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Espada sin filo

Mientras tanto en Drakenshiel…

La plaza del centro de la aldea, llena de luz y ornamentos provenientes de escamas endurecidas como gemas preciosas, dándole un aspecto brillante y acogedor, cientos de personas estaban congregadas en el lugar, dejando espacio en el centro en el que se alzaba un altar elevado y una plataforma hecha de rocas.

Todos los alrededores de la plaza estaban llenos de gente, y encima de la dichosa plataforma, se encontraban 3 jóvenes parados en firmes, hablando disimuladamente entre ellos, mientras que en la parte trasera en donde no alcanzaba la luz de las antorchas del lugar, se encontraban 3 personas de edad avanzada portando túnicas de un color cian y enfrente de ellos un individuo que era más alto por unos cuantos "Nites", portando una máscara que hacia semejanza a la de un dragón.,

—¡Tengo que ir a buscarlo! ¡No puedo quedarme parado aquí mientras sé que está ahí en el bosque!—

Exclamo el enmascarado, mientras que los 3 ancianos ni se inmutaron, el de en medio soltó un suspiro pesado y tomo un paso al frente

—Sé que te preocupa el muchacho Aren, pero no podemos posponerlo… El ritual tiene que empezar. Ahora.—

El tono grave y severo de su voz contrastaba fuertemente con su frágil apariencia, se daba a denotar el sonido de un gruñido dentro de la máscara del hombre, para que poco después, un pequeño rayo de color purpura golpeara el suelo al lado de sus pies, quitándose de en medio por el susto, mirando hacia arriba de las casas

—¡Jusean! ¡¿Que rayos te sucede amigo?!—

Exclamó el enmascarado mientras observaba como un cuerpo escamoso de color negro y algunas manchas azules índigo reposaba encima de una de las casas próximas al lugar, el ser soltó un pequeño bostezo largo, para después acompañarlo con unos gruñidos y chillidos graves, asemejándose al sonido de una melodía.

—¡Puede que me estén empezando a salir algunas canas pero tú no eres alguien para hablar tampoco, viejo gruñon!—

La discusión era inaudible a las personas alrededor de la plaza, de las que un grupo destacaba levemente en el centro de la muchedumbre, una mujer de pelo negro y ojos verdes junto a un padre e hijo casi idénticos de no ser por la barba que lleva el hombre.

—Se está tardando demasiado… ¡Si terminó yéndose a jugar con Raciel le voy a dar el regaño de su vida!—

La mujer paso de tener sus manos temblorosas a tener una expresión aterradora en cuestión de segundos, la gente a su alrededor se apartó un poco para tratar de no provocar la furia de aquella madre desesperada que pronto se puso a lagrimear otra vez

—Tranquila Cris… Tal vez se encontró con Clara en el camino y ya te sabrás la historia…—

El barbudo a su lado tenía sus ojos algo decaídos, pero con una mirada alerta que compartía su semejanza con la de su hijo, que buscaba entre la muchedumbre rastros del desaparecido…

Después de unos momentos de incertidumbre en la gente alrededor de la plaza, el enmascarado subió al altar, siendo visible para todos los presentes, que inmediatamente guardaron silencio, a pesar de la careta que cubría su rostro, se podía ver el cómo apretaba sus puños llenos de frustración, el hombre soltó un suspiro, antes de volver a inhalar

—¡Queridos ciudadanos de Drakenshiel! ¡La demora ha llegado a su fin! Con la luna llena asomándose en el horizonte más allá de las montañas, y los dragones presentes para darnos su bendición, doy por comenzado el ritu—

El hombre alzo su voz lo suficiente como para que todos los presentes lo escuchasen, sin embargo un sonido agudo y sereno se escuchó a través de la plaza, mientras que los presentes miraban hacia los cielos de dónde provenía aquel ruido, un cuerpo de dos alas y cuatro patas surcaba a través de las nubes, y al empezar a descender, se podía observar el color índigo de sus escamas y al cabo de un momento, se podía observar como algo ligeramente grande y ruidoso caía hacia el suelo

