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el reino muerto

Nuestros aventureros yacían en frente de un bosque que se extendía por kilómetros y sus frondosos arboles no dejaban ver su interior

 —¿Es aquí? —eso parece —responde la elfa— según el encargo es aquí

 —¿Qué era lo que teníamos que buscar? 

 —déjame veeeer —sacando un papel con unas inscripciones ilegibles— huevos de slime, 2 alas de libélula dragón, 5 tulipanes sangrientos, 3 mandrágoras y un par de alas de murciélago ciclope

El aventurero mira detenidamente la hoja, pero sin lograr descifrar una palabra 

 —¿entiendes la lengua de los enanos?

 —pues claro —responde la elfa con extrañes— es algo básico que les enseña a los niños elfos en las escuelas, también conozco la lengua de ninfas, minotauros y centauros, aunque nunca lo use.

 —eso esta muy bien, incluso podríamos aceptar sus encargos.

terminando su charla e ingresando finalmente al gran bosque su camino se les dificulta por las grandes raíces de los inmensos arboles que apenas dejaban que la luz del sol se filtrara por sus hojas. A la distancia se logra ver un resplandor de luz del sol donde cambian su rumbo hacia ahí; llegando finalmente a un pequeño espacio completamente despejado donde la luz llegaba hasta el suelo.

 —las mandrágoras crecen en lugares soleados, tal vez haya por aquí algunas.

 —bien, separémonos entonces 

Caminando por direcciones opuestas la elfa logra encontrar pequeños montículos donde sale una planta con hojas amarillas

 —creo que encontré algunas— dice la elfa llamando a su compañero

 —buen ojo —pues claro —responde con un tono egocéntrico— es una característica notable de los elfos al igual que su gran memoria

 —trajiste el cuchillo ¿verdad?

 —eeeeh no, creo que lo olvide —responde con una mirada perdida

 —te dije que no lo olvidaras —exclama furioso el aventurero— necesitamos cortar a la mandrágora antes de sacarla o sino nos matara con su grito.

 —pues improvisa, tapate los oídos o algo, y yo me alejare por seguridad.

Mientras la elfa se aleja del lugar nuestro aventurero suspira y agarra aquella planta. Tomando un poco de aire solo escuchando como su corazón se acelera arranca la mandrágora con fuerza del suelo exponiendo sus raíces con forma humanoide; justo antes de que la pequeña mandrágora suelte su grito letal nuestro aventurero destroza la "cabeza" de la mandrágora de un puñetazo salvándose así; el aventurero exhala todo el aire tomado en señal de calma

 —uff ya van una, quedan dos.

Repitiendo el proceso finalmente consigue uno de los ingredientes que buscaban para su encargo. dirigiéndose hacia su compañera quien estaba observando una estructura de roca cubierta con la vegetación

 —¿qué haces? —pregunta el aventurero

 —esto es una casa, ¿verdad?, no sabía que aquí vivía gente

 —según los registros era un pequeño reino, pero sus habitantes un día desaparecieron. Se dice que no encontraron ningún rastro de magia o presencia del ejercito del rey demonio.

 —mira —señalando hacia una pared que fue parcialmente derretida— esto es un ataque de ácido —dice con un tono de preocupación— pocas criaturas tienen esta habilidad

 —no hay ninguna criatura con esa habilidad en este bosque —responde el aventurero calmadamente— así que no te preocupes

 —si, esta bien. ¿Pudiste sacar las mandrágoras?

 —no fue tan complicado —sacando una de la bolsa que cargaba y con una sonrisa de orgullo

 —¿Qué le paso a sus cabezas?

Saliendo de aquella zona y adentrándose aun mas en el denso bosque cambian su ruta al escuchar el fluir del agua dando indicio a la siguiente ubicación para buscar esos materiales. Logrando llegar a un ancho rio de agua cristalina que se extendía hasta donde daba la vista

 —aquí es donde podemos encontrar las libélulas de dragón ya que sus huevos necesitan estar en un lugar fresco para nivelar su temperatura

 —¿Cómo sabes todo eso?

 —por el libro que nos dieron junto con el encargo

 —¿había un libro?

 —mientras tu preguntabas cosas como la recompensa, a mi me dieron una enciclopedia que me facilitaría encontrarlos —enseñando un pequeño libro de cuero

 —no tiene nada de malo preguntar cuanto te van a pagar, además… ¿no hace mas calor?

 —es verdad, mira —señalando unas rocas doradas sumergidas— esos son huevos de libélula dragón.

 —enserio, justo me estaba agarrando hambre

 —no te lo recomiendo, sus huevos son muy calientes

 —bueno podríamos… ¿no sientes como que algo se quema?

