El sabor del pato asado aún permanecía en la boca de Nora cuando el hombre invadió su territorio de forma agresiva. Su aliento fresco y crujiente abrumó al instante su sentido del olfato.
No era la primera vez que Nora besaba a Justin, pero su corazón seguía sintiendo que se aceleraba un poco. ¿Quizás era porque la situación esta vez era diferente a la anterior?
Mientras estaba distraída, la mordieron en el labio inferior, lo que la hizo volver a la realidad. El hombre la soltó.
Su voz era muy baja y profunda: —¿Qué tienes en mente?
Parecía haber disgusto en su voz.
Aquellos ojos suyos de mirada profunda eran terriblemente profundos y sin fondo, como si el vasto universo estuviera contenido en ellos, lo que hacía que uno no pudiera ver a través de ellos ni adivinar sus pensamientos.
Nora rara vez encontraba su presencia suprimida por otros, sin embargo, en este momento, la de él había suprimido un poco la suya, poniéndola en desventaja.
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