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ASOIAF: Una Historia Alternativa

Una historia en la que Jon Nieve toma su destino con sus propias manos. Acompañemos a Jon Nieve en su camino de gloria, traición, tristeza, ira y amor. En un mundo despiadado donde el honor es lo único que ya no tiene valor alguno, donde los despreciables señores y damas de los Siete Reinos juegan el Juego de Tronos, ya sea por ambición, diversión, o simplemente para ver el mundo arder. Basado en las Novelas de George R.R. Martin, este Fanfiction de Canción de Hielo y Fuego se basa exclusivamente en información disponible en los libros y un poco de mi propia cosecha... Todas las teorías aquí están aunque sea ligeramente basadas en las novelas y material literario adicional escrito o autorizado por el Autor original. [Aportes bienvenidos aquí: patreon.com / IgnathiusNZX] [DESCARGO DE RESPONSABILIDAD] Personajes, Lugares, Nombres, etc. Son propiedad de George R R Martin, y pertenecen a su saga literaria Canción de Hielo y Fuego.

IgnathiusNZX · Livres et littérature
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46 Chs

Jon (Aemon) - X

En la tarde del día en que acabo el Torneo, Aemon fue convocado nuevamente por su tío a la Torre de la Mano.

Aemon, al momento de llegar a la Fortaleza Roja, fue guiado por Jory a la Torre de la Mano.

—Vaya, Jon. Quién hubiera imaginado que en el patio de Invernalia solo jugabas con Robb. —Jory sonreía divertido mientras que Aemon estaba avergonzado — Increíble, aunque supongo que ahora debería llamarte Ser Jon, ¿o talvez prefieres Lobo Blanco?

—Jory, por favor, detente. No es divertido.

—Claro que lo es, Ser. —Jory estaba conteniendo la risa — Ser Jon Nieve, armado caballero por el mismísimo Matarreyes.

—Por favor, Jory. No te rías. Ser Jaime me salvo de la Montaña.

—Eso dices, pero estoy seguro de que podrías haberlo vencido. Y solo hizo falta una palabra del Rey para detenerlo. No era necesario que el Matarreyes se metiera.

—Jory, era necesario, apenas podía balancear la espada. A penas puedo mover el brazo izquierdo, se me lesiono el hombro cuando bloquee la lanza de la Montaña la última vez en la Justa.

—¿Qué te lesionaste el hombro, Jon? ¿Ya te revisaron?

—Los guardias que me presto Lord Howland Reed saben algo de primeros auxilios, los Reed no tienen Maestre porque la ubicación de la Atalaya de Aguasgrises es un secreto, así que todos allí saben un poco sobre como curar heridas y tratar lesiones.

—Ya veo, Jon… Bueno, será mejor que vayamos rápido con tu padre. Seguro que Lord Stark llamara un Maestre para revisar tu hombro.

Jory llevo a Aemon hasta el comedor de la Torre de la Mano, donde Lord Eddard lo esperaba junto a sus hermanas-primas, en la mesa estaba preparado un pequeño banquete, ajustado para ser suficiente para cuatro personas.

Lord Stark, como acostumbraba hacer, demostraba ser una persona austera, y seria, y en ningún caso derrochador.

—Jon, hijo, ven siéntate. — llamo Ned Stark.

Aemon hizo lo que su padre de crianza le indico. Y tomo el asiento junto a Arya.

—Lord Eddard, Jon se lesiono el hombro en la justa, aun no lo ha revisado ningún Maestre—informo Jory desde la puerta antes de irse.

Aemon miro hacia donde Jory acababa de estar con el ceño fruncido.

—Jon, ¿por qué no te ha visto un Maestre?

—Mis guardias Reed, ya han tratado mi lesión, ellos saben primeros auxilios y como tratar casi cualquier lesión, padre.

—No es que no confié en las habilidades de los lacustres, se que no tienen Maestres en el cuello, y son hábiles tanto al confeccionar remedios y venenos. Pero, Jon, si es posible, preferiría que te revisaran, solo por mi tranquilidad.

—Esta bien, padre. —Aemon miraba la comida en la mesa mientras respondía y parecía tener mucha hambre.

—Perfecto entonces, Jon, niñas, pueden comenzar a comer. Lo que quiero hablar con Jon puede esperar hasta más tarde.

Aemon devoro la comida con avidez y sin prestar demasiada atención a sus modales, para disgusto de Sansa que miro a su "hermano" con consternación y desagrado.

La comida era deliciosa, y para Aemon que se había limitado a comprar comida de los puestos en el mercado, y solo una vez había comido en una taberna, esta cena con su familia materna era un verdadero festín.

