ser había dejado al descubierto una vez más su piel desnuda.
Ella seguía con su mirada aturdida hacia él. Pestañeo varias veces.
Ella pensó que era una ilusión pero para su desgracia no fue así.
Esa figura estaba inmóvil, sin culpa alguna por su imprudencia.
De golpe Mey reaccionó ante la bochornosa escena.
-¡Agh!, ¿Q-Qué ha-aces? - exclamó apresudaramente; llevando ambos manos hacia su rostro ardiendo de vergüenza.
Pero no sólo era su lindo rostro que se quemaba sino que ese calor la cubrió cada parte de su delgado cuerpo.
Su respiración se agitó, a causa del calor que emanaba.
<<No... ¿Qué piensa esté tipo?, ¿por qué hizo eso?...>>
Mey estaba sufriendo internamente.
Todo lo que evito desde un principio, no ver de nuevo desnudo a ese hombre.
Fue hecho en vano.
Apenas había logrado no recordar aquella escena donde se mostró su desnudo trasero, ahora fue mucho peor porque vio su parte íntima, y del cual sería más difícil de olvidar.
Se sentía demasiado nerviosa, sus piernas le tiriteaban. Ese inmenso calor no desaparecía. Tanto que sintió que la haría perder la cordura.
Se encogió levemente para tratar de controlar su cuerpo y su corazón que tamboreaba sin control.
Pero su mente la traicionó en segundos.
La imagen de él exhibiendo sus abributos, relampageo en el rincón más oscuro de su cabeza.
Todo de él: esa piel pálida, brillante ante la luminosidad; cada parte de su cuerpo detallado. Su pecho sin signo de vellosidad. Su abdomen levemente marcado, sus largas piernas. Y sobre todo allí abajo...esa parte en peculiar que la había dejado sin aliento. Sin duda "ese atributo" que ella no sabía como describir.
Un atributo Si todo ese detallado cuerpo. Era inútil intentar de borrar tal magnitud.
<< ¡¡Ah!! Dios mio ¿qué tipo de castigo es éste?, no puedo creer que este pensando en "eso"... Que perverso de mí parte. >>
Ella no era consciente de sí misma. Su mente estaba jugando con ella.
Mientras tanto él estaba en su misma posición, sin moverse; observando a Mey quién se mantenía encorvada y al mismo tiempo temblaba de forma extraña.
Sin prestar más atención, abrió sus grandes labios para soltar: - Tengo que mostrarte mi...
- ¡Alto! - gritó Mey sin darle la oportunidad a él para continuar hablando.
El ardor de su cuerpo, aún no se evaporaba. Debía decirle que volviera a cubrir su imponente figura.
- Vuelve a ponerte la manta. ¡ah! en serio me vas a volver loca. Solo hazlo de una vez ¡YA! - refuño.
Este ser enigmático la iba a enloquecer en cualquier momento.
En serio a Mey le irritaba sentir esa sensación de estremecimiento por todo su piel.
Inmediatamente él escucho la voz agitada y áspera de ella.
Perfectamente su cerebro de él captó dichas palabras. Obedeció a su petición. Inclino su cuerpo y tomó la manta que yacia sobre el piso de mármol y se lo colocó al nivel de su cadera.
Dejando al descubierto su torso esculpido.
Por otro lado Mey intentaba poner en blanco su mente, borrando todos esos malos pensamientos.
A Mey solo le quedó la idea que él era un pervertido total. ¿ Cómo era posible que este hombre no siente pena alguna a postrarse desnudo ante una dama?
Mey simplemente no podía encontrar lógica ante la inmoralidad de este hombre.
Ella ya tenía una idea equivocada sobre él mientras por otro lado, él intentaba a darle a conocer su imaginable identidad.
- Humana.. - musito él en voz baja.
Al no tener respuesta de la temblorosa Mey. Movió sus largas piernas que se cubrían con la manta mientras que su brazo derecho se aferraba a un lado para sujetarlo. No emitió ningún sonido al caminar.
Mey apenas había controlado su ritmo cardíaco así como la temblorina de sus piernas.
Lo único que rogaba profundamente que ese hombre estuviera cubierto.