—¡Raaaaaaaaaaaaaacieeeeeeeeel! ¡¡Gravedad Drakonikaaaaaaaa!!—

El tono de aquellas pareciera como un grito de pánico por ayuda, el muchacho se acercaba cada vez más al suelo, y momentos antes de tocar el suelo, un rugido estruendoso se escuchó, deteniéndolo en el aire, a meros "Nites" del suelo aun mientras el se encontraba con los ojos cerrados y con los brazos delante de su rostro, que al notar de que no estaba cayéndose, soltó un suspiro de alivio, antes de que el hechizo se acaba y se golpeara de cara al suelo.

(POV: Archer)

Realmente tengo que trabajar en mis aterrizajes… Eso fue vergonzoso… Me levanté parcialmente, manteniéndome agachada tratando de recuperarme del aturdimiento del golpe, poniendo mi mano en mi rostro enrojecido, después de un momento, algo me jalo del gambesón con un agarre tan fuerte que parecería un dragón, levantándome hasta que mi enfrente de mi rostro había una cara de reptil de gran proporción.

—¡¡AAAAH!! ¡¡UN DRAKE!!—

Grité tanto que me dolió un poco la garganta, abriendo mis ojos completamente

—¿Un drake? ¿Dónde?—

El reptil hablo mientras volteaba de lado a lado hacia el firmamento, hasta que después de un momento se dio cuenta que me estaba refiriendo a él, soltando un resoplido que parecía casi un gruñido

—¡Mas importante! ¡¿Cómo se te ocurre ir solo a un campamento de goblins?!—

Su voz me hizo entrecerrar los ojos debido al tono tan alto, me sentí tan impotente que juraría que lagrimee un poco.

Después de un momento, la persona enfrente de mi me puso de pie y soltó un suspiro

—Debiste avisar primero ¿sabes?—

A diferencia de hace un momento, el tono del enmascarado de escucho más tranquilo, rascándose levemente la parte trasera de su cabeza.

—Yo y tu madre estuvimos muy preocupados… Dime… ¿No estás herido? Podemos invocar tu arma más tarde—

—No, estoy bien… No me deshice de ellos y traje a Raciel ileso para quedarme sentado en la ceremonia, ¡puedo hacerlo…! Por favor… Padre…—

—Que voy a hacer contigo muchacho…—

Después de aquel intercambio, el enmascarado soltó un suspiro nuevamente y con las dos manos se quitó la máscara de la cabeza, dejando ver a un hombre con una barba bien cuidada con un cabello café oscuro y ojos azules como los míos, teniendo una leve sonrisa y una mirada gentil… Al paso de un momento, aquel hombre que era mi padre puso su mano derecha en mi pelo, desarreglándolo aún más de lo que ya estaba, y después con un tajo certero con la misma mano, golpeo mi cabeza un poco fuerte, haciendo que la cubra con mis dos manos rápidamente

—¡¿Y eso por qué fue?!—

Exclamé entre lágrimas, mientras un chichón leve se alzaba de entre mi pelo

—Sé que eres capaz de hacerte cargo de ese tipo de alimañas, ¡pero para la próxima tienes que avisar primero!—

Mi padre se puso de brazos cruzados, su expresión seria decía que no estaba bromeando esta vez… No tuve más remedio que asentir levemente

—Ahora ve, todavía tienes un evento importante por delante ¿no?—

Sentí un golpe en mi espalda, empujándome unos pasos hacia las escaleras de la plataforma donde mis otros 3 compañeros se encontraban parados, mire hacia atrás y observe como mi padre se ponía de nuevo la máscara de dragón y al terminar, me dio mostro un pulgar arriba, haciendo que yo asintiera con una gran sonrisa en mi rostro, subiendo las escaleras y formándome junto a mis compañeros.

