Viggo, Rossewisse y Hitomi fueron al calabozo bajo la torre de Babel y llegaron hasta el piso quince. Un lugar cavernoso, con un espacio de cincuenta metros entre el piso y el techo. La mayor parte de los monstruos eran lobos que escupían fuego y pequeños conejos de ojos rojos que combatían con armas hechas a medida.
Viggo llevaba su arco y aljaba con flecha mientras Hitomi lo seguía de cerca. Por delante de ellos dos iba Rosewisse, vistiendo su armadura dorada de valkiria sin el casco. Ella sostenía su varita de plata en la mano derecha y cada vez que veía a una manada, creaba un círculo de magia con la runa de sowelu para atacarlo. Sin embargo, si sobrevivía algún monstruo, Viggo utilizaba su arco y los mataba. Daba lo mismo si fueran uno o dos. Viggo utilizaba igual número de flechas, disparaba y los mataba. Después de cinco horas de larga caminata, llegaron a un callejón sin salida, un lugar ideal para entrenar y practicar con las runas.
Viggo vio un trozo de roca rectangular incrustada en la tierra de forma vertical. Saco su hacha, canalizo mana y la recubrió de hielo. Después se acercó a la roca y la cortó a la mitad. La parte superior cayó al suelo generando una polvareda. Viggo guardo el hacha dentro de la bolsa, después levantó la roca de un metro de largo por cincuenta centímetros de ancho y la acercó a Hitomi para que se sentara.
-Eso ayuda mucho- dijo Hitomi, con una voz entre cansada y adolorida. Ser una académica tenía sus problemas, sobre todo cuando debías caminar durante horas. Ella se sentó en la roca y se quitó sus zapatos con un pequeño tacón de tres centímetros. Demasiado estético y poco útil para atravesar el calabozo. Hitomi se acarició el pie con heridas y levantó la mirada. Vio a Viggo a la izquierda, pelirrojo, ojos azules, torso desnudo y túnica roja que le cubría desde la cintura a las rodillas. Del lado derecho estaba Rosewisse, largo cabello de plata, ojos azules y una especie de túnica roja con un grueso cinturón que le cubría desde las costillas hasta las caderas. Tenía dos tirantes y la armadura de los brazos bajaba desde los hombros hasta las muñecas. Lo que más destacaba eran sus alas cubiertas por la aparatosa armadura dorada.
-Rosewisse sí que sabe cómo llamar la atención- dijo Hitomi
Rosewisse frunció el ceño, apuntó su varita al pie de Hitomi, esta última se asustó un poco, pero cuando sintió el brillo y el alivio, soltó un suspiro. Rosewisse respondió -no es mi culpa, mis alas, destacan demasiado-
-No es algo de lo que avergonzarse- dijo Viggo con una sonrisa -son muy bonitas, cualquiera quisiera ser como tú-
Rosewisse miró a Viggo, sonrió y asintió con un rubor en las mejillas. Sin embargo, Hitomi tosió y desvió la atención de ambos.
-Lo siento, pero hemos venido a experimentar con el conocimiento antes mencionado por Viggo. Por favor, sean serios- dijo Hitomi con un tono de voz grandilocuente. Viggo y Rosewisse la miraron sin entender su comentario. Hitomi se sintió incomoda, volvió a llevar su mano a la boca y tosió -lo que sea- dijo -tenemos varios temas. Está el estudio del touki que ambos acordaron- Viggo y Rosewisse se miraron y asintieron. Hitomi continuo -también está la bendición del sol que menciono Rosewisse y, por último, ocupar las runas dentro de las piedras de monstruos que fuimos recolectando en el camino-
-Recomiendo que dejemos para el último el experimento de las runas en las piedras de monstruos- dijo Viggo -su activación podría llamar demasiado la atención-
-Entonces, nos queda el estudio del touki y la bendición del sol. Según lo que cada uno me dijo, son temas diferentes, pero similares-
-Así es- añadió Rosewisse -yo desarrolle la magia bendición solar. La energía del sol está en todos lados, incluso en el bosque más oscuro o en la cueva más profunda. Sin el sol nada puede existir o crecer. Por ello, cree la bendición del sol para que reforzara mi cuerpo con energía y mejorara mis ataques. Sin embargo, también fortalece mi cuerpo para resistir grandes ataques. Viggo lo vio-
Viggo asintió en un gesto seco y firme. En muchos sentidos, la armadura de Rosewisse se puede considerar decorativa o ceremonial. Sin embargo, al momento de luchar contra Thor y su mjolnir, puedo resistir los ataques, aunque igual cayó inconsciente.
