Su imagen es como un ángel de la guarda, quien vino a rescatarme de la crueldad que había en los ojos del hombre que alguna vez amé. Las maniobras de Hiroki son sorprendentes, logra derrotar a muchos soldados con solo una espada; empuja a Satoshi a una pared dejándolo sin ventaja alguna golpeando su cabeza sin poderse mover, más soldados aparecieron hasta dejarnos rodeados. Hiroki se puso delante de mí como un escudo humano evitando que lograrán hacerme algún daño, sin embargo, él no podía hacer mucho ya estamos rodeados.
Satoshi se levanta muy enojado y da la orden de asesinarnos, no puedo creer que Satoshi quiera asesinarme, ni si quiera me puedo mover de la impresión. Uno de los soldados se rebela y comienza a enfrentarse con los otros inesperadamente, eso le da tiempo a Hiroki de desatarme, un soldado intenta hacerle una embestida por la parte de atrás.
—¡¡HIROKI CUIDADO!!— le alerto, rápidamente con su espada le corta el cabeza justo en mi presencia; la sangre de los soldados chorrea sobre mí, escucho los gritos, las espadas y clavados en sus cuerpos que no me permitían pestañear. Hiroki me logra desatar cortando las cuerdas con su espada y huir del sitio corriendo, Hiroki los mata a todos dejando libre el camino y no dejar soldados.
Logramos ocultarnos detrás de unas casetas para impedir que nos encuentren, estamos muy confundidos de lo que acaba de acontecer, no entendemos por qué nos hizo pasar por esto Satoshi. Estamos en aprietos y aún en estas condiciones, seguí negándome que era verdad la treta de Satoshi en la que me mintió con sus juegos y engaños, no puedo salir de este trance de desesperación que no me deja moverme y ni pensar con claridad, es más mi cuerpo no para de temblar que no me inmuto ni un mover la boca.
Ver a mi padre muerto en frente de mí, ver como su sangre me salpica, me estoy derrumbando, paralizada sin siquiera poder decir una sola palabra "¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué Satoshi me traicionó? ¿Por qué me tenía que pasar Esto?". ¡Me hago tantas preguntas y es tan triste no encontrar una respuesta!
— ¿princesa? - me hace reaccionar Hiroki. — ¿sabe cuál es el plan? - lo miro confundida, sin saber qué decir con mis ojos temblando mostrando mi estado desesperante y suplicarle mentalmente que me ayude.
— ¡No tenemos tiempo! - reprocha el muchacho uniformado de guardia.
—mmm... ¿Sabes disparar? - le pregunta Hiroki al guardia. Él le asiente muy confundido —subiremos al árbol que está detrás de esas casetas, luego dispararemos a esos guardias, cruzamos al muro y corremos al bosque— apunta con su dedo índice a los dos guardias y al árbol que se encuentra detrás de las casetas y al lado del muro.
— de acuerdo... Pero... ¿Princesa, estará bien? - me pregunta aquel hombre de uniforme. Asiento un par de veces intentando salir de este trance que apenas si me hizo prestarle atención a Hiroki.
Silenciosamente nos dirigimos a aquellas casetas, sigilosamente sin hacer ningún ruido como si fuéramos fantasmas. Llegamos al enorme árbol, los chicos comenzaron a escalar sin ninguna problema, sin embargo, soy la única que no puede cruzar por mi baja estatura, ya que no puedo alcanzar la rama correcta; Hiroki pone los ojos en blanco y me levanta de los dos brazos con mucha fuerza y brusquedad dejándome un poco a dolorida. Nos escondemos entre las hojas para que no nos detectaran.
