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DE OTRO MUNDO

Esta es la historia de una humana y un ser de otro universo (alien), que se emprenden a un camino lleno de obstáculos y misterio. Durante ese largo transcurso por recorrer ambos se enamoran; se dejan llevar por esas emociones, esa humana es consciente que tal hombre no es normal pero inesperadamente...

Dianiis_1417 · Romance
Pas assez d’évaluations
122 Chs

"Te mostraré la diferencia entre tú y yo"

Ella le contestó de una manera monótona.

En su interior la invadió la incertidumbre a causa de esa pregunta.

Mey tenía ambas manos entrelazadas y se las apretó con fuerzas debido a su inquietud.

<<Si había más personas con él, ¿a dónde están o en qué parte se encontrarán? No puede ser así...>>

Esa seguridad de hace unos segundos, había desapareció por completo.

Intento no divagar sobre eso, ya que no la llevaría a nada.

Él, por otro lado, se mostraba tranquilo y con su misma expresión.

Se esparció un breve silencio.

Aunque ese ser se mostrará sereno sin preocupación alguna.

En su mente tenía un lío. Un pequeño dilema para él.

<< Hay una distorsión, no puedo comprometer la MS785... >>

Él sabía al pie de la letra que no debería romper su llamada regla de oro.

Pero ahora la situación cambió de manera inesperada. Algo que no debería de haber sucedido. Y del cual no tenía un plan de emergencia.

Su regla de oro: era no comprometer su misión y mucho menos revelar su propia identidad.

Mey poco a poco se soltó ambas manos. Las que se habían entumecido por su propio apretón.

Los latidos de su corazón apenas se estaban estabilizando.

Pensó que él, le respondería ante su afirmación. Pero no hubo respuesta.

Ella se imagino que lo probable fue que él, quedó perplejo ante sus palabras.

Así que se aclaró sus sentidos y abrió lentamente sus labios más pálidos de lo normal. Para preguntar una vez más.

- Hum.. ¿Cuál es tu nombre..? - preguntó, rotando su vista de un lado a otro.

El hombre reflejaba una mirada perdida.

Era como si no estuviera presente.

Así era, él tenía su mente por otro lado. Hundido en un ciclo de palabras.

Pestañeo. Al escuchar esa voz suave y delicada. Sin decir nada más.

<<Mi nombre...no debo cometer un error. Debo retirarme ahora >>, su alternativa era retirarse y regresar al lugar donde ella lo encontró. En busca de una pista.

- Debo...irme. - soltó engrosando el tono de su voz.

Mey se quedó aturdida por la inesperada respuesta del hombre.

Él estaba listo para levantarse pero antes que moviera un solo músculo, una voz temblorosa lo detuvo....

- ¿Irte-e?, eh.. ¿cómo?...no...pu-uede-es... - pauso y se mordió su labio inferior a causa de su tambaleante voz - Si te vas, en cualquier momento un oficial vendrá al lugar y - y... Pues te...

- ¿Oficial? - la interrumpió con su voz penetrante.

El cual a Mey la sobresalto por su inesperada pregunta y por esa voz que la sacudió en su interior. Envolviendola en un fuerte aire electrizante.

Él la detuvo por esa simple palabra que salieron de los labios de ella. Aunque para él no era una cualquier palabra sino mucho más... Peligro...

Mey trago fuertemente para responder la duda del hombre.

- Ah..siii..un oficial, bueno más bien un policía que en cualquier momento vendrá al lugar donde te accidentaste para investigar sobre lo ocurrido...

Ahí estaba lo que él no quería que sucediera.

- Pero no puedo dejar que salgas allí afuera, aparte pues...no tienes ropa y hace mucho frio. - le informo mostrando preocupación.

Sin dejar de ver al inexpresivo hombre. <<¿Qué pasa en verdad con él?, ¿Por qué irse nada más así?, ni siquiera sé si esta bien de la cabeza o no >>

A ella le pasó por la mente que sería una noche larga. Y no por estar festejando el año nuevo como otros sino porque estaría sacando información a ese ser inmutable. <<Debería de estar bebiendo hasta el amanecer. No estar haciéndola como detective >>

Mey se sentía profundamente decepcionada. Estaría en vela.

- Es un problema. - espetó él con una voz fria y más remarcada.

Tanto que Mey respingo sobre el sofá con un gesto de perplejidad.

- Tú, me vas a ocultar. Humana... - agregó con la mirada fija hacia ella.

Mey: - ¡...!

