En un espacio brumoso, niebla sin fin. Los cinco sentidos estaban limitados bajo su coerción.
La presión era palpable, y los poderes vagaban sin parangón como dragones. Únicamente se presentaba una forma de vida transparente con un tablero. Su largo cabello lacio y negro, se mecía suavemente; cual obra de un acto divino.
El individuo en cuestión era Federick. Estaba reflexionando sobre las implicaciones del tablero; luego de que se accionara con autonomía, las piezas habían tomado figuras realistas en miniatura de cercanos y desconocidos.
Su calidad era exquisita, cual obra de un veterano artesano. Los detalles eran únicos y las figuras cobraban vida.
En el tablero existían dos divisiones, blanco y negro, siendo que en dos lados habían tomado respectivamente formas. Él era el usuario del lado blanco, pero no existía un oponente que ocupará el contrario.
En su lado se posicionaban figuras cercanas suyas, como Perla, su Madre.
Carlos II, su Abuelo y regente de Athenas.
Amagatzu, su distanciado Padre.
E incluso su tío-abuelo, Christopher "Loco Ataúd", el Gran General de Athenas, de está generación.
La única diferencia eran sus posiciones. Durante el proceso de convertibilidad, el tablero había abandonado su forma convencional, transmutando a una extraña en dimensiones.
No ocupaba mayor espacio al anterior, pero desde la perspectiva de Federick, este se había extendido horizontalmente y en grosor.
'Cubierto de extrañeza'. Recordó Federick.
En la otra mitad del tablero, se incluían personajes como:
El Patriarca de la familia Liu, Fan Liu.
El Patriarca de la familia Avens, David Avens.
Sifu, "Bambú Viejo".
Así como otros personajes desconocidos; en los dos lados se presentaban figuras menores y desconocidas, repitiendo el patrón de distinto posicionamiento.
La figura de su Madre, Perla, se encontraba en una ubicación mediana, cubierta por figuras desconocidas en primera línea; Amagatzu era todo lo contrario, ubicandose en la retaguardia más lejana.
Pero habían dos puntos resaltantes en toda la secuencia: Existía una figura replica de su figura, y unas pocas sólo tomaban la apariencia de símbolos.
Su figura se encontraba ubicada en la retaguardia, lejana al punto de la división; pero incluso así, su Padre aún se encontraba a una distancia considerable...
'Estos posicionamientos son extraños, y no parecen tener correlación alguna... Fórmula, fórmula... Según las implicaciones del juego, esto no puede ser considerado como tal; Juega en la línea de la realidad, y la realidad no es un juego preprogramado'. Pensaba Federick, intentando adivinar la naturaleza del "juego".
'Pero ¿quién es está figura? Qué divertido...' Pensó.
Había expresado una pequeña sonrisa, pero su actual rostro sin facciones le imposibilitaba mostrar.
La figura en cuestión se encontraba en el lado contrario, su rostro rodeado de una espesa niebla, que no permitía observar el mismo. Se ubicaba en la parte posterior, sin intención de actuar y de sólo observar.
'Según la premisa, esto es un juego'...
'Es tiempo de jugar'. Pensó Federick transportando su intención al tablero.
Este sufrió efectos irreversibles, cuando empezó a temblar incontrolablemente; aún así, las piezas permanecían en sus espacios sin recibir consecuencias.
Una devastadora fisura surgió en el tablero, que progresivamente ocupaba más espacio horizontalmente. De la fisura salió una fuerza caótica, con forma espiritual.
No era de carne, hueso ni sangre, pero tomó lugar frente a Federick. Una mancha negra, como si tuviera una fuerza gravitatoria, innumerables fuerzas giraban alrededor de él.
Lentamente formó una figura similar a una humanoide. Aún impregnado con su color negruzco, constaba de seis brazos y tres cabezas; no tenía piernas, en su lugar, innumerables tentáculos se extendían.
El aire a su alrededor era coercivo, antiguo y noble.
Federick intentó evaluar a la figura, pero recibió únicamente una respuesta llena de interrogativas; pero intuitivamente lo reconocía: Era su oponente, quién protagonizaría el lado contrario.
Sin mediar palabras, guió unos hilos dorados que habían aparecido en sus dedos, realizando el primer movimiento.
Su figura, Él, el Rey, se movió.
Los hilos dorados se impregnaron en su figura, dotandolo de la fuerza necesaria para moverse una casilla.
Con este movimiento vino una respuesta, y la comprensión de la situación.
Este campo de batalla equivalía a la realidad. Las figuras existían en base a una relación... Él, el Rey, era la correlación y el centro de la batalla.
