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A new Shadow

Un hombre "común" muere luego de cumplir su mayor deseo, sin embargo, esto lo lleva a reencarnarse en el mundo de "The eminence in shadow" como el personaje principal, vivirá su vida como él desee? O quizás seguirá la trama de la obra original al pie de la letra? Descargo de responsabilidad: NO soy dueño de nada más que mi OC y el fanfic en general, los personajes, el mundo y demás son propiedad del autor original de the eminence in shadow Advertencia: La historia contiene momentos sangrientos o sexuales explicados a detalle, por lo que si eres sensible con estos temas, se recomienda no leer la historia y que busques algo que sea de mayor agrado para ti

KuroShiro98098 · Anime et bandes dessinées
Pas assez d’évaluations
17 Chs

Capitulo 12

Hola :D, espero lo disfruten y perdón por la tardanza, es que no me terminaba de convencer *Inserte gatito apenado*

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Un suave y melodioso tarareo femenino llenaba el vacío de la habitación suavemente iluminada por la luz solar que se adentraba por las transparentes ventanas en las paredes, llenando el ambiente con una calidez confortable y dulce mientras la chica estaba sentada de manera silenciosa en un banco de madera blanco frente a su tocador del mismo color

Observando al espejo que se encontraba encima del tocador, la chica vio en silencio aquel reflejo que le devolvía la mirada, mostrando unos ojos azules-verdosos que parecían similar un profundo y limpio mar siendo coronados por largas pestañas curvas de color blanco y un par de cejas delgadas y afiladas del mismo color puro que se combinaba con su piel lechosa y pulcra que solo servía para llamar la atención a sus labios color rosa profundo, embelleciéndola más con su nariz pequeña y recta y el par de mechones de su corto cabello de color blanco que enmarcaban su rostro mientras que parecía tener un par de orejas de zorro color blanco en la parte superior de su cabello, dándole una apariencia juvenil que concordaba con su edad de 15 años

Viéndose a si misma por un breve segundo, la chica pronto levanto su mirada un poco más arriba para ver el reflejo de lo que se hallaba tras ella, visualizando a la responsable de aquel suave tarareo hermoso y melodioso a la par que también era capaz de visualizar una esponjosa cola zorruna blanca saliendo de su propia espalda mientras se balanceaba suavemente entre ella y la mujer

Ahí, tras ella, se hallaba una mujer que parecía ser una copia exacta de ella misma con la excepción de que su rostro solamente se veía ligeramente más maduro que el de la menor además de que su cabello era lo suficientemente largo como para llegar a su espalda baja y que 2 colas zorrunas de color blanco salían de su espalda mientras se balanceaban al compás de su tarareo, teniendo una apariencia que hacía creer que se encontraba en los inicios de sus veintes mientras sonreía suavemente con los labios cerrados y miraba al cabello de la menor, sosteniendo una cinta de cabello de color rosa suave en sus labios mientras sus manos parecían arreglar el corto cabello de la menor

- Que ocurre, Yukime? - susurró la mujer con ligera dificultad por el objeto entre sus labios a la vez que levantaba su mirada para encontrar sus ojos con los de la nombrada a través del espejo

Oyendo a la mujer, la mencionada solamente atinó a apartar sus ojos suavemente, indicando su duda sobre que decir

Riendo suavemente, la mujer se quito el lazo de los labios y lentamente empezó a hacer un lindo moño en la parte trasera de la cabeza de la chica, rozando suavemente sus dedos contra las orejas zorrunas de la chica y haciendo que las mismas se movieran levemente ante el toque - Asustada por tu boda? - susurró, cosa que hizo que Yukime apartase aún más la mirada mientras sus orejas parecían contraerse de manera silenciosa

- ...Quizás... - confesó la chica en un susurró que hizo que la mujer mayor suspirase mientras seguía con su actuar

- Lamento que tengas que hacerlo... Pero... Bueno, ya sabes de nuestra situación... - susurró la mujer mientras sus propias orejas parecían caer en culpa y remordimiento silenciosos

Mordiendo su labio inferior suavemente, la menor pronto soltó un suave suspiro que parecía tratar de calmarla antes de observar el reflejo del espejo para encontrar su mirada con la de la mayor - Yo... No te culpo por nada, mamá... Es solo... Se siente raro casarme con él... Solo nos llevamos conociendo un par de meses... Yo pensaba que... Bueno... Ya sabes, que tendríamos más tiempo para conocernos y enamorarnos... - susurró la menor mientras bajaba la mirada a sus manos, pudiendo observar a su vez su Kimono matrimonial de color blanco decorado con flores azules

Ante eso, la mujer mayor solo suspiró con suavidad mientras continuaba con su labor de arreglar la blanca cabellera corta de Yukime - Lo sé... Sé que es extraño y que no es justo para ti... Pero los otros therianthropes están aumentando sus ataques al resto de colonias... No podremos sobrevivir a menos que hagamos una alianza... Y, aunque no nos guste, la manera más segura de hacerlo es casando a los herederos de cada clan... - susurró la mujer con clara renuencia en su tono

Mordiendo su labio inferior con fuerza, la menor se mantuvo en silencio por largos segundos mientras sentía las manos de su madre acariciando su suave cabello, desenredando algunos nudos que se habían formado previamente - Eso lo entiendo... Es solo... No sé... Es raro... Además, el es un cazador y peleador, suele estar fuera durante mucho tiempo... No sé que tanto podría aceptar ver a mi futuro esposo una vez cada dos o tres meses... - susurró antes de caer en un silencio total para luego levantar su mirada tímidamente, observando el rostro de su madre a través del espejo - puedes... Puedes contarme? Me refiero a como fue para ti... Como fue cuando estabas con mi padre... - susurró tímidamente previo a congelarse al ver la mirada seria y casi fría que le dio la mayor a través del espejo

Manteniendo su mirada por unos pocos segundos, la mayor finalmente cerró sus parpados y soltó un suspiro que parecía contener un cansancio mucho mayor al que su apariencia física podría declarar, dejando el ambiente en un silencio incomodo por unos breves segundos antes de lentamente abrir sus labios

- No es una historia bonita... Y ciertamente no es algo que te quiero contar y menos el día de tu boda... Estas segura de querer oírlo pese a ello? - preguntó en un susurró mientras sus manos detenían su labor, solamente acariciando distraídamente el cabello de su hija mientras sus ojos parecían oscurecerse levemente, perdida en pensamientos de épocas anteriores a los que la chica menor alguna vez había vivido

- ...Si, por favor - susurró Yukime tras un leve momento de duda mientras sus orejas zorrunas se movían bajo el suave toque de su madre