El ataque fue como se esperó, el guardia dispara sin ser visto a uno de los guardias, la expresión de alerta del guardia que sigue vivo mira para todos lados y me mueve demasiado, nos hizo fallar el tiro y nos dejó en blanco fácil. Aquel guardia da una alerta hablando muy fuerte y Sin darme cuenta un grupo de guardias también nos encontraron y comenzaron a dispararnos tan juntamente, pero sin ningún rasguño, saltamos en la orilla del muro, una de las flechas logra darle al hombre que nos está acompañando, pero eso no lo detiene y logra saltar al otro lado. Tengo miedo de saltar, me están apuntando con flechas "¿Qué debo hacer?", De repente Hiroki me levanta, y saltamos al otro lado del muro, su cuerpo evita que saliera lastimada cayendo encima de él.
— ¿Hiroki te encuentras bien? - le pregunto preocupada.
— eso no importa, tenemos que salir de aquí— se levanta y salimos corriendo al bosque. La lejanía del Palacio parece crecer y sin darnos cuenta dejamos de ver la enorme casa; Estamos adentrándonos en medio de la naturaleza "¿ahora a donde iremos?". Corremos lo más rápido que podemos buscando alejarnos del Castillo, me siento cansada y asustada sin entender nada, sin poder pensar con claridad, solo quiero salir de esta horrible oscuridad que no me deja tranquila y me está consumiendo.
Me tropiezo con una rama de árbol, Hiroki se detiene y me carga entre sus brazos con mucha delicadeza. Comenzó nuevamente el cielo a caer sus gotas heladas y sentir el roce de esas gotas en mi rostro hasta que la lluvia aumenta tan fuertemente, él no se detiene, pienso que nos hemos perdido y es mejor para que no nos encuentren nunca.
Nos ocultamos en una cueva y nos protegemos de la tormenta, Hiroki me recuesta en una roca con mucho cuidado, me trata como una muñequita de porcelana al cual no deseaba que se rompiera; sin embargo, ya estoy rota internamente, aún no puedo creer lo que acaba de pasar; estoy tan asustada que mi garganta lo siento tan pesado y no dejo de temblar, "ese no es Satoshi. Él no sería capaz de hacer esto". Pienso detenidamente intentando salir de mi estado paranoico, de pensar que todo esto es mentira y que algún momento voy a despertar y pretender que en realidad nada pasó, que mi padre me recibirá con un abrazo y este vacío que siento es solo una ilusión, mi cabeza comienza a rememorar esos recientes acontecimientos que acabamos de pasar juntos. Por más que intento no puedo dejar de recordar una y otra como un infierno, un castigo de revivirlo en mi memoria como si volviera a pasar.
Desee resguardar para siempre los momentos vividos con Satoshi. Siento que todo fue mentira, que era toda una farsa, esos recuerdos no son reales y menos lo que había sentido con ese beso, ese beso que me pareció tan precioso, ese beso lleno de veneno, ese beso tan cálido que me duele recordarlo, ese beso que ahora odio y odio tener que revivirlo.
El guardia se sienta con la herida abierta en su brazo derecho, noto que sangra demasiado y siento pena, siento lástima de que Satoshi le haya esto a este pobre hombre que solo quiso protegernos, me siento tan impotente, me acerco al hombre mirando su brazo muy herido, rompo una de las mangas de mi vestido y se lo vendo con cuidado agradecida por lo que hizo por mí.
— ¡El príncipe Satoshi es un traidor! - dijo entre dientes el hombre uniformado. No puedo soportarlo más, las lágrimas que me guardé salieron de mis ojos cristalinos; son lágrimas de odio, de tristeza, de confusión, de miedo... No puedo creer que el amor que creí que él sentía era solo una farsa. Miro al suelo sin parar de recordar y decir "¡Basta!" pero simplemente no puedo evitar consumiéndome de dolor.
— sí... Tienes razón...— dije entre el llanto - es un traidor... Y confié en un asqueroso traidor...— llevo mis rodillas al pecho, postro mi rostro en las rodillas y los brazos cubrían mi rostro; rompiendo en llanto recordando cada momento falso que había vivido.
