Una vez ya hemos tenemos claro qué hacer con talismanes y brazaletes, llega el siguiente punto. Yan Xiulan nos enseña el pequeño piercing. Su capacidad es menor a la del brazalete. Pero más que suficiente para el propósito. Solo queda probarlo.
–Esclava, eso está sucio, ven a limpiarlo– ordeno, intentando sonar déspota.
–Se te da bien. Casi te odio– se burla Pen en voz baja.
–He tenido muchos maestros– suspiro.
Ken se acerca a limpiar los restos del talismán. Nos mira de reojo. Sabe que estamos tramando algo. Demasiado tarde. Pronto se ve rodeada. Oculta a otros ojos.
–Abre la boca. No te resistas– la amenaza Bei Liu, queriendo sonar malvada –. ¡No me pises!
Ken sonríe. Le saca la lengua un momento. Luego abre la boca. Dejando que le hagan un pequeño agujero. Debe de doler. Fen Huan dice que solamente es un pinchazo. Que se alivia enseguida con qi. Parecía decepcionada. Espero que sea así.
Le colocan la joya. Es alargada. Bajo el labio. Bajo los dientes. Por dentro.
–¿Duele?– pregunta Bi Lang, preocupada.
–Está bien. No molesta. Ya veremos cuando la lleve un rato– responde Ken, que ya estaba avisada de antemano.
–Pruébala y nos dices– le pide Xiulan.
–Claro. Y gracias.
Nos lo dice a todos. Aunque me mira a mí un poco más. A Yan Xiulan. Y a sus amigas pervertidas. Luego se va a seguir limpiando. No puede permanecer aquí mucho.
–Xiulan'er. Me han preguntado si es posible compartir un brazalete entre gemelos o mellizos– inquiero.
–Eso es una pregunta difícil. De entrada no, el qi es diferente. Aunque se dice que tiene más similitudes. He oído que hay runas que podrían permitir algo parecido, pero no sé mucho de ello. Lo siento. Ye Bi, ¿tú sabes algo?– pregunta nuestra joyera.
–Tch. ¿Cuántas veces te he dicho que me llames Bi'er? No te pienso contestar hasta que lo hagas– se hace ella la enfadada.
Las demás sonríen. Yo también. Sabemos que Yan Xiulan es tímida. Y que Ye Bi es en cierta forma su superior. Tiene más cultivación y conocimientos en runas. Sus facciones, sus profesiones, son distintas. Pero Xiulan la considera así.
Lo que pasa es que Ye Bi no quiere ese trato. Y a menudo se molesta. Aunque sea un enfado ficticio.
–Ah… Ye Bi… Digo… Bi'er… Por favor…– rectifica nerviosa y algo ruborizada.
–Eso está mejor…– sonríe Ye Bi –Como dice Xiulan'er, no es una pregunta fácil. En realidad, se pueden hacer talismanes para que los usen dos personas a la vez. Así pueden sumar el qi. Pero es muy complicado. Si el qi es próximo, como hermanos, es algo más fácil. Si son gemelos, todavía debería facilitarlo más. El principal problema es que hay que hacerlo exclusivamente para ellos. Se tiene que pedir una muestra del qi de cada uno y aplicarlo al talismán. Para joyas, debe de ser parecido. Aunque un poco pronto para Xiulan'er. Nunca lo he hecho, pero no podía ni intentarlo hasta que era capaz de grabar dos símbolos juntos– explica.
–Ya veo. Bueno, solo era una pregunta que me hicieron. Gracias por la aclaración– les agradezco.
Las gemelas no podrán tener sus brazaletes compartidos. Aunque sería interesante un talismán más potente. Se lo puedo proponer.
–Si te interesa, les puedo pregunta si quieren un talismán. Aunque aún no han llegado a Alma, no les debe de faltar mucho– le propongo a Ye Bi.
–Podría intentarlo, sería interesante. Aunque hay dos problemas. El primero es que no puedo garantizar que lo consiga. Podría estropear los materiales, y no creo que se quieran arriesgar. El segundo es que no puedo hacer que sea usable antes de Alma– explica Ye Bi.
–Ya veo. Ya se lo diré. Cuando lleguen a Alma, igual quieren probar. Son un poco malgastadores– río –. ¿Cuánto costaría?
–No estoy segura. Creo que alrededor de 10.000 puntos. Un talismán equivalente a un ataque en la etapa siete sería lo máximo que podrían controlar, aunque se quedarían sin qi. Ya te lo diría exactamente si consigues a alguien que tenga ganas de tirar puntos.
No sé si es barato o caro. Lo cierto es que un talismán así puede salvarnos la vida. Por mucho que sea de un solo uso. Cuando suban, se lo pediré. Unos pocos. Espero que de aquí a unos meses.