Soltando un suave suspiro, la mujer mayor se mantuvo en silencio durante unos largos segundos en los que solo sus manos se movían para acariciar la cabellera de su hija mientras sus propios ojos se mantenían oscurecidos - Mi situación fue... Distinta - comenzó la mujer en voz baja y suave

- A él lo conocí a través de mis padres... Ambas familias se conocieron en una reunión entre la familia humana de mercaderes de ellos y nuestro clan therianthrope... Ellos eran muy amigos de los padres de él y siempre se espero que él y yo nos llevásemos bien... - murmuró la mujer mientras Yukime notaba que sus ojos parecían desenfocarse levemente

- Ambos tuvimos un comienzo bastante... Normal, por así decirlo... Siempre pareció ser un hombre agradable y honrado con el cual pude llevarme bien... Obviamente tenía algunas particularidades, como que siempre usaba la mayor parte de su tiempo en entrenamiento de esgrima pese a ser un mercader pero, luego de unos meses conociéndonos, una cosa llevó a la otra y me enamore totalmente de él... - susurró previo a que sus dientes mordieran su labio inferior con suavidad

- Cuando te tuvimos, fui la mujer más feliz del mundo y creí que él también era el hombre más feliz... Y, por un largo tiempo, así lo creí... - susurró previo a soltar un suave suspiro - sabes porque los otros therianthropes nos están apuntando actualmente, cierto? - susurró, desviándose de la historia por un leve momento

- Por nuestro potencial, cierto...? - indagó Yukime con leve duda, consiguiendo que la mujer asintiese levemente

- Sí... Hay una leyenda que habla de un therianthrope tipo zorro que es capaz de alcanzar un poder extremo que ningún otro podría... "El zorro de nueve colas" lo llaman... Según la leyenda, aquel que alcance ese poder sería capaz de destruir el metal como si fuera simple papel, capaz de resistir ataques mágicos como si fueran simples juegos infantiles e incluso los artefactos más poderosos no serían capaces de hacer mella en sus defensas... - susurró la mujer, rememorando aquella vieja leyenda casi fantasiosa que hablaba de un poder nunca antes visto por ninguna de las presentes

- Siempre considere que aquella leyenda era una simple locura creada por alguno de los fundadores de nuestro clan, tu padre, por otro lado... Siempre creyó que esa era una verdad absoluta... - relató la mujer, volviendo a la historia principal del momento

- Quizás debería haber notado las pequeñas pistas que daba bajo su comportamiento habitual, como las largas sesiones de entrenamiento en solitario o la manera en que siempre quiso que, cuando tu crecieses, fueras entrenada como una luchadora.... - susurró antes de soltar un leve gruñido casi animal que mostró sus blancos dientes, revelando a su vez sus largos colmillos zorrunos

- La cosa es... Cuando tu tenías 3 años, tu padre nos llevó a una caminata relatando sobre un increíble descubrimiento que había hallado, algo que cambiaría nuestras vidas para siempre... - Para este punto, las manos de la mujer habían detenido por completo las caricias en la cabellera de su hija, perdiéndose totalmente en las memorias mientras que Yukime solamente podía verla en silencio a través del reflejo del espejo

- Ocasionalmente él hacía cosas así, así que no pensé que fuese raro... Sin embargo, una parte de mi me gritaba que, en aquella ocasión, algo era distinto.... pero, siendo joven y una tonta enamorada, ignore mis instintos y fui junto a él... - Susurró la mujer mientras que Yukime era capaz de ver, a través del reflejo, que las uñas de su madre lentamente se alargaban sin dañarla pese a tener sus manos en su cabeza, siendo una muestra de un poder animal y feroz que la mujer normalmente mantenía oculto

- En el camino, unos bandidos humanos nos atacaron... Creía que sería una situación común y corriente en la que simplemente acabaríamos con ellos y todo acabaría pero, sin importar cuanto tratase de vencerlos, ellos siempre parecían saber como contraatacar a cada uno de mis movimientos y donde atacar para dañarme... - gruño suavemente la mujer a la par que sus ojos oscurecidos y desenfocados parecían cambiar para mostrar sus pupilas rasgadas y zorrunas, revelando la furia que traía guardada ante aquel recuerdo en especifico

- Creía que tu padre ayudaría, pero el muy... Desgraciado... Solamente se quedó de pie a un lado, sonriéndome suavemente mientras sus ojos parecían haber perdido todo el cariño que alguna vez me mostró... "Descubrí que si alguien de tu especie llega a estar en una situación muy tensa en la que puedan perder algo muy importante, sus limitadores se romperían y serían capaces de alcanzar el poder del verdadero 9 colas" fue lo que él dijo mientras te tenía en brazos luego de haberte desmayado para luego entregarte a uno de los bandidos que se atrevió a amenazarte con una daga en el cuello mientras el resto de bandidos se lanzaban a atacarme y tu padre me esperaba con lo que parecía ser un hechizo de esclavista... - Continuó la mujer, aparentemente inconsciente de la manera en la que su cuerpo estaba cambiando ante el recuerdo

- En ese momento... Yo perdí todo mi control y realmente no recuerdo que sucedió pero, al abrir los ojos, te tenía en brazos mientras yo estaba totalmente cubierta en caliente sangre carmesí y estábamos rodeadas de cuerpos mutilados y destrozados a niveles que honestamente me hicieron dudar si yo había sido la responsable de aquello... - susurró con una ligera mueca antes de suspirar

- Aquel día descubrí 2 cosas... La primera fue que, pese a lo mucho que lo odie en sus últimos momentos, aparentemente tu padre tuvo razón ya que desbloquee mi segunda cola y mi poder dejo de estar estancado... La segunda fue la maldición que cargamos debido a nuestra sangre... El tener un potencial increíble que hará que realmente no podamos confiar en nadie más que en nosotras mismas... El saber que nuestro poder podía ser deseado por otras personas para sus propios fines hasta el punto de incluso querer esclavizarnos... Que realmente nunca podríamos confiar en alguna posible pareja ya que quizás solo busquen conseguir más poder a través de nosotros... Todas esas verdades me fueron lanzadas como un puñetazo directo luego de haber recuperado mi consciencia... - susurró previo a tomar una profunda y lenta respiración para calmarse a si misma, lentamente retrayendo su apariencia feroz y volviendo a ser aquella mujer de apariencia hermosa y suave que Yukime conocía

Moviendo su mirada al espejo para ver el reflejo del rostro de su hija, la mujer solamente soltó un suave suspiro al notar la mirada cabizbaja y confusa que tenía su hija, aparentemente tocada profundamente por su relato y por todo lo que ella tuvo que pasar

