Después de experimentar el evento más traumático de su vida, Tian Xian recordó su vida anterior y recuperó todos los recuerdos de Tian Yang.
—Una vez más, fui incapaz de proteger a mi amado... —murmuró Tian Xian con voz aturdida mientras salía del edificio.
Cuando Tian Xian salió afuera, la niebla carmesí que envolvía toda la ciudad como una manta comenzó a espesarse hasta el punto de reducir la visibilidad a casi cero, lo que hizo que fuera casi imposible para cualquiera sin Sentido Divino ver más allá de unas pocas pulgadas adelante. Además, la intención asesina que emanaba de Tian Xian era tan inmensa que asfixiaba a todos en la ciudad, dejando a muchos ciudadanos inconscientes, especialmente a los mortales.
Este fenómeno súbito y ominoso aterrorizó a todos los ciudadanos, ya que parecía que el día del juicio había llegado.
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