La comida progreso sin demasiada conversación, y tras acabar de comer, Sansa y Arya fueron enviadas por Lord Eddard a sus habitaciones para descansar.

—Jon, debo felicitarte por ganar el Torneo del Rey. — dijo Lord Stark mirando a su sobrino, y frunció el seño al notar que Aemon quería corregirle cuando menciono que el Torneo era del Rey. — También estoy feliz de que hayan reconocido tu habilidad y, a pesar de que en el Norte no seguimos la Fe de los Siete, no puedo sino felicitarte por ser armado caballero.

—¿No tiene ningún inconveniente con que haya sido Ser Jaime Lannister quien me nombro caballero, mi señor?

—No, ninguno. Puede que el Lannister no me agrade, pero sigue siendo un Caballero de la Guardia Real, y no hay mayor honor que ser reconocido y armado caballero por uno de ellos.

—Gracias, padre. La verdad, por mi parte respeto bastante a Ser Jaime.

—¿Incluso sabiendo lo que hizo al final de la Rebelión?

—Alguien iba a tener que matar al Rey Loco, padre. Y si Ser Jaime se volvió su verdugo, debió ser porque no le quedo otra opción.

—Veo que consideras a Ser Jaime bastante alto. Por mi parte, no puedo estar de acuerdo con que un Capa Blanca mancillara sus votos hacia su rey.

—¿Padre, recuerdas las palabras de Ser Jaime cuando me armo caballero?

—Claro que las recuerdo, Jon. Esas palabras las oí muchas veces durante la guerra.

—¿Y acaso la Guardia Real de Aerys no mancillaba los votos básicos de la caballería al hacer la vista gorda ante los actos del Rey Loco?

—Supongo que lo hacían… Pero el voto de la Guardia Real debería superar el de la Caballería en general.

—En nombre del Guerrero te encomiendo ser valiente. En nombre del Padre, te encomiendo ser justo. En nombre de la Madre te encomiendo defender a los jóvenes y a los inocentes. En nombre de la Doncella te encomiendo proteger a todas las mujeres… Padre, esos son los preceptos que guían las acciones de todo caballero. ¿Como, en ese caso podría considerarse que la Guardia de Aerys eran caballeros siquiera?

—Lo entiendo Jon, es solo que creo que incluso así, violar los votos de la Guardia Real y matar al Rey que juraste proteger es algo condenable…

—Y estoy de acuerdo con eso, padre. Pero no es cosa de otros condenar los actor de Ser Jaime, es el mismo Ser Jaime quien se debe estar condenándose a si mismo por violar los votos de la Hermandad Juramentada a la que siempre soñó unirse…

—Esta bien, Jon. Entiendo que respetas a Ser Jaime. Pero nos hemos desviado del tema. ¿Te diste cuenta del detalle que añadió el León de Lannister cuando te armo caballero?

Aemon se detuvo un momento a pensar y respondió rápidamente.

­—Él dijo "Jon Nieve, hijo de la Casa Stark" cuando solo debería haber dicho Jon Nieve.

—Exacto, se tomo la molestia de modificar ligeramente la ceremonia para mencionar tu Casa, pese a que a los hijos ilegítimos se les niega el honor de llamarse a si mismos miembros de la misma.

—¿Por qué es eso importante?

—Porque Jaime Lannister, al hacer tal cosa frente a todo el publico y los nobles presentes, estaba informándoles que tienes una de las Grandes Casas a tu espalda, y que el te reconoce como tal, lo que significa que también tienes su respaldo como caballero.

—Eso debería ser algo bueno, ¿no?

—Bueno Jon, es algo fantástico, en el Norte nadie se atrevería a dañarte, todos saben que eres mi hijo, te conocen y te respetan, pero en el Sur la cosa cambia, el mero hecho de ser un Nieve, hacer que te desprecien y traten con prejuicios, algo que ya deberías haber notado al conocer a Catelyn.

—Creía que era simplemente que Lady Stark me detestaba particularmente.

—No, Jon. Catelyn detesta a todos los hijos ilegítimos, es solo que se ensaña contigo porque eres mi hijo ilegitimo y te tenia a su alcance todo el tiempo.

—Lo que podría haberse solucionado si me hubiera enviado como pupilo de Lord Howland cuando tenía siete años.

—Ay, Jon, entiendo que estes molesto por eso, pero no podía soportar la idea de que estuvieras lejos, eres lo único que me queda de ella. —en los ojos de Ned Stark había una profunda tristeza, que hizo a Aemon sentir culpable por haber sacado el tema.