Moviéndose silenciosamente, la mujer se colocó al lado de Yukime y suavemente la cabeza de la menor para luego atraerla a un suave abrazo en el que dejo que la chica reposase su cabeza contra su suave pecho cubierto por su delgado kimono totalmente blanco

- Era por esto que no quería contarte, Yukime... - susurró la mujer mientras su mano izquierda se movía lentamente para acariciar la cabellera de la menor - No quería que tuvieses pensamientos confusos respecto a sobre nuestra posibilidad en el amor... - agregó con un suave suspiró de leve culpa ante la nueva perspectiva que su hija parecía haber obtenido luego de oír su relato

Con una suave sonrisa, la mayor suavemente movía la cabeza de la chica y la hizo mirar hacía arriba sin apartarla de su pecho, permitiendo que sintiera el calor y la suavidad de su cuerpo - Honestamente espero que tus experiencias sean distintas a las que yo tuve... Tu prometido parece ser un buen hombre por lo poco que he podido ver de él y, aunque mi juicio ya falló una vez con tu padre, espero que tu futuro esposo sea para ti lo que yo quería que tu padre fuera para mi... - susurró mientras la chica solamente era capaz de mirarla a la vez que la mayor se inclinaba y posicionaba un suave beso cariñoso y maternal en su frente para luego sonreírle suavemente y lentamente liberar su agarre en la chica previo a alejarse del lugar con paso tranquilo y lento, dejando a la chica en la soledad de la habitación tras cerrar la puerta corrediza tras ella

Observando en silencio como su madre cerraba la puerta de la habitación, Yukime pronto giró su rostro para encarar al espejo una vez más y se observo a si misma en silencio, notando cada una de sus hermosas y bellas características faciales mientras su mente se perdía en pensamientos confusos y preocupados sobre su pronta boda

Con un suave gruñido de frustración, la peliblanca lentamente cruzó sus brazos sobre la superficie de su tocador previo a inclinarse y usar sus brazos como almohadas mientras su rostro encaraba la ventana que se hallaba al lado en busca de relajación que solo la vista de la naturaleza podría brindarle - porque es tan difícil...? - susurró para si misma mientras veía los frondosos arboles a través del cristal previo a que su vista se viese atraída a un pequeño objeto volador que se movió con gracia por el aire previo a reposar en una de las ramas del árbol que se situaba directamente frente a su visión

- Tú otra vez? - susurró mientras el objeto emprendía vuelo una vez más y volaba hasta ella, obligando a que la chica estirase una mano para abrir la ventana y permitir que se adentrará a su ubicación, permitiendo que la chica viese con mayor claridad que aquel objeto se trataba de un pequeño pichón hecho aparentemente de madera a la par que el mismo se situaba directamente a su lado derecho a la altura de su rostro

- Hola pequeñito... - susurró, moviendo su mano derecha para ser capaz acariciar la pequeña cabeza del ave con su dedo índice, tarareando suavemente mientras seguía usando su brazo izquierdo como una almohada

Ante su toque, el ave solamente soltó un leve piar suave mientras su cabeza se frotaba contra el dedo de la chica, generándole una sonrisa suave a la peliblanca que, momentáneamente, se permitió liberar todos sus pensamientos relacionados con su pronta boda - hoy se cumplen... 1 año y 2 meses desde que me visitas, uh...? - susurró con una leve sonrisa tras considerar el tiempo que había pasado desde la primera vez que aquel ave se había presentado cerca a ella, inicialmente creyendo que se trataba de algún nuevo tipo de monstruo hasta que notó la falta de ataques que realizaba, siendo ahora considerado una especie de animal mágico desconocido por la chica

Piando suavemente, el ave se acerco y frotó su pequeño rostro contra la punta de la nariz de la chica de manera cariñosa durante un par de breves segundos previo a dar un suave mordisco en aquella zona, siendo aquello una forma de despedida previo a que sus alas de madera empezarán a agitarse para luego emprender vuelo fuera del lugar

Con un suave suspiro, la chica permitió que su brazo derecho volviese a su posición como almohada para si misma, silenciosamente viendo al paisaje a través de la ventana mientras su respiración lentamente se ralentizaba y sus ojos parpadeaban con creciente lentitud y somnolencia hasta que finalmente, dejando sus preocupaciones y temores a un lado por el momento, la chica se permitió dejar ir su consciencia para caer en un suave sueño que parecía hacer de la habitación un escenario de fabula debido a la belleza que la chica demostraba

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Suaves quejidos se oyeron mientras los ojos de la chica lentamente se abrían, revelando sus pupilas azules-verdosas somnolientas previo a que lentamente se irguiese en su asiento mientras soltaba un suave bostezo que revelaba sus afilados colmillos zorrunos

- Que hora es...? - susurró mientras llevaba su mano derecha a su rostro para frotar su ojo derecho con suavidad y cuidado con la intención de quitar su somnolencia, lentamente girando su rostro a la izquierda para ver el oscuro bosque en el exterior que le generó un suave tarareo

- Ya es de noche, uh...? Si nadie me vino a despertar, entonces aún no debe ser la hora de la boda... - murmuró mientras reprimía un suave escalofrío generado por una suave brisa helada que entró por la ventana abierta

Suspirando, la chica lentamente se puso de pie de su asiento y se dio una última mirada en el espejo, corroborando por última vez su apariencia actual y tarareando suavemente antes de suspirar - Bueno... Adiós sueño de un romance de fantasía... Hola vida de casada por conveniencia... - susurró con un leve matiz de tristeza claro en su tono antes de darse la vuelta y empezar su camino hacía el lugar de su boda

Saliendo de su habitación y cerrando la puerta corrediza tras ella, Yukime suspiró mientras sus brazos se cruzaban y sus manos se adentraban en las mangas opuestas, silenciosamente acariciando sus muñecas para calmar su ansiedad mientras sus suaves pasos resonaban debido al toque de sus sandalias Geta y el suelo de madera bajo ella

Tras caminar por el largo pasillo de su hogar y luego de cruzar la puerta de salida, la chica continuo su camino mientras sus ojos bailaban alrededor del pueblo en el que había vivido toda su vida, pudiendo observar las casas de aquellos con los que había convivido a diario y que eran una extensión de su familia pese a no tener la misma sangre, haciéndole sonreír suavemente ante la serie de recuerdos que la asaltaban con cada ubicación que veía en su camino al lugar donde se celebraría su ceremonia

