Mientras la gente de la Familia Walter cuestionaba la decisión de la Familia Sloan, la gente de la Familia Sloan, en realidad, estaba en máxima alerta.
Ninguno de ellos apartaba los ojos de la figura de cierta bebé, listos para salvarla si algo sucedía.
En realidad, no querían dejarla salir... pero quién hubiera dicho que el espíritu del Padrino hubiera descendido una vez más, poseyendo a Ainsley y forzándolos a cumplir con su petición.
—Esta pequeña necesita entrenamiento. ¡Déjenla salir con ese gatito!
Esas dos frases sellaron la boca de todos, y solo pudieron ver a regañadientes cómo Ainsley trotaba fuera del carruaje.
Incluso Alvaro, el tipo más tranquilo del grupo, no pudo evitar romper en un sudor frío.
—¿Qué está pensando el Padrino, exponiendo a Ainsley al peligro?
—¡Solo tiene 3 años, por el amor de Dios!
Estas personas maldecían al Padrino en su corazón mientras el verdadero Padrino flotaba alrededor de Ainsley con una mirada de impotencia.
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