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Capítulo 2

Antes de que comenzara a salir el sol, gritos de miedo sonaron alrededor del hostal, le siguieron llantos afligidos llenos de impotencia y miedo.

Silas abrió los ojos, no había rastro de somnolencia, su mirada fría y aguda, estaba listo para agarrar el arma en su bolsillo y levantarse, cuando sintiendo un peso cálido sobre él.

Se quedó petrificado, su rostro inexpresivo sufrió un quiebre al recordar lo sucedido la noche anterior, no dudo en zarandear el cuerpo de la adolescente.

"Oye..." Con una espesa sensación de somnolencia, la voz de una niña suave sonó en la cama, luciendo amortiguada.

Silas entrecerró los ojos y miró a la mujer entre las sábanas, había un sentimiento de incongruencia, la estudió seriamente a través de la luz de la luna, el cabello era rojo como el fuego vivo, atractivo y rebelde, esparcido detrás de su cabeza a través de las pequeñas curvas contorneaba cada lugar de manera perfecta.

Trago saliva, cruzó por su mente el deseo de lanzarse por otra ronda, rápidamente apartó la idea y analizó donde estaba lo extraño.

El cuerpo era mucho más pequeño, como si todo la persona se hubiera achicado un par de tallas, acurrucada en una bola era mucho más obvio. Aunque no podía estar seguro, durante el día anterior no le había puesto atención a esta mujer que estaba molestándolo a él y sus compañeros de equipo para todos lados.

Aunque bonita sólo le había parecido regular, en cambio ahora toda la persona era fascinante, llena de sensualidad y coquetería, como una flor que había florecido, extendido sus alas y brillando bajo el hermoso sol de primavera, suave y refrescante.

"Despierta".

Silas pellizcó la mejilla blanca de Camelia, en un instante se volvió rojo, dando la apariencia de haber sido fuertemente golpeada.

Silas frunció el ceño, realmente no había puesta mucho fuerza, esta niña era demasiado delicada.

Dudo en continuar, pero no había forma, tenían que levantarse.

En vez de pellizcar, pinchó con el dedo la mejilla carnosa, tiró del lóbulo de la oreja y apretó su nariz, ninguna acción fue suficiente, la niña dormía como un cerdo.

No fue hasta que acarició bajo su axila haciéndole cosquillas que Camelia se movió incómoda, abrió los ojos, miró el techo con la mirada desenfocada, sus largas pestañas en forma de abanico enmarcaban su mirada llena de confusión.

Había un poco de rubor en las mejillas blancas de la niña, luciendo dulce y bien educada.

Su cabello ondulado estaba hecho un nido de pájaros, sin embargo, no importa cuán descuidada sea la belleza, sigue siendo una belleza.

Silas tuvo un fuerte impulso de acariciar los rizos, debían ser suaves y agradables, quería enrollarlos entre sus dedos y tirar de ellos.

La niña finalmente se dio vuelta a mirarlo, pero para su sorpresa no había la mirada de pánico que había esperado. Sus grandes ojos verdes estaban llenos de confusión, como si no pudiera entender porque seguía en su cama.

Iba a abrir la boca para romper el silencio, pero se volvió a girar ignorándolo por completo.

Estaba confundido.

¿No lo habían drogado para abrazar su muslo?

¿Cómo es que el guion se había torcido hasta este punto?

Todas las escenas de telenovela que había imaginado, se habían esfumado, la indiferencia de la adolescente lo había agarrado con la guardia baja.

Camelia se estaba recogiendo la larga melena ondulada en una coleta alta cuando algo pasó por su mente.

No pudo evitar ralentizar el ritmo, dejando caer unos mechones rojos contra las numerosas marcas de amor en su cuello. Mientras ordenaba su memoria, los fragmentos e inconsistencia se hicieron más claras, no pudo evitar sorprenderse, miró a su alrededor, seguía en el mismo horroroso lugar.

En algún momento el hombre había sacado una misteriosa piedra de quien sabe donde e iluminado la habitación.

La cara del hombre no la había decepcionado, cabello corto y liso de color negro, rasgos tridimensionales, ojos de un azul profundo, labios finos y sensuales y una piel color miel saludable, cada expresión y movimiento gritaban guapo.