Sería complicado prescindir lo de hace unos minutos.
Resoplo y débilmente deslizó sus manos hacia bajo. Pero al primer parpadeo de sus irritados ojos, ella atisbo unos pies grandes sobre el piso.
A sólo centímetros de su cuerpo.
Tampoco había escucho cuando él murmuró la palabra "humana".
Mey: - ¡¡Agh!! ¡Tú!...me darás un ataque al corazón...T_T
Ella grito exasperadamente.
En serio que este hombre le daba inesperadas sorpresas a su pobre corazón devastado.
<< Oh, ¿cuánto tiempo lleva aquí parado? No, mejor dicho ¿en que momento camino sin hacer sonido?... >>
Sin embargo, él solo seguía inmóvil ante el gruñido de Mey. Observando y queriendo descifrar porque ella reaccionaba de esa manera extraña para él...
Mey suspiro para calmar su agitada respiración y sin levantar su cabeza le dijo:- Oye, sólo regresa a sentarte.. - le ordenó débilmente.
Ya podía sentir su cuerpo tensarse a causa de toda esta situación extraña.
Una y otra vez se preguntaba que tipo de maldición le fue enviado a su miserable vida.
A tal petición él como todo un soldado obedeció a su General. Nada menos que Mey. Se dio la media vuelta y sin volver hacer sonido alguno llegó al sofá de apariencia suave y esponjoso; sentándose delicadamente.
Al pasar de unos segundos, Mey erguio su cuerpo. Dirigiendo la mirada hacia él. Ya no sabía si reír o llorar.
Se percató que este hombre tenía el torso descubierto, mostrando sus musculosos brazos y pecho.
Sólo negó con la cabeza.
Ella pensó que este tipo era un acérrimo por su físico.
- ¿Por qué te quitaste la manta?. Sabes que eso no está bien. ¿Qué pasa por tu mente?...- inquirió tensa e irritada.
Tenía la duda porque el había mencionado que mostraría la diferencia entre el y ella.
No había lógica en sus palabras.
Era claro a simple vista que Mey sabía que eran diferentes. Un hombre y una mujer.
Soltó un gran suspiro sin mirar tanto al hombre.
Aún sentía un leve calor sobre su piel.
Y verlo medio desnudo era peor concentrarse para seguir indagando.
- lo único que puedo decirte que debe ser superficial ese golpe en tu cabeza. No esta para nada bien exhibirse de esa forma. - murmuró sin prestarle atención a él.
Como era de esperarse él no comprendió algunas palabras que mencionaba Mey.
Él tampoco era consciente de que estaba desnudo. Su nivel de capacidad aún no procesaba al 100% su aspecto físico. Se suponía que apenas iba aprender todo sobre su nueva apariencia.
Él analizó el rostro de ella, la que tenía su mirada hacia otra dirección.
No podía saber que tipo de expresión facial gestuaba. <<No puedo perder más tiempo >>
Sin esperar más, abrió su boca para responder a su primera pregunta de ella.
- Hacerte saber quien soy y eludir que me lleves a ese lugar. - argumento, dejando salir un leve suspiro.
Mey escucho atentamente las palabras de él. Era difícil para ella entender a ese hombre. Seguía con la mirada hacia otro lado menos sobre él.
Este hombre parecía un niño inocente. Sereno y tranquilo por fuera. Mientras que por dentro trataba de llevar a cabo un plan de emergencia.
<<¿Cómo eso ayudará a saber quién eres? Ah esto me va sacar dequicio. Y ¿a qué lugar no quiere que lo lleve?>>, se cuestionó sin saber a que responder ahora ante su incrédula respuesta.
Toda la situación se complicaba más de lo inesperado.
Sé quedó en silencio mientras trataba de pensar que decir o que más preguntar.
De reojo lo espiaba rápidamente pero él seguía sin hacer nada más que respirar.
No podía enfrentar esa figura masculina; su único obstáculo era tener que verlo con su torso desnudo. Cualquiera que contemplará a este "ser" misterio los dejaría con la boca abierta, por su peculiaridad belleza.
- Mi nombre es Lou... A diferencia de ti, no soy un humano. - resoplo elocuentemente.
Mey: – ¡¡...!!