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Sugerencias

Por la noche, voy a ver a Sai y las demás. Jiao me lleva antes a Da Ting. Quien lleva la aguja en el pelo. Puede que se la ponga solo porque me iba a recibir. Incluso así, agradezco el detalle. No estamos mucho. Me invita a té. Me pregunta si podríamos ir otra vez en el futuro al mercado. Me da otra vez las gracias. ¿Parece incómoda?

–Tienes que pensar algo para hablar con ella– me exige Dandan.

–La pobre no sabía qué decir. Eres el único amigo hombre que tiene. Es más tímida de lo que parece. Tendrás que buscar algo– me exige también An.

–¿Y no podríais ayudarme?– me encojo de hombros, mientras Sai me monta. Está demasiado ocupada para entrar en la conversación.

–Sabes, lleva casi siempre la aguja que le regalaste. Te está agradecida– casi me suplica Meixiu.

–Meixiu también– ríe su hermana.

–¡Y tú!– se defiende, sonrojándose.

–¡Aaaahhhh! Todas las llevamos ¡¡HhhaaaaAAAHHHH!!– gime Sai, antes de besarme otra vez.

Bueno. Supongo que lo hablaré con las chicas. A ver si se les ocurre algo. Ya que ninguna de las cinco me da ideas. Ahora me resulta difícil pensar. Con la calidez de un precioso cuerpo frotando contra mí. Sus erectos pezones pinchándome con dulzura. Con una lengua que penetra mi boca. Que busca la mía. Ansiosa. Apasionada.

Noto sus flexibles nalgas chocar contra mis piernas cuando se mueve con pasión salvaje. Y ser deformadas por mis dedos. Como su húmeda vagina rodea mi miembro. Queriendo devorarlo una y otra vez.

La acabo llenando por primera vez esta noche. En nuestro primer orgasmo. Me besa. No quiere dejarme. Pero An la empuja. Riendo. Su boca engulle mi miembro. Mientras mi mano juega con su entrada más secreta.

No tarda en estar erecto. En ponerse ella a cuatro patas. Mirando hacia atrás. Sensual. Provocativa. Excitada. Llamándome.

Tengo que acudir a su llamada. Follarla desde atrás. Más y más fuerte. Hasta que parece satisfecha con el ritmo. Gimiendo fogosa. Sus pechos balanceándose sin control. Hasta que mis manos los detienen. Estrujándolos. Jugando con ellos.

–¡¡AAAAAAAAAaaaahhhHHHH!! ¡Koooong! ¡Mis pezones! ¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!! ¡Otra vez llena después de un mes de espera! ¡¡¡¡HhhhaaaaaaaAAAAAHHHH!!!!

–Pervertida.

–No la conozco.

–Como se puede decir esas cosas.

–Como se puede ser tan depravada.

Las demás la critican. Aunque más bien bromean. No tardan en ser ellas las que gimen. An se venga de todas y cada una ellas.

Como siempre, acabamos follando toda la noche. Meixiu y Jiao aguantan un poco más desde que subieron. Aun así, las follo menos veces. Se quejan. Dicen que quieren subir de etapa para follar más. Las demás se ríen.

Están hoy más relajadas. El otro día, tenían un poco de miedo por Da Ting. No sabían si su maestra le pegaría bronca por haber salido. No les digo que probablemente lo sabía desde el principio. De hecho, no saben si Da Ting pidió permiso. O si tiene que pedirlo. Lo cierto es que la protegían desde las sombras. Es todo lo que sé.

—————

Al salir de la facción ilusoria, ni se atreven a mirarme mal. Da Ting los asustó de verdad. ¿O ha sido su maestra? Ni idea.

Ya en la cabaña, las chicas no me dan muchas ideas. Más bien, se ríen. Aunque me aseguran que pensarán en ello. Sin darme muchas esperanzas.

