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Capítulo 83

MARCOS

Cuando Gabriela me dijo que estaban en el hospital con mi hermana no dude en marcharme de la universidad, tenía que estar con mi hermana e intentar no poner más nerviosa a Gabriela de lo que ya estaba, aunque eso iba a ser complicado, y menos cuando Carlos se enterase de que no estaba bien.

En cuanto llegué al hospital pude ver que Gabriela estaba peor de lo que me imaginé y a pesar de que Alex estaba con ella y no se separaba prácticamente nada de ella, parecía ser que no mejoraba su estado, me empezaba a preocupar por ella la verdad, y se puso peor luego de lo que dijo el médico de lo que habían encontrado en las pruebas que le habían hecho, si antes estaba de los nervios, ahora estaba al borde del ataque de ansiedad, y eso es lo que debía de evitar, pero no escuchaba nada de lo que le decíamos.

Cuando el médico nos dejó ir a ver a Ana en la habitación, Gabriela no dudo ni un segundo en dirigirse detrás de este, y a pesar de que le dije a Alex que fuese con ella para que no se pusiese peor, no quiso, cosa que le agradezco, porque yo también quería ver cómo estaba mi hermana.

Al entrar en la habitación Gabriela no tarda nada en acercarse a su lado y empezar a llorar.

-Vamos Gabriela, se pondrá bien. No te preocupes tanto.

-Cómo… ¿Cómo pretendes que no me preocupe… por ella Marcos? Es mi niña.

-Sé que es tú niña, pero tu niña aprendió de la mejor. Es fuerte y podrá con todo como tú, su madre. Deberías descansar un rato.

-No me pienso mover de junto a ella hasta que me asegure de que estará bien y no lo vas a poder evitar Marcos.

-Y no lo voy a hacer, solo que deberías relajarte porque la que acabará mal serás tú, y no querrás que cuando mi hermana se despierte te vea mal.

-Yo me pondré mejor cuando ella lo esté.

-Ya verás cómo se pondrá mejor.

Estuvimos un par de minutos calladas y Gabriela le pasaba la mano por el pelo a mi hermana que en este momento estaba dormida y con medicamentos enganchados a ella.

De un momento a otro, el móvil de Gabriela empieza a sonar, pero lo estaba ignorando, y la verdad, por más que le insistía que podía ser sus padres, no quiso ni mirarlo hasta que debió de cansarse que lo miro y pude comprobar cómo cada vez se ponía peor, lo que no me explicaba, y es en ese momento en el que sale de la habitación medio alterada y yo con ella para ver qué es lo que le pasa.

En cuanto salimos de la habitación empieza a mirar para todos los lados y a andar unos pasos hasta que se para por unos segundos y se desploma.

- ¡GABRIELAAA!

Yo ya me había arrodillado a su lado cuando escuché a Alex gritar su nombre y no tarda nada en llegar a junto a nosotros y coger a Gabriela en brazos.

-Vamos Gabriela, reacciona mi vida. ¡Que venga un médico!

No tardan en llegar un par de médicos otros sanitarios a junto a nosotros que acaban por coger a Gabriela de los brazos de Alex, y a pesar de que este no quería soltarla, acaban por conseguir que la suelte y tengo que aguantarlo para que no le arranque un brazo a alguno de los médicos.

-Vamos Alex, estará bien.

- ¿Qué coño acaba de pasar Marcos? ¿A dónde ibais?

-Yo solo seguía a Gabriela, su teléfono no paraba de sonar y cuando decidió mirarlo se puso más de los nervios… Realmente no tengo ni idea de lo que le ha pasado. Incluso había empezado a tranquilizarse un poco.

-Esto no puede estar pasando.

-Vamos, no te pongas mal tú ahora, porque es lo que menos necesita ella ahora. Te necesita fuerte Alex, esto es todo por los nervios.

-Tenía que estar con ella para intentar calmarla al menos.

-Y estuviste, pero en este momento dudo que alguien de nosotros pueda hacer algo por ella, está demasiado nerviosa como para que escuche algo de lo que le digan.

