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Torneo: preliminares de etapas dos y tres (I)

Por la mañana, me despido de ellas con un beso en la frente. Bueno, al menos era mi intención. Sin abrir los ojos, cada una de ellas me abraza. Y me fuerza a un largo y húmedo beso. Luego me sueltan. Y se quedan en la cama como si estuvieran completamente dormidas.

–Nos vemos luego– me despido.

–—¡Hasta luego!––– exclaman las tres a la vez.

Las oigo reír. Me giro. Pero ya se han callado. Y vuelven a parecer dormidas. Suspiro. Sonrío.

–Os quiero– les confieso antes de salir. Sin darles tiempo a responder.

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Tras una sesión matinal con mis chicas, estoy sentado después de acabar con las últimas dos. Mis dos yo están sentados sobre la cama, abrazando a Liang y Ma Lang respectivamente. Ellas sentadas sobre mí. De espaldas

 Acaricio con suavidad el pelo negro de la primera con una mano. La otra está en su estómago. Su cabeza apoyada en mi hombro. Sus manos en mis piernas.

–Ya ha crecido bastante. Dentro de poco podremos hacer otra peluca– bromeo.

–Tonto– se queja, dándome una palmada en la mano que acaricia su pelo. Jugando. Sonriendo.

Agarro su mano al vuelo. Con suavidad. La llevo a mi boca. La beso.

–Gracias por todo lo que has hecho por mí– le susurro al oído.

–Tonto– vuelve a acusarme.

Aunque esta vez su voz es más débil. Con un tinte de pasión. Que corrobora al girar su cabeza y pedirme un beso.

Al lado, jugueteo con las castañas trenzas de Ma Lang. También está apoyada en mí. En mi otro yo.

–Contigo no sé si hacer una peluca o cuerdas– también bromeo con ella.

–Si te sirve, haz lo que quieras con mi pelo– ella se ofrece. Su voz es cansada, aunque dulce. Sincera.

–Creo que prefiero tenerte entera. Toda mía– le susurro, apretándola un poco más contra mí.

Su rostro toma un ligero colorado. No hace la más mínima intención de resistirse. De hecho, incluso colabora con mis labios.

Me encanta estar con ellas. Mimarlas o ser mimado. Charlar. Jugar. Por no hablar del sexo. Viniendo de donde vengo, resulta un tanto avaricioso pedir más. Aunque aun así, lo hago. Deseo que llegue el día en que pueda dividirme lo suficiente. Para estar no solo con dos, sino con todas. Cada una merece mucho más de lo que les puedo dar ahora.

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Como no tengo que luchar hoy, he ido a hacer tres páginas. Muchos de los de la etapa uno también han venido.

–¡Kong! ¡He visto que te clasificaste! ¡Enhorabuena!– me felicita Su Tian.

Nos llevamos bien. Quizás fue el primero en no discriminarme por ser un esclavo. Y en comprar los brazaletes.

–Vi el último combate. ¡Fue genial! ¡Felicidades!– me felicita otra.

Normalmente no habla mucho. Su novio la vigila. Incluso diría que la intimida. En mi opinión, debería dejarlo. Claro que no es asunto mío. Y apenas conozco su situación superficialmente. Somos poco más que conocidos.

Hoy su novio no está. Está en la etapa dos. Debe de estar en el torneo.

–¿De verdad? ¿Cómo fue? No lo habrás grabado, ¿verdad?– le pregunta otra. Son bastante amigas.

–No, no. Pero podrás verlo cuando acabe el torneo, si quieres. Ya sabes– contesta la primera.

Se pueden ver todos los combates durante medio año. Hay una planta de la librería que los almacena durante ese tiempo. Después, solo conservan unos pocos. Por desgracia, no es posible hacer copias. Al menos, no para estudiantes como nosotros.

–Ah, que envidia. Yo quedé quinto. Me falta bastante– se lamenta otro.

–¿Quinto? Pues mejor no digo como quedé yo…

–Ja, ja. ¿Y cómo querías quedar? Si no estuvieras todo el día…

–¡Calla! ¡Ni que fueras mejor!

Estos dos también son muy amigos. Siempre se están peleando.

–¿Qué pasó en el combate de la mañana? Parecía que quería matarte. Por un momento, pensé que sería grave– me pregunta otro.

–No lo sé muy bien. Pero sí que creo que lo intentó, o al menos herirme de gravedad. Todavía no lo entiendo– respondo.

–¿Cómo fue?

–Cuenta, cuenta.