- El señor Tsukino... Aún recuerdo cuando él y su esposa me llevaron a un campamento con sus hijas... La manera como reaccione cuando me enseño a cazar peces en el lago fue tan infantil que aún me da vergüenza... - pensaba al ver el hogar de aquel hombre, soltando una suave risa al recordar aquel viaje que había tomado con el hombre y su familia apenas unos años atrás

- La señora Maeno... Ella siempre me ha consentido tanto como si fuera una abuela... Nunca olvidare la manera en la que siempre me daba dulces a escondidas para evitar que mamá lo supiese... - pensaba la chica al ver una tienda actualmente cerrada mientras su mente parecía recrear aquellos momentos en los que se quedaba un poco de tiempo junto a la mujer mayor en su camino a casa, consiguiendo algunos dulces de manera inesperada de manera continua

- Kumiko... Quien diría que la misma bruta que solía forzarme a diario a seguirla en sus largas carreras interminables en realidad terminaría siendo una madre muy endeble con sus hijos? Creo que nunca los he visto correr más que unos pocos metros mientras juegan juntos... - pensaba al ver otro hogar de dos pisos perteneciente a una mujer una década mayor a ella y con quien había pasado largas horas en su niñez para jugar hasta el cansancio

Así como aquellos, decenas de recuerdos siguieron asaltando la mente de la chica mientras su andar seguía constante y lento a través de las calles vacías y oscuras del pueblo en el cual pertenecía y el cual algún día comandaría como la heredera, generando que unas pocas lagrimas se acumulasen en sus ojos mientras sus labios rosáceos labios mostraban una suave sonrisa cariñosa

Deteniendo su andar por un segundo, la chica sonrío para si misma a la vez que su rostro se levantaba para encarar al estrellado cielo nocturno mientras pequeñas lagrimas caían por su rostro durante unos breves segundos

- Dios... - susurró mientras bajaba su rostro para ver las calles a la vez que sus brazos se descruzaban y sus manos se elevaban para limpiar sus lagrimas suavemente - supongo que vivir mi boda, aunque sea por conveniencia, igualmente me pone sentimental, uh...? - susurró con una suave sonrisa previo a tomar una profunda y lenta respiración para calmar sus sensible estado emocional

Sin embargo, cayéndole como un balde de agua helada entre la calidez que se había generado por los recuerdos, la chica fue capaz de captar un suave aroma metálico entre el suave aroma del ambiente, congelándola en su lugar mientras su mente parecía detenerse por completo a la vez que todos sus instintos le alertaban la proveniencia de aquel aroma

Sangre

Antes de siquiera poder procesar lo que estaba ocurriendo, la chica ya había empezado a correr a la máxima velocidad que su joven cuerpo poco entrenado era capaz de generar, empezando a jadear suavemente mientras tropezaba de manera ocasional al no estar totalmente acostumbrada a aquel calzado que actualmente se encontraba usando

- No... No puede ser cierto... Estoy soñando... Esto es imposible... Por favor... - musitaba la chica con incapacidad de creer el pensamiento que lentamente se cimentaba en su mente como un suave fuego que lentamente se extiende a través de un bosque, alcanzando el punto máximo de su velocidad antes de soltar un suave quejido de sorpresa al tropezar una vez más y caer directamente al suelo

Incapaz de reaccionar debido a los pensamientos que asaltaban su mente, la chica solamente fue capaz de recibir de lleno el golpe de su caída en su bello rostro, haciendo que varios arañazos apareciesen en sus mejillas y el puente de su nariz mientras su cuerpo se deslizaba a lo largo del camino hecho de piedra

Pese al dolor que había ganado en su rostro, la chica solamente era capaz de sentir que su corazón se apretaba y que su estomago se revolvía ante el fuerte y persistente olor metálico que llenaba sus sentidos, cosa que la hizo ponerse de pie y continuar con su andar pese a su dolor

Sintiendo su desesperación aumentar y sus latidos acelerarse a un punto doloroso tras cada paso que daba, Yukime solamente sintió que el aroma metálico se hacía cada vez más fuerte y grotesco a la vez que descubría la ubicación exacta de donde provenía el olor

Con ojos desesperados, la chica no dudo ni un solo segundo antes de embestir con todo su cuerpo las puertas de madera que la separaban del lugar que las personas del pueblo, su familia, habían separado para aquella ocasión tan especial que era el casamiento de la peliblanca

Quejándose suavemente mientras su cuerpo caía junto a la superficie de madera, Yukime sintió que sus codos y rodillas se raspaban por el golpe que había recibido al caer mas sin embargo lo ignoro a favor de poner sus manos contra la madera para sostenerse y poder levantar su rostro para ver la escena que se había generado en el lugar

Ahí, lo que alguna vez había sido un espacio lleno de césped verdoso y brillante junto a varios asientos de color blanco más puro posible mientras que al frente del todo había un altar blanco decorado con telas blancas traslucidas, ahora era solamente una escena de desesperación absoluta y de horror total debido a las decenas de cuerpos tirados en el verdoso césped o sentados en los asientos blancos mientras un liquido viscoso de color rojizo escapaba de ellos y pintaba sus ubicaciones en aquel color

Ante aquella escena, las pupilas de la peliblanca se contrajeron hasta meros puntos mientras su corazón se apretaba a niveles horrendamente dolorosos

- No... - susurró en un suspiró sin aliento mientras sus ojos empezaban a derramar lagrimas a la vez que su mirar saltaba entre cuerpo y cuerpo de manera lenta, analizando a cada uno de los fallecidos con el pensamiento casi desesperado de que quizás todos ellos no eran aquellas mismas personas que la habían tratado como a un familiar pese a que no compartiesen un vinculo sanguíneo

- Por favor... - murmuró una vez más mientras sus piernas temblorosamente parecían recuperar sus capacidades, lentamente permitiendo que la chica se pusiese de pie y caminase a trompicones hacía uno de los cuerpos más cercanos

- No... Por favor.... no... - susurró mientras su tono se desmoronaba y sus palabras se ahogaban en lagrimas mientras observaba con claridad como el cuerpo frente a ella, siendo solamente un niño pequeño de no más 8 años de cabellera celeste con orejas y la cola representantes de su clan y quien normalmente la saludaba con una sonrisa inocente e infantil, ahora se encontraba lleno de sangre junto a un profundo corte en el centro de su pecho, atravesando directamente la altura de su corazón y dejando el rostro del infante en una mueca del terror que debió haber sufrido en sus últimos momentos a la vez que sus ojos solo mostraban el vacío remanente de su falta de vida

- Por favor... No... No... NoNoNoNoNoNoNoNoNoNoNoNo... - lloró mientras su andar seguía lento y complicado, cruzando lentamente aquel camino que alguna vez la llevaría al altar mientras sus ojos se movían de un lado a otro para observar a los cuerpos de los fallecidos, reconociendo a cada uno de ellos indiferentemente de su edad, genero o posición mientras todos parecían compartir la misma causa de muerte

