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Lo que pasó anoche (parte 2)

Después de media hora de intentar conciliar nuevamente el sueño decido que es mejor levantarme, reviso la habitación para ver si Jen puso a secar la ropa luego de lavarla, pero no parece ser así. ¿Será que aún está en la lavandería? Tengo la suerte de que esta camisa cubra todo lo que tiene que cubrir, Shawn es bastante alto y yo a penas si llego al metro sesenta. Salgo por la puerta esperando a que nadie me vea así vestida, bajo las escaleras tratando de no hacer ruido, al llegar a la cocina encuentro la puerta del sótano, al tomar la perilla me quedo paralizada, no sé ni siquiera porque hice el inútil intento de bajar al sótano, yo sé que nunca podré quitarme este miedo.

— Buenos días. — La voz de una señora me saca de mis pensamientos.

— Hola, buenos días. — Me doy media vuelta para mirar de frente a la señora.

— ¿Puedo ayudarle en algo? — Me observa de pies a cabeza.

— Mi ropa está en la lavadora, para ser sincera le tengo fobia a los sótanos...

— Entiendo, no hay problema, permítame ayudarle, solo que si sigue en la lavadora tendré que ponerla en la secadora, tomará treinta minutos secarla.

— Puedo esperar, le agradezco mucho.

La señora baja al sótano, mientras tanto yo me siento en el desayunador a esperar, pasados unos minutos sube de nuevo con una blusa y un pantalón en la mano.

— Ayer lavé un poco de ropa de mi hija aquí, creo que son de la misma talla. — Pone la ropa frente a mí. — Mejor use esto, la ropa que trae es muy descubierta y está haciendo algo de viento.

— Muchas gracias, prometo devolverla antes de irme.

— No hay de qué.

Voy al baño de visitas para vestirme, envuelto entre el pantalón encuentro ropa interior incluso, luego de vestirme, doblo la camiseta y me pongo las sandalias antes de salir.

— Deme la camisa, la lavaré más tarde. ¿Quiere tomar café mientras espera el desayuno?

— Sí, gracias ¿Puedo ir a tomarlo a la playa?

— Claro, no hay problema.

La señora toma una taza, sirve en ella el café que recién acaba de colarse en la cafetera, me la entrega en un plato junto con una servilleta.

— Muchas gracias, mi nombre es Kate por cierto ¿Cuál es su nombre?

— Soy la señora Rowell. Si necesita algo más avíseme.

— Mucho gusto. — Le ofrezco una pequeña sonrisa antes de retirarme.

Salgo al patio el cual está sorpresivamente limpio, no hay ni un solo rastro de que hubo una fiesta anoche, todo está tal y como estaba antes de la fiesta. Me siento en la pérgola para beber el café observando el mar. A pesar del accidente de ayer, el mar aun me parece muy hermoso y relajante. Enrollo el pantalón un poco para que llegue a mis pantorrillas, me quito las sandalias para dejarlas en la pérgola, camino con los pies descalzos sobre la arena hasta llegar a la orilla, el agua toca mis pies gentilmente, hoy las olas están bastante calmadas, al observar el horizonte veo unos delfines saltando, es la primera vez que veo delfines en mi vida. Entre los pies siento un objeto bastante duro, doy un paso hacia atrás y me inclino para recoger aquel objeto que resulta ser una concha de mar, es muy hermosa, limpio la arena que tiene encima metiéndola en el agua, después sigo mi camino mientras admiro los detalles que hay en ella.

— Hola. — Saluda Kane quien parece estar regresando de correr. — ¿Cómo va esa resaca?

— Sorpresivamente no tengo, sé que debería, ayer me tomé hasta el agua del florero. — Bromeo. — ¿Y tú?

— Después de unas píldoras para el dolor de cabeza y beber bastante agua, estoy como nuevo.

— Que bueno saber que sobrevivimos a la resaca.

— ¿Recuerdas todo lo que pasó anoche? — Frota su nuca con la mano con incomodidad.

— Sí, casi todo.

— Sobre el beso, yo quería decirte que...

— Tranquilo, estábamos ebrios. — Lo interrumpo antes de que diga algo más. — No tenemos por qué decirle a nadie sobre esto si es lo que estás tratando de pedirme. Es más, podemos hacer como si eso jamás ocurrió.