Al instante en el que me pare junto a mis compañeros, escuche un sonido parecido al de un siseo, haciendo que voltee levemente

—Hey, ¿es cierto que te metiste tu solo contra unos goblins? Estas demente hombre…—

El que dijo aquello fue un muchacho con un gambesón ligero de color blanco, con unos lentes hechos de madera barnizada y un pelo de color negro al que le sobresalía un mechón de color gris, Mauro es su nombre y es el jinete/compañero de Dionis, poco después de que el chico dijera aquellas palabras, un resoplido de escucho que provenía de la persona siguiente a el

—¡Ha! ¡Muy seguramente Flambel y yo hubiéramos podido hacernos cargo sin tardar tanto!—

Aquel que hablaba con tono engreído era Aidan, que llevaba a su vez un gambesón rojo carmesí y un pelo de color rojizo vibrante, ambos eran la representación de aquel dicho que iba "de tal jinete, tal dragón" ya que sus dragones son idénticos a ellos

—¿Podrían callarse? ¡El discurso del jefe va a empezar!—

Ese tono tan seco y femenino provenía de la chica que se encontraba al primera en la fila, con un tabardo de color marrón y pelo del mismo color, la más aplicada de nuestro grupo, su nombre es Ruri y su dragón creo que se llamaba… Tlali… Si, una dragona de escamas cafés… Los cuatro habíamos entrenado duro durante toda nuestra vida para ser jinetes, y hoy era el gran día… Nuestros ojos estaban llenos de luz y emoción, cosa que las personas alrededor de la plaza compartían, debido al ruido que hacían debido a su cuchicheo.

Después de un momento, el hombre enmascarado se paró en lo alto de la plataforma cerca del altar, haciendo que la gente y mis compañeros incluidos guardáramos silencio al instante, el sonido mudo inundo el lugar aparte del sonido del viento y la respiración de los dragones que se encontraban expectantes encima de los diferentes edificios alrededor de la plaza.

—Ejem… Perdonen la… Gran… Demora… ¡Pero ahora con nuestro último participante presente, el ritual de promoción a jinete por fin da comienzo!—

Aquellas palabras hizo que la gente diera una fuerte ovación acompañada de gritos de emoción y aplausos... Recuerdo que Raciel se encontraba al lado del dragón de papa, aplaudiendo con sus alas mientras tenía una gran sonrisa en su rostro con la lengua de fuera, cuando todos terminaron de aplaudir, Raciel no se detuvo hasta que Jusean tuvo que darle una mordida preventiva en el cuello para que se calmara, haciendo que el pobrecito lagrimeara levemente por el regaño, reí levemente al ver esto pero recupere la compostura rápidamente.

El ritual tiene muchas formalidades así que por lo tanto les explicare un poco…

Cuando un aspirante a jinete llega a la edad de 15 años y termina su entrenamiento, se le asciende como jinete oficial, que se dedicara por el resto de su vida hábil a proteger el pueblo y mantener el orden, sin embargo hacemos este ritual también para invocar un arma… Esta arma se ata al usuario y no puede usar otra arma que no sea la que se invocó. Para siempre. Sin embargo, esto trae varios beneficios consigo, las armas vienen con habilidades únicas, algunas son comunes a lo largo de las diferentes categorías, y algunas otras son muy peculiares que cambian por completo el estilo de uso de un arma o similar, algunas cambian forma… Algunas tienen habilidades para hacer más daño o protegerte de ataques fácilmente, ¡e incluso dominar elementos como si fueras un mago!