- Tsukino... Maeno... Kumiko... Manobu... Takafumi... - eran los apellidos que iban apareciendo en su mente ante la vista de cada persona como si su propio ser tratase de destrozarla profundamente al hacer una lista de todos aquellos a los que había visto sonreírle y felicitarla en aquella misma mañana

Sintiendo su estomago revolverse, la chica giró su rostro para encarar directamente al altar con la intención de tratar de controlar sus impulsos, solamente consiguiendo que su estomago pareciese recibir un fuerte golpe que la obligo a cruzar su brazo izquierdo sobre su abdomen mientras su mano derecha iba a sus labios para retener el impulso de vomitar a la vez que sentía que su corazón se detenía por un breve segundo y su respiración se ahogaba en su garganta, generándole un suave pero persistente ardor pulmonar

- Ma...má...? - fue lo único que pudo susurrar al ver que, sentada en el altar mientras una de sus manos se encontraba en su abdomen sangrante, la misma mujer con la que había hablado horas antes ahora solamente tenía los sus labios rosados levemente abiertos para respirar lenta y suavemente mientras sus ojos se mostraban vacíos y perdidos en la vista del cielo estrellado hasta que la menor la llamo, haciendo que la mujer bajase lánguidamente la mirada para verla y mostrar una leve sonrisa tras un leve segundo de aparente confusión

- Yu...kim...e... - susurró la mujer con voz ronca y dolorosa, sonriéndole de manera suave y amorosa de la misma manera en la que siempre solía hacer pese a que actualmente parecía estar dirigiéndose a los últimos suspiros de su vida tras cada segundo que pasaba 

- Mamá... Mamá... Mamá! - habló la chica mientras su cuerpo parecía congelado en su lugar, lentamente empezando a andar a la vez que sus palabras empezaban como un suave suspiro incrédulo y temeroso antes de que sus piernas empezasen una carrera a máxima velocidad y que sus palabras se elevasen a un grito de pavor que solamente se combinaba con su expresión horrorizada y temerosa

Deslizándose sin siquiera dudar, la chica sintió que sus rodillas ardían levemente ante el súbito movimiento junto a las heridas que se había hecho con anterioridad, cosa que ignoró al solamente desear poder llegar al lado de su madre antes de mover sus pequeñas manos sobre la de la mayor, tratando de contener la sangre que seguía escapando a través de la herida de la mujer

- Mamá! Mamá! - llamaba la chica de manera desesperada, derramando lagrimas mientras su expresión ganaba más y más desesperación antes la mirada de la mujer a la vez que su voz hipaba con cada pequeño suspiro que la mujer mayor tomaba

- Tranquila, mi pequeña niña... Tranquila... - le susurró la mujer con voz cansada y ronca mientras su mano derecha se movía silenciosamente, soltando el mango de una espada que la menor no había notado previo a que la suave mano de la mujer se posase en la mejilla izquierda de la menor - todo va a estar bien... Vas a estar bien... Tranquila... - susurró mientras Yukime seguía tratando de detener la hemorragia que escapaba del abdomen de la mujer

- Mamá... Mamá... - seguía llamando Yukime mientras su voz lentamente se volvía más suave debido a sus constantes gritos y el poco tiempo que se tomaba para siquiera respirar levemente, haciendo que su voz se volviese más ronca mientras sus ojos seguían derramando lagrimas imparables

- Sh Sh Sh Sh.... - era el suave sonido que hacía la mayor, tratando que la menor detuviese su llanto y sus llamados desesperados

Sin embargo, como si lo que estaba sucediendo no fuese suficiente tortura mental para la peliblanca menor, repentinamente unos suaves y calmados pasos se oyeron tras ella mientras que su madre giraba su mirada y observaba a quien fuese el responsable, mostrando de manera inmediata un cambio abismal en su mirar que pasó de ser la mirada cariñosa que le daba a la chica a una mirada furiosa y animal que combinaba con el cambio que hubo en el rasgar de sus pupilas

- Oh, no esperaba que despertases aún, cariño... - habló una voz masculina ligeramente ronca tras ella, sin embargo, pese a todo lo que estaba asaltando su mente en este momento, la peliblanca reconoció aquella voz de manera instantánea

De manera casi robótica y temblorosa, la chica lentamente giro su rostro para ver al hablante mientras sus propios ojos se abrían aún más - Gettan... - susurró suavemente mientras veía al hombre a pocos metros de ella, actualmente vistiendo un kimono rojizo puro mientras sus ojos carmesíes la veían con ligera sorpresa y cariño que combinaba con la suave sonrisa que sus labios le dedicaban a la vez que su largo cabello oscuro se mantenía desordenado y puntiagudo hasta la altura de su espalda baja en la misma manera que la chica siempre lo había visto, teniendo un par de orejas de lobo en la parte superior de su cabeza junto a una larga cola esponjosa de lobo saliendo de su espalda baja

- Lamento que hayas tenido que ver esto, pero... Bueno, ya sabes lo terca que puede llegar a ser tu madre... La muy tonta no quiso aceptar una propuesta que nos hubiese hecho ser más poderosos que ningún otro clan y, bueno, no podía aceptar que ella estuviese dispuesta a vivir en debilidad y que te forzase a ello también - dijo el hombre mientras movía su brazo derecho de una manera suave y elegante, haciendo que la chica inconscientemente girase su mirada para notar la larga espada que el hombre portaba mientras que su movimiento hacía que la hoja manchada de sangre se limpiase a cambio de mostrar un arco sangriento en el césped donde estaba parado

- Gettan... - murmuró la chica mientras apretaba los dientes y sus colmillos empezaban a crecer, soltando un suave gruñido mientras su mente lentamente comprendía lo que había ocurrido y quien había sido el responsable del momento actual, generando que su corazón se acelerase a la par que su sangre parecía hervir en sus venas, permitiendo que las lagrimas de la chica detuviesen su constante caída mientras su respiración se aceleraba en una furia creciente y animal

- Pero no te preocupes, cariño - hablo el hombre como si fuese incapaz de oír el gruñido en la voz de la chica - cuando todo acabe, tu y yo podremos ser los nuevos lideres de los theriantrophes, incluso sin tu clan presente, aún seras la futura matrona del clan de los lobos... Así que, apártate, si? - le dijo el hombre mientras su mano izquierda se estiraba hacía la chica aún arrodillada en un silencioso ofrecimiento

