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ch 3

Mas allá del Muro 296 A.C

La tranquilidad que había cerca de una de las regiones de las montañas conocidas como los Colmillos helados fue interrumpida cuando una gran explosión se hizo presente. La explosión hizo que todo el lugar temblara, casi como si fuese un terremoto.

"Ah, ah, ah." Respiró con dificultad Jon.

"Lo has hecho bien hasta ahora, Jon." Dijo Edzard, el cual estaba parado a varios metros de distancia de su aprendiz. Levantando una mano, Edzard hizo un gesto simple, el cual fue el inicio de un ataque. Cientos de estacas hechas de magma endurecido surgieron del suelo y comenzaron a avanzar rápidamente contra Jon.

Al ver el ataque llegar, Jon apretó el agarre en su espada de practica y enfocando todos sus sentidos, comenzó a correr hacia el ataque. Cualquier persona que viera esto pensaría que Jon estaba loco, pues cargó contra un ataque que fácilmente podría matarlo. Sin embargo, el hijo de Ned Stark nunca fue empalado por las estacas, ya que al momento en que el ataque estuvo a escasos metros de él, comenzó a esquivarlos grácilmente.

Edzard miraba a su aprendiz esquivar el ataque fácilmente. Al ver que logró esquivarlo completamente, levantó su otra mano en la que tenía una espada y la movió rápidamente, pues Jon había logrado atravesar la distancia que los separaba rápidamente. Las armas de ambos comenzaron a resonar mientras se detenían la una contra la otra.

Los movimientos de Jon parecían casi un calco de los que usaba Edzard. Moviendo rápidamente su mano derecha, Jon lanzó un potente corte en diagonal, el cual fue detenido fácilmente por su maestro. Tras aquel ataque, el joven tuvo que ponerse a la defensiva rápidamente, pues Edzard comenzó a contratacar rápidamente.

'Aghh. Los ataques de Edzard siguen siendo igual de rápidos. Aun no logro verlos del todo.' Pensó Jon mientras sentía como su defensa era atravesada, haciendo que reciba cuatro golpes de manera consecutiva. La espada de practica de su maestro le impacto en los dos hombros, luego un golpe le dio en una costilla y finalmente, Edzard giró en ciento ochenta grados y le dio un golpe potente en todo el pecho.

La fuerza usada en los ataques de Edzard fue tal que el cuerpo de Jon salió disparado hacía unos peñascos. Sin embargo, antes de impactar contra las piedras, Jon logró maniobrar en el aire y terminó cayendo de pie. Aunque, logró evitar impactar con las piedras, la velocidad a la que fue enviado a volar lo forzó a clavar su espada en el suelo para lograr detenerse. La espada comenzó a dejar un surco hasta que finalmente su dueño logro detenerse. Una vez que vio que ya se había detenido, Jon comenzó a levantarse usando su espada como apoyo.

"Dejémoslo aquí por hoy, Jon." Dijo Edzard mientras se acercaba a su pupilo.

"Está bien." Respondió Jon mientras sacaba la espada clavada en el suelo de un solo tirón.

'Parece que ha logrado adaptarse a su nueva fuerza física.' Pensó Edzard al ver como su aprendiz fácilmente sacó una espada completamente clavada en la tierra. 'Su cuerpo se ha adaptado a la sangre Nirmniana mejor de lo que esperaba.'

El cuerpo de Jon había sido modificado mágicamente por Edzard en un ritual especial, el cual fue hecho un año después de que inició el entrenamiento de Jon. El ritual había consistido hacer que el cuerpo de Jon lograse asimilar un poco de sangre de Edzard, la cual había estado guardada en un vial especial. El ritual fue largo y tedioso, ya que duró más de siete días. En esos siete días, Edzard estuvo modificando el cuerpo de su pupilo para hacerlo más fuerte, resistente y darle al joven bastardo todos los atributos que tenían los habitantes de Aurbis.

Cuando el ritual terminó, el cuerpo de Jon estuvo ardiendo en fiebre varios días y cuando esta cesó, el joven hijo del Guardian del Norte ya no era un mortal ordinario. La prueba de que ya no era normal estaba en los ojos de Jon, los cuales aún eran purpuras, peor ahora tenían un cierto brillo antinatural en él.

