Mientras la gélida palabra era emitida de la boca de Luo Hou, toda la ladera de rocas de montaña de repente quedó en silencio. De la atmósfera lista para la pelea, todos entendían claramente en sus corazones que el asunto de ese día probablemente no terminaría de forma agradable. Una batalla intensa era inevitable.
Xiao Yan fijó su mirada en el rostro de Luo Hou. Tras un largo rato, él asintió ligeramente. Su voz también se había vuelto mucho más fría.
—Ya que el sénior Luo Hou no está dispuesto a dejarnos pasar, entonces solo podemos ofenderlo.
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