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¡Está muerta!

- Her-Hermano...ella se fue. Y no se despidió de mí. ¿Por qué...? ¿P-Por qué se fue sin decir un adiós?. - preguntó Etna con lágrimas en sus ojos.

Se lamentaba ella por la partida de Rubí; Caleb se sintió impotente, nada podía hacer para disipar esa aflicción.

Él la abrazo, dándole golpecitos en la espalda.

- No te preocupes. Ella...quizás recordar su memoria quiso volver con su familia. Deja de llorar, te va a doler la cabeza. - pidió Caleb a su pequeña hermana.

Etna lloraba desconsoladamente, era un sentimiento muy doloroso para ella no volver a ver a Rubí.

<<¡Carajos! No imaginé que le afectará demasiado. Esa mujer...espero no volver a verla nunca más.>>

- H-Hermano, ella...no volverá ¿verdad?. - inquirió Etna en sollozos y Caleb solo respondió con un "Mm."

- ¿Por qué no la buscamos? Si la buscamos ahora, tal vez ella...

- ¡No! Ella decidió irse y sin decir nada y es mejor Etna. - interrumpió Caleb con la voz áspera.

Etna sollozo ante eso.

Caleb tomó la cara de su hermana y la miró fijamente.

- Escucha Etna, ella se fue ¿lo entiendes? No se te ocurra buscarla por tu cuenta.

- P-Pero por qué. Ella era buena persona. Quiero verla y despedirme de ella. Quiero saber cómo está... - musito ella sin dejar de llorar.

- ¡Tsk! No lo era. Solo era una mujer extraña. Era mejor que se fuera de nuestras vidas; era una carga. - respondió Caleb con cierta molestia.

Desde luego que Caleb no olvidaría que Rubí tomó a su hermana como rehén esa noche, pero tampoco olvidaría el hecho que esa misma noche Rubí lo protegió de aquel incidente con esos pervertidos.

Sin embargo, una parte egoísta de Caleb, le dijo que nada de esto estuviera pasando si no hubiera ayudado a Rubí.

Para Caleb fue una molestia.

De inmediato Etna frunció su ceño, veía a la perfección como su hermano despreciaba a Rubí con su expresión.

- ¿C-Cómo puedes ser insensible? ¿Cómo puedes hablar de ella como un parásito...? - inquirió ella, alejando las manos de Caleb.

Él se quedó estático; su hermana estaba defendiendo a Rubí, una mujer misteriosa que conoció hace una semana y quien sabe lo que era en realidad.

- ¿Cómo puedes tú confiar en alguien desconocida? Me atreví ayudarla porque no recordaba nada, pero eso no significa que podíamos confiar en esa mujer. Incluso le pusimos un nombre. Nunca debes confiar demasiado. Lo que suceda con ella ya no es de nuestra incumbencia. - pronunció él con severidad.

El pobre corazón agitado de Etna se ahueco. El gran afecto que acogió a Rubí era inmenso. Le molesto que Caleb se expresará de Rubí como un bicho raro.

- Caleb, eres muy frío. Ya me canse que siempre veas a las mujeres como cualquier cosa insignificante. Rubí es una chica buena y muy hermosa, pero tú no te diste cuenta. La trataste mal esa noche y quizás eso la hizo huir. - expresó ella con reproche, pausando para agarrar aire y darse valor para lo que diría a continuación.

- H-Hasta cuándo...¿Vas a superar a...D-Denisse?

Drásticamente la atmósfera se volvió densa y pesada.

Etna sabía que dijo algo muy delicado y sensible para el corazón helado de su hermano. Pero en el fondo de ella, no toleraba que su único hermano y familia se mantuviera renuente, de corazón frío y despiadado con las mujeres y ponerle un alto a seguir con su vida.

Tal vez nadie supera un ser amado después de un año; a veces toma su tiempo para salir adelante pero Etna deseaba que Caleb superará a Denisse y que encontrará el camino a la felicidad.

- ¿Qué...has dicho?. - espetó él, con la mirada inestable.

- H-He dicho que tienes que superar a Denisse. Ya pasó un año y ella está muerta. - musito Etna en un hilo de voz.

Lo que tanto tiempo quiso decir y que su hermano dejará de vivir en la depresión y darle una oportunidad al amor, era difícil de hacer pero finalmente lo hizo.

Entonces Caleb oscureció su mirada.

¿Qué es lo que acabó de escuchar?

Por alguna razón se contuvo ante su propia hermana, le estaba recordando una dura y amarga realidad.

Caleb: - Vete a tu habitación. - carraspeo, intentando no explotar contra su hermana.

Ella se mordió los labios. Ya estaba cansada que siempre su hermano eludiera la realidad.

<<¡Ya basta!>>

- N-N-No lo haré Caleb. Acepta de una vez que Denisse...¡Esta muerta! Y que no regresará. Por favor ya deja de ser frío... - pidió clamorosa ella.

Sin embargo, él no vio la expresión afligida de su hermana. Para él fue un duro golpe que Etna le gritara que su amada estaba muerta.

—Aunque eso era la mera realidad.—

- ¡Para! Ya largate a tu habitación.

Etna se encogió de hombros pero no se iría.

- Ya Denisse esta muerta. Aceptalo de una vez. Tienes que seguir adelante. Vas a encontrar a una mujer y...

- ¡¡¡Cállate!!! Tú que sabes, solo eres una niña terca. "Denisse está muerta", si lo está pero sino fuera por ti.

Tan pronto dijo aquello, Caleb detuvo sus palabras mientras que Etna quedó en shock, llorando porque su hermano ahora le dijo una dolorosa realidad.

Una verdad que para ella le perforaba su corazón. Una profunda herida que nunca sanará y lo cual su mismo hermano no perdonaría, porque Etna; ella era la razón por lo que su amada Denisse murió.

- E-Etna, yo...

- Detente. Lo sé Caleb, tú nunca me perdonarás por ese accidente. *sniff* nunca perdonarás que por mi culpa ella muriera. Pero sabes, hubiera preferido que me dieras una bofetada porque las palabras duelen más que un golpe. - expresó Etna con mucho dolor y sentimiento.

Caleb no supo qué decir ante el sufrimiento y culpa de su hermana. Recordar a Denisse lo hicieron decir algo que nunca debería haber dicho en voz alta.

Etna se limpió sus lágrimas y se movió a un lado de su hermano.

- ¿S-Sabes Caleb? Hubiera preferido morir en esa noche. No sabes cuàn grande es mi deseo regresar en el tiempo y que fuera yo quien estuviera muerta en ese incendio.

Dicho eso, ella corrió a su habitación y cerró la puerta, asegurándola. Caleb la siguió y giro de la perilla para entrar.

- Etna, abre la puerta. No quise decir eso. - pidió él en un hilo de voz.

- No, sólo déjame estar sola. ¡VETE! - ella exclamó en sollozos.

Caleb empuño sus manos y prefirió dejar sola a su hermana. La conocía muy bien y sabía que no era bueno hablar con ella en ese estado.

Él se dirigió a la sala de estar y se recostó, enfriando su cabeza para pensar con claridad.

En la habitación Etna sollozaba sobre la almohada. El día de hoy para ella fue demasiado. Jeff la trató mal, Rubí se había marchado sin despedirse y ahora su hermano le echó en cara la muerte de Denisse.

Ella quería desaparecer del mundo; aliviar su culpa y olvidar que existía para el mundo.

Entonces en su mente pasó, que sí moría, quizás dejaría de sufrir y así ya nadie se burlaria de su cicatriz.