–Tienes un mes para pensártelo… ¡¡Aaaaaaahhhh!!– ríe Song antes de penetrarla.

–Podías hablar de alquimia. ¡Espera! ¡HHHHAAAAAAaaaahhhhH!– sugiere Wan. La ignoro. Perforo su culo.

–¡Mmmmm!– gime Liang, mordiéndose el labio, sentada sobre mí –Pregunta a los demás esclavos. Quizás sepan algo. ¡Aaaaahh! Bésame…

–Parece una chica que no ha salido mucho. He conocido algunas de ellas. Prueba a hablarle de la secta en general. De la ciudad. De lo que hay fuera de su entorno– propone Hong, antes de coger mi miembro y sentarse sobre él –. ¡¡HHHHHHHAAAAAaaaahhhHHH!!

–Le preguntaré a Wei– ríe Shun –¡Noooo! ¡Espera! ¡Cosquillas nooooooo!

–¡Aah! No será mucho… ¡Aaahh! Pero si… ¡Aaah! Le preguntas sobre el té… ¡Aaaahhh! Quizás hable un poco… ¡¡¡Aaaaahh!!!– sugiere Ma Lang, que parece interesada en el tema.

Está tumbada sobre la cama. Sus rodillas dobladas hasta su cuerpo. Su vagina siendo disfrutada una y otra vez.

–Yi es la experta. ¡AAaaaaahhhhhh!

–Yu es la experta. ¡AAaaaaahhhhhh!

Las gemelas se pasan la pelota. Como castigo, no las dejo descansar hasta que piden clemencia.

–Algo pensaremos. No les hagas caso. Mmmmmmmmmm– me sonríe Shi, divertida, antes de besarnos.

–De sexo, a todo el mundo le interesa. ¡¡Maaaás!! ¡Amo!– sugiere Ning. No sé por qué le he preguntado.

–De Amo. ¡Aaaaah! Seguro que le interesa. ¡¡Más!! ¡Mi culo!– es la idea de Rui. Empieza a preocuparme.

–Ni idea. ¡¡Aaaaahhh!!– no colabora Rong, a la que estrujo sus tetas. No sale nada.

–Técnicas de combate. ¡¡Aaaah!! Sí, Amo. ¡HHHHAAAAAaaahhhhHH!! Seguro que le interesa… ¡¡¡¡AAAAAAhhhhh!!!!– confirmo que Bronceada es una fan de las técnicas.

–¡Aaahh! ¡Amo! ¿Quizás productos exóticos? ¿Comercio? ¡¡¡Aaaaaahhhhh!!! Esta posición… ¡¡¡Aaaaaaaahhhh!!!– sugiere Hai, mientras la levanto y la follo de cara a la puerta.

No ha habido muchas sugerencias útiles. Aunque sé que las chicas pensarán en ello. Por mucho que se burlen. 

Después de copiar manuales y de sexo, decido probar el brazalete de qi. Tengo unas pocas páginas estropeadas, pero sirven para practicar. Puedo usar la tinta de prácticas. Más barata y de menor duración. Nos podemos llevar un poco sin problemas.

Pensaba que sería algo más fácil. Pero tampoco es tan difícil. No puedo absorber ese qi deprisa. No es útil para recargar. Es mucho más rápido follar. Aunque sí puedo utilizarlo junto al mío. Casi como si lo fuera.

El problema es el casi. Creía que sería más inmediato. Me lleva el resto de la mañana conseguir manejarlo bien. No romper nada. No dejar que se rebele y resquebraje los enlaces de qi que intento crear. Mañana, lo intentaré de verdad. Aunque primero, tendré que rellenarlo.

—————

–Eres el mejor– me abraza Shi y me besa.

Aunque el abrazo dura poco. Pronto empieza a comerse su crep salado. Las otras también escogen el que más les gusta. Como era de esperar, sólo Yu escoge uno picante. Los demás, se quedan en el Almacén.

