Lucien me guió hasta el piso más alto de la boutique, donde un par de empleados nos estaban esperando. El piso estaba lleno de impresionantemente hermosos vestidos de novia y a un lado había un vestidor. ¿Así que estamos aquí para elegir más vestidos para Ángela?
—Por favor, déjennos solos. Me gustaría tener un momento privado con mi hija. No se preocupen por probarse los vestidos, de alguna manera nos las arreglaremos —les dijo Lucien al personal con naturalidad.
Después de mirarse nerviosamente el uno al otro por un momento, el personal accedió rápidamente a dejarnos solos a Lucien y a mí.
—¿Quién va a probarse vestidos? ¿Yo? —pregunté con curiosidad mientras me señalaba con el dedo—. Quiero decir, todos estos son vestidos de novia y yo soy la única chica que queda de pie en esta habitación.
—Sí... por favor, pruébate algunos vestidos de novia. Esta es la única razón por la que estoy aquí hoy —respondió Lucien mientras se acercaba y ponía sus manos en mis hombros.
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