No me resulta fácil. Hasta ahora, cada vez que subía de etapa, tenía más qi. Pero el qi era igual. Ahora, es el doble de denso. Y tengo que conseguir manejarlo como si fuera el anterior. Además, necesito crear un dantian falso para disimular mi cultivación. Para que el qi que transpire sea menos denso. Para que no absorba más qi del que debiera.
Llevo dos días y medio intentándolo. Sin las chicas. Es duro, pero llegamos al acuerdo de esperar a que lo lograra. A que lo dominara. Si no, ni siquiera podría ayudarlas con su cultivación. Y mucho menos subirlas. Resulta frustrante. Las hecho de menos. Sus risas. Sus cuerpos. Sus… Ah… Otra vez me estoy despistando. Voy a intentarlo otra vez.
Vuelvo a fallar. Esta vez ha sido un fallo de concentración. Respiro hondo e intento tranquilizarme. Empiezo a construir el dantian falso poco a poco. Así, ya casi está. ¡NO! ¿Qué ha fallado esta vez? Claro, eso es lo que decía el manuscrito. Ahora lo entiendo. Casi lo tengo.
Esta vez, creo conexiones artificiales entre mis meridianos y el dantian falso. Que acaban desestabilizándose. Mmmm. Creo que tengo que vigilar cómo las hago. Si hay muchas de un mismo lado, queda descompensado. A ver ahora…
He fallado a la mitad. Pero creo que esta vez voy bien. Tengo que hacer las conexiones más finas. E ir agrandándolas cuando estén todas. Otra vez.
Casi. Me ha faltado apenas unas pocas. El orden no acababa de ser perfecto. Se ha desequilibrado. Otra vez.
Respiro hondo. He logrado la primera fase. Ahora tengo que reforzar las conexiones. Poco a poco. Todas a la vez. ¡Ah! He puesto demasiado en esta. Puedo compensarlo. ¡Cuidado por el otro lado! Sin forzar. Poco a poco. ¡Bien! ¡Ja, ja! ¡Lo he conseguido!
Mmm. Lo he conseguido, sí. Pero, al reforzar las conexiones, lo he estropeado un poco. Bueno, quizás ya había algunos problemas al principio. La circulación no acaba de ir fluida. Suspiro. Lo deshago. Otra vez.
Otra vez.
Otra vez.
Sonrío. Esta vez sí. Pruebo Bastón Fantasma. Me ha salido un poco brusco. Hay un ligero retraso por el cambio entre dántians. Casi no se nota. Pero me tengo que acostumbrar. Voy a probar otra vez. Otra. Otra.
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–¿Por qué has tardado tanto?– me abraza Shi dulcemente.
Sus labios se acercan. Nos besamos.
–Te he echado de menos– le confieso.
Me vuelve a besar. Su cuerpo desnudo muy pegado al mío. Me acaba empujando contra la cama. Se ríe. Nos reímos.
Es la primera a la que toca subir. Lo han decidido ellas. Se han negado a decirme cómo. No es la primera vez que me dejan con las ganas de saberlo. No vale la pena preguntar. Solo se reirá de mí.
Nos seguimos besando. Nos acariciamos. Rodamos sobre la cama. Hasta que ella decide rendirse. Bocarriba.
–Estoy lista– sugiere sensualmente –. ¡Aaaah!
Gime de nuevo cuando la penetro. Lo hago lentamente. Y me muevo en ella con calma, sin prisa. En contra de lo que siento. Mientras ella solo se queda estirada. Mirándome con sus preciosos ojos azules. Su cabello negro extendido sobre la cama.
Quiero darle placer. Quiero hacerle el amor. Hasta que los dos estemos satisfechos. Pero primero, tengo que subirla de nivel.
La primera parte es fácil. Nunca las había ayudado a abrir tantos meridianos a la vez. Fue la mitad la última vez. Pero tengo mucha práctica en hacerlo. Solo son más. Los dos la tenemos.
El qi no es un problema. Puedo manipularlo bien aunque sea ahora de la etapa inferior. Y ella me ayuda. Además de que es un proceso lento y gradual. Es suficiente con paciencia. Aunque, reconozco que se me está acabando.
Más nervioso me pone el siguiente paso. Pero su cuerpo ayuda de forma innata. A crear la membrana en su mar de qi. Y yo añado un poco de qi de la etapa dos. Hasta que empieza a tensarse un poco. Por si acaso, lo vacío ligeramente. No quiero riesgos.
–Felicidades. Estás en Alma– le sonrió y la beso.
–Ahora, deberíamos celebrarlo– responde sugerente. Sus brazos me envuelven. Su sonrisa es tan brillante…
–Por supuesto– asiento, acariciando su nalga izquierda.