Ella se quedó aturtida. No era capaz de procesar aquellas palabras que la dejaron peor que antes.

<<¡¿Eh?!... pero ¿qué quiere decir con eso? ¡Agh! ¿Qué parte me estoy perdiendo? En serio... este hombre me va a volver loca por decir tanta cosas sin sentidos y mucho más en la forma de expresarse>>

Ella tenía la idea de que este hombre le faltaba un tornillo.

- A ver, espera... ¿Exactamente que me quieres decir?, no te entiendo nada. - inquirió. Curveando una sonrisa nerviosa por las increíbles palabras de ese hombre.

- Nadien más debe saber sobre mí. - le informó a ella. Dándole a entender a que se refería. Eso se significaba para él evitar a cualquier costa interferencias de otros humanos como ella.

<<El código...no debe ser expuesto>>

En un instante resonó en su mente brillante un recordatorio antes de partir a su destino.

Un día antes del accidente....

- Sabes perfectamente tu misión. No debes cometer ningún error. Tu guía te dará tus últimas instrucciones antes de partir a tu lugar asignado. ¿Entiendes? - con un tono áspero y sombrío ordenó ante el nuevo novato.

- Entendido. - inclinó su cabeza en señal de reverencia.

Y antes que esa figura superior y sombría se retirara del panel.

Agrego con su voz más remarcarda y fuerte:

- Debes memorizarte que serás uno como ellos pero eso no significa que debas de involucrarte más de lo instruido. Hay consecuencias que pagar. - finalizó y se retiró desapareciendo de la vista del novato.

De vuelta a la sala de estar...

Ella no entendía por completo a este hombre. Un sin fin de pensamientos abundaron su mente.

<< Ya no comprendo. ¿Porqué quiere que nadie se entere de él?, un momento.. No.. No puede ser que él sea... >>, indagó ante ese terrible presentimiento que dio un vuelco a su corazón.

De tan solo pensarlo sintió el pánico apoderarse de ella.

Apretó su mandíbula para tranquilizar las feas ideas que rondaban su memoria.

Aunque ese hombre le diera temor y entre otras emociones.

Quería llevarlo a un hospital lo más pronto posible.

- Debe de haber un "porque". Sabes no logró entenderte. El golpe debe haber afectado a tus sentidos. Dices disparates de la nada. Creo que debería de llevarte a un hospital. - comentó atemorizada.

Ahora lo importante era llevar a este hombre para que lo diagnosticaran y saber que sucedía con él.

La verdad ella ya no quería seguir con esa conversación que no la llevaría a ningún lado.

Sus parpados estaban cansados y solo deseaba ir a la cama de una vez.

De inmediato a él le llegaron como alerta lo que la mujer murmuró.

Sabía que sí la mujer se lo llevaba a ese lugar estaría ocasionando un problema mayor y él se vería envuelto más de la cuenta.

Ya no tenía escapatoria.

Era vivir o morir.

Él procesaba demasiado información y sus neuronas trabajaban más de lo normal.

Como queriendo encontrar una respuesta a su situación.

Tenía que actuar de inmediato. El tiempo era valioso para él.

<< No puedo dejar que me lleve ese lugar. Tendré que deshacerme de mi código>>

No había marcha atrás.

- ¡No! - soltó de golpe y agregó: - No debo ir a ese lugar. - exclamó dejando salir el aire por su boca. Su ritmo cardíaco se aceleró al pronunciar tales palabras.

Mey se quedó anonadada. La voz fuerte la hizo brincar del susto.

Ella sentía que este hombre le causaría un infarto por hablar sin previo aviso.

Su respiración se agitaba sin desviar su mirada sobre él. A pesar de su magnífica belleza e inevitable de pasar por alto, ella se perdía con su impecable rostro de ese hombre.

Él estaba listo para revelar su gran y misterioso secreto.

Se levantó. Su imponente figura sobresalió en un parpadeo y enseguida la luz brillante de la sala se opacó por su gran presencia de él mismo.

La manta se deslizó hacia el piso de mármol. Cayendo alrededor de él.

Ella tenía la vista allí. Todo lo que no deseaba ver estaba postrado ante ella.

Perfectamente detallado.

Pero esta vez fue distinta que la anterior, porque vio algo más allá de su imaginación.

Ella alzó su vista cuando escucho su voz provinente de él.

Haciendo énfasis con su cara.

- Te mostraré la diferencia mía con la tuya. - informó sin más preámbulos hacia la mujer cuyo rostro estaba petrificado.