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El abuelo Yofan estaba indefenso, pero eso no significaba que nadie pudiera salvar a Eliana. Todavía había una pequeña variable que todos ignoraron en algún momento.
Ainsley. Ainsley Sloan, el 18º jefe de familia de la Familia Sloan.
La única que podía revertir la situación si despertaba y demostraba a los demás que ya se había unido con el guardián sagrado, incluso domesticándolo.
¿Pero despertaría a tiempo?
El cuarto día, el día en que Eliana iba a someterse a un juicio. 8 a.m. cuando las empleadas del hogar apenas se apresuraban a la mansión principal para hacer su trabajo.
Dentro de una habitación pequeña y silenciosa sin gente... una bebé abrió lentamente los ojos.
—Mmm... —Ainsley parpadeó. Un gemido escapó de su boca. Su vista todavía estaba borrosa. Su mente todavía estaba nublada, como si todo lo que acababa de experimentar fuera un sueño.
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