'Ya han pasado varios años desde que inicie su entrenamiento. Y cada dia que pasa, se adapta mejor a sus nuevos sentidos y habilidades. Afortunadamente, pude solucionar el problema que tenía para usar magia.'

"¡Jon!" llamó Edzard a su pupilo.

El mencionado joven giró la cabeza y miró a su maestro.

"Anda a buscar algo de provisiones al bosque."

Al escuchar aquella petición, Jon asintió y se dirigió hacia su campamento.

El campamento en el que vivían parecía ser una simple cueva, pero eso estaba más alejado de la realidad, pues aquella simple cueva era un gran complejo de túneles. La cueva originalmente parecía haber sido una mina de cobre o estaño y al parecer había sido usada cuando los primeros hombres, quienes usaban bronce, aun vivían por estos lares. Ingresando a la cueva, Jon se dirigió por unos de los túneles, el cual daba a su habitación. Entrando en ella, Jon se quitó su ropa de entrenamiento, la cual consistía en una simple camisa negra de manga corta y pantalones marrones, siendo ambos artículos de lana, mientras que sus pies calzaban botas de cuero negro.

Luego de ponerse un par de pantalones limpios, Jon pasó por un espejo, el cual estaba hecho de hielo encantado. La imagen que reflejaba el objeto hizo que pusiera una sonrisa en el rostro. Atrás había quedado su pequeña figura que tuvo hace años y ahora frente a él se podía ver el inicio de la figura que un guerrero debería de tener. El entrenamiento físico que había recibido había hecho que su cuerpo fuese atlético, pero no estaba marcado ni tampoco era musculoso, por ahora. Alguna que otra cicatriz se podía ver, pero aparte de eso no había nada más. Bueno, eso era casi mentira, ya que en el lado derecho de su tórax había un tatuaje nórdico negro, el cual tenía la forma de un lobo aullando a una estrella.

Negando con la cabeza tras ver su tatuaje, Jon tomó una túnica manga larga y luego de ponérsela tomó una capa para luego salir. Mientras estaba que caminaba por el túnel hacia la salida, Jon pasó antes por la armería y tomó un arco, el cual estaba hecho de hierro fundido. Probando un poco su resistencia, se dio cuenta de que estaba en buenas condiciones, por lo que, tomando un carcaj con flechas de hierro, salió de la cueva. Al momento en que el aire frio golpeó su rostro, Jon miró hacia el frente y comenzó a dirigirse hacia el Bosque Encantado.

'Espero no toparme con algún salvaje.' Pensó Jon mientras pasaba al lado de su maestro y se despedía por ahora. Cuando estuvo a unos cien metros del campamento, comenzó a correr y terminó por perderse entre los árboles.

La noche ya había caído y en el exterior del campamento una gran tormenta de nieve arreciaba, haciendo que el viento que ingresaba pareciese el aullido de un lobo. Mientras la tormenta seguía mostrando su furia en el exterior, en una de las estancias de la cueva, se podía ver a Jon estudiando sobre venenos y pociones.

"Entonces, ¿la mejor manera de saber para que funciona una planta es comerla?" preguntó Jon mientras miraba a su maestro con escepticismo.

"Así es. Después de todo, que mejor manera de saber los efectos de algo, sino es sufriéndolos tú mismo." Respondió Edzard.

"¡¿Estás loco?! ¡En el nombre de los antiguos dioses, ¿Por qué comería algo que sé que me va a enfermar?!"

Edzard solo miro a su pupilo como si este tuviese dos cabezas.

"Entonces, dime. ¿Cómo sabrás que efecto tendría esa planta en una persona?" preguntó Edzard mientras miraba a Jon fijamente.

"Buenooo…. No tengo ni puta idea." Dijo Jon haciendo que Edzard se golpeara la cara con la palma de la mano derecha.

"En serio, a veces pienso que eres idiota." Dijo Edzard mientras soltaba un suspiro de molestia. Luego suspirar, Edzard decidió seguir con la lección, la cual se terminó por alargar unas cuantas horas.

Cuando la clase de alquimia terminó, fue el turno de las clases de encantamiento.