'Este objeto es bastante divino, pudiendo desmantelar todo velo, dejando a la superficie enemigos y aliados'. Estimó Federick.
La figura de negro extendió unos pocos de sus innumerables tentáculos, finalmente dirigiendo y enrollando uno alrededor de la figura de Liu. Quién avanzó e invocó víboras extremadamente rápidas, quienes traspasaron la línea divisoria, plantandose en los subsuelos del lado blanco.
"Las víboras comúnmente suelen representar la mentira. Su acto es secundario, pero extremadamente relacionado conmigo".
Luego de cada movimiento realizado, las realizaciones golpeaban a Federick.
Su mano era guiada intuitivamente por los hilos dorados, el conocimiento se extendía en su mente lentamente.
Los movimientos eran continuos, como en una partida de ajedrez profesional. No existía un reloj temporizador, pero la tensión aún seguía siendo palpable.
"Apariencias engañosas".
"Mentiras".
"Manipulación".
Eran compresiones extremadamente comunes, que aparecieron durante las primeras rondas. Algunas figuras ya se encontraban desgastadas, e incluso sus expresiones habían cambiado.
"Esto es un maldito juego de mesa... ¡Divertido!". Dijo Federick, produciendo eco con su voz.
Las únicas figuras que permanecían impasibles en el tablero, eran Federick y la figura misteriosa... Y Amagatzu, quién no había hecho ningún movimiento.
Hasta que finalmente existió una implicación grave, cuando un tentáculo se enrolló en la figura del Patriarca Avens. Quién invocó a una figura ilusoria que traspasó los confines hasta llegar a la figura de Federick.
"Veneno: Toxinas altamente peligrosas utilizadas en el pasado, presente y futuro.
Ni siquiera un niño se salva... Especialmente si es un Príncipe".
La revelación inesperada inmediatamente cambió el enfoque de Federick.
Pero antes que pudiera sopesar consecuencias, sus dedos se movieron a la velocidad de un rayo, los hilos dorados se extendieron y la figura del Rey avanzó; No hubo efectos visibles, hasta que la figura misteriosa tembló en un leve pliegue.
En está ocasión, no hubo una comprensión de la situación, sino que una imagen se superpuso en su mente: Figuras se retorcían, en su último aliento luchaban con su fuerza de voluntad expirando.
Pero allí fue cuando ocurrió un hecho particular: Antes que la figura de negro hiciera un movimientos, los hilos dorados se extendieron a una figura desconocida. Era formidable, calvo y barbudo; en sus manos portaba un hacha.
En ese momento apareció entre sus recuerdos una imagen, de un hacha que volaba por los cielos hasta cercenar a un individuo, quién había quedado manco.
Inmediatamente tras la imagen, la figura de David Avens desapareció entre cenizas.
En el momento que ocurrió, la figura misteriosa empezó a escurrir sangre de su cuerpo.
'El juego no se enfoca en la muerte; sino en la situación en la que se basa. En este caso, un ataque contra mí'. Pensó Federick.
Eso significaba que la desaparición de David era simbólica.
A través de ello, ya había descubierto al rey contrario: La figura misteriosa, quién estaba detrás de todo.
Ante esto, la figura de negro reaccionó de forma extremadamente violenta. Dirigiendo sus esfuerzos a la destrucción total, debilitando su facción personal...
Desde ese momento la partida había tomado un rumbo extraño. Un empate simbólico se mantuvo constantemente, pero las figuras habían cambiado de forma extrema.
El anterior Fan Liu era irreconocible, siendo su mayor parecido a una bestia.
Sifu quién era un anciano originalmente, su figura se había degradado incluso más.
Otras figuras habían compartido el mismo destino que el Patriarca Avens.
E incluso los anteriores símbolos llenos de calor y energía, se habían vuelto opacos.
Por otro lado.
La figura de Carlos II era dominante, manteniendo su cabello desatado el cual se mecía con energía dorada.
La figura de Perla había aumentado en tamaño.
Y en este momento, Amagatzu se encontraba tomando té en una esquina...
Las figuras de los dos Reyes en el juego diferían enormemente.
Una era lamentable, cubierta de heridas y sangre, pero su postura no dudaba.
Por otro lado, Federick no había recibido heridas; siendo su mayor cambio cuantitativo en su expresión, la cual era despiadada.
La partida estaba llegando a su fin, el jaque mate era cercano... Pero, repentinamente fue despedido del espacio brumoso.
Las dos figuras, el tablero y las piezas, abandonaron su posición en la niebla; Volviendo a su antigua aura solitaria.
...
Federick volvió a tener control de su cuerpo en la realidad, el juego seguía reproduciéndose, pero él inmediatamente se desmayó a causa de agotamiento mental.
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