En ese momento aparece mi hermano echando humo, y echaría más en cuanto supiese lo de Gabriela.

- ¿Dónde están Ana y Gabriela?

-Ana está en la habitación y a Gabriela la están atendiendo.

-Espera, ¿Qué? ¿No me jodas que ella está igual que Ana?

-No, no tiene lo mismo que ella, solo que le dio un ataque de ansiedad por lo de Ana y por algo que le llegó al móvil.

- ¿Qué es lo que le llegó?

-No tengo ni idea, no pude verlo.

- ¿Dónde está su móvil?

-Lo debe tener en el bolsillo.

-Esperad aquí, ahora vengo.

- ¿A dónde vas?

-Ahora vengo, no os preocupéis.

Con eso se marchó hacia no sé dónde, y la verdad no tengo ni idea de lo que iba a hacer, mucho menos de lo que estaba buscando, pero no tarda mucho en llegar a junto a nosotros con el móvil de Gabriela en mano.

-Desbloquéalo.

-No vamos a mirar lo su móvil Carlos, ¿es que te has vuelto loco?

-Alex, ¿sabes la contraseña?

-No.

En ese momento cogió su móvil y se puso a llamar no sé a quién, pero seguía sin tener idea de lo que pensaba hacer con el móvil de Gabriela.

-Carlota… escúchame… mierda Carlota, necesito que me escuches… ¿Sabes la contraseña del móvil de Gabriela?... Es importante, sino no te la pediría… Carlota en serio, te contará todo ahora Marcos, pero dime la puñetera contraseña… gracias, ahora te lo paso.

Con eso me pasa su teléfono mientras él desbloquea el móvil de Gabriela y empieza a buscar en sus mensajes creo.

-Marcos, ¿me explicas que es lo que está pasando? ¿Para que necesita tu hermano la contraseña de Gabriela?

-Carlota ahora mismo no puedo contestar, te juro que te llamo en un par de minutos.

-Pero…

Pero ya ni la escuché, tenía que saber qué es lo que estaban mirando tanto Alex como Carlos en el móvil de Gabriela. Me acerqué a ellos y me puse a mirar la pantalla con ellos, porque a pesar de que no quería que mirasen su móvil, ahí puede estar la solución a su manera de actuar y su estado actual que no sabemos cuál es aún.

- ¿Qué mierda es esto?

Nos quedamos mirando unos mensajes que había recibido poco antes de que saliéramos de la habitación de Ana y la verdad no tenía demasiado sentido, si esto es lo que puso a Gabriela mal, no logro entender exactamente el por qué. El mensaje solo decía que disfrutara de su sorpresa, de parte de la rubia, lo puso la persona que envió el mensaje, pero no entiendo nada de nada.

- ¿Familiares de Gabriela García?

- ¿Qué tal está? ¿Podremos pasar a verla?

-Pueden, pero vengo a decirles que está sedada, tenía la tensión alta y cuando despertó estaba muy alterada preguntando por su hija. ¿Tienen alguna idea de dónde puede estar?

-Está en este hospital, la ingresaron hace un par de horas.

-Igual por eso que esté alterada, me pasaré dentro de una hora junto a ella para ver como evoluciona, y luego la tendremos un par de horas en observación. Que sepan que debe de estar tranquila, cualquier cosa que la pueda alterar le puede hacer mal.

-Muchas gracias doctora, ¿pero podemos pasar a verla?

-Si, claro, síganme.

Empezamos los tres a seguirla hasta que Carlos me detiene.

-Tú te vas a ir con Ana, y llama a Carlota que se lo prometiste.

-Pero yo también quiero ver a Gabriela.

-Y la verás, pero no ahora. De enterarse que dejamos a Ana sola nos mataría, asique vas a ir junto a ella. Yo voy a acompañar a Alex. Cuando venga Carlota te vas con ella a verla, pero mientras te vas junto a Ana, no podemos dejarla sola ni un momento.