Gracias a las historias y enseñanzas de los dragones más viejos del pueblo, tengo entendido que esto no es único en el cachito de tierra que es Drakenshiel, sino que es algo que se hace a lo largo de todo el mundo, con diferentes costumbres claro… Me pregunto qué tipo de armas invocadas me encontrare más allá de este bosque en el que me encuentro ahora…

Después de un rato, tres ancianos traían escamas de todos los colores alrededor del altar de piedra, formando montículos bastante grandes de estas capsulas de mana condensado, haciendo que un círculo mágico en la piedra de aquel altar brillara con luz multicolor, mi padre se puso atrás del dibujo con cuidado y vi como hacia algunas señas raras con sus manos, ¿tal vez el conjuro para que funcione? Tal vez… Tal vez lo descubra en mis viajes…

—Hoy como todos los años, le damos la bendición a nuestros nuevos jinetes al brindarles la capacidad de proteger nuestro pueblo y nuestras familias con toda su alma y cuerpo, y por sobre todas las cosas, para poder ayudar a nuestros hermanos dragones para vivir en paz en este hermoso santuario que es su hogar—

Las palabras de mi padre resonaron a través de toda la plaza, y a su vez, algunos de los dragones más viejos del pueblo rugieron en conjunto… Aunque más bien parecía un bostezo…

—¡Jinetes! ¡Reciten su juramento!—

Esas palabras sonaron algo tenues, vi como mi padre se ponía su mano en el pecho, tal vez gritar tanto lo agobió un poco, inmediatamente después, los cuatro nos pusimos firmes, y entrelazamos nuestras dos manos enfrente de nosotros, inhalando profundamente

—Mientras mi cuerpo tenga vida, y mientras tenga la capacidad de levantarme. ¡Juro! Proteger este pueblo con todo mi ser. ¡Juro! No usar el poder y nombre de los dragones en vano. ¡Juro! Proteger aquello que es preciado para mí y los que me rodean. ¡Juro! Surcar los cielos junto a nuestros hermanos sin temor o duda. Con mi alma y corazón, por el resto de nuestras vidas. ¡Lo juramos!—

Nuestras voces resonaron por todo el pueblo, y en muestra de aprobación, los dragones rugieron y aletearon de manera imponente hacia el cielo, liberando magia para generar luces en el cielo de muchos colores distintos como si fueran fuegos artificiales.

—¡Los dragones han hablado! Y así como ustedes juran proteger nuestro pueblo y sus habitantes, los dragones juran protegerlos allá en lo alto de los cielos, según dictan nuestras costumbres de antaño le daremos a cada uno de ustedes un arma invocada para ayudarlos en su cometido, que les ayudaran a salir hasta de la más peliaguda de las situaciones—

El silencio inundo el lugar por un pequeño lapso de tiempo, mi padre tomo un momento para respirar, soltando un suspiro silencioso bajo aquella mascara suya

—Ruri, acércate por favor—

—¡Si!—

La chica de pelo marrón subió las escaleras al altar lentamente hasta llegar enfrente del círculo mágico… Regularmente se dice algo ahí, pero para mí en ese momento era un misterio… Me alegro que haya sido así…

Momentos pasar y la luz del círculo se intensificó, tal vez se podía ver a varias decenas de "drakes" de distancia, y después de unos instantes el brillo disminuyó y Ruri que subió al altar con las manos vacías, bajó con un bastón de metal que tenía una piedra preciosa de color verde en la punta, un bastón para magia, que bueno que nuestro entrenamiento nos prepara para estas cosas…

Lentamente, cada uno fue pasando hacia la cima del altar, haciendo el mismo proceso, Aidan bajo del altar con un hacha de mango largo que lucía muy pesada, además de que él tenía una sonrisa en su rostro y una mirada apacible, nunca lo había visto de esa forma antes, por otro lado, Mauro bajó con una lanza que traía consigo una cinta de color blanco que ondulaba levemente con el viento, cuando se reunió con nosotros, él tenía una mirada llena de determinación, todos esos cambios de aptitud me intrigaron bastante, hasta que finalmente llego mi turno…

—Archer, sube por favor…—

—¡S-Si!—

Mi voz se encontraba algo temblorosa y mis pasos fueron algo torpes mientras subía aquellas escaleras de las que nadie bajaba con las manos vacias, al llegar arriba vi a mi padre con aquella mascara cubriendo su rostro, acomodándosela un poco ya que la ha usado por bastante tiempo…