— ¿Es eso lo que quieres? — Veo la decepción en su rostro.

— Es lo que querías pedirme ¿No?

— No, yo...

— Hola chicos, el desayuno está servido, los estamos esperando. — Interrumpe Caleb.

Veo a Kane a los ojos un segundo más antes de retirarme, regreso a la pérgola por mis sandalias antes de ir al comedor del patio.

— Buenos días. — Saludo a todos.

Me siento en la mesa junto a Jen, Marie está a su lado izquierdo y Denver está frente a mí. Shawn sale de la casa con una charola llena de vasos con Bloody Mary, al verme me sonríe. Deja un vaso en cada lugar para posteriormente dejar la charola en uno de los gabinetes de la cocina del patio.

— Hola Kate. — Shawn se sienta junto a mí. — ¿Qué tal dormiste?

— Dormí bastante bien, gracias. — Miento. — ¿Y tú qué tal?

— Caí rendido anoche en cuanto me acosté, recién me desperté. Tu despertaste muy temprano ¿No es así?

— Sí, desperté un poco antes de las siete.

Kane y Caleb llegan a la mesa, Kane se sienta junto a Denver y Caleb junto a Shawn. Siento aquella mirada penetrante de Kane posada en mí. Le doy un par de tragos a mi bebida, al caer el contenido en mi estómago me causa cierto ardor, el cuál es tolerable, pero incómodo. Esto es lo que pasa cuando te alcoholizas teniendo el estómago vacío.

La señora Rowell junto con otras dos chicas traen los platos con el desayuno, además del termo con café, tazas, pan francés y pan dulce en diferentes canastas.

— Buen provecho, si necesitan algo más háganmelo saber. — Dice la señora Rowell antes de retirarse.

Algunos devoramos nuestro plato de comida mientras que otros, como es el caso de Kane apenas si tocan su comida.

— Oye Kate, lo que pasó anoche, solo quiero decir que me alegra no haberte besado. — Shawn me habla en voz baja para que nadie más escuche.

— ¿Ah sí? — Pregunto cabizbaja.

— Sí, no me hubiera gustado que ese momento especial se diera así, me gustaría que fuera algo más íntimo y en un entorno más romántico que una fiesta. — Sus ojos grises me observan con bastante ternura.

— Opino lo mismo. — Aparto la mirada al sentirme sonrojada.

— ¿Quieres caminar por la playa?

— Sí, me gustaría.

Shawn se quita los zapatos y los deja a un costado del bar, yo hago lo mismo, caminamos juntos hacia la orilla del mar, el viento peina mi cabello hacía atrás, la señora Rowell tenía razón, hay bastante viento y un poco de frío también.

— Denver me dijo que sacaste la nota completa en el parcial que tuvieron ayer.

— Sí, así es.

— Eso es impresionante, dicen que esa clase es la más difícil del primer año.

— Sí, lo es. Por fortuna tengo un buen profesor. ¿Qué hay de ti? ¿Como te fue en tus parciales?

— Muy bien, de hecho, espero mantener mi promedio de 90.

— ¿90? Eso es más impresionante que un 10 en un parcial.

Detiene por un momento su caminata para ponerse frente a mí, su mirada es seria, pero a la vez dulce, posa delicadamente su mano en mi mejilla, me mira a los ojos y sonríe.

— No te menosprecies, estás dando lo mejor de ti y tendrás sus frutos en el futuro. Llegarás muy lejos, ya lo verás.

— ¿En serio lo crees?

— Absolutamente, eres brillante, perspicaz, astuta, amable con las personas, dulce, educada y muy muy hermosa.

Aquella cercanía me impide seguir pensando con claridad, el aroma a su loción inunda mis fosas nasales, es un agradable aroma amaderado, bastante masculino y llamativo, él se inclina poco a poco para llegar a mis labios.

— Shawn ¿Recuerdas que es tu turno de ir al aeropuerto por papá? — Kane nos interrumpe.

— De hecho, es tu turno. — Shawn se da media vuelta para confrontar a Kane. — Ve a recogerlo tu.

— ¿Y dónde pongo las maletas? Si recuerdas que manejo una motocicleta ¿No?

— Llévate mi auto. — Le lanza las llaves.

