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[Etapas]

En una habitación minimalista, amueblada con lo justo y necesario, adornada con plantas en mesetas de un blanco puro

Se encontraba en el centro, una cama de tamaño King Size; Rompiendo con tal imagen armoniosa. Y a pesar de su gran tamaño, en está había un individuo que prácticamente utilizaba toda su capacidad en longitud

Este se encontraba en el estado más puro de lo salvaje: En completa desnudez. Exponiendo su pureza a miradas indiscretas, solo utilizando unas sabanas blancas y lisas

Su pureza masculina, al ser un cuerpo esculpido con decentes músculos a pesar de su gran altura. Incluso en su estado más inferior, sin bombeo alguno, lucían majestuosos. Tales características, junto a su imagen actual, edificaban una sensualidad magnética y masculina

Hasta que bien a hora del amanecer, él abrió los ojos. Siendo estos la puerta al alma en las fábulas, demostraban Justicia, fiereza, benevolencia pero indiferencia, al igual. Con signos de apatía, que buscaban apagar el brillo en aquellos ojos azules eléctricos

Su primera acción del día, fue buscar con qué cubrir su desnudez. Buscando ropa simple que cumpliera su cometido

Luego de hacerlo, decidió salir y fue en busca de otra habitación: Su baño. Aquí realizando sus necesidades diarias y luego lavándose su rostro, para observar el espejo: Dónde fue recibido con un rostro de extrema belleza

Con proporciones perfectas, una nariz pequeña, mandíbula cuadrada y mejillas ahuecadas. Sí, el rostro habitual...

Pero este no era un día habitual para él. Omitió su ducha mañanera diaria, ya que quería irse sin dignidad; No merecía la dignidad

Con postura recta y pocos movimientos, salió del baño, dirigiéndose escaleras abajo. Sí, vivía en una casa de dos pisos que podía considerarse una mansión

Tocando suavemente y levemente la madera fina de la cuál se construía su escalera, fue directamente a su sala de estar

Dónde observo por la mirilla de su vista a su Querida Ama de casa, la Señora Klent, quién era una señora mayor experimentada. Ella lo recibió con la mayor sonrisa

"Buenos días, Señor. Un día más con su presencia matutina, es un día más para mí".

Aunque eran extremadamente familiares, estos eran los códigos y modales con los cuáles fue criada la Señora Klent para servir a la alta sociedad

"Señora Klent, un gusto verla un día más. Pero, ayer te he dicho que tu presencia no era necesaria hoy. ¿Tiene algún inconveniente?"

"Por supuesto que no, Señor Frederick. Solo consideró que en realidad soy necesaria aquí, ya que habitualmente te encuentras ocupado"

"De hecho, tienes razón. Pero hoy no es un día habitual. Te pido por favor, que tomes un día de descanso. Hoy no me encontraré aquí. Con tu limpieza de ayer, es suficiente"

"Señor... Aunque es mi pesar, debo acatar a sus palabras. En la mesa de la cocina le he dejado su desayuno. Por lo pronto, me despido"

Espero pacientemente que la Señora Klent tomara sus pertenencias y se fuera de su propiedad, en una posición inmóvil y en estado reflexivo

"De hecho, hoy es un día ocupado..."

Observo como su desayuno humeaba y largaba un apetitoso olor. Pero sólo fue un momento de mirar, ya que lo ignoró y pasó de largo. Ya que se empezó a dirigir a la puerta de su sotano. Y en su largo camino a su destino, observo los vestigios de sus pasatiempos

Una habitación dedicada exclusivamente a su afición por pintar. Con diversos óleos que mostraban diferentes escenarios y expresaban diferentes emociones. Desde la tristeza al extasis

Así como en diferentes partes de su hogar, se encontraban estacionadas esculturas que variaban en diferentes estilos

Así como su biblioteca personal. En ella guardaba libros de su interes, que variaban desde historia, mitologías, poder militar, poesía, filosofía, boticaria; Hasta temas modernos, como psicología, medicina, negocios

E incluso novelas de entretenimiento

Y por último, antes de llegar a su destino, observo su patio por última vez; Tenía gran afición a las plantas. Le agradaba criarlas

Pero llegó a la puerta que dirigía a lo subterráneo... Verdaderamente subterráneo. Su mano al tocar el picaporte tembló un poco, pero con decisión la abrió por completo. Así, lentamente bajó las escaleras