—Acércate hijo mío…—

Aquellas palabras llenas de serenidad… El tono era casi como el de mi madre pero un poco más grave y varonil, asentí levemente y camine hasta estar enfrente de aquel dibujo brillante que adornaba el suelo, después de unos instantes, mi padre se quitó la máscara, él no lo hizo con los demás participantes, pensé en ese momento que no era necesario pero… Ahora lo agradezco profundamente…

—Mírate… Por un momento te veo, apenas aprendiendo a dar tus primeros pasos por el pasillo de nuestra casa… Y al parpadear, ya estas enfrente de mí, apunto de convertirte en jinete ¿eh?—

—Papa…—

—Recuerdo cuando tenía tu edad… Me la pasaba jugando, surcando los cielos y aprendiendo cosas nuevas todos los días junto a Jusean, soñando cada noche acerca de las aventuras que tendría el día siguiente…—

El rostro de mi padre en ese momento nunca lo olvidare… Con una sonrisa en su rostro y una mirada llena de nostalgia…

—Hoy… Hoy es prueba de que te esforzaste todos estos años… Entrenando arduamente y estudiando todo lo que pudiste, mientras mantenías ese espíritu animado y lleno de energía dentro de ti… Te volviste alguien capaz de proteger aquello que aprecias… ¡Lo demostraste salvando a Raciel de esos goblins! Wow…—

—Exageras demasiado padre…—

Me sonrojé levemente, nunca me había elogiado tanto… Todos esos días que pasé entrenando la espada dieron sus frutos… Y viendo como sobreviví a ese lobo estrella… He de decir que hizo un buen trabajo criándome…

—Quiero que sepas que tu madre y yo estamos muy orgullosos de ti… Llegaste hasta donde estas por mérito propio y de nadie más… Espero que en el futuro… Sigas labrando tu camino por ti mismo y mejorándote cada día como hasta ahora—

—Padre… Yo…—

—SShhh… Eso puede esperar para después de la ceremonia, pero ahora, tienes un destino enfrente de ti…—

Mi padre exhalo aquellas palabras mientras ambos observábamos el brillante altar, nunca lo había visto tan de cerca, todos esos símbolos eran tan complicados y más allá de mi entendimiento, tal vez hasta los eruditos de nuestro pueblo tardarían muchos años en descifrarlos por completo.

—Ahora… Hijo… Archer. Dime, ¿Por qué hiciste tu juramento?—

Abrí mis ojos ampliamente, no esperaba ese tipo de pregunta, pero el rostro de mi padre mostraba una gran seriedad

—Pero… Ya lo dije allá abajo…—

—¿Ese montón de palabrería? ¡Ha! No… Me refiero a por que te has esforzado hasta ahora… ¿Qué es lo que quieres tu Archer?—

Me pare a pensar por un momento… Y cuando finalmente me di cuenta de lo que realmente quería, inhale profundamente y prepare mis palabras

—Quiero volar por los cielos en los que nadie aquí haya estado—

La determinación que mi voz y alma expresaban generó un brillo en los ojos de mi padre, que trataba de ocultar las pocas lágrimas que salían, sonriendo ampliamente

—Entonces hijo mío… Que tu alma muestre su verdadera forma—

Al oír esas palabras, extendí mis manos hasta que estas se posaron encima del brillo de aquel círculo mágico, sin embargo, sucedió algo que nadie de los presentes esperaba ese día.