Sin embargo, nada de esto pudo tranquilizarla, anoche había pensado que su familia había arreglado un pequeño juego con un hombre guapo, todos eran conocedores, no había nada de malo en querer disfrutar de un ambiente estimulante.

¡Recién se daba cuenta que todo estaba mal desde el principio!

"¿Para quién trabajas? ¿Cuánto dinero quieren? ¿Cuáles son las condiciones para dejarme ir?" el tono de voz de Camelia era muy tranquilo, pero su expresión era burlona y fría, sus ojos mortalmente indiferentes, sin rastro de calidez en ellos.

Silas se sorprendió.

¿A dónde había ido la pequeña niña dulce e inocente?

Camelia gritó con impaciencia: "¡Habla!".

Silas permaneció en silencio, no es que no quisiera hablar, pero ¿Cómo es que puede entender cada palabra que ha salido de sus labios, pero no comprende lo que quiere decir? ¿Cómo es que conoce cada palabra por separado, pero unidas son tan incompresibles?

Silas cayó en un silencio profundo.

Camelia se comenzó a impacientar, dejó de perder el tiempo con el hombre que solo debía ser un peón arreglado por la mente maestra, y se levantó para intentar escapar.

Agarró una de las sábanas para cubrir su cuerpo desnudo y caminó hasta el baño, independiente de la situación, no podía correr en este estado, le dolía todo el cuerpo, y aún podía sentir algo goteando desde su centro por sus piernas.

Mirando al hombre perro acostando con una cara de idiota, dudando de la vida, quería lanzarse y destruirle la cara estúpida.

El baño, si es que podía llamarse así, tenía un pequeño lava manos, y una cubeta, el agua en el interior era turbia y oscura, Camelia frunció el ceño, suprimiendo las intensas nauseas.

Solo pudo agarrar un poco de papel e intentar sacar el liquido blanco de su interior.

No fue hasta que terminó de limpiar que se acercó al pequeño espejo roto en una esquina.

La persona en el reflejo la hizo congelarse de miedo.

Como dos gemelos, aunque iguales, diferentes.

La persona frente a ella era 7 puntos igual a su cuerpo original, por supuesto había sido mucho más hermosa.

No podía confundirse, esta no era ella, no sabía que había sucedido, pero frente a este nuevo rostro, no podía preocuparse menos por las incongruencias a su alrededor.

Había recibido lo mejor de lo mejor, cada centímetro de su cuerpo estaba tan bien cuidado, que podía hacer que las personas se quedaran boquiabiertos, hermoso hasta el punto de hacer palpitar el corazón y conmover el alma.

Como una fanática de la cara, la apariencia frente a ella, aunque hermosa, parecía una monstruosidad.

¡Quería una devolución!

¡Solo se había ido a dormir y terminó tres puntos más fea!

Lo que una vez poseyó fue la belleza fatal que todos los hombres querían poseer cuando la veían.

Ya no tenía cabeza para pensar en nada más, quería romper el espejo que le mostraba semejante pesadilla.

¡Eso es!

¡Definitivamente estaba soñando!

¡No había forma de que esto no fuera una pesadilla!

Para la belleza número 1 de Ciudad Capital, perder su atractivo y esplendor era el mayor temor de la vida.

Camelia intentó despertar con todas sus fuerzas, cerró los ojos con fuerza, se pellizco la palma de la mano izquierda, pero seguía en el mismo baño destartalado.

Iba a comenzar a llorar de frustración cuando su rostro comenzó a cambiar lentamente, como si siguiera sus órdenes, los rasgos faciales se volvieron más delicados, las pestañas se engrosaron, los labios se volvieron rojos y gruesos, llenos de poder de seducción, los ojos brillaron como dos esmeraldas y el cabello rojo se volvió mucho más intenso volviendo al color vivido que le había dado su nombre.

Camelia se pellizcó las suaves mejillas blancas como perlas llena de emoción, había recuperado por completo su apariencia original.

No sabía como había sucedido, pero no podía importarle menos.

