Interludio.

Al despertar veo a Bell Cranel que se está preparando para salir.

—Ah, Alejandro-san, ¿despertaste?, ¿quieres que te espere para que vayamos al calabozo juntos?.

Pero no me esta hablando a mí, le está hablando a mi otro yo que todavía esta en la cama.

Quiero acercarme a él, pero no puedo. Solo puedo ver todo desde arriba

¡Tú!, ¡El yo de ahí!, ¡Muévete!

¡Vamos levante y acompañalo!.

¡No seas un egoísta!.

¡No pienses solo en términos de eficiencia y ganacias!.

¡No lo dejes ir solo!.

¡Ayúdalo!.

—Esta bien, puedes irte solo, yo iré a otro Piso.

¡¿Qué estás diciendo?!.

—Entendido, me voy.

Bell Cranel agita su mano en un saludo y se va.

¡Nooo!.

¡¿Que rayos estás haciendo idiota?!.

¡Ve tras él!.

¡Detenlo!.

¡Si no haces nada Bell Cranel morirá!.

Mi otro no hace nada, y me ignora por completo.

Me rindo con él y comienzo a gritarle a Bell Cranel.

¡Bell Cranel!

¡No te vayas solo!.

¡Quédate a esperarme!.

¡Espera!.

¡BELL CRANEEEEL!

Sin embargo, Bell Cranel sube las escaleras del sótano para nunca volver.

El entorno cambia repentinamente sin saber como, y ahora estoy en el calabozo.

Veo Bell Cranel caminando de un lado a otro.

—¿Mm?, ¿Qué extraño?. Alejandro-san me dijo que vendría a otro piso, pero no lo vi en Piso 3 ni en el 4, y ya he llegado al Piso 5. Me pregunto si estará aquí. ojalá pueda encontrarlo pronto, quiero que me enseñe a luchar como él.

A la izquierda veo un enorme grupo de Ranas Tiradoras, a la derecha hay montones de War Shadows y el techo está tapizado de Dungeon Lizards.

Todos ellos acercándose a Bell Cranel, que está balanceado su daga, mientras trata de imitar mis movimientos.

¡Bell Cranel, Corre!.

¡Huye!.

¡Tienes que escapar!.

¡Vete de aquí!, ¡Hay hordas de monstruos que acercan!

Pero Bell Cranel no me ve ni escucha.

Los monstruos saltan al mismo hacía él.

No puedo ver que le está pasando a Bell Cranel.

Todos los monstruos se amontonan hasta crear una gran pelota de monstruos.

La pelota comienza a rodar, cada que rueda se hace más pequeña porque los monstruos están explotando en charcos de sangre cada que tocan el suelo.

Al final después de rodar hasta que no quedara ni un monstruo, solo que un Bell Cranel destrozado en un largo sendero de sangre fresca.

A Bell Cranel le faltan sus extremidades, su cuerpo es un desastre, y su cara está horriblemente mutilada, como si le hubiera arrancado las mejillas dejando expuestos sus dientes y molares.

Sus ojos sin vida giran en mi dirección y me mira.

Sus mejillas sin carne se mueven, hablando con una voz ronca y maltrecha.

—¿Por qué Alejandro-san?. ¿Por qué no me ayudaste?. ¿El dinero es más importante para ti que mi vida?. ¿Eres feliz con el dinero que ganaste ese día, mientras yo estaba muriendo?.

Parpadeó de mis ojos y despierto en la cama junto a una Hestia dormida que me está abrazando.

Otra vez ese sueño.