"Recuerda, Jon. Cada una de las runas debe ir en un orden especifico." Dijo Edzard mientras veía a Jon ordenar runas para encantar un simple cuchillo de hierro, el cual había sido forjado por el propio joven.

"Lo sé, Edzard. Primero van las runas de potencia, las cuales me dicen que efecto tendrá el encantamiento, ya sea de fortalecimiento o debilitamiento. Luego, siguen las runas de esencia, las cuales le dará el efecto propiamente dicho al encantamiento. Finalmente, las de aspecto, las cuales darán el nivel de poder que tendrá el encantamiento." Dijo Jon mientras juntaba unas runas. "Bueno, ya está. Ahora a comenzar con el encantamiento. Jejora (Elevar), Rakeipa (Fuego), Denata (Superior)."

Mientras Jon recitaba los nombres de las runas, la daga de hierro, la cual estaba en una simple mesa de madera, comenzó a levitar mientras las runas, las cuales estaban en una tablilla de piedra especial para encantamientos, comenzaron a brillar de diferentes colores. La luz que generaron las runas comenzó a flotar y luego se introdujo lentamente en la daga. Esta acción duró unos minutos, hasta que finalmente la magia de las runas estuvo impregnada por completo en la daga, la cual soltó un ruido sordo al caer en la mesa.

Edzard vio la daga y acercándose a ella, la tomó. Dando rápidos movimientos, probó su encantamiento al lanzarla contra un pedazo de madera que había por allí. La daga se incrustó en la madera fácilmente, pero eso no era lo que el hijo de Akatosh quería comprobar, no, lo que quería comprobar llegó unos segundos después.

"Parece que ya puedes hacer encantamientos de manera decente, Jon." Dijo Edzard al ver como la madera comenzaba a arder hasta volverse cenizas en menos de tres segundos.

Jon se sonrojó ligeramente al recibir aquel elogio por parte de su maestro. "Gracias, maestro."

Edzard miró a su aprendiz y dándole pequeñas palmadas en la cabeza, le dio una sonrisa antes de darle un consejo. "Jon, recuerda algo muy importante. El poder y la facilidad para encantar objetos no solo se ve afectado por las runas que usas, sino que también se ve afectado por la cantidad de magia que hay en el lugar donde lo haces."

"Entiendo. Supongo que no es lo mismo hacer un encantamiento aquí que hacerlo en Winterfell." Dijo Jon, entendiendo lo que su maestro le quería decir.

"Así es. Por más que tu hogar de infancia tiene mucha magia en sus paredes, no se compara para nada con la cantidad de magia que hay en este lugar."

Las palabras de Edzard hicieron que Jon comenzara a pensar en lugares donde podrá haber grandes concentraciones de magia. Luego de unos minutos, al fin recordó un lugar.

'Seguro que en Valyria los encantamientos serían muy poderosos.' Pensó Jon, y él no sabía que tanta razón tenía.

La tierra de Valyria, por más destruida y maldita que estuviese ahora, era un lugar donde la magia se podía respirar. Sin embargo, adentrase en ese lugar no era la más brillante de las ideas para muchos de los mortales de este mundo, ya que si las bestias que por allí moran no te destruyen, lo harán los hombres de piedra e incluso si sobrevives a eso, la niebla que rodea el lugar terminara por carcomer tu alma, hasta el punto de que comenzaras a alucinar con supuestos futuros, cuando la realidad es que aquellos supuestos futuros no son más que alucinaciones provocadas por la gradual destrucción de tu alma.

"Parece que ya es muy tarde, Jon." Dijo Edzard mientras comenzaba a volverse traslucido, lo que significaba que estaba por volver al collar. "Te veo mañana."

"Si. Nos vemos mañana." Dijo Jon al ver como Edzard comenzaba a desaparecer.

Al verse completamente solo, Jon se fue a descansar a sus habitaciones.

Mas allá del Muro 297 A.C

El sol del medio dia iluminaba las montañas que eran los Colmillos Helados y en algún lugar de aquellas escarpadas montañas, se encontraba Edzard sentado en una roca, mirando a su pupilo entrenar sus habilidades mágicas y de espadachín.

