El poder de ese dragón se hizo más fuerte a medida que los pies de Xiao Yan se acercaban gradualmente al gran dragón. Había un vago rastro de las piernas de Xiao Yan debilitándose donde parecía que estaba a punto de caer de rodillas.
Xiao Yan frunció ligeramente el ceño cuando sintió este cambio. Esta Llama de los Tres Mil Ardientes era realmente extraña. ¿Podría ser que siempre se ha tratado a sí mismo como un antiguo dragón del vacío?
Este pensamiento cruzó el corazón de Xiao Yan mientras se volvía cauteloso en silencio. Por el aspecto del aura, esta Llama de los Tres Mil Ardientes estaba lejos de lo que podía comparar la Llama del Corazón Caído. Si era descuidado, podría terminar cayendo en el lugar más inesperado. En ese momento, sería demasiado tarde para que él sintiera pesar.
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