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Con fuerza en el corazón

Auteur: laura_cisne
Histoire
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  • NO.200+
    SOUTIEN
Synopsis

Naomi es una chica muy mimada hija del emperador, en donde ella está enamorada de su primo, pero es injustamente comprometida con un príncipe llamado Hiroki. Su primo sin embargo la traiciona matando a su padre revocando la del castillo junto con su prometido. Ellos deben sobrevivir, yendo a un pueblo un poco olvidado, en donde por el afán de protegerse se van enamorando poco a poco. Ahora ella debe enfrentar su destino, haciendo justicia contra el verdadero villano.

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Chapter 1VOLVISTE...

¡Esta primavera es tan cálida en el palacio! Los cerezos florecen en pétalos de color rosa pastel, el cielo está despejado y el sol irradia con intensidad; supongo que quiere tocarme con sus rayos para hacerme levantar el ánimo; de un día tan hermoso soy la única que no puede ser feliz.

La fuente chorrea el agua cristalina en donde mi reflejo se hace denotar como un espejo; mis lágrimas tiernas caen con mucha frecuencia rodeando mi mejilla hasta caer y juntarse con el agua; pero la sorpresa de una persona me hace dar un tremendo brinco.

-¡¡SOSHI!! -exclamo furiosa. Soshi es mi mejor amigo, mi más grande consejero desde que tengo 8 años: llegó al castillo con sus padres para trabajar, hasta que un incidente en las afueras del reino les arrebató la vida a sus padres; siempre nos apoyamos y mi padre dejó que lo proclamara como mi consejero real y mi mejor amigo. Cuando mi madre murió él estuvo a mi lado siempre.

-lo siento princesa -se disculpa en carcajadas -solamente quería ver cómo estaba y bueno ... Me precipité a darle un buen susto- explica entre risas.

Desde que éramos niños le encanta asustarme, dice que me veo adorable y a veces del susto me hace llorar. Es un inmaduro a veces, aunque, aun así, él da los mejores consejos y es la voz de la razón.

- ¿y cómo quieres que esté? - le preguntó retóricamente con una expresión muy enfadada -además... No hay nada que puedas hacer para levantarme el ánimo, sinceramente no me siento muy bien...- explico triste sollozando.

- ¿fue su padre? - asentí lentamente.

- ¡Mi padre es un egoísta! ... Él solo quiere comprometerme con alguien que no conozco. Estaría sometida a vivir con alguien que no amo- mis lágrimas corren abundante por mi rostro.

-pero ... Princesa, ¿usted no está enamorada de su primo Satoshi? - me pregunta inseguro.

-bueno ... Sí, pero mi padre no lo acepta porque es un familiar- mordí mi labio inferior -... Quiero que él sea el que se case conmigo...- Sonrío desdichada.

Mi mente comienza a reflejar aquellos recuerdos tan maravillosos de esa época: Hace 8 años Satoshi y yo éramos muy unidos, inseparables, pero ese sentimiento se fue aumentando y nos comenzamos a ver como dos enamorados. Él solía decir que cuando creciera, quería convertirse conmigo en el emperador para reinar juntos, pero mi padre lo obligó a irse del palacio... aún no reconozco el motivo de aquel mandato.

- ¿Qué su primo no venía para su cumpleaños? - lo miro atenta, abro los ojos desorbitadamente, mi rostro se ilumina y mi tristeza se diluye un poco. ¡No sabía que él estaría en mi fiesta de cumpleaños 16! Su primo vendrá dentro de dos días a celebrar su cumpleaños, cuando el este ahí, usted tiene que hacer lo imposible para que su padre cambie de opinión- Al escuchar el plan de Soshi, sonrío entusiasmada.

- ¡Soshi que buena idea! - doy saltitos de gozo.

-pero hay un problema -dice Soshi- su prometido también se va a presentar en la fiesta...- mis expectativas e ilusiones cayeron al piso- pero usted tiene que convencer a su padre de no realizar la boda y hacer ver que Satoshi es un mejor partido y que él puede gobernar a su lado.

Levanto la ceja y sonrío asintiendo lentamente.

-creo que no será mala idea si lo intentamos - concordamos en realizar el "plan" para que mi padre me diera su permiso de casarme con Satoshi; aunque, en verdad no estoy segura si Satoshi aún siente algo por mí, ¿y si ya no está enamorado de mí como en aquella época? O ¿si se comprometió ya con otra chica? Tal vez con una mujer mucho más linda e inteligente. En verdad estoy muerta de los nervios; la curiosidad, el entusiasmo y los nervios me hacen desesperar.