Observando al hombre mientras sus labios solo producían gruñidos animales cada vez más sonoros, Yukime se mantuvo inconsciente de los cambios que ocurrían en si misma mientras que sus pupilas se rasgaban y sus uñas se alargaban en garras zorrunas para demostrar su inestable estado actual - GETTAN! - Rugió la chica a la par que su cuerpo salía disparado hacía el hombre, ignorando la manera en la que su madre trató de detenerla al sostener el dobladillo de su ropa

Moviéndose con una furia cegadora y arrasadora, la chica soltó un fuerte rugido mientras su mano derecha se movía a gran velocidad hacía el cuello del hombre, tratando de atravesar la piel del pelinegro con sus garras pero solo consiguiendo que el hombre hiciese un suave movimiento hacía el lado, esquivando su ataque con facilidad insultante

- Tú... Te atreves a atacarme!? - rugió el hombre mientras se movía hacía un lado para esquivar otro ataque instintivo que la chica realizo, solamente demostrando aquella falta de conocimiento en la lucha que había adquirido como cualquiera de su genero y posición en la raza de los therianthropes indiferentemente de su sub-raza

- GETTAN! - rugió la chica nuevamente sin siquiera darle la menor importancia a la mirada furiosa y traicionada que había ganado el hombre, solamente pudiendo sentir que su propia piel se erizaba por su propia furia mientras se lanzaba para otro ataque directo al cuello del hombre

Sin embargo, a diferencia de en las ocasiones anteriores, esta vez el hombre no solo esquivo el ataque de la chica sino que también movió su espada a velocidades inalcanzables para la visión de la chica, haciendo que soltase un quejido ahogado mientras el hombre realizaba un profundo corte en la espalda de la chica, destrozando aquella preciosa prenda que se suponía marcaría una nueva vida para la chica mientras que marcaba su lechosa piel impoluta con una profunda herida que pronto estalló en una gran cantidad de sangre

Soltando un suave grito ahogado por su falta de aire e incapaz de sostener su propio peso debido al dolor y a la fuerte perdida de sangre, la chica solamente fue capaz de caer hacía delante debido al impulso que aún mantenía por su previo intento de ataque, inesperadamente siendo recibida por un suave abrazo débil y un efímero calor que parecía estar desvaneciéndose tras cada segundo que pasaba para ser reemplazado por una frialdad mortal

- Descansa... Mi niña... Tu y yo... Solo podemos descansar... - susurró la voz de su madre mientras el rostro de Yukime se encontraba contra el pecho de la mujer, pudiendo captar el suave latir de su corazón que lentamente se ralentizaba para marcar las manera en que la fuerza abandonaba a la mayor

- Lo siento... Lo siento tanto... - lloraba la chica con suavidad, perdiendo su estado de furia al sentir el suave abrazo de su madre a la vez que sus brazos temblorosamente se movían para rodear a la mayor en un abrazo cada vez más débil que solo era prueba de su propia perdida de fuerza mientras sentía su corazón latir cada vez más lento junto a su respiración volverse más laboriosa

Oyendo una suave risilla, Yukime sintió un suave beso ser puesto en su frente mientras su visión parecía lentamente desenfocarse y llenarse de oscuridad contrastada por los leves matices aún visibles del blanco kimono de su madre, apenas siendo capaz de oír unos pasos acercarse a ellas mientras su madre le daba unas últimas palabras junto a un suave y efímero apretón entre brazos

- Te amo hija... - susurró previo a que la consciencia de Yukime se oscureciese por completo junto a su capacidad de oír aquel suave latir que la había calmado apenas segundos atrás

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Un suave gruñido escapó de sus labios solo para perderse contra el fuerte sonido del aire rugiente a su alrededor mientras su cuerpo se nadaba a velocidades sub-sonicas a través de las blancas nubes esponjosas que cubrían en cielo estrellado mientras que, varios kilómetros bajo suyo, un extenso bosque se mostraba a gran velocidad

- Más rápido... - pensaba el chico con un suave gruñido mientras bombeaba más de su mana alrededor de todo su cuerpo, específicamente en sus extremidades inferiores, y aceleraba su velocidad hasta el punto de crear una onda de choque tras él a la vez que su mirada continuaba cambiando de la vista frente a él y una vista externa que mostraba a un hombre de cabello negro atravesando a una mujer de mediana edad antes de moverse a rápida velocidad contra un infante atemorizado que pronto fue empalado

- Mierda! - gritó el chico para si mismo a la vez que apagaba su conexión con sus creaciones, permitiéndose ver el cielo rugiente frente a él - Porque demonios paso hoy!? En el material original daban a entender que todo ocurría mucho tiempo después de la boda de Yukime con Gettan! - gritó mientras sus ojos emanaban un fuego morado que representaba el fuerte esfuerzo que el chico estaba haciendo en este momento

- Joder, joder, joder! - gruñía el chico mientras su pecho cosquilleaba constantemente debido a la activación de su habilidad "Previsor de catástrofes" previo a volver a cambiar su mirada, tratando de comprender el estado actual de la aldea en la que la que la chica peliblanca vivía

Al cambiar su mirada, Cid solo pudo notar como gran parte de sus creaciones se habían juntado alrededor de una escena que parecía haber sido sacada de una película fantasiosa, mostrando a una mujer en los inicios de sus veintes mientras trataba de atacar al hombre pelinegro, siendo repelida con facilidad previo a que el hombre contraatacase y mandara a volar a la fémina con facilidad

- Aguanten un poco más, por favor... Ya casi llego... - Gruñía el chico mientras recubría sus prendas actuales con una densa capa de mana, haciendo que las largas mangas de su camiseta blanca se deshicieran en una gran cantidad de hilos flotantes a la par que parte de sus pantalones se deshacían para formar una mascarilla de tela color negro alrededor de sus labios, dejándolo vestido solamente con unos shorts negros, una camiseta sin mangas blanca y sus zapatos oscuros

Cambiando su mirada a su entorno actual, el chico soltó un gruñido casi animal al notar una aldea en las fronteras del bosque, permitiendo que mostrase una sonrisa sedienta de sangre bajo sus mascarilla antes de lanzarse en picado con un fuerte "Boom" sonico tras él

Ignorando la manera en la que sus oídos se taparon por su increíble velocidad, el chico rápidamente envió sus hilos directamente hacía el hombre de cabello negro que actualmente se encontraba a breves instantes de empalar al dúo madre e hija peliblancas que aparentemente ya habían perdido toda consciencia debido a la perdida de sangre