"¿algo de lo que me dijo fue real? ¿Por qué tuve que entregar mi corazón a un farsante como él?", durante 8 años había confiado ciegamente en un hombre falso. Durante 8 años creí que sentía algo por mí, durante 8 años estuve enamorada de una mentira, se hizo pasar por un cordero, pero en realidad era un lobo hambriento dispuesto a comer a quien sea, aun si es de su familia.
Hiroki me abriga con su manto azul oscuro para al menos sentir algo de calor en esta noche tan fría y despiadada, levanto mi mirada sorprendida viéndolo a sus ojos oscuros, su ceño fruncido sintiendo lástima por mí, con mi mirada se lo agradecí, sin entender por qué él me está ayudando y están generoso, su silencio me lo dice todo, luego solo se aparta de mí y se sienta junto con el general, se acuesta sin nada más que decir, pero ninguno pega el ojo; me acuesto también abrigándome con el manto sin dejar de ver la lluvia brotar mucho más fuerte.
Esa noche no dormí; pensaba que, si me quedaba dormida el recuerdo de ver a mi padre muerto, sería la pesadilla más grande. Aunque estar despierta no ayuda mucho; siento la debilidad tanto físicamente como emocional. No quiero ni siquiera estar viva. Había perdido mi familia, mi hogar, lo había perdido todo hasta la confianza. Hiroki y e guardia finalmente pudieron dormir aunque sea un poco.
Amaneció, el cántico de las aves era tan hermoso que me arrullaba tan dulcemente que era lo único que tenía al menos como distracción. Salgo de la cueva y me acomodo en una roca para ver la refrescante mañana en el bosque, está húmedo después de la tormenta y veo el rocío en el césped.
Rompo en gemidos y lamentos de una manera silenciosa para que no me escuchen. Mi cabeza me da vueltas, tengo muchas incógnitas, por ejemplo ¿por qué Satoshi me hizo algo tan horrible? ¿Por qué Hiroki decidió defenderme?, es más ¿será que puedo confiar en él? Todas esas preguntas me hacen doler la cabeza y los ojos, claro también es porque no he podido dormir.
Siento la presencia de Hiroki sentarse al lado mío, intento evitar contacto visual, pero su presencia están fuerte que simplemente no puedo evitar mirarlo a los ojos. El me devuelve la mirada, es tan profunda, fija y fría, pero en sus pupilas no se notaba tanto su frialdad, pero al mismo tiempo tiene ese toque de cálidez que te hace sentir cómodo a tu lado. Él acerca sus manos a mi rostro y con sus dedos seca mis lágrimas.
— esas lágrimas no te ayudarán en nada – no se inmuta a dar ninguna expresión, su ceño es siempre fruncido que a veces intimida y otras veces te provocan confianza. Asentí dejando mi lloriqueo aún lado, pero el sentimiento melancólico no se aparta de mí. No puedo ahora dejarme llevar por lo que veo, en realidad le tengo miedo a Hiroki, no sé si puedo confiar en él o si él también quiere mi trono y mi corona y solo soy un trofeo entre Satoshi y él, aunque su mirada refleja confianza, simplemente no puedo bajar la guardia — no me tengas miedo, no puedo traicionarte, le prometí a tu padre que te protegería — dice esto tan directamente que no puedo creer que hiciera esto.
— ¿mi padre? – le cuestiono muy confundida, no entiendo por qué mi padre le pidió hacer una cosa así. Hiroki asiente dando una media sonrisa que solo me hace confiar en sus palabras.
Es un poco confuso, no sabía que mi padre le había pedido este tipo de cosas. Me da un poco de lástima "¿por qué él está prácticamente obligado a proteger alguien que no desea con su lealtad proteger?" Mi padre no tiene que porque haberle pedido de esta manera a este pobre joven, que ahora por mi causa o no tanto mi culpa, está en esta situación donde puede morir por medio de las manos de Satoshi.