–¿Por qué estás tan alejada de Kong? El otro día en la cita os cogíais de la mano– provoca Bei Liu a Yan Xiulan.
–¡Liu'er!– protesta esta, sonrojándose.
–Oh. ¿Una cita? ¿Qué pasó?– Pregunta Ye Bi, interesada.
–¡No pasó nada!– se apresura a negar nuestra joyera.
–Cierto. Cogerse de la mano no es nada. ¿Qué dijo de un crep y un besmmmmm?– interviene Bi Lang, a la que tapa la boca.
–Parece interesante. Contadme más– les sigue el juego Ye Bi.
Al final, no la exponen mucho más. Aunque están un rato provocándola. Haciéndola avergonzarse. Quisiera ayudarla, pero no sé cómo. Creo que les confesó demasiado. Por suerte para ella, empiezan a llegar estudiantes.
Yo me alejo de ellas hasta que se calmen. O me veré envuelto.
–Kong, no huyas– ríe Pen.
No le hago caso. Además, así Xiulan'er podrá hablar más libremente. Sé que quedándome la pueden provocar más.
–Hola, ¿cómo es que no estás con tu novia? ¿Os habéis vuelto a pelear?– le pregunto a Xu Siyu.
Desde que me lo encontré en la cola para ser interrogado por la expedición, podría decirse que somos amigos. No muy íntimos. No como Tai Feng. Pero sí nos llevamos bien. Lo suficiente para poder hacerle esa pregunta.
–No. Bueno, sí. Pero hicimos las paces. Ya sé, ya sé. Otra vez. No puedo estar con ella, ni sin ella– se queja.
El principal problema con su novia es que los dos son muy sociables. Y también celosos. Ella se enfada cuando se entera de que él ha estado hablando con alguna chica. Y lo mismo al revés. Mis pervertidas dicen que los dejemos estar. Que eso tienen que solucionarlo ellos.
–Si no confías más en ella, nunca acabaréis de pelearos– le aconsejo.
–Díselo a ella– refunfuña.
–No puedo. Te pondrías celoso– me burlo.
Él me da un golpe en el hombro. Entre mosqueado y avergonzado. Aunque no es muy fuerte. Luego se ríe. Quizás de sí mismo.
–Ah, ya ha llegado. Nos vemos– se despide de repente.
Suspiro. Los veo a los dos caminar hacia el otro. Besarse con suavidad. Les da vergüenza hacerlo más intenso en público. En privado, han llegado a bastante más. No creo que me haya mentido.
De hecho, eso le ocasionó un problema importante. La familia de ella es muy conservadora en lo que respecta al sexo. Querían que ella volviera inmediatamente. No sé muy bien para qué. Ya no tenía remedio. Aunque no pueden obligarla a salir de la secta. Así que ella pudo negarse. Negociar con su familia.
Al final, se han prometido. Él está encantado con ese arreglo. Excepto cuando se pelean. Hay que decir que su pelo rojo y el verde de ella tienen un curioso contraste.
Los que no tienen novia los miran con envidia. Un par son nuevos. Miran de reojo continuamente al otro lado. Donde están las chicas. A las que se han acercado mis pervertidas. Parece que se han cansado de burlarse de Yan Xiulan. Que está hablando con Ye Bi, Pen y Fen Huan.
Después, fuerzan algunas presentaciones de los nuevos. Hacen que los "solteros" hablen con las "solteras". Que se conozcan. Si hay alguna posible pareja, les dan la oportunidad de hablar algo más apartados. No sé muy bien cómo lo consiguen. De cada encuentro, han salido un mínimo de dos. Si después duran o no, ya no es cosa de mis queridas pervertidas.
Bueno, al menos no siempre. No es la primera vez que les piden que hagan de intermediarias. Por algún enfado. Por algún malentendido. Ellas se ríen al explicarlo. Y se enfadan cuando realmente no ha sido un malentendido. De hecho, hay al menos tres estudiantes que no creo que vuelvan por aquí. Dos masculinos y una femenina.
Tanto Bei Liu como Bi Lang han sido promiscuas. Han tenido varios novios. Pero nunca han engañado a ninguno. No les parece mal que alguien tenga más de una pareja. Pero sí que lo hagan a escondidas. Está bien si la pareja lo acepta. Si no, o se rompe o se abstiene. Si mienten a su pareja, no esperen que ellas los ayuden. Si les mienten a ellas, que no esperen que les vuelvan a dirigir la palabra.