— Tu auto no me gusta. — Le lanza las llaves de vuelta. — un BMW no es mi estilo.

— Kane, solo tómalo y vete, es tu turno. — Le lanza las llaves de nuevo, pero esta vez más fuerte.

— Tú te ofreciste ¿Recuerdas? — Kane también las lanza más fuerte está vez. — Se está haciendo tarde, sabes que no le gusta esperar.

— Bien. — Dice entre dientes. — ¿Vas a quedarte aquí hasta la tarde?

— No creo, tengo que ir al apartamento para arreglar mi maleta, mañana tenemos que tomar un vuelo con Jen, iremos a casa y regresaremos el viernes para la subasta.

— Genial, que tengan buen viaje. Yo de hecho quería invitarte a salir el miércoles, pero creo que lo dejaremos pendiente para otra ocasión.

— Eso me gustaría. — Digo un poco nerviosa llevando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

— Si si, ya vete Shawn.

— Que idiota eres Kane. — Rueda los ojos. — Te escribo luego. — Me da un beso en la mejilla para despedirse.

— Hasta luego, conduce con cuidado.

Shawn empuja con su hombro a Kane para abrirse paso, ciertamente está muy molesto con él.

— Tú y yo tenemos una conversación pendiente.

Al escuchar esa palabras se me hace un nudo en el estómago.

— ¿Ah sí? — Arqueo mi ceja derecha. — No recuerdo que tú y yo tuviéramos un tema pendiente.

— Tenemos que hablar sobre lo que pasó anoche.

— ¿E-el... beso? — Titubeo.

— Los besos. — Aclara remarcando cada palabra.

— ¿Qué hay con eso?

— ¿Por qué te incomoda hablar sobre el tema? — Pregunta muy serio.

— No me incomoda, solo estoy nerviosa.

— ¿Y por qué estás nerviosa? — Da un paso para acercarse a mí.

— Porque imagino que vas a decirme que beso horrible o que evite decirle a alguien sobre esto porque te avergüenza haberme besado. — Digo esto tan nerviosa y tan rápido que ni siquiera yo puedo entenderme.

— ¿Crees que besas mal? — Frunce el ceño. — Kate, estoy parado frente a ti conteniéndome para no volver a tomarte entre mis brazos y besarte con tantas ansias como anoche o incluso más.

— ¿Y qué te detiene? — Lo observo fijamente a los ojos.

— No quiero que creas que solo eres una más, quiero hacer las cosas bien contigo.

— ¿Y qué hay de las chicas a las que también besaste anoche? ¿Les dices a ellas lo mismo que a mí? ¿Esta es una frase que funciona con todas?

Mierda, no sé porque siempre me pongo a la defensiva cuando hablo con él ¿Qué es lo que me pasa? ¿Son celos acaso? Quizás esto podría considerarse auto sabotaje.

— Ellas no significan nada para mí, solo fue un desliz que tuve estando ebrio.

— Quieres decir que... ¿Yo tambien fui un desliz? — Siento dolor en mi corazón, es como si estuvieran apretandolo.

— No tu no, ellas...

— No tienes por qué explicarme nada. — Lo interrumpo. — De todas formas no somos pareja. Estas soltero y puedes hacer lo que quieras, al igual que yo.

— ¿Qué significa eso? — Frunce el ceño.

— Me refiero a que tú puedes ver a otras chicas y yo puedo salir con otros chicos, no debemos tener un problema por eso ¿O sí?

— ¿Tú quieres ver a otros chicos? — Arquea su ceja izquierda.

— Está más que claro que tú quieres ver a otras chicas y yo honestamente no sé si quiero solamente diversión o algo serio.

— Yo podría ofrecerte lo que sea que quieras tener.

— ¿Podrías? ¿Dejarías de ver a todas esas chicas para solamente mirarme a mí?

Él se queda mirándome sin una expresión en específico, solamente me mira como si estuviera pensando y analizando la situación, pero se tarda demasiado en darme una respuesta. ¿Qué significa esto? El silencio en sí creo que ya es una respuesta, solo que no es la que me gustaría tener. Aun así, es la respuesta que necesito para saber que él no piensa cambiar. Sin darle un segundo más para pensar me doy media vuelta para irme de ese lugar, ni siquiera estoy molesta, quizás podría decir que solo un poco decepcionada.

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