Siguen muchos besos, abrazos, caricias, muchos gemidos, varios orgasmos, algún mordisco, risas, mucha pasión.
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Después, subo a todas las chicas a Alma, una a una. Excepto a Rong, que llega a la nueve. Y Hong, que aún le falta un poco para la nueve.
Todas son muy apasionadas. Aunque, sin duda, Wan es la más entusiasmada. Tanto, que les pido a sus primas que la vigilen.
–No te preocupes, ya estaba previsto– ríe Yi.
–Hasta que no esté totalmente estable, no le dejamos hacer píldoras– asegura Yu.
Está ansiosa por comenzar desde hace días. Lleva tiempo esperando. No sé qué habría hecho si fuera a la velocidad normal de cultivación. Bueno, quizás estaba así porque sabía que quedaba poco. No es hasta que cree la primera píldora que puede ser considerada una alquimista de verdad.
Estamos todos juntos más tiempo de lo normal. Todos queremos probar nuestras nuevas cultivaciones. Pero también nos echábamos de menos. Al menos, yo a ellas. Creo que también ellas a mí. Si no, no se pegarían tanto.
–¿Qué vas a hacer ahora?– me pregunta Liang.
–Primero, practicaré con las copias. Tengo que asegurarme de que no haya nada raro, de que pueda hacerlas bien. Luego, iré a verlas. Y otro día comenzaré a practicar todas las técnicas con los dos qis– explico.
Bueno, más o menos ya lo habíamos hablado. De todas formas, me mira fijamente con sus ojos marrones. No es la única que me está mirando.
–Nos estás ocultando algo– sonríe.
–Sin duda– la apoya Song.
–Me pregunto que será– ratifica Shi.
–Espero que no sea otra chica– me acusa Yi, medio riéndose.
–Yo creo que es algo pervertido– se suma su hermana.
Las demás también me acusan. No sé si me conocen todas tan bien. O se fían de lo que han dicho las otras. No puedo ocultarlo. Pero tampoco se lo voy a decir.
–Es una sorpresa. Lo sabréis cuando llegue el momento– tengo que medio confesar.
–¿Más vestidos?
–¿Juguetes eróticos?
–¿Nuevas posiciones?
–Pervertidas– las acuso esta vez yo.
–¡Lo que pasa es que te conocemos!
–Es algo pervertido sin duda.
–¡Atrévete a negarlo!
Estoy a punto de hacerlo. Pero, ahora que lo pienso, es bastante pervertido.
–No voy a decir ni una palabra– me niego.
–¡Veis como era pervertido!
–¡Era evidente!
Están un rato más burlándose de mí. No se burlarán tanto cuando descubran mi sorpresa. Bueno, no estoy seguro de que no lo hagan. Pero sí que les encantará.
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Acabo terminando las pruebas de las copias antes de lo previsto. Tengo muchas páginas defectuosas, que van muy bien para probar. Ha sido más fácil de lo que pensaba. El brazalete con qi ha ayudado también.
De hecho, ahora podría hacer más páginas. El qi que tengo es apenas un poco más. Pero es el doble de denso. Así que hay más del doble. Lástima que eso me delataría.
Es avanzada la tarde, pero los esclavos aún no han acabado la jornada. Así que me acerco a donde está Ai. Es la más cercana. Está en el huerto. Usando su qi para ayudar a distribuir y enriquecer el agua.
Sonríe cuando me ve. Es preciosa, aún con su cara toda manchada. Sus enormes pechos están algo disimulados debajo de sus holgadas ropas. Aunque es imposible esconderlos del todo.
–Os estaré esperando– le doy el mensaje.
–¿Todo está bien?– me pregunta.
No sabe por qué me he aislado unos días. Solo les dije que tenía que practicar algo. No quise mentirles.
–No, te he echado demasiado de menos– le aseguro.
–Adulador…– me reprocha, sin dejar de sonreír –. Hasta pronto.
La miro una vez más antes de marcharme del todo. Es cierto que la he echado de menos. A todas ellas. Y apenas han pasado unos días. Además, tuvimos sesión extra antes. Puedo que incluso acabemos viéndonos más de lo habitual. Pero sigo habiéndolas echado de menos.
Así que me voy hasta la cabaña de mis pervertidas. Seguro que saben dónde están Pen y Fen Huan. Podemos ir todos a verlas.
¿No están? Está cerrado. No puedo ni entrar. Normalmente, no cierran. Es raro. A veces, hasta me dejan notas dentro. ¿Quizás es porque yo no estaba disponible?
Bueno, voy a ver si están las otras dos. Quizás estén todas juntas allí. No me queda más remedio.
Mmmm. ¿Tampoco? Empiezo a preocuparme. A esta hora suelen estar. ¿Debería ir a ver a Ya Xiulan y preguntarle?