El brillo del círculo se intensifico como lo hizo antes con los demás, sin embargo conforme pasaban los instantes, su luz empezó a hacerse cada vez más y más intensa, primero envolviendo aquel altar, despues la plataforma de piedra y por último, la plaza entera, el brillo del escrito cambio de azul a rojo, luego a morado, luego a dorado, luego a verde, y así susceptivamente, intercalando entre todos los colores habidos y por haber… Y por un instante… El silencio reinó en medio de un brillo blanco y una voz me susurro

—T҉̘͙͖̠̓ͦ͑̄͜͜͟͞u̶͖̖͆̊̈́͡͡ d҉̴̷̧̢̛̖͔̤ͯ̔̑̄͢͟͡͠e̵̡̫̫͍͕̎ͭ̐͟͟͝͞s҉̝̭̦͚̑ͯ̌͡t҉̷҉̢͖͔̹͛̌͊͘͜͢͠͡͡i҉̧̯̤̙͔̑ͧ̅̔ͦ́͜͟͢͝͠n̸͐̈́͟͟͝o҉̢̡̲͇̌͗̀͢͝ e̵̡̫̫͍͕̎ͭ̐͟͟͝͞s҉̝̭̦͚̑ͯ̌͡t҉̷҉̢͖͔̹͛̌͊͘͜͢͠͡͡a҉͖̟̜̞̂̃̑̽͢͢͠͡ s҉̝̭̦͚̑ͯ̌͡e̵̡̫̫͍͕̎ͭ̐͟͟͝͞l̶҉̰͚͖͕̍̈́̅͗̏̇͢͜͜͝l̶҉̰͚͖͕̍̈́̅͗̏̇͢͜͜͝a҉͖̟̜̞̂̃̑̽͢͢͠͡d҉̴̷̧̢̛̖͔̤ͯ̔̑̄͢͟͡͠o҉̢̡̲͇̌͗̀͢͝… Q̵̴̢͕̬̒̅̊͜͜͠͠͡u̶͖̖͆̊̈́͡͡e̵̡̫̫͍͕̎ͭ̐͟͟͝͞ a҉͖̟̜̞̂̃̑̽͢͢͠͡s҉̝̭̦͚̑ͯ̌͡i҉̧̯̤̙͔̑ͧ̅̔ͦ́́͜͟͢͝͠ s҉̝̭̦͚̑ͯ̌͡e̵̡̫̫͍͕̎ͭ̐͟͟͝͞a҉͖̟̜̞̂̃̑̽͢͢͠͡. H̴̶̵҉̨̡̛̼͎̫͓̒́̔ͩ͜͟͠͞͞i҉̧̯̤̙͔̑ͧ̅̔ͦ́͜͟͢͝͠ǰ̸̶̭͓͓̀̈́͜͟ͅo҉̢̡̲͇̌͗̀͢͝ d҉̴̷̧̢̛̖͔̤ͯ̔̑̄͢͟͡͠e̵̡̫̫͍͕̎ͭ̐͟͟͝͞ l̶҉̰͚͖͕̍̈́̅͗̏̇͢͜͜͝o҉̢̡̲͇̌͗̀͢͝s҉̝̭̦͚̑ͯ̌͡ d҉̴̷̧̢̛̖͔̤ͯ̔̑̄͢͟͡͠r҉̵҉̛̠̩̥̋ͦ̆͆͟͞͡͞͠a҉͖̟̜̞̂̃̑̽͢͢͠͡g̷̵̸̡̼̱͎͎̞ͤͬ̅͢͟͞o҉̢̡̲͇̌͗̀͢͝n̸͐̈́͟͟͝e̵̡̫̫͍͕̎ͭ̐͟͟͝͞s҉̝̭̦͚̑ͯ̌͡—

Momentos pasaron, y el brillo cesó, al abrir nuevamente mis ojos, encontré que mi padre tenía los ojos bien abiertos pero pronto su ceño se frunció un poco, mientras que enfrente de mí, palabras escritas en runas que nunca había visto antes se cernieron enfrente de mí, entendiéndolas por alguna razón incomprendida

—¿Evo… lución…?—

Susurre levemente para mí mismo, y en cuanto voltee a ver mis manos, comprendí el porqué del gesto de mi padre, una espada sin aspecto especial, vieja y herrumbrosa… Casi sin aliento y lleno de confusión, escupí pocas palabras…

—Una… ¿Espada sin filo…?