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Capítulo 5. Un despido repentino

«Haré un cambio de personal, debes despedir a las siguientes personas.»

El destinatario decía A. Firestorm. June supo de inmediato que provenía de Aiden. Un despido tan repentino, Aiden obviamente la estaba probando. Espero con calma el resto del mensaje.

Pop.

«Andrew Forest, William Smith, y Kiara Lennox. Adjuntaré la razón del despido en un documento. Tienes una semana.»

June chasqueó la lengua. Lo sabía, era una prueba. Desde antes ya se escuchaban

rumores sobre los nuevos empleados Andrew y William. Ambos no daban la talla con la empresa, quizá porque aún eran muy inexpertos. Kiara también era nueva, y algo inexperta, pero a diferencia de Andrew y William ella trabajaba sin parar. Allí había gato encerrado.

Un documento cayó en la bandeja de su e-mail.

Pop.

«Por tu propio bien espero que nadie llegue pidiendo una segunda oportunidad a mi oficina.»

Incluso por mensajes Aiden mostraba el desagrado que sentía hacía June. Ella sacó el móvil de su cartera, escribió un mensaje rápido y comenzó a leer el reporte de Aiden con detenimiento. Estiró los brazos y comenzó a escribir el aviso.

*

*

*

—June, ¿quieres salir está noche con las chicas del edificio? —preguntó una joven alta, de cabello rubio y ojos celestes. Se llamaba April.

June masticó su almuerzo con desgana, con una mano sostenía su mejilla, con la otra el tenedor. April trabajaba en el departamento de relaciones internacionales. La conoció por medio del señor Blake. April, al igual que June, solía asistir a reuniones y eventos; pasaban poco tiempo en la oficina.

—No puedo.

—¿Por qué? ¿y me puedes explicar porqué estás almorzando a las tres de la tarde?

El restaurante estaba casi vacío. June pidió un almuerzo sencillo, April la acompañó con un café.

—Es culpa de mi nuevo jefe. ¡Apenas si me deja respirar!

April echó la cabeza hacia atrás, muerta de risa. —Aiden Firestorm es un misterio para los empleados del edificio.

June asintió. Incluso los empleados con mayor tiempo en la compañía desconocían su apariencia. En el pasado solo Elian y el señor Firestorm aparecían frente a sus

empleados una vez al año o quizá dos. Aiden y su hermana Elisa se veían únicamente en los eventos sociales. Por eso April, quien llevaba mucho tiempo en la compañía, conocía a Aiden.

—No respondiste a mi primer pregunta —dijo April dando un sorbo a su café —. ¿Por qué no puedes salir hoy?

—Tengo una cita con Marcus. —June se limpió la cara con una servilleta.

April arrugó el rostro. June ya esperaba esa actitud. Marcus no había sido aprobado por sus dos mejores amigas.

—June. Marcus no es para ti. —April se cruzó de brazos. —Ya te lo he dicho. El niño solo quiere jugar.

June se mordió el labio. April le llevaba tres años de edad. Por ese motivo la cuidaba como a una niña pequeña.

—Quizá no. —June se encogió de hombros.

Las probabilidades eran bajas. En el fondo sabía que April tenía razón. Marcus era un chico atractivo, extrovertido; las chicas siempre lo volteaban a ver, y él lo sabía. June había caído en su trampa por casualidad, en uno de los eventos sociales del señor Firestorm. Los ojos verdes del chico habían sido su debilidad.

—Me rindo. —April dejó caer sus brazos sobre la mesa.

—No te preocupes. —La ánimo June con una sonrisa.

Dejaron el restaurante después de pagar la cuenta. June regresó al departamento de finanzas. Hace mucho que no trabajaba tanto dentro de una oficina. Además, debía organizar una nueva agenda para Aiden, coordinar varias reuniones, y planear el siguiente evento social para presentar al nuevo CEO y al director.

El final del día llegó con lentitud. June dejó la oficina tan pronto como pudo. La lluvia caía con fuerza cuando dejó el edificio. Envió un mensaje rápido a Marcus, esperando que viniera en camino. No contestó. Un mal presentimiento se apoderó de su cuerpo.

El edificio ya iba a cerrar, por lo cual tuvo que esperar bajo la lluvia, sosteniendo una sombrilla. Pasados veinte minutos recibió un mensaje de Marcus.

«Lo siento. No podré llegar.»

June sintió un vacío estomacal. Esa era la última oportunidad para él, no era la primera vez que la dejaba plantada. Se había prometido alejarse de él; Marcus nació de una familia adinerada, estaba acostumbrado a los caprichos. April tenía razón.

June permaneció bajo la lluvia sin poder moverse. El agua golpeó su sombrilla con fuerza. De pronto un automóvil se posó frente a June. Ella observó el auto con desagrado. Le recordaba a Marcus. Después de unos cinco minutos se preocupó; el automóvil no se movía.

La puerta del auto se abrió, June se puso tensa. Por un segundo tuvo la esperanza que fuera Marcus. Abrió los ojos en sorpresa al ver a Aiden Firestorm bajarse del auto lujoso sosteniendo un paraguas. Lo vio caminar en cámara lenta hacia ella.

—¿Qué haces aquí? —gritó él bajo la fuerte lluvia.

June estaba en shock. Aiden levantó las cejas.

—¿Piensas quedarte bajo la lluvia?

—No.

—¿A dónde vas?

—Residencial Firestorm. —June respondió secamente.

Aiden procesó las palabras con lentitud. —¿Cómo…? —Aiden negó con la cabeza. —Da igual. Sube al auto.

Esta vez fue June quien se tomó su tiempo para procesar sus palabras. En ese tiempo de espera Aiden caminó a la puerta de su auto. Por fin reaccionando, June corrió detrás de él y se sentó en el asiento del copiloto.