 —si, tu cabeza —dice mientras ve como la cabeza de su compañera comienza a humear

 —¿que… la cabeza de la elfa se enciende en llamas. Sacudiéndose para apaciguar las llamas y haciendo que una pequeña bola de fuego salga disparada, revelando a un insecto parecido a una libélula, pero con alas de murciélago y cubierto de escamas doradas incandescentes

 —mira, justo lo que necesitamos — exclama el aventurero ignorando la situación de su compañera

 —maldito bicho, me comeré tus huevos en frente tuyo

 —te vas a quemar si lo haces

 —valdría la pena

 —solo ayúdame a atraparlo y saquémosle las alas.

Atrapando a la criatura y sacándole sus alas y consiguiendo otro ingrediente.

Siguiendo la corriente del rio nuestros aventureros se topan con una casa a la orilla de este y una gran rueda flotando a su lado

 —un molino hidráulico

 —¿creí que ya no se usaban molinos? —pregunta la elfa

 —las personas lo usaban antes de descubrir la magia, pero ahora con esta todo es más rápido y fácil.

Entrando a través de las ruinas dentro de la casa encontrándose con sillas y una mesa con sus platos servidos pero todo cubierto de escombros y pequeños insectos.

 —hey mira —señalando restos de huesos derretidos desperdigados en el suelo— ¿no dijiste que las personas de este reino desaparecieron?

 —si, pero es raro, el cráneo este derretido con…

 —acido ¿no?

De entre los escombros un líquido denso verde fluye tomando la forma de una pequeña esfera con antenas

 —ah mira un slime, se habrá perdido ¿no?

El pequeño y supuestamente inofensivo slime comienza a inflarse y expulsa un chorro de un liquido negro, el aventurero aparta a su compañera y una gota alcanza su camisa blanca que comienza a derretirse. Sintiendo un intenso ardor. levantando a su compañera y enviste contra la pared, atravesándola y provocando que la casa de derrumbe sobre el slime.

 —¿estas bien?, tírate al agua rápido

 —no importa solo fue un roce

 —nunca vi a un slime escupir acido

 —solo unas pocas especies pueden hacerlo —responde el aventurero revisando el agujero en su camisa— solo continuemos

 —bien, pero cuando lleguemos a casa cómprate una camisa, que esa se cae a pedazos.

Siguiendo su recorrido se encuentran en frente de una gran montaña que vieron previamente que surgía en el centro del bosque. Nuestros aventureros aceptan escalarla para tener una mayor vista, pero quedan perplejos al ver un interminable paramo de arboles hasta donde da la vista. su contemplación se ve interrumpida al ver una extraña estructura de rocas en forma de túnel surgir de dentro de la montaña.

 —¿qué crees que habrá? —pregunta la elfa

 —no lo sé, pero los murciélagos ciclopes les gusta la oscuridad ya que son sensibles a la luz.

Sin más discusión nuestros aventureros se adentran por esta cueva antinatural. Atravesando escombros y charcos logran escuchar un chirrido que resuena por toda la cueva deteniendo sus pasos y enfocando su vista en la oscuridad del techo logran dar con el origen del ruido siendo una parvada de murciélagos de un solo ojo durmiendo.

 —shh, no hagas ruido — le dice hacia su compañera.

Agarrando a uno de su cabeza evitan algún ruido y apretándolo hasta escuchar un crujido, logrando así obtener un ingrediente

 —¿no tenias otra manera de matarlo?

 —fuiste tu la que se olvido del cuchillo.

Aquella corta discusión provoca el despertar de los murciélagos que comienzan a revolotear hacia en lo profundo de la cueva mostrando una extraña luz que salía de este. Con curiosidad nuestros aventureros van hacia esa extraña luz y quedan sorprendidos al ver que el interior de la montaña es una gran caverna y en el centro de esta un gran castillo en ruinas y cubierto de plantas y escombros.

Sin dudarlo la elfa se dirige hacia allá adelantando a su compañero y este siguiéndola detrás. Pasando sobre un sinfín de armas y armaduras desperdigadas por el suelo nuestros aventureros notan la gran cantidad de barricadas puestas para defender la entrada del castillo.

 —estas barricadas están llenas de marcas de acido también, incluso las armas

 —es posible entrenar a los slimes con ayuda de un mago pero solo siguen ordenes básicas, además como ya dije no se encontró ningún rastro de magia

 —si si entiendo —responde la elfa con reniego.

Estando enfrente de la entrada principal deciden entrar ya que la puerta de acero estaba parcialmente fundida. Cruzando varios pasillos cubiertos por restos del castillo derrumbado nuestros aventureros entran a una sala decorada con armaduras puestos en fila.