Las gemelas no se pueden encargar de comprarlos. A no ser que vayan conmigo. Se enfrían. En el Almacén, se conservan calientes.

–¡Aaahh! ¡Kong! ¡Para!– se queja muy sensualmente Ma Lang.

Le he chupado el pezón. Más bien, un poco de miel que le ha caído cerca.

–Ah, yo también me he manchado– se hace la sorprendida Song.

–Qué raro, yo también.

–Y yo.

–Yo…

Vaya, todas se han manchado. ¿Qué les debe de pasar a esos crepes? Me veo obligado a limpiarlas a todas con la lengua. Con un poco de qi. Tentándolas. Como ellas me están tentando a mí. Dos veces a cada una. Aunque no pasamos de allí. Lo dejamos para más tarde. Creo que han estado a punto de romper sus propias reglas. No sería la primera vez.

Hong me explica lo que sabe de hacer té. No es mucho. Lo había servido alguna vez. Lo ha visto preparar. Lo ha comprado siguiendo órdenes. A las gemelas, habían querido enseñarles. Prefirieron entrenar. Rui tiene algunas nociones básicas, pero tampoco había puesto mucho empeño. Bueno, al menos sabré un poco de que va si a Da Ting le interesa la conversación.

Ma Lang escuchaba atentamente. Parece interesada. Más que en las técnicas. Veré si encuentro algo para ella.

Proponen que tantee hablar de habilidades, pero sin preguntar demasiado. Que no crea que quiero espiar en cualquier secreto que pueda tener. Y sobre todo, hablar de Sai, sus hermanas y las dos esclavas. Bueno, será suficiente para el próximo día. Si me llama. Como ellas aseguraron.

Hablamos un poco también de los movimientos consecutivos. A todos nos falta algo. No sabemos muy bien cómo mejorarlo. Iré a hablar con el instructor un día de estos. De hecho, habría ido ya. Pero ha estado unos días fuera. Alguna misión de la secta, quizás. Se supone que vuelve en pocos días.

Están apuntando que crepes quieren el próximo día. Algunos repetidos. Algunos nuevos para probar. Y los que aún están en el Almacén, claro.

La verdad es que estamos charlando más de lo normal. Tanto que llaman a la puerta. Es mi cita con Ken. Oh. ¿No es ella?

–Hola Heng, ¿le ha pasado algo a Ken?– le pregunto un tanto preocupado.

–Nada grave. Han venido unos invitados, y los que estaban en cocina se tienen que quedar más. A mí me han dado el suyo de recoger troncos– me explica.

–Ya veo. ¿Quieres quedarte a descansar? No muerdo– le aseguro.

–Gracias. Eres un cielo, pero no puedo deberte tanto. Nos vemos otro día– se despide.

–Hasta otra– me encojo de hombros.

Mi oferta era en serio. Me cae bien, y también a las otras esclavas. Habíamos coincidido a menudo, cuando yo era esclavo. Aunque nunca quiso nada más. Su trauma con el sexo es bastante profundo. No quiere que la toquen. Lo pasaba aún peor que otras cuando los estudiantes abusaban de ella. Ahora, está mejor. Está en la etapa dos. Con el nuevo trato a los esclavos, es difícil que la molesten.

También es guapa. Aunque eso ha sido una maldición para ella. No nació esclava. Algo pasó para que se convirtiera en una. Quizás, una deuda de sus padres. Quizás, fue raptada. Nunca ha querido hablar de ello. Lo que es seguro es que fue un duro trauma para ella.

Me gustaría ayudarla más. Es una de las que doy píldoras a través de las chicas. Para ayudarla a cultivar. Aunque eso tiene sus límites. No pueden abusar de ellas. Tienen que ir con cuidado para que no se acumulen toxinas que los perjudiquen en el futuro.