-Por otro lado, el touki es una armadura que aumenta tus capacidades físicas- añadió Viggo
Hitomi levantó su dedo índice de la mano derecha como lo haría una profesora y dijo -eso es muy ambiguo. Se más específico por favor-
-Aumenta mi capacidad de oír, ver, mi fuerza física, mi resistencia al daño y me vuelve más rápido- respondió Viggo -es a lo que me refiero, una armadura de cuerpo completo que aumenta las capacidades físicas en todos los sentidos. Sin embargo, el daño por impacto no se puede ignorar. Padre me dice que mi touki no está completo y por eso sigo recibiendo daño-
-¿Eso quiere decir que todavía tienes capacidad de mejora?- preguntó Rosewisse con asombro
Viggo miró a Rosewisse y sonrió. Sin embargo, una vez más Hitomi tosió para que le prestaran atención.
-Por favor, no se emocionen y concéntrense en la situación actual- dijo Hitomi. Viggo y Rosewisse asintieron con una expresión seria. Hitomi continuo -en ese aspecto, ambos deberían compartir como realizan la técnica que los vuelve fuertes e intercambiar ideas. Adelante, explíquenle al otro. Yo los escuchare, tomare nota y estudiare cada técnica. Esto es algo que solo quedará entre nosotros, así que no tienen nada de qué preocuparse-
-Yo empezare- dijo Rosewisse con una sonrisa. Ella levantó su varita por encima de su cabeza, genero un círculo mágico con la runa de Sowelu, pero lugar de lanzar una bola de fuego o semejante, produjo un destello de luz solar y su cuerpo se recubrió por un aura dorada durante algunos segundos hasta que se desvaneció.
-Aunque no se ve, el efecto de la Bendición Solar sigue ahí. Sin embargo, es limitado, porque el cuerpo no puede almacenar semejante fuerza durante mucho tiempo-
-¿Por eso te desmayaste la segunda vez que Thor te golpeo?- preguntó Viggo
-Sí. El primer golpeo lo soporte a la perfección, solo me quede tendida entre las rocas para que él bajara la guardia. Si te acuerdas, utilicé mi magia y aparecí detrás de él. Incluso pude presionar la punta de mi varita en su espalda-
-Sí, lo recuerdo, fue increíble ¿Qué tipo de magia es la que ocupas para desaparecer y aparecer?-
-Yo no desarrolle la magia, es la runa de Kvasir. Sin embargo, te recomiendo que no la ocupes, podría hacerte daño. No se alimenta de mana-
-¿Fuerza del alma?-
-¿Energía del alma?- preguntó Rosewisse para que llegaran a un mismo nivel de entendimiento.
-No sé si será lo mismo- respondió Viggo -pero creo que puede ser parecido. Verás, padre me ha estado enseñando durante una hora todos estos días. Solo puedo hacer esto-
Viggo se apartó a diez metros de ellos, levantó su mano como si sostuviera algo y de la nada creo una gran bola de magma rojo. Lo lanzó a la distancia, el magma golpeo en el suelo, explotando en llamaradas y quedó rociada en el suelo durante unos segundos, hasta que se solidifico en un manchón de roca volcánica negra.
-¡Es magia arcana!- dijo Rosewisse
-¿Ah? Según mi viejo esto se llama piromancia. Algo útil que me servirá a futuro, dijo él. Lo que sea- Viggo camino hasta Rosewisse y le preguntó -¿Crees que la energía que ocupe para formar la piromancia sea lo mismo que la energía que ocupas para ocupar la runa de Kvasir?-
-Podría ser posible, no lo sé, pero igual es peligroso. Recomiendo que le pidamos ayuda a tu padre para que nos ayude-
-Entonces le preguntaremos al viejo- respondió Viggo
Al mismo tiempo, Hitomi se levantó de su asiento de roca, sin importarle que estaba descalza y avanzó hasta Viggo. Le tomo la mano con que hizo la piromancia y le reviso la superficie muy de cerca.