Pensó que definitivamente se vería mejor sin las marcas tan intimidantes en su cuerpo, el color verde y morado de los moretones no le favorecía para nada, en el siguiente segundo, las marcas se atenuaron, regresando al calor rojo de un chupetón, igual que los otros en su cuerpo y finalmente desaparecieron.

Era como si su cuerpo siguiera sus instrucciones.

Camelia estaba emocionada, nunca se había encontrado con algo tan fantástico.

¿Le habían dado algo de beber mientras la secuestraban?

¿La habían usado como experimento científico?

¡Demasiado increíble!

¡Demasiado increíble!

¡Demasiado increíble!

¡Las cosas buenas deberían repetirse tres veces!

Se hizo crecer el busto, agrandó la cola, disminuyó su cintura y volvió su piel aún más suave y exquisita, su cabello creció hasta la altura de la cola en suaves rizos enmarcando sus mejillas carnosas.

Probablemente estaba demasiado emocionada, continuó jugando sin darse cuenta que su mano temblaba y la temperatura de su cuerpo se volvía aún más fría, como una persona a punto de morir, no fue hasta que un fuerte dolor de cabeza la atravesó y perdió la fuerzas de sus piernas, que se dio cuenta de sus errores.

Sentía como si toda la energía de su cuerpo se hubiera drenado, se sujetó contra la puerta y volvió a cambiar a su aspecto original.

Por supuesta la de ella, no la de este cuerpo.

Respiró hondo y salió del baño envuelta en la misma sábana, estaba completamente cubierta, no sabía en que época del año se encontraban, pero definitivamente no era verano.

¡Se estaba muriendo de frío!

El hombre había estado revisando la habitación, antes de que se abriera la puerta, ya había escuchado girar la manilla, pero continuaba inspeccionando el lugar, sin darse la vuelta.

Camelia pensó que no la había oído, se acercó a él llevando un aroma a flores, fresco y dulce, como un delicioso té frío de flores, Silas se tensó, sentía cosquillas en la nariz, desde su posición solo podía ver los pequeños pies desnudos y la pantorrilla esbelta, aún quedaban marcas de mordidas en ellos que, contra la piel blanca le secan la garganta.

Se sintió culpable viendo la apariencia "intimidada" de la otra persona, se veía pequeña e inocente, no tenía corazón para regañarla como una mujer desvergonzada e hipócrita.

"¿Cuántos años tienes?" suspiró resignado.

"Dieciocho".

Silas suspiró de alivio, no había tocado a un menor.

"Soy Silas, Silas Werner" dijo el hombre con voz fría.

Camelia se sobresaltó.

¡Silas Werner!

Finalmente, todo encajó en su lugar, ¡este era el nombre del protagonista masculino de la novela de terror que estaba leyendo anoche!

Todo tenía sentido, la noche de pasión, la habitación a punto de desmoronarse y esta imitación pirata de cara suya.

¡Ella era Camelia Gilmore!

No pudo evitar querer llorar, ¡su galán de alta calidad se había transformado en un hombre perro!

Ese no era el principal problema, otras personas transmigraban en historias de entretenimiento, comedia, romance, fantasía, ¡incluso aventura estaba bien!

¡¿Cómo terminó en terror?!

En cuanto al trágico destino de este cuerpo y las numerosas estupideces que había hecho, lo siento, pero, frente a monstruos y fantasmas que la asustarían prontamente no era importante.

Estaba furiosa.

¡Cómo tenía tan mala suerte!

Cuando el hombre junto a ella abrió la boca para continuar hablando, no dudo en pellizcar su cintura.

Sentía que el cielo estaba en su contra, 18 años de felicidad y buena suerte, habían hecho infelices a los dioses y la habían arrojado a este mundo oscuro.

Silas fue tomado por sorpresa por su pellizco. Aunque no le dolía y realmente no había mucho de donde apretar, agarró sus patas inquietas y dijo:

"¿Qué haces?".

Camelia tiró su mano de vuelta a su cuerpo y volvió a pellizcar con más fuerza con la mano contraria, Camelia no parecía culpable en absoluto.

"¡Debes ser responsable!" gritó.