La verdad es que hoy ha costado más hacer las copias. Hemos estado demasiado tiempo hablando del torneo, no solo de mi participación. Aunque quizás sí he sido el centro de atención. He sido el único de los que están aquí que ha pasado. Aunque dicen que otro también lo ha logrado. Y puede que un tercero. Quizás vengan luego.

Los que tenemos la suerte de poder hacer copias, ganamos bastantes puntos. Eso nos da tiempo y recursos. Que cada cual utiliza como quiere. Algunos practican y aprenden técnicas. O invierten en recursos para cultivar. Los hay que están interesados en alguna profesión más. Otros… Bueno, digamos que disfrutan demasiado de lo que ganan.

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–¿No estáis muy pegadas a mí?– protesto.

–¡Lo de antes ha sido un acto de traición! ¡Ahora asume las consecuencias!– sentencia Bei Liu, apretando más sus pechos contra mi brazo.

–Eso. ¡No vale decir eso e irse!– protesta Bi Lang, apretando el otro brazo.

–Estaban tan avergonzadas como emocionadas. Se han puesto totalmente rojas– me susurra Pen.

Sus brazos envuelven mi cuello desde atrás. Noto la suavidad de sus pechos contra mi espalda. Lo hace queriendo. Sus labios susurran en mi oreja. Además de mordisquearla.

–¡Chivata!

–¡Traidora! ¡Tú también estabas roja!

–Es cierto. Yo también te quiero– me confiesa Pen.

–¡Eh! ¡No te adelantes! Te quiero el doble– me besa Bi Lang.

–¡Ah! ¡Ahora soy la última! Te quiero el triple– me besa Bei Liu.

Les cuesta un poco calmarse. Dejarme al menos caminar. Son adorables. Supongo que no ha ayudado que les volviera a decir que las quiero a todas x10.

Un rato después, llegamos a recoger a nuestra joyera. Ella las mira extrañadas. Ya no están encima de mí, pero debe notar que actúan un poco raro. Aunque no tanto para que le dé más importancia que una mirada.

Ye Bi ha dicho que igual vendrá más tarde. Tai Fen y Yawen igual se pasan mañana.

Estamos para ver el torneo. Y para animar a Fen Huan. Como los de la etapa tres empiezan un poco más tarde, me ha dado tiempo a hacer las páginas.

Quién sí está es Di Tao. Veo que ha ganado uno. Su grupo no está muy lejos de donde combatirá nuestra masoquista. Y le toca antes de que empiece Fen Huan.

Se la ve que tiene soltura con el martillo. Sé que ha ido a misiones más de una vez. Aunque creo que le falta un poco de habilidad para poder clasificarse.

Está igualada con su contrincante. El martillo es más lento que las armas de este, pero de mayor alcance. Si su rival logra acercarse, tendrá ventaja. Si comete un error, tendrá problemas.

Tras unos minutos, Di Tao lanza un ataque demasiado largo. Tarda en recuperar la postura. En mover el martillo a una posición defensiva. Su rival aprovecha para abalanzarse sobre ella. Empuñando sus armas. No sé muy bien qué son. Su uso es similar a dagas cortas. Tienen forma de media luna. Parece que va a ganar el combate.

¿Oh? Algún tipo de técnica aparece frente a Di Tao. Tiene una forma borrosa. ¿Es algún tipo de pájaro? Impacta de frente contra el rival.

El impacto lo frena. Y da tiempo al martillo a llegar y atacar. ¿Ya tenía qi? El golpe también usa algún tipo de técnica.

Me da la impresión de que ha sido una trampa. No creo que pueda condensar las dos técnicas tan rápido. Ya le preguntaré. Lo que está claro es que ha sido suficiente para ganar el combate. Lo ha destrozado con esa combinación. Lo malo es que le será difícil volverla a utilizar. Los demás estarán sobre aviso. ¿Quizás tiene más? Nunca le he preguntado.

No veo a su novio entre los espectadores. No es que me sorprenda con todo lo que me ha contado de él. Que ha intentado matarla.

Por supuesto, he grabado el combate. Aunque ninguna use martillo. Es parte de mis deberes. De hecho, las gemelas también están grabando. Cada una un combate diferente. Se han puesto cerca de la zona de los combates dobles. Dos contra dos. Están muy interesadas en estos.

–¡Mira! ¡Empieza el de Huan'er!– me coge de la manga Bi Lang, excitada.

Estoy entre ella y Pen. Bei Liu está junta a su amiga. Han acordado turnarse. Me siento como un objeto…

Yan Xiulan no ha participado. Por mucho que las otras la han provocado. Está al lado de Pen.