-Increíble, no te quemaste ni nada ¿Cómo lo haces?- preguntó Hitomi
-Eso, te podría decir, pero yo no soy la mejor persona para realizar estudios académicos. Soy un hombre que depende demasiado de sus sentimientos e instintos. Si te soy sincero, ni siquiera recuerdo cuando domine el touki. De repente me sentí bien, recordé el sentimiento y lo activé de manera correcta-
Rosewisse y Hitomi quedaron de piedra. Miraron a Viggo a la cara, pero él solo sonreía mostrando su vergüenza y sinceridad.
-Ya lo suponía, Viggo es como una especie de brújula ¿Cierto? De alguna manera te puedes guiar por puro instinto y puedes saber si alguien te miente-
-Sí- dijo Viggo asintiendo -es algo que siempre me han dicho. Ya sea mi maestro o las personas que me conocen. Que tengo buenos instintos-
-Eso hay que cambiarlo- dijo Hitomi -si tienes una habilidad tan increíble, imagínate si lo hicieras a conciencia ¿No sería eso genial? Podrías descubrir una forma de eliminar lo canticos de la magia de Orario y transformarla en algo tan sencillo como un sistema rúnico. Eso sería…-
-Terrible- dijo Viggo con voz seria -eso significaría que cualquier persona, con un mínimo de mana, podría ocupar magia poderosa. Incluso si muriera en el intento, podría desatar un enorme incendio en un poblado. La gente no es tan madura ni buena, Hitomi, deja de pensar que todo es tan positivo-
-Eso es solo una cara de la moneda- respondió Hitomi -no puedes limitar al mundo y robarle esta oportunidad. Tú se la puedes dar, tú le puedes dar la fuerza necesaria al mundo para que se eliminen las enfermedades, se puedan defender de los monstruos sin tener que entregar lo poco que tiene. Tú puedes ser la persona que nos lleve a un nuevo nivel de conocimiento-
-¿Por qué?-
Esa sola pregunta congelo a Hitomi, se le ocurrían un montón de razones, pero no pudo decir ninguna en concreto.
-Entiendo que te emocione la magia y sus posibilidades- dijo Viggo con voz seria y solemne -pero te recuerdo que este mundo no está solo compuesto de personas buenas e inocentes. Si hay algo que se haga por la humanidad, debe ser controlado y entregado poco a poco. De momento, yo no tengo el poder para controlar tal fuerza-
-Es sensato lo que dices, concuerdo- dijo Rosewisse
-Rosewisse- dijo Hitomi, la miró, pero vio que ella estaba del lado de Viggo. A pesar de que ambas conversaron y sintieron que tenían un punto de encuentro a través de la magia.
-Hitomi- dijo Viggo sosteniéndole la mano a Hitomi. Ella lo miró, vio que Viggo le sostenía la mano como si fueran amigos, compañeros que estaban juntos por una misma causa -sé que todo lo que dices es por el bien de alguien más, pero pensémoslo cuidadosamente. No es necesario correr. Esto no es una decisión que deba tomarse a la ligera, así que busquemos un método para que se haga realidad. Si llega a funcionar o no, ya será destino-
<<Insolente y descuidado>> escucho Hitomi en su mente y sonrió, entendiendo cada vez mejor las palabras de Semiramis. Viggo era realmente insolente y descuidado si podía prometer algo de lo que no estaba seguro, pero de todos modos aventurarse a descubrirlo.
-Está bien, confiare en ti Viggo- dijo Hitomi con una gran sonrisa
-Lo mismo digo, Hitomi. Confiare mi conocimiento, no me defraudes-
Viggo sonreía con total confianza mientras Hitomi tenía ojos llenos de un anhelo infantil. De ese que nace de una historia de héroes y dragones. Sin embargo, alguien tosió y ellos miraron a Rosewisse.
-Creo que estamos aquí para hacer algo importante ¿No? Más concentración por favor- dijo Rosewisse
Hitomi retrajo su mano y agacho la mirada con un rostro rojo desde el cuello hasta sus largas orejas de elfo, muy en consonancia con su cabello.
Rosewisse sonrió al ver a Hitomi tan avergonzada, pero después miró a Viggo con cierta desconfianza. Viggo solo pudo sonreír y levantar los hombros, como si no fuera su culpa.