Me puse mis mejores ropas, la emoción me embarga y siento como que estoy en un sueño. Me miro en un espejo de cuerpo completo, el Kimono de color rosa pastel, con una cinta de color azul claro, las mangas eran rosadas con un bordado de color rojo claro. Los zapatos son de los más finos y caros, de color lila con un moño en toda la punta, el maquillaje es muy natural resaltando mis mejillas y mis labios, el peinado; pelo suelto con unas pequeñas trenzas que rodeaban parte del cabello y el flequillo no obtuvo cambio alguno.

Me admiraba en aquel espejo, con los mejores comentarios y cumplidos y admiraba todo lo que tenía puesto, ya sean el vestido y las joyas brillantes. Soshi desprevenidamente llega a mi habitación casi lanzándose sobre mí, parece que había corrido dos valles, se ve cansado.

-su primo ... ¡Está aquí! ... Está con su padre ...- dijo fatigado.

Salgo de la habitación velozmente, comienzo a buscar a cada rincón del castillo y sin rastro de él. Busco en la sala del trono, el patio delantero y la entrada principal; es como buscar una aguja en cualquier rincón en esta enorme casa. Voy a buscarlo en el patio trasero, lo encuentro con mi padre hablando de un tema que en sus rostros parece ser muy serio, pues en sus gestos se observaba que estuvieran discutiendo.

Estoy tan hipnotizada de lo mucho que Satoshi ha cambiado en 8 años; el pelo de él era largo y negro, cubría parte de su espaldar, sus ojos ya no son tan tiernos cuando era niño, ahora son tan definido e intensos de color azul claro, es tan alto que alcanza al mismo emperador o más, su figura y su rostro son tan varonil, con rasgos muy marcados. En verdad ya no era el mismo niño de hace bastantes años, ahora era un hombre maduro de al menos 18. Estoy paralizada, mi padre se retira del lugar sin ni siquiera notar que yo estoy observándolos, mientras Satoshi solo tiene una expresión melancólica y furiosa, era la primera vez que lo veía de esa manera.

Su rostro se gira hasta notar mi presencia, él solo sonríe; corro a abrazarlo muy fuerte con todas las fuerzas de mi corazón tan nostálgica al recordar...como ha pasado tanto tiempo que mis brazos se sentían solos sin recibir su cariño y calidez. Mis ojos se cristalizan de la felicidad acumulada; entrelazo mis brazos a sus caderas, apoye mi rostro en su regazo y terminaron derritiéndose mis ojos en sus telas blancas, él no se percata en temblar, ni en decir ni una palabra, quiere que llore tranquilamente en su pecho.

- ¡¿Cómo pudiste dejarme sola?! - le exclamo con lágrimas ardientes- eres un tonto... - siento el calor de sus manos suaves, acariciando mi cabellera de color negro, es el mismo tono que el que tiene Satoshi. "Es un sueño hecho realidad" después de tanto tiempo puedo volver a ser completamente feliz, valió la pena esperar... También... puedo notar que siente el mismo cariño que hace un par de años y eso me reconforta, de saber... que él aún me quiere sin decir ni una sola palabra, sin darme explicaciones.

Nos sentamos en el banco de la fuente, el sol hace que el agua en cuál chorreaba se veía muy brillante y crea una atmósfera muy apacible.

- ¿Cómo has estado mi princesa? - Me pregunta con una sonrisa enorme la cual no quiero borrar, es lo único que permanece después de mucho tiempo, es parte de su esencia aquella sonrisa tan hermosa de inocencia que aún se queda en su rostro.

-bueno ... He estado bien- intento disimular para no tener que contarle lo del compromiso.

-sabes que eres mala disimulando, dime, ¿algo pasó? - no puedo buscar las palabras correctas para decirle, yo solo estoy congelada - Dime mi princesa - dijo muy tierno clavando su mirada tan penetrante que me hace derretir; bajo la mirada para no realizar contacto visual, me asusta tener que verlo sin usar las palabras adecuadas para no desanimarnos en este momento tan especial.

-me van ... a ... Comprometer ...- la sonrisa de Satoshi se esfuma lentamente.

-... Entonces es verdad ...- dijo triste- te gusta alguien más ¿cierto? ... Creo que perdí mi oportunidad.

