A un kilómetro del bosque "Darkness"...
Caleb estaciono su automovil, cerca de la banqueta.
Se bajó de inmediato, haciendo crujir la puerta al cerrarla de golpe.
No estaba de ánimos ni muchos menos por la inesperada sorpresa que se llevó en medio del camino.
- Baja. - pronunció con desdén, a un lado del automóvil.
Una chica, se encontraba sentada en el asiento trasero del automóvil, temblando de pies a cabeza a causa del frío. Se aferraba al gran abrigo marrón que cubría su piel color marfil blanco.
<<¿Quién es él?, ¿dónde me encuentro ahora>>
Su mente trataba de descifrar el entorno en el cual se encontraba.
No tenía idea de lo que había sucedido. Intentaba recordar su llegaba pero le era imposible procesar demasiado información al mismo tiempo.
Su respiración estaba muy agitada. Resollaba una y otra vez.
Caleb mostraba una expresión solemne; mantenía una postura dominante; un hombre maduro y esbelto de 26 años con unos ojos color azul cielo.
Caleb: - ¡Tsk! Oye, solo baja, ya. Me estoy congelando. - ordenó asperamente. Sintiendo el frío a flor de piel.
Era increíble para Caleb llevarse tal asombro al encontrarse esta chica desconocida; sola y deambulando sobre la carretera y mucho más porque estaba desnuda.
Se cuestionaba del "porque" y "que" hacía ella a estas horas de la noche.
Por otra lado, la chica sólo tiriteaba, ignorando las palabras de Caleb.
Ella sentía miedo por el extraño hombre, tanto que sintió que era peligroso.
Tenía demasiado frío que apenas era capaz de acoplarse a sus sentidos y emociones.
Caleb se irritó más e incluso impaciente al ver que esa chica no le hizo caso a sus palabras.
No lo pensó más y jaló la manija de la puerta, haciendo respingar a la chica por el crujido.
- ¡Bájate! - exclamó, observando con desdén a la encogida chica que temblaba.
La chica escucho la voz grave y fuerte del hombre.
Levanto su rostro y atisbo que el se mantenía a un lado y que la puerta estaba abierta.
No puso atención a Caleb y entendió enseguida lo que debía de hacer.
Movió ambas piernas expuestas, entre abriendo un poco las mismas, y al mismo tiempo Caleb ladeo su rostro al movimiento descuidado que hizo la mujer.
Claro, el abrigo no era lo suficiente para cubrir todo su débil cuerpo de ella.
Sólo Caleb pensó que esta chica era descuida e imprudente.
La chica había bajado con cuidado del automóvil pero tan pronto sus pies tocaron el césped húmedo, sintió un punzón en ambas plantas de sus pies.
Bajo su vista hacia el suelo que para ella le parecía raro y dañino.
Caleb volvió a ladear su rostro y atisbo que la chica ya había bajado. La observó por un segundo, en como se aferraba a su abrigo de una manera temblorosa.
Cerró la puerta.
Y sin decir algo más, se encaminó hacia su hogar que se encontraba a unos metros de él.
Las farolas apenas iluminaban la oscura calle.
La chica observó que Caleb movió sus piernas hacia adelante y ella sólo lo siguió sigilosamente.
Sintiendo esa incomodidad al pisar sobre el frío césped.
Caleb llegó a la puerta de madera y tocó el timbre.
*Ding Dong*
Dentro del hogar, inmediatamente una pequeña chica de tan solo 15 años, que yacía sobre un gran sofá se levantó de prisa al escuchar el timbre.
Camino a zancadas hacia la entrada con una enorme sonrisa en su pequeño rostro.
Giro el picaporte y exclamó:
- ¡Hermano!... - pauso y continuó : - Pensé que no llegarías nunca. - dijo haciendo un puchero con sus delgados labios rosados.
Caleb sólo observó el pequeño mohín de su hermanita.
Resoplo y dijo: - Etna, perdón pero "algo" se me atravesó en el trayecto. - enfatizó, torciendo su cuello hacia atrás, para que su hermana se diera cuenta que ese "algo" estaba justo detrás de él mismo.
Su hermana avistó a una figura que apenas era visible por la oscuridad.
Etna se hizo a un lado para que ambos entrarán.
Tan pronto entraron por el umbral, Etna abrió en grandes sus ojos color azul cielo como los de su hermano Caleb; al notar una extraña mujer encorvada.