- ¿A qué viene esto Carlos?

-A qué tenemos que cuidarlas a las dos, esto no me tiene buena espina.

-Como quieras, pero no tardéis demasiado ¿vale?

-Tú vete con Ana, te aviso cuando puedas ir a verla.

Y con eso se fue. No sé que es lo que estaba pasando, todo esto era raro, no lo de Gabriela porque se podría decir que me esperaba una cosa así, estaba demasiado alterada como para que no le pasase, pero ¿qué Carlos me dijera esto?, no sé si él sabía algo que yo no y por eso su manera de actuar.

Un par de minutos después me dirigí hacia la habitación de mi hermana y me senté en la silla que había al lado que hasta hace una hora ocupaba Gabriela. Cojo el móvil para llamar a Carlota, pero parece que se cansó de esperar porque me estaba llamando, por lo que le contesto rápido para que no me riña tanto al menos.

- ¿Me puedes explicar que es lo que está pasando? Más te vale contarme la verdad Carlos.

-Mi hermana está ingresada.

- ¿Qué? ¿Por qué?

-Intoxicación por fertilizante por lo que dijeron los médicos.

-Eso no tiene sentido.

-Lo sé, y no veas como se puso Gabriela.

-Voy ahora mismo para ahí.

-Espera un momento.

- ¿Qué pasa ahora Marcos?

-Es sobre Gabriela.

- ¿Qué le pasa? Ya me imagino como debe estar, prácticamente es su hija Marcos, de ahí a que vaya para ahí, por vosotros.

-No, no te imaginas, porque ahora mismo está en urgencias y sedada.

- ¿Quéeeee?

-Lo que oyes.

-Voy para ahí ahora mismo. Dime en que habitación está Ana y me aparezco por ahí en algo más de una hora.

-En la 268, en la segunda planta.

-Hasta ahora.

Con eso colgó y yo me quedé pensando en si debía avisar a su familia o algo, cosa que debería hacer, pero ahora estaban con lo del entierro de Rebeca y con Gabriela mal… No sé, pero decidí que al menos alguien de su familia lo debía de saber, por lo que llamé a Ángela.

- ¿Marcos? ¿A qué se debe tu llamada? ¿Qué tal tu hermana?

-Bien, va mejorando, pero no te llamaba para eso.

- ¿Qué es lo que pasa? ¿Y Gabriela?

-En urgencias.

- ¿Qué?

-Si, pero ahora no te lo puedo explicar. Alguien debería de estar con ella, de la familia me refiero.

- ¿Y Alex?

-Está con ella y no se piensa separar, pero digo que será mejor que haya alguien de la casa porque sé que estáis ocupados con todo lo de Rebeca, pero si viene alguien de vosotros os podéis informar entre vosotros.

-Voy ahora mismo para allá.

Colgó y yo pasé a mirar a la nada, pensando en todo lo que estaba pasando en este momento. Había pasado una hora desde que mi hermano y Alex se fueron a ver cómo se encontraba Gabriela cuando noto como Ana empieza a moverse y a querer abrir los ojos.

-Eh pequeña, ¿qué tal te encuentras?

-Ya no me duele la tripa.

-No veas como me alegra eso.

- ¿Y mamá?

-Gabriela vendrá dentro de un rato, se fue a por un café para mantenerse despierta y cuidarte.

Pude ver una leve sonrisa lo que hizo que a mí también se me formase una, pero también se que le estaba mintiendo. Considero que es mejor que no sepa que Gabriela estaba mal, no era necesario preocuparla por algo que no era necesario en este momento, no ahora que es encontraba mejor.

- ¿Y Carlos?

-Fue a acompañar a Gabriela, sabes como es de sobreprotector nuestro hermano con vosotras dos.

-Ya estoy aquí princesa.

Ante esas palabras levantamos nuestras miradas hacia la puerta y nos quedamos viendo para ellos tres. Se veía que no estaba bien del todo, pero ahí estaba, en la puerta de la habitación de mi hermana.