Lo que no sé cómo consiguen es que Xiulan'er me dé un beso en la mejilla delante de ellas. De despedida. Roja. Luego se va bastante rápido. Más tarde me entero de que ha sido cosa de Ye Bi. Aunque no sé qué le ha dicho.
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Al día siguiente, mi princesita Wei me llama por primera vez "Non". Es adorable. Señalándome. Ríe cuanto la cojo y le beso sus mejillas. Cuando la hago girar por el aire. O cuando la suelto y la cojo. Le encanta que le acaricie la cabecita. Añadiendo un muy ligero qi.
Las chicas ríen y se burlan. Aunque la mayoría hizo algo parecido. Yo he sido el último. Con ellas están más tiempo. Incluso "Abipa" y "Pepob" ya tienen hombres. He perdido ante una tigresa y una rata.
Lo peor es que ya está aprendiendo a ponerse de pie. Es un pequeño terror. Han tenido que dejar todas las armas en el Almacén. Y vigilarla que no se meta en el agua con las salamandras.
Antes, se turnaban para cuidarla. Para que su madre no tuviera tanto trabajo. Que pudiera dormir. Ahora, se turnan para vigilarla.
Las salamandras no la atacan. Pero son venenosas. Aún es pronto para acostumbrarla. Aunque ya tocó una. Y su mano se hinchó. Estuvo llorando un buen rato. Suerte que el qi ayudó.
–¿Desde cuándo te llamas igual que yo?– se queja Song, divertida.
–¿Algún problema, mi querida Non?– la abrazo y la beso.
–Yo no me llamo igual, pero también puedes besarme– se ofrece Liang, también riendo.
–Envidiosa. Todas vosotras– las critica Song.
Las demás también se ofrecen. Entre risas.
–Dais un mal ejemplo a Wei– se queja Shun.
–Tápale los ojos– sugiere Yi, entre risas.
–¿Y mi beso?– vuelve a quejar Shun.
–Déjamela, yo le tapo los ojos– se ofrece Yu.
Shun se la da. Sabe que ha aprovechado para cogerla. A Yu le encanta consentir a la niña. Claro que no es suficiente con que no mire al cabo de un rato. De un beso inocente pasamos a besos más profundos. A meternos mano.
Así que acabo devolviendo a la niña con Yu. En cuanto desaparecen, me atacan todas. Sin piedad. Me faltan manos. Por suerte, no dura mucho. Y deciden tener sexo una a una. Por alguna razón, todas deciden ser salvajes. Apasionadas. No darme tregua. Una tras otra. Chocan las manos cuando se relevan. Malvadas…
La única excepción es Yu. La última. En una íntima sesión especial. Muy íntima. Muy especial. Muchos besos, caricias, gemidos. Cuerpo contra cuerpo. Labios contra labios. Pene contra vagina. Saliva contra saliva. Y algún que otro mordisco.
Parece que ya está un poco más tranquila. Las dos. Antes se encontraban un poco decaídas. Siempre les pasa cuando reciben o escriben una carta a su familia. Se acuerdan de cómo las han tratado. O a sus padres, ahora que están enfermos. A pesar de lo mucho que han hecho estos por la familia.
Han descrito en la carta todo el supuesto proceso. Que fueron a las cabañas de sus primas. Que una estaba vacía. La otra habitada por una estudiante. Cómo supieron dónde investigar. Y que finalmente averiguaron que habían desaparecido en una expedición. Hacía más de nueve meses.
También que había paquetes pendientes de entregar para su prima. Y que ellas no podían recogerlos. Que tampoco los necesitaban, fueran lo que fueran.
En cuanto a encontrarse con sus prometidos, han dado largas. Han dicho que están centradas en cultivar. Han recalcado que han llegado a la etapa cinco. Y que van en buen camino para la seis. En realidad, están en la nueve. Confían en que la familia se queden un poco a la espera de su evolución
Antes de ello, enviaron otra carta a sus padres. En ella, había una receta que supuestamente habían encontrado para su tía. Para que le echara un vistazo.
En realidad, era un mensaje en clave. Tiene cierto riesgo, pero no podían sentirse bien si no la informaban. En teoría, solo puede descifrarse con una sangre compatible con la imbuida. Y solamente quien la tenga se dará cuenta de que hay algo más. Es decir, la madre de Wan.
No es barato. Ni fácil de conseguir. Nos ha costado meses encontrar esa tinta especial. Apenas unas gotas que mezclar con la sangre de nuestra alquimista. Para poder escribir un mensaje corto. "Estoy bien, Wan'er".
No deja de ser curioso. Después de escribirse, el mensaje se difumina. La tinta se separa por toda la hoja. Casi invisible.
Con la sangre adecuada, volverá a congregarse por unos minutos. Se supone.