—El corazón de Prisión de Hierro dolía —y le disgustaba enormemente que la Emperatriz de la Luna hubiera tomado su vida de fuente sagrada. Sin embargo, la Emperatriz de la Luna estaba dispuesta a mirar sus feys y le había pedido que preparara cristales de creación.
—Esto significaba que la Emperatriz de la Luna estaba dispuesta a ayudar a sus feys atascados a avanzar.
—Comparado con un aumento en sus propios poderes, perder una vida de fuente sagrada ya no parecía tan importante.
—Prisión de Hierro no sabía exactamente qué sentía por la Emperatriz de la Luna, pero sí sabía que le estaba agradecido.
Detrás de la pantalla del teléfono en el asiento central de los 13 asientos, un anciano se sentó en una silla reclinable en la corte imperial.
—Su expresión tranquila se convirtió en sorpresa cuando escuchó lo que dijo la Emperatriz de la Luna —pero pronto, la sorpresa se convirtió en alegría.
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