–He oído que acabas de subir a dos. Sería mejor que te retiraras, no te vayas a hacer daño– le advierte su rival cuando ella sube. No se ha molestado en bajar el tono. Más bien, lo ha subido para que todos lo oigan.

–Pobre. Acaba de pifiarla– suspira Pen.

–Huan'er ha levantado una ceja. Está un poco enfadada. Lo va a destrozar– parece preocuparse Bi Lang. Aunque más bien, diría que expectante.

–Je, je. Se lo merece– añade Bei Liu.

No me he fijado en la ceja. Pero sí en su cuerpo. Aparte de ser precioso, puedo más o menos entender su lenguaje. Hemos pasado mucho tiempo juntos. Ahora, está esperando que el árbitro de la orden para destrozarlo. No se molesta en responder a la provocación con palabras. Sin duda, las tres tienen razón. Responderá con sus actos.

–¡Empezad!– anuncia la árbitra unos segundos después.

Apenas ha pronunciado las palabras, que ella se abalanza sobre su adversario. Este usa una especie de doble lanza. Una lanza con dos puntas. Y la empuña contra ella. Con algún tipo de técnica. Sin duda, creyendo que ha logrado provocarla. Y que puede obtener clara ventaja.

Pero Huan'er es una guerrera experta. En el último momento, cambia de dirección. Esquivando. Y bloqueando el residuo del ataque con su arma. Inmediatamente, cambia de nuevo dirección hacia él. Su técnica de movimiento es tan fluida como siempre.

Él no se lo esperaba. Creo que estaba demasiado confiado. Creyendo que estaba furiosa y atacaría de frente. Parece nervioso y un tanto desorientado. Mueve su arma para bloquear precipitadamente. Quizás para su sorpresa, lo logra sin muchos problemas. Porque ella ha dividido el arma en dos. Y movido casi todo el qi que ha ido acumulando a la otra mitad.

El ataque de qi llega antes que el del arma. Es una especie de hoja cortante. A duras penas logra pararlo con un escudo de qi. Creado con prisa. Invirtiendo por ello mucho qi.

Al arma que sigue un instante después logra amortiguarla un poco. Lo que hace que el dolor y el daño en el escudo no sea excesivo. Claro que no ha hecho más que empezar.

Lo siguiente es una patada, que lo empuja hacia atrás. Cuando apenas se está recuperando, Fen Huan ya lo ha vuelto a alcanzar. Un ataque tras otro. Con cada arma. O las une para más contundencia. Hay técnicas mezcladas entre los ataques. Incluye patadas, e incluso codazos.

Su rival se defiende como puede. Pero es evidente que está en clara desventaja. En un instante de furia, intenta utilizar qi de la etapa cuatro.

Claro que es un tanto lento usarlo con una cultivación inferior. Y ella está muy atenta. No como yo contra Qin Zixuan. Claro que en aquel combate, era yo el que estaba en desventaja. No tenía tiempo para vigilar que no lo usara. Ni tenía sentido que lo hiciera.

Ella no necesita más que esquivarlo. Aprovecha para llegar hasta su espalda. Lo remata. Ha quedado totalmente indefenso al forzar el uso del qi de la etapa cuatro cuando estaba acorralado. Ha sido un error táctico. Aunque solo ha acelerado lo inevitable.

La verdad es que, después de su provocación inicial, ha quedado un tanto ridículo. No sé si lo intentará de nuevo con otros. Ya veremos.

–Ganadora, Fen Huan– anuncia de nuevo la árbitra.

–¡Bien hecho!– exclama Bei Liu.

–¡Huan'er es la mejor!– le sigue Bi Lang.

–Guau. Has estado increíble– alaba Yan Xiulan, sin gritar como las otras dos.

–Je, je. Mírala cómo se esfuerza en no mirarnos. Qué mona– se burla Pen.

Sin duda, tiene razón. Nos ignora, pero sabe que estamos aquí. Sin duda, se alegra. Buen combate.

Mientras, echo una ojeada al resto de sus rivales. La están mirando con cara seria. Los que no lo sabían, han descubierto que es una rival peligrosa. Los que tienen opciones de clasificarse estarán preocupados. En especial, me fijo cierto estudiante. Estoy deseando ver la pelea.

Yo, por mi parte, intento hacer lo mismo que ella. Es decir, ignorar a las animadoras ruidosas que tengo al lado. Nuestra joyera también. Claro que no tengo tanta suerte. Me acaban zarandeando. Aunque también apretando sus seductores cuerpos contra mí. Puedo ver las caras de envidia en algunos de nuestros vecinos.