'La forma en que lucha me recuerda a la de los «Caballeros Dragon» que poseían los soldados Akaviri.' Pensó Edzard a ver como Jon convertía su espada bastarda en un látigo de fuego, para luego lanzarlo y destrozar una roca de tamaño medio.

'Parece que en este último año Jon ha logrado pulir muchas de sus habilidades. Ya es capaz de usar algunos hechizos de alto nivel, aunque tiene un tiempo de lanzamiento muy lento, pero eso es algo que se esperaría de alguien que se ha convertido en un hibrido de manera artificial. Sobre su combate con armas, es más que bueno con el uso de la lanza, la albarda, la pica, el hacha, tanto de una mano como de dos manos, la maza y por supuesto los martillos de guerra. Pero donde realmente recae su maestría es en el uso de armas de hoja, la daga, la espada corta, la espada larga, la espada bastarda y por supuesto los mandobles, esas son las armas en las que no encontrara muchos rivales en este mundo.' Pensó Edzard para luego mirar su mano y vio como esta comenzaba a desaparecer ligeramente mientras un ligero dolor le atravesaba el cuerpo. Tomando una respiración profunda, el ultimo hijo de Akatosh comenzó a absorber parte de la magia que había en el ambiente. 'Me estoy quedando sin tiempo, ya es hora de que comience a terminar mis asuntos en este mundo. No quiero irme dejando cosas al azar.'

Terminando de pensar aquello, el hijo de Akatosh se puso de pie y comenzó a acercarse a su aprendiz. Cuando llegó, vio como Jon corría hacia donde había varios muñecos de madera y paja, los cuales estaban puestas de manera que parecían enemigos rodeando a alguien. Edzard vio como Jon corría hacia ese lugar y cuando estuvo allí, lo vio tomar su espada bastarda con ambas manos y moviéndola con fuerza, hizo un giro de ciento ochenta grados, cortando así a todos los muñecos que estaban allí.

"Parece que esos muñecos ya están muertas." Dijo Edzard con una sonrisa al llegar a donde su pupilo.

Jon bajó su espada y mirando a su maestro, sonrió de manera divertida.

"Si, no tuvieron oportunidad alguna."

"Je, je. Así parece." Dijo Edzard viendo como su pupilo había terminado de cambiar en estos últimos años. El joven Jon ya había crecido lo suficiente como para ser considerado alguien ligeramente más alto para su edad, pero sobre todo fue la forma en que ahora se expresaba dónde estaba su mayor cambio, pues ya no era tan reservado para hablar y solía decir algunas cosas en tono de burla o incluso era capaz de señalar lo obvio solo para de esa manera sacar de quicio a alguien. 'Me temo que su personalidad se parece a la de alguien a la que siempre quise tirarle un puñetazo, pero si no mal recuerdo sí que se lo di. Aunque, no recuerdo bien cuando fue. Ahhh…. a veces odio tener tantos miles de años encima, ya que eso hace que mi memoria sea algo confusa en ciertas partes.'

"Entonces, Edzard. ¿Qué necesitas de mi hoy?" preguntó Jon apoyando su espada en su hombro.

"Necesito que vayas por algunas cosas." dijo Edzard para luego enumerarle las cosas que necesitaría.

"Ummm…. ¿para que necesitas tantas cosas?" preguntó Jon con curiosidad, pues la lista de objetos que le estaba pidiendo Edzard era larga y muy específica.

"Para algunas cosas." respondió Edzard con una sonrisa enigmática en el rostro.

"Ya veo, bueno, no preguntare nada más, ya que de igual manera me enterare al final."

Edzard sonrió al ver como su pupilo se iba a buscar las cosas que le había solicitado.

Jon se encontraba entrenando con un mandoble, cortando varios troncos de madera de roble. Estos se encontraban colocados de una forma que parecían ser soldados en una formación. Si bien estos deberían de ser fijos, estos estaban encantados y estaban atados a un dispositivo que hacía que se movieran de manera aleatoria, dándole así un mayor desafío al entrenamiento.