 —hey tal vez podamos venderlas, que me dices…

la elfa se interrumpe al ver como a su lado cayo una extraña gota verde y al mirar hacia arriba queda perpleja viendo el techo cubierto por una masa verde que comienza a escurrir y caer sobre las armaduras metiéndose dentro de estas. Al cabo de un rato las armaduras que estaban inertes comienzan a sacudirse y dar pequeños pasos rechinando sus metálicos pies y desenvainando sus espadas; abalanzándose de lleno todos sobre nuestros aventureros y en respuesta nuestro aventurero de un puñetazo manda a volar a todas las armaduras haciendo que caigan en pedazos, pero estas usando su masa verde reúnen sus piezas dispersas recomponiéndose nuevamente y atacando ferozmente. nuevamente sin opción nuestros aventureros corren alrededor de la sala siendo perseguidos por un batallón de armaduras vivientes hasta que finalmente son rodeados y una de estas expulsa a través de su casco un chorro de acido negro, sabiendo previamente lo que era ambos terminan esquivando el ataque y termina cayendo sobre una armadura que estaba detrás de ellos derritiéndola al instante junto con el slime que estaba dentro. esquivando y escapando por poco nuestros aventureros salen de la sala hacia otra y bloqueando la puerta para evitar el ingreso de sus perseguidores. ya dentro de la nueva sala no pueden evitar ver además de ver mas armas por el suelo un extraño pilar hecho de de una viscosidad roja con cientos de esferas amarillas dentro.

 —¿Por qué había tantos?

 — bueno los slimes solo se reproducen bajo dos condiciones: la primera es que tienen que ser una zona húmeda y eso es una prueba —señalando al extraño pilar— eso es un nido de slimes

 —¿y como explicas lo de las armaduras, que no solo hacían cosas básicas?. sabes que no importa —responde la elfa frustrada— esos huevos es un ingrediente así que llevémoslo y vámonos.

Dando unos pasos hacia ese pilar ruido metálico seguido de pasos hacen eco en la sala y de entre la sombra aparece una armadura dorada con un casco parecido con la cabeza de un lobo, enseñando sus dos pares de brazos que sujetaban espadas y hachas. abalanzándose contra la elfa pero siendo repelido por el aventurero quien le da una patada desarmando completamente la armadura. Al igual que las otras de esta brota una un liquido escarlata que comienza a acoplar todas las piezas y a recomponerse, la elfa sacando su arco y atacando con flechas solo provoca que esta atraviese el líquido dentro. La armadura en respuesta lanza un chorro de acido negro separando a nuestros aventureros hacia distintas direcciones y enfocando su mirada vacía hacia el aventurero.

 —¡tengo una idea —dice el aventurero en vos alta— deja entrar a una armadura

 —¿te cayo acido en la cabeza, estás loco?

 —¡solo hazlo y luego súbete al techo!

La elfa corre rápidamente hacia la puerta mientras que el aventurero se abalanza contra la armadura y esta responde con ataque de su hacha, frenando el ataque con su mano desnuda el aventurero retrocede tras el inminente ataque de las otras armas. La armadura observa fijamente al aventurero por un breve tiempo para luego acercar sus armas a su cabeza y escupir el acido sobre estas y atacando. El aventurero sabiendo lo que venia sujeta un escudo de metal que tenia a su lado y se protege del ataque provocando que el escudo se desintegre al contacto con las armas envueltas en acido.

La elfa logra a duras penas dejar entrar a una sola armadura quien comienza a atacarla. la armadura dorada ve a su compañero y libera un sonido burbujeante y señala con su espada hacia nuestro aventurero. La armadura quien estaba atacando a la elfa cambia su objetivo y comienza a atacar al aventurero al unísono con su compañero. Con su cometido hecho la elfa escala hacia el techo y ve como su compañero es rodeado con ambos oponentes.

 —¡ahora, dispara unas flechas a sus pies¡

tensando su arco y disparando un ataque con sus flechas anclando a ambas armaduras a la tierra. Sin poder moverse y teniendo al aventurero en frente las armaduras escupen el ácido hacia el, pero es esquivado y el ataque termina siendo recibido por la otra armadura y viceversa derritiéndolas a ambas a la vez.

 —¿estas bien?

 —si si es solo...

Un crujido se escucha una puerta que estaba cubierta por la baba carmesí cristalizada se desmorona y abriéndola, de esta sale una nube roja de sangre y nuestros aventureros tapan sus narices por el nauseabundo olor. Al mirar dentro sus ojos se abren al ver múltiples montañas de cuerpos de personas algunos con la carne expuesta y otros en sus huesos recubiertos por la misma baba roja. de los restos expuestos brotaba una flor blanca con espinas rojas, cientos de ellas adornaban los cuerpos de cientos de personas apiladas.

 —la otra condición para que un slime se reproduzca es que tengan disponible mucha comida

 —esas flores

 —son tulipanes sangrientos —le responde el aventurero viendo las flores— solo crecen cerca de cadáveres para absorber sus nutrientes.

 —¿Cómo hicieron todo esto?

el aventurero voltea a ver los restos de la armadura dorada y recordando lo que hiso a la otra armadura y dice:

 —no importa, solo llevémonos esas flores, los huevos y reportemos esto al gremio.

Agarrando las flores y sin decir una palabra ambos se van del castillo para terminar su encargo, llevándose la cruda imagen de lo que es capaz de hacer una simple criatura