Enrollando sus hilos reforzados alrededor del cuerpo del hombre, Cid vio la clara sorpresa en la expresión de Gettan cuando fue sostenido en su lugar por una fuerza inicialmente invisible, apenas escuchando un suave susurro en el aire antes de ver como un chico enmascarado de ojos brillando en morado repentinamente aparecía frente a él, presionando el pecho del hombre con sus pequeñas rodillas mientras se inclinaba hasta que los labios del menor estuvieron al lado del oído derecho del hombre

- Dale mis saludos al culto - susurró mientras Gettan era capaz de ver en cámara lenta como la mano del chico se movía directamente hacía su ojo izquierdo, clavando sus pequeños dedos a través de los parpados del hombre como si fuera un cuchillo caliente a traves de mantequilla y cerrando su mano alrededor del ojo del mismo

Como si el mundo mismo pareciera haber estado esperando a que el infante hiciera aquel movimiento, el mundo repentinamente pareció recuperar la consciencia del funcionamiento de las físicas y el mayor sintió todo el impulso que el chico había acumulado en su rápido vuelo hacía ahí transfiriéndose directamente a su pecho a la vez que los hilos liberaban el cuerpo del hombre, haciendo que abriese sus labios en un silencioso grito antes de ser enviado a volar un par de kilómetros a la distancia mientras sangre escapaba de sus labios debido a la pulverización de su caja torácica y el daño en varios de sus órganos

Viendo como el hombre volaba a la distancia como una muñeca de trapo tras el golpe que acababa de acertarle, Cid soltó un suave gruñido antes de silbar con suavidad, rápidamente siendo rodeado por decenas de aves de madera que parecían sisear en dirección a donde el hombre fue enviado

- Tienen una nueva misión... Manténganlo en la mira en todo momento y segundo, no quiero que lo dejen solo ni siquiera si esta cagando o teniendo sexo con alguna persona desesperada que lo acepte... En todo jodido momento, obsérvenlo y no dejen que su vida quede oculta... Si vuelve a cometer algún ataque, quiero que se aseguren de desviar sus armas minimamente para evitar que asesine a alguien más mientras el resto de ustedes atrae alguna ayuda... Soy claro? - gruño el chico mientras largos tentáculos de mana purpura escapaban de su cuerpo e iban hacía las aves, rápidamente escribiendo una gran cantidad de palabras en lenguaje rúnico previo a que todas las aves repentinamente desapareciesen de vista

Sin embargo, pese a que todas las aves parecieron haber desaparecido, Cid fue capaz de oír un fuerte piar producido en unisono por cada una de sus creaciones previo a oír un suave batir de alas imperceptible para cualquiera que no tuviese sus sentidos mejorados, permitiendo que el chico supiese que el grupo de aves de madera se dirigía a máxima velocidad hacía la ubicación donde Gettan había sido enviado

Respirando profundamente antes de soltar un lento suspiro para tratar de calmarse, Cid dio una lenta mirada a su entorno actual antes de suspirar y girarse para encarar al dúo madre e hija de cabelleras peliblancas

- Sé que puedo matarlo ahora... Pero eso no es mi deber ni mi elección... Quizás debí haber hecho más, pero no puedo estar en todos los lugares... Además... Si lo asesino ahora, el futuro se volverá aún más incierto de lo que ya debe ser... Por lo menos, con él vivo, hay la probabilidad de que los eventos principales tomen lugar como en la historia original... - pensó el chico antes de suspirar y avanzar hacía el dúo, poniéndose de rodillas silenciosamente al lado izquierdo de ambas antes de estirar su mano derecha hacía Yukime para acariciar su cabellera con suavidad

Observando el rostro pacifico de la chica, Cid soltó un suave suspiro antes de lentamente mover su mano hacía la espalda sangrienta de la chica, suavemente rompiendo un poco más su kimono para luego poner su mano apenas unos leves centímetros por encima de la larga herida de la menor

- Que... Crees... Que... Haces...? - susurró una voz rasposa y debilitada, congelando al chico antes de lentamente girar su rostro para encontrarse con la mirada entrecerrada pero cansada de la mujer mayor

- ...curarla - respondió el chico mientras controlaba su expresión para verse lo más neutro posible pese a que solo sus ojos estaban siendo revelados - Esta viva...? En el material original ella moría... Aunque, bueno, para ser justos en el material original todo esto también ocurría más adelante, así que debería dejar de pensar que incluso los eventos principales serán iguales... - pensaba el chico, resignándose a realmente no estar seguro del futuro debido a los aparentes cambios que estaba viviendo en este momento

- Curarla...? No sé... Quien eres... Pero... Aunque lo odie... Ninguna sobrevivirá... - susurró la mujer con resignación, soltando un suave quejido al tratar de mover su mano para acariciar la cabellera de su hija

- No presuma cosas que no sepa, mi señora... El mundo es un lugar mucho más amplio de lo que usted es capaz de ver - habló el chico previo a congelarse ligeramente y soltar un suave gruñido mental - No puedo creer que acabo de hablar crípticamente... Se me está metiendo mucho en la cabeza el acto de lord de las sombras que practico ocasionalmente... - pensó con un suave suspiro para si mismo a la par que su mano empezaba a brillar en morado

Observando el tentáculo que se estiro desde su mano, Cid soltó un suave tarareo mientras su magia empezaba a actuar, acariciando la herida de la chica mientras parecía empezar a causar un leve calor que sirvió para cicatrizar su herida principal con mayor facilidad

- Ahora... Empecemos con el trabajo completo... - pensó mientras su mirada se movía hacía los ojos entreabiertos de la mujer, permitiendo que sus ojos expresasen amabilidad hacía ella - por favor, trate de no resistirse mucho a lo que va a pasar... Puede llegar a causarle un poco de dolor si me hace forzar las cosas - dijo de manera suave y calmada

Asintiendo suavemente con cansancio, la peliblanca mayor solamente fue capaz de sentir que su mano lentamente se empezaba a mover para acariciar el cabello de Yukime, confundiéndola hasta que noto los pequeños hilos que la sostenían a la vez que su cuerpo y el de Yukime repentinamente se veían cubiertos por un aura espesa y casi asfixiante de mana purpura, generando que su respiración se volviese aún más débil y laboriosa

- Relájese.... - oyó la voz suave e infantil de Cid, consiguiendo que lo viera se reojo y notase como el chico parecía estar totalmente calmo ante la masa de poder que causaba un leve ardor en su piel

- Quien demonios es este niño...? - pensó la mujer a la par que lentamente sentía que su dolor se desvanecía, reemplazado por una suave calidez reconfortante que lentamente la conducía a un placido sueño

- Gra...cias.... - susurró la mujer a la vez que sus ojos lentamente se cerraban por completo, cayendo en un sueño profundo y calmo mientras su respiración era lenta y tranquila, generando un leve movimiento en su amplio pecho