'Ya han pasado tres semanas desde que Edzard me pidiera esos materiales.' Pensó Jon mientras cortaba por la mitad un tronco, el cual se había movido de tal manera que se había acercado a gran velocidad contra él. 'La verdad no sé qué estará haciendo, pues me ha pedido madera de diversos tipos, mineral de hierro, plantas que fácilmente se convertirían en fibra para hacer sogas y algunos materiales que se podrían convertir en resinas impermeables.'

Volviendo a la realidad, Jon cortó cuatro troncos que aparecieron en su línea de visión moviendo su arma de manera horizontal. Comenzando a correr con un poco de más de velocidad, dio un salto y convirtiendo su mandoble en un látigo de fuego, calcinó varios troncos, los cuales habían tomado una posición que hacía que pareciesen estar en una formación de falange. Cayendo grácilmente, Jon siguió su entrenamiento, cortando todos los obstáculos que había.

Cuando llegó al final de su entrenamiento, Jon tomó unas cuantas bocanadas de aire, pues el entrenamiento había sido algo largo. Apoyando su mandoble en su hombro, comenzó a regresar hacia su refugio para poder asearse y ver que estaba haciendo Edzard. Sin embargo, luego de dar algunos pasos, tuvo que mover su arma para poder defenderse de un ataque que llegó desde su espalda. El dueño de aquel ataque no parecía ser una persona, sino que parecía ser una sombra con forma humanoide. Aquella sombra estaba cubierta por un miasma negro que parecía absorber la luz del sol. El rostro era irreconocible, ya que se podía ver que tenía una máscara negra, la cual tenía dos colmillos similares a los de un mamut.

'Es fuerte.' Pensó Jon al ver como el golpe de su enemigo lo había hecho derrapar varios metros hacia atrás.

"¿Quién eres? ¿Por qué me atacas?" preguntó Jon tomando su mandoble con ambas manos.

La sombra no le respondió nada y solamente tomó una posición de lucha con su propia arma. El arma que estaba usando la sombra era un mandoble blanco, casi traslucido.

Al ver esto, Jon supo que no obtendría ninguna respuesta verbal de este ser, por lo que sin esperar un segundo más, se lanzó contra él para luchar. Su enemigo hizo lo mismo que él y ambos se encontraron en el centro. Al estar cara a cara, comenzaron intercambios rápidos con sus armas, las cuales comenzaron a sacar chispas, pues usaban mucha fuerza para golpearse.

Jon tuvo que mover su mandoble de manera diagonal para desviar el ataque de su enemigo, el cual no dejaba de atacarle de manera consecutiva. Por su parte, el comenzó a desvía los ataques, buscando encontrar una sola apertura para lograr derrotarle de un solo movimiento, pero hasta ahora no había encontrado nada. Así que, viendo esto, Jon decidió usar una técnica de magia, por lo que dando un salto y girando ciento ochenta grados, convirtió su espada en un látigo de fuego, el cual se dirigió contra el cuerpo de su oponente. Lamentablemente, este ataque falló, pues la sombra movió su arma de tal manera que el látigo no pudo tocarlo.

'Mierda.' Pensó Jon al ver que su ataque al fallar lo había dejado completamente desprotegido.

La falta de defensa que dejó el fallido ataque de Jon, hizo que su enemigo le diera una potente patada en todo el estómago, haciendo que Jon saliera volando algunos metros.

Mientras estaba en el aire, Jon se llevó la mano a su estómago, pues el golpe le había causado un poco de daño interno. Mientras estaba en el aire, el arma de Jon comenzó a volver a su forma y el hijo de Eddard Stark dio gracias a los dioses de que su espada volvió, pues su enemigo no esperó ningún segundo luego de haberle atacado para volver a lanzarse contra él.

Cuando Jon fue alcanzado por la sombra, comenzó un nuevo intercambio de espadazos, los cuales fueron dominados por la sombra, la cual terminó por lograr asestarle a Jon otro golpe en el abdomen, solo que, a diferencia del anterior, ahora no se detuvo allí, ya que comenzó a darle varios golpes en el cuerpo.

'Maldición. Este sujeto es fuerte.' Pensó Jon mientras su visión comenzaba a volverse negra. Fue el siguiente golpe, el que hizo que su visión terminara por oscurecerse, haciendo que la inconciencia lo reclamara.