—Lo siento padre, no estoy molesto. Solo que fue bastante difícil vivir bajo el mismo techo que Lady Stark.

—Lo se. Y lo lamento. —el señor de Invernalia suspiro y cambio de tema — en fin, respecto a lo de tu legitimación, los tramites ya han sido completados, el Rey ha concedido su autorización, ten. — el hombre entrego una carta a su sobrino, quien la recibió y leyó en el acto.

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Por la presente, concedo a Jon Nieve, hijo de Lord Eddard Stark Guardian del Norte y Mano del Rey, la gracia de ser legitimado y reconocido, como hijo legítimo de su señor padre, motivo por el cual, a partir de ahora Jon Nieve será conocido como Jon Stark, segundo hijo de Lord Eddard de la Casa Stark.

Tómese este documento como prueba oficial de la revocación del estatus de bastardía del joven Ser Jon Nieve el Lobo Blanco.

Por orden expresa de,

Robert Baratheon el Primero de su nombre, Rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos, y Protector del Reino.

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—Es…esto es…

—Has sido legitimado, Jon. Ahora para todo el mundo eres mi hijo legitimo. Y puedes llevar el apellido de la Casa a la que perteneces por derecho de sangre. Si así lo deseas, claro.

—Padre… esto… definitivamente no le gustara a Lady Catelyn.

—Lo sé, Jon, lo sé. Pero por una vez decidí escuchar a Robert, ya me las arreglare con mi señora esposa.

—Gracias, padre. Muchas gracias.

—Eso no es todo, ahora que has sido legitimado, puedo anunciarle a los Señores del Norte sobre lo de Foso Cailin.

—Entonces… ¿realmente me concederás su señorío?

—Si, Jon. Ya lo habíamos hablado. A partir de hoy, Ser Jon Stark, te concedo el titulo de Lord, y te nombro señor de Foso Cailin, Protector de la Entrada del Norte, y señor supremo del los pantanos y las marismas.

—Padre… pero esos títulos significarían que la Casa Reed y los lacustres…

—¿Qué quedarían en vasallaje directo a ti? Si, Jon, los Reed son vasallos de los Stark, pero históricamente no rendirán vasallaje a Invernalia, sino a los Stark de Foso Cailin. Simplemente estoy reviviendo la posición que el segundo hijo de la Casa Stark ostentaba antes de que los Stark dejaran de ser los Reyes en el Norte. Además, conociendo a Howland, rendirte vasallaje directo a ti le haría feliz, estoy seguro de que todos los señores del cuello ya te habían prometido su lealtad.

—Entiendo padre, no le decepcionare. Reconstruiré Foso Cailin y volveré a fortificar el cuello.

—Bien Jon. ¿Sabes cuanto es la renta anual del Norte?

—Creo recordar que estaba entre 33 mil y 40 mil dragones de oro.

—Exactamente, Jon, ganaste el Melee lo que significa que obtuviste 20 mil dragones de oro, y también ganaste la justa, lo que son otros 40 mil dragones, es decir tienes aproximadamente el doble de las rentas anuales del Norte entero. Con unos cinco mil dragones podrías reconstruir Foso Cailin, con 60 mil podrías construir una fortaleza como no se ha visto en el Norte desde que se construyo Invernalia. ¿Qué piensas hacer con el todo ese dinero?

—¿Padre, sabias que en el Muro hay un Maestre llamado Aemon?

—Si, lo se Jon, ¿pero que tiene que ver con lo que te pregunte?

—Antes de que te responda, ¿de que fortaleza del Muro es Maestre?

—El Castillo Negro. ¿Ahora responderás?

—Si, padre, responderé. Creo que invertiré una parte del premio en la restauración del Castillo Negro.

—¿Y eso por qué?

—Porque así tendría una excusa para visitar el Castillo Negro y conocer al Maestre. Además, podría mejorar sus condiciones de vida.

—Ya veo, entiendo Jon. Ahora, creo que es hora de que llamemos a un Maestre para que revise tu lesión. ¿No te parece?

—Esta bien, padre. Llame a un Maestre si es lo que desea, aunque por mi parte creo que estoy bastante bien.

—Oh, créeme Jon, esto es meramente por mi propia tranquilidad mental.

Aemon permaneció en la Torre de la Mano otras dos horas, charlando con su tío, y siendo tratado por uno de los Maestres de la Fortaleza Roja.

Era cerca de media noche cuando se dirigió de regreso al Lecho de Pulgas tras haber rechazado la invitación a quedarse a dormir en la Torre de la Mano con la excusa de que debía vigilar a los tres Huargos que le esperaban.