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clases suspendidas

Después de eso dejaron la comida en la mesa, comida y Jin vio la comida con desagrado.

—Come...

Ordenó.

—Está bien... Todo sea por Jugar.

Dijo con una sonrisa en sus labios mientras tomaba los palillos para así comenzar a coger un trozo de carne y regarlo directamente hacia su boca observando cómo. Yoongi lo veía.

—eso es, buen niño.

—Cállate y déjame comer. Gigi...

Era un día soleado como cualquiera lleno de mariposillas por el parque, todo era completamente hermoso en verdad.

El camino a la universidad parecía eterno hasta que cierto joven con traje de color negro y ojos profundos color avellana paso por su lado con un libro en la mano, perdido en una novela de Stephen King, Yoongi estaba tan entretenido en aquel maravilloso libro que ni siquiera se dio cuenta de que había pasado a lado de aquel chico rubio de ojos azules que tanto le fascinaba, pero había dejado ir por aquella última discusión. Para Jimin era difícil verlo pasar, ver cómo se portaba con indiferencia como si jamás lo hubiese conocido como si ya no recordara todos los bellos momentos que pasaron juntos, como si ya no recordará aquella noches llenas de gemidos y de pasión, aquellas noches en las que hacen el amor, ¿Porque me haces esto Min Yoongi'? Pensaba con melancolía mientras aspiraba aquel embriagante y delicioso aroma de su perfume.

Llegó el momento en el que llegó al otro extremo de la calle, Jimin volteaba a ver las espaldas de aquel hombre que tanto le hacía daño alejarse, una llamada le saco de su mundo, era su compañero de la universidad.

—Jimin ¿Dónde estás?

Preguntaba Max, un chico del segundo año de medicina el cual había entablado amistad con Jimin por medio de una aplicación para socializar con personas desconocidas.

—Voy camino a la universidad ¿Por qué?

Mencionó viendo como aquel hombre se había alejado de su vista en un abrir y cerrar de ojos, suspiro y enfocó su atención en la llamada telefónica nuevamente.

—Menos mal, el último año de medicina no ha tenido clases este día.

Decía Max mientras tomaba una foto al aviso que había colocado el director de aquella enorme y resplandeciente universidad.

— ¿Me tomas el pelo?

Enseguida una foto con el aviso del director llegó a su correo electrónico.

—Ya veo, Espero que no le haya pasado nada grave a la señorita jisoo

Susurro al teléfono volteando nuevamente hacia atrás

—Tengo que irme, Gracias por la información Max.

después de eso colgó y volteo con desespero atrás echándose a correr por la carretera casi siendo atropellando por uno de los coches

— ¡Fíjate por dónde corres imbécil!

Grito el hombre del coche.

— ¡lo siento!

Después de reverenciar varias veces se dio la vuelta y corrió nuevamente por el lugar, quería alcanzarlo, demasiado tarde él ya había entrado a aquel enorme edificio, su enorme empresa.

—Y—yoongi...

Susurraba mientras caminaba lentamente a la empresa con miedo e inseguridad observando a través de las ventanas de cristal que se encontraban en aquel enorme edificio yoongi hacia una reverencia a los empleados y cerraba su libro caminando hacia el ascensor con una mirada seria mientras una de las mujeres trataba de coquetearle ofreciéndole café antes de que las puertas se cerrarán.

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