*Kenna*
No había tenido noticias de Reid, Matt o Jack en los cuatro días desde que mi padre me obligó a irme. Todo acababa de volver a la normalidad. Regresé al trabajo, a las reuniones y a gestionar las iniciativas de bienestar de toda la manada. Apenas tuve tiempo para pensar, y mucho menos tratar de darle sentido a todo lo que había sucedido. Nadie había intervenido para ocupar mi puesto mientras estuve ausente, por lo que había una montaña de trabajo esperándome.
El festival empezaba a parecer nada más que un extraño sueño. Un sueño maravilloso en su mayor parte, pero nada más que eso. Cuando desperté solo en mi cama individual me pregunté si la calidez de los brazos de Reid, la fuerza del toque de Matt y la intensidad de los ojos de Jack eran cosas que mi mente había inventado.
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