–¡Kong! ¿Cuándo has salido? ¿Nos estabas esperando?– me saluda Pen.
Viene con Fen Huan. Respiro aliviado. Me estaba preocupando sin motivo. Ahora que lo pienso, ¿qué les podía haber pasado? Me siento un poco ridículo. Pero no he podido evitarlo.
–Acabo de llegar. Liu'er y Lang'er no estaban. Quería veros a todas– confieso.
Ella sonríe. Se acerca. Me besa. Fen Huan también se acerca, pero no hace nada. No le gusta besarme en público.
–Estábamos con ellas. Han ido a dejar lo que han comprado. Han dicho que venían luego. No las has pillado por un momento– me explica mientras entramos.
Una vez dentro, abrazo a Fen Huan. Se muestra totalmente apasionada. Sumisa. Expectante.
–Entonces, ¿las esperamos?– les pregunto, sugerente.
Las tengo a las dos agarradas de la cintura. Cada una con un brazo. Apretadas contra mí.
–No hace falta– responde Pen sensual.
Huan'er asiente. Mientras le pellizco con fuerza una de sus nalgas.
Así que acabamos los tres en la cama. Y Fen Huan con muñecas y tobillos atados. Con fuerza. Incluso pinchos.
Las dos se han quitado la ropa. También la mía. La boca de mi masoquista está engullendo mi miembro. La de Pen está ocupada con la mía.
–¡Eso no vale! ¡Podríais haber esperado!– protesta Bi Lang. Acaban de llegar.
–¡Hola Kong! ¡Menos mal que ya has salido!– me saluda Bei Liu.
–¿Menos mal? ¿Ha pasado algo?.
–Esto… ¡No! ¡Nada! ¡Solo que te echábamos de menos!– responde, mientras se quita la ropa.
Ha sonado un tanto raro la elección de palabras. Me lo he imaginado. Tampoco tengo mucho tiempo para pensar. Sumadas a las dos primeras, dos más invaden la cama. Exigiendo besos y caricias. Sobándome. Riendo. Las he echado de menos.
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Por la mañana siguiente, me voy después de una última ronda con las cuatro. Primero, ha sido Pen, la que antes se ha levantado, y me ha atacado. Mis pervertidas son las últimas, las más perezosas.
Voy a mi cabaña. Hoy mis chicas son muy dulces. Puedo comprobar que sus cultivaciones están bastante estabilizadas. Aunque mejor que Wan espere un día más. Casi llora… Solo es un día. Y hacer píldoras con su cultivación requiere mucho esfuerzo. Es mejor que esté en perfectas condiciones.
Tras ello, me voy a copiar cuadernos.
–¡Kong! ¡Has vuelto! ¡Te echábamos de menos!– me saluda Su Tian.
Es el primero que compró el brazalete. Nos llevamos bien. Incluso cuando yo era un esclavo.
Otros también me saludan. Algunos solo mueven la cabeza. Están concentrados. Desde que los ayudé a conseguir los brazaletes, ha mejorado mi relación con todos. Bueno, supongo que también tuvimos una excusa para interactuar.
Hablamos un poco. Se unen los que acaban de terminar o estaban descansando. Hay un extraño rumor sobre una tribulación. Luego, todos volvemos al trabajo. Bueno, yo empiezo.
No hay mucha diferencia con las pruebas o el pasado. Quizás, tengo que estar un poco más atento. Pero es casi lo mismo. Acabo mis cuatro páginas con facilidad. Como había estado ausente, tenía más para hacer. Puedes acumular unas pocas, diez como mucho. Con el brazalete, puedo hacerlas sin sospechas.
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El resto de la tarde, lo paso practicando la nueva técnica. Apareció en el Almacén cuando subí a Alma. Pero no he podido practicarla hasta ahora.
No resulta fácil. Me va a llevar un poco de tiempo. Apenas gasta qi, pero resulta cansado mentalmente. Me va a llevar unos días dominarla. No puedo practicarla constantemente.
Así que, a ratos, me paso a las demás técnicas. Quería practicar algunas con mi cultivación completa. Pero he prometido a mis pervertidas que iría a verlas. Han insistido que querían enseñarme sus nuevos vestidos. Y, la verdad, me encanta ir a verlas. Ver como se cambian. Como posan seductoras. Como sonríen cuando las miro.
El problema es que ya tuvimos sexo ayer. Y esta mañana. No sé si podré resistirme. Bueno, tampoco pasa nada por una vez.
Lo raro ha sido la actitud de las chicas. Algunas han suspirado. Incluida Shi. Pero no se han quejado ni dicho nada. Es extraño.
Así que, a la hora acordada, me salgo de la cabaña y voy a la de ellas.