- No hay por que... - susurró el chico a la vez que lentamente permitía que su mana se dispersase, permitiéndole ver con claridad al dúo ahora curado y dormido que solo era capaz de respirar con suavidad y lentitud

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Un suave quejido escapó de sus labios entreabiertos a la vez que se acurrucaba con mayor cercanía a la fuente de calidez que la rodeaba, permitiendo que frotase su nariz suavemente contra una superficie que reconoció distraídamente como una tela

- Finalmente despierta, uh...? - le susurró una suave voz que la confundió por un breve momento debido a su estado letárgico, repentinamente sintiendo como todos los recuerdos la asaltaban y volvían a ella

Abriendo sus ojos por completo, la chica rápidamente posiciono sus manos sobre el kimono de la mujer, a la altura del abdomen, y se alejo del abrazo que la sostenía antes de ver hacía arriba a la hablante, congelándose por completo al ver la suave sonrisa que le era mostrada por aquella mujer de piel lechosa que había estado junto a ella desde sus primeros momentos

- Ma...má...? - llamó con voz temblorosa y sorprendida, deseando desde lo más profundo de su ser que aquellas memorias hayan sido un horrible sueño del que acababa de despertar pese a ser capaz de notar la sangre seca en el traje de la mujer y el aroma metálico a su alrededor

- Buenos días, Yukime... - susurró mientras le sonreía con un leve matiz de tristeza, llevando su mano derecha a la mejilla izquierda de la chica antes de mover su pulgar con suavidad sobre la tierna piel de la chica para acariciarla cariñosamente

Sin habla, la chica solamente fue capaz de ver los ojos azules-verdoso que su madre tenía como un reflejo idéntico a los de ella misma, solamente pudiendo quedarse en silencio por largos segundos antes de morder su labio inferior fuertemente mientras sus ojos se cerraban, derramando lentas lagrimas

- Lo siento... Lo siento tanto... - susurró la chica entre lagrimas, solamente pudiendo sentir las suaves caricias que la mujer le daba en la mejilla

- No es tu culpa, mi preciosa hija... No es tu culpa... - susurró la mujer mientras se movía para poner un suave beso en la frente de la menor, permitiéndose juntar su frente con la chica y cerrar sus ojos en un maternal gesto cariñoso - no podíamos hacer nada... Nada de esto fue tu culpa... - susurró mientras su mano izquierda se movía a la mejilla libre de la chica para acariciarla de la misma manera que hacía en la mejilla opuesta, tratando de calmar a la menor

- Pero... Pero... - susurró, solamente sintiendo como la mayor negaba suavemente con la cabeza

- No hay peros que valgan y lo sabes... Nada de esto fue tu culpa... No fue tuya... No fue mía... No fue del pueblo... - susurró la mayor con suavidad previo a soltar un suave gruñido que fue incapaz de contener

- Gettan... - gruño la chica suavemente entre lagrimas, mostrando un matiz de su ira guardada por el hombre - ese... Jodido... Asqueroso... Maldito lobo sarnoso... Desgraciado hijo de perra.... Lo mataré... Aunque sea lo último que haga... - gruñía la chica entre lagrimas de furia y derrota mientras sus manos se cerraban en puños alrededor del kimono de su madre

- Aun no, cariño... Tu y yo sabemos que sería inútil... Debemos ser fuertes... Mucho más fuertes de lo que somos ahora... Más fuertes de lo que nunca creímos posible... - susurró la mujer mientras trataba de evitar que la menor se lanzase a una caza ciega, solamente consiguiendo que la menor gruñese suavemente antes de quedarse en silencio por unos largos segundos que sirvieron para relajarla levemente

- ...Como...? - susurró Yukime al finalmente sentirse lo suficientemente compuesta como para hablar - como seguimos vivas...? - susurró mientras sus ojos se abrían en silencio a la par que los de la mayor, permitiendo que sus ojos azules-verdosos chocasen el uno con el otro

- ...Un niño de ojos morados... No parecía ser mayor de 7 años... Pero su poder... Fue algo que ni siquiera yo pude medir... - susurró mientras los ojos de la chica se abrían con sorpresa

- Un niño? - preguntó con confusión clara mientras la mayor asentía suavemente

- No tenía características raciales además de las clásicas humanas y su aroma era infantil... Y, aunque su mirar parecía el de un adulto experimentado, yo sé, instintivamente, que era un infante... - murmuró la mujer mientras la menor solamente era capaz de verla en silencio, incapaz de comprender por completo el relato que le era contado

- Yo... Ya veo... - susurró Yukime, confiando en las palabras de su madre antes de suspirar y lentamente apartarse del abrazo para ponerse de pie, cosa que la mujer mayor copio en silencio antes que Yukime se girase para encarar la escena de masacre que había tomado lugar

Sin embargo, sorprendiendo a la chica, al girar, La peliblanca menor solamente fue capaz de ver como todos los cuerpos de la zona habían desaparecido y un montículo de tierra se encontraba precisamente en el centro, generándole un suave hipido cuando la mente de la chica hizo las conexiones

- Yo también me sorprendí cuando desperté... Pero parece que nuestro salvador no es carente de amabilidad - le dijo su madre mientras se ponía de pie a su lado, observando silenciosamente al montículo de tierra mientras la luz del amanecer parecía adentrarse por el espacio de la puerta rota, iluminando aquel cementerio improvisado con una cálida y hogareña iluminación

Quedándose en silencio por un breve momento, la chica repentinamente empezó a caminar hacía el montículo con paso lento y suave, silenciosamente poniéndose de rodillas a meros centímetros de distancia antes de lentamente estirar su mano derecha para tocar la tierra con suavidad, silenciosamente cerrando sus ojos por unos largos minutos

Observándola en silencio, la mayor se acercó silenciosamente y solo observo el montículo de tierra en silencio, cada una de ellas teniendo miles de pensamientos recorriendo sus mentes previó a que la menor se pusiese lentamente de pie

- ...Andando... - susurró antes de empezar a caminar con la mujer siguiéndola a pocos pasos de distancia

Aquel día fue uno que ambas recordarían como el día en que sus vidas cambiaron por completo sus rumbos por la culpa de un sujeto hambriento de poder y sin escrúpulos quien acabó con su familia debido a sus deseos egoístas

Sin embargo, para Yukime, aquel día también fue el último día durante un largo tiempo en el que vio a una de aquellas aves de madera que ocasionalmente se presentaban a su lado en aquellos momentos en los que su ánimo estaba por los suelos

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Bueno, malo o meh?