Durante los dos días siguientes, Leonard vigiló de cerca la salud de Vivian. Asegurándose de que estuviera durmiendo lo suficiente y comiendo la comida adecuada. Eso hizo que Vivian tan sólo se sintiera consciente, como si fuera una mujer embarazada, lo que la hizo reír.
Había un mes de intervalo antes de que el segundo examen se llevara a cabo, suficiente para que se relajara y se preparara mentalmente para cualquier tarea o trabajo que se le fuera a dar. Su fiebre había pasado como en cualquier otro momento. Parecía que el veneno estaba fuera de su sistema y no había necesidad de las medicinas proporcionadas por la iglesia.
Soutenez vos auteurs et traducteurs préférés dans webnovel.com