La cual se detuvo a un metro de ella. <<¿Quién será esa mujer? Y ¿por qué tiene el abrigo de mi querido hermanito?>>
Estaba muy curiosa al respeto y más por su extraña apariencia.
La chica se quedó inmóvil, solo sintiendo lo frío por todo su ser.
Etna observó de pies a cabeza a la mujer.
Sin duda le llamó demasiado el color de su cabello. Tan largo que le llegaba a mitad de su espalda. Lo único que Etha pensó que su cabello de esa chica era tan brillante y deslumbrante como el "Rubí".
Perfecto para describir el tono de su cabello. Mechones de cabello le cubrían el rostro y así que Etna no podía ver su rostro y tampoco se daba cuenta que ella estaba desnuda.
El abrigo llegaba hasta sus rodillas.
Mientras tanto, Caleb no prestó atención hacia la misteriosa mujer.
A él sólo le daba igual como fuera su aspecto.
Pasó de largo, sin ver a su pequeña hermana que se mantenía hipnotizada por la presencia de la misma. Indagando en su mente sobre su nombre, edad, el color de sus ojos, etcétera.
Caleb ignoró ambas chicas y se dirigió hacia adelante, y doblo a la derecha donde se encontraba una vitrina y al lado un cuarto. Giro la perilla y se adentro.
Cerrando enseguida. Encendió una pequeña lámpara y camino sigiloso derecho a una repisa. Donde estaba una pequeña vela blanca y un marco de foto.
Caleb encendió la vela y contempló la persona de la fotografía, cuya facciones eran de una hermosa mujer con cabello rubio y ojos color ámbar.
Caled tenía una expresión nostálgica.
<<Es difícil, todos los malditos días son difíciles sin ti... >>, pensó empuñando ambas manos.
Caleb no superaba la muerte de su gran amor y la única en su corazón.
Pasaron los minutos y él soltó un gran suspiro.
Salió del cuarto, viendo por última vez la fotografía.
Ahora tenía que investigar sobre el paradero de la chica misteriosa.
Él trabaja como guardabosques. Pero por ser año nuevo, tuvo un permiso para pasarla con sus seres queridos.
Sin duda no sería agradable como el año pasado.
Camino a zancadas y se detuvo sobre el marco de la pared antes de dirigirse a la sala de estar.
Atisbo ambas chicas que seguían sin moverse.
Resoplo, tocandose la sien al ver que Etna estaba en las nubes.
- Etha, llevala a tu habitación y buscale algo de ropa para que se la ponga. - le ordenó pero su pequeña hermana seguía despistada.
<<Está niña...>>
- ¡¡Etna!! - gritó lo suficiente fuerte para que su hermana despertara de su ensueño.
Ambas chicas respingaron al escuchar el fuerte tono grave de Caleb.
Etna: - ¡Ah! ¿Q-Qué...? - inquirió, ladeando su rostro hacia su hermano, el cual mostraba un mal humor.
Caled: - Llévala a tu cuarto y busca ropa para ella. Cuando este lista, regresas. ¿Entendido?
Etna asintió a la orden de su hermano.
Entonces caleb se retiró para hacer unas llamadas. Quería respuestas que no obtuvo durante el trayecto cuando la recogió en medio de la nada. Insistió pero la chica se mantenía dura como una piedra.
Por eso se irritó más al traerla a su casa.
Ahora, Etna comprendió que está chica estaba desnuda y por eso tenía el abrigo de su hermano.
Aunque lo más inquietante era saber porque estaba así. No le dio vueltas al asunto.
Etna se acerco con cuidado a la chica y la tomó de la mano sin pensarlo.
Lo único que percibió era lo fría que estaba su piel.
De inmediato la chica se atemorizo más por el cálido tacto entre su mano.
- Tranquila, ven conmigo. Te ayudaré a vestirte. No te preocupes, mi hermano pronto buscará ayuda para ti. - le dijo elocuentemente.
Aunque su hermano no le dijera nada al respecto, Etna era muy inteligente y curiosa, así que podía jurar que esta chica misteriosa se había perdido.
La chica, pestañeo numerosas veces antes las palabras de la pequeña chica.
<<¿Ayuda? ¿Estoy pérdida? Pero ¿quienes son ellos? Estos humanos no deben conocer mi identidad. ¿Qué debo hacer? >>
La chica seguía con la cabeza agachada, pensando demasiado sobre la situación en la que se encontraba.
Ella no podía cometer el error de revelar su código.
Ese código que era lo único como se referían a ella... "A79"...