Una científica, Duan Yixin, transmigró a otro mundo. Poseyó el cuerpo de una chica de dieciséis años pero no heredó ninguna de sus memorias. Con un compromiso matrimonial roto y sin dinero en mano, solo quería ganar dinero pacíficamente. Es una lástima que el destino siempre juegue trucos a las personas. Cuando pensó que finalmente podría vivir en paz, descubrió que este mundo no era tan simple como pensaba. El hombre que rescató era el notorio general despiadado, y la mujer que le robó a su ex-prometido era la protagonista femenina de este mundo. Miró hacia el cielo y preguntó: —Dios, ¿estás bromeando conmigo? Unos años más tarde, en su noche de bodas, ella lo miró seriamente y dijo: —General, no soy tu luz de luna blanca. El hombre bajó la cabeza y susurró en su oído: —Mhm, no eres mi luz de luna blanca, eres mi vida.
—¿El Maestro nos ha enviado una nueva instrucción? —preguntó Jian Yi al ver la carta en la mano de Jian Er.
—Esta carta es de Duan Qinwangfei —dijo Jian Er negando con la cabeza y entregando la carta a Jian Yi.
Tan pronto como estas palabras salieron, las expresiones de Jian Yi y los demás cambiaron. Mientras Jian Yi leía la carta, Jian Er y los otros capitanes esperaron pacientemente.
Después de un rato, Jian Yi dejó la carta sobre la mesa y dijo:
—Duan Qinwangfei quiere reunirse con el Emperador Yong'an.
Al oír esto, excepto por Jian Er, que ya conocía el contenido de la carta, los otros capitanes fruncieron el ceño. Tras un momento de silencio, Jian San preguntó:
—Lao Da, ¿qué vas a hacer?
Jian Yi miró la carta, pensó por un momento y dijo:
—Envía esta carta al Emperador Yong'an y deja que él tome su propia decisión.
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