- ¿De qué hablas? A mí no me gusta nadie más- explico, él me mira a los ojos llevando sus manos a mis mejillas rosadas.

-... Entonces ... Se puede decir ... ¿Qué te gusto? - asiento un par de veces no quiero seguir ocultando mis sentimientos.

- Pero ... Yo no sé ... Si te gusto ... A ti- lo miro a los ojos; sus pupilas comienzan a brillar hasta acercarse más, siento su respiración y noto que está acelerada, toca mi rostro suavemente con sus manos, yo tampoco me resisto y cierro los ojos despacio para solo sentir el roce de sus labios. Primero eran caricias hasta sentir como se juntaban, el cálido beso se envuelve con una sensación mágica y desprevenida, mi corazón va tan rápido, decido atesorar ese momento maravilloso.

Durante la fiesta, la mayoría de los jóvenes príncipes vinieron a reclamar mi mano, pero mi padre las denegaba, me llego a preguntar el porqué de su actitud ante las propuestas ¿ese no era el motivo para la fiesta?. Satoshi se me acerca con un vaso de vino de arroz, él cerca de mí, causa la envidia de todos los hombres. Muchos nobles se me acercan pidiendo una pieza de baile, al cabo que deniego sus propuestas. Parece que a mi padre no le importa que yo haya rechazado a todos los jóvenes, se ve que está contento hablando con los gobernantes, más que todo el de la ciudad de Kai.

- ¿crees que tu padre querrá que te cases con el hijo del gobernante Kobayashi? - pregunta Soshi con la boca llena.

-No lo sé ...- le contesto muy preocupada. Trago saliva forzosamente, aún no sabemos quién es el candidato que mi padre escogió, tampoco tengo ganas de saberlo, solo sé que con la persona en el cual mi padre esté dispuesto a comprometerme será un gran fastidio para mí y mis muelas. De repente el anunciador nos hace prestarle atención con su voz ruidosa.

- ¡Señoras y señores, aquí les presento, al prometido de la princesa Hamasaki Naomi! ¡Al príncipe Akiyama Hiroki! - Concluyó. Todos murmuraban pues nadie conocía ese nombre.

Abrieron las puertas y el joven aparece, es alto de pelo rojizo ondulado y largo, su rostro varonil de ojos negros intensos; aunque es bastante guapo sus expresiones son frías y dominantes, su ceño un poco fruncido y serio, sus cejas del mismo tono frondosas pero no exageraban, lo que más me cautivó fue ese pelo rojo tan intenso como el del fuego o el atardecer, debo admitir que es bastante atractivo ese tono de cabello tan interesante, tanto es así que las doncellas quedaron más perplejas a su apariencia, aunque en lo personal Satoshi para mí se me hace más atractivo, solo me da curiosidad el cabello y sus gestos tan serios.

Se va acercando cada vez más a mí, su mirada es tan amenazante que me siento muy intimidada; se posiciona frente de mí y reverencia.

- mucho gusto, mi nombre es Akiyama Hiroki, soy hijo de los gobernantes Matsumoto Takuya y Akiyama Kaori, vengo de la ciudad de Momoyama- concluye, los murmullos de los invitados se escuchan por todo el salón.

- ¿Momoyama? ... Nunca he oído de esa ciudad - Dijo Soshi muy confundido. Es extraño este joven, no sé quién es realmente o si la ciudad que proviene es de verdad, es todo un misterio, me siento un poco inquieta, debido a que se me hace algo sospechoso que jamás había escuchado ese lugar, además por los murmuros de la gente tampoco la conocían; sin embargo, lo que me está inquietando más son unas miradas, pero no son miradas cualquiera, es como si te vigilaran a cada segundo; he tenido esta sensación desde la mañana, es como si me juzgaran y te espiaran y por más que mido de lado a lado no puedo percatarme de alguien sospechoso con una mirada así y sin saber de dónde proviene esta extraña sensación, no la puedo entender. Me siento un poco mareada.

- Naomi ¿te encuentras bien? - pregunta Satoshi al ver mi expresión distraída, como si estuviera enferma o muy preocupada.

-Sí ... Es que tengo una sensación muy extraña- confieso- es como si me observan ... ¿Tú no sientes eso? - él me mira muy extrañado- creo que enloquecí- dije entre risas para no preocuparlo y no sentir esta extraña molestia.

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