Sería fácil con sexo. Pero ella no quiere. Lo dejó muy claro. Es una pena. Es un encanto. Hoy, por ejemplo, no tenía ninguna necesidad de venir a decirme nada. ¿Quizás en el futuro? Quién sabe.

No me queda más remedio que trabajar. Por la noche, iré a ver a mis pervertidas. A ver que me dicen de los piercings.

Me pongo a llenar el brazalete otra vez. Recupero qi con Rui primero. La follo a cuatro patas sobre la cama. Yo de pie fuera. Cogiéndole su trenza azul. Haciendo que su cabeza esté un poco hacia atrás. Mientras gime y la penetro. Mientras voy llenando el brazalete. Mientras su vagina se restriega a lo largo de mi miembro.

Las otras tres están alineadas. A cuatro patas. Esperando su turno. La siguiente es Ning. Que está empapada. Que gime con desesperación como siempre. Debo premiarla un poco. Está dominando su arma. El mangual. Aunque aún le falta. Solo tres orgasmos para ella.

Bronceada toma la iniciativa en mover ella misma su culo. Antes tenía que ordenárselo. Desde que traje a Hong, es mucho más dedicada. Apasionada. Totalmente entregada.

A Hai la sacudo un par de veces en el trasero. Como castigo. Mientras le curo su herida en la pierna. Se ha distraído entrenando. Y ese ha sido el resultado. Con la espada a dos manos. No es muy profunda. Si no, la habría llamado antes. De hecho, ya ha cicatrizado. Solamente ayudo a completarlo. Pero podía haber sido mucho peor.

–¡Ay! ¡Lo siento! ¡¡AaaaaaahhhhhhHH!! ¡No lo haré más! ¡No volveré a pensar en Amo follándome en público cuando…! ¡Aaaaayyy! ¡¡HHHHAAAAAaaaaahhhHH!!

Más le vale. No porque vaya a castigarla si vuelve a pasar, no hará falta. Rui se ha enfadado mucho con ella. Cuando me he dado cuenta, estaba atendiéndola preocupada. Luego le ha pegado una buena bronca. Hai solo asentía con la cabeza baja. Si lo vuelve a hacer, no pienso meterme.

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–Nos lo hemos probado todas. Huan'er hasta se ha hecho el agujero. Le ha gustado bastante la idea de los piercings. No deberíamos haberle dicho nada…– se lamenta Liu.

No puedo evitar reírme. Mientras desabrocho lentamente su sujetador. La estoy desvistiendo despacio. Provocándola. Añadiendo qi cada vez que la rozo. Ella me mira apasionada. Sin quejarse. Dejándome hacer. Mientras sus manos y las de su amiga se ocupan de mi ropa.

–No molestaba. Creo que pueden llevarlos. A Ken le encantó la idea. Estaba un poco preocupada por que hicieras tanto por ellas. Le convencimos de que era para darle trabajo a Xiulan'er. Bueno, no estoy seguro si la convencimos del todo. El resto, te lo dejamos a ti. ¡Ñam!– explica Lang, antes de envolver mi miembro con su boca. Eso no se come.

Mientras ella me hace una felación, acabo de desvestir a Liu. Devoro sus pechos. Sus labios. Su clítoris. Su vagina. Acaricio cada rincón de ella.

Hago lo propio con Lang mientras me follo a su amiga. Luego le toca a ella. Liu, tras descansar un poco, empieza a besarme. Morderme. Lamerme. Acariciarme. Y luego a follarme despacio. Vengándose de que antes la provocara.

A su amiga le parece divertido, así que hace lo mismo. Acabamos todos cubiertos de saliva y sudor. Bueno, ellas llenas de semen también.

Así que sacan una bañera grande que han comprado. Cabemos los tres. La llevaban en el anillo de carga que les regalé. Y también agua. E incluso un calentador con qi. Están bien preparadas.

Acabamos los tres relajados dentro. Al menos, durante un rato. Hasta que follamos por tercera vez.