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ch 13

The Wall 297 C

La luz del sol de la mañana caía sobre la enorme estructura que era el muro, haciendo que esta se viera como una hermosa columna de piedra blanca. En la base de la muralla, se encontraba Castle Black, un pseudo castillo que no contaba con murallas hacia el este, oeste y sur. Este lugar estaba lleno de edificios y torres, las cuales estaban unidos entre sí por pasajes subterráneos. En una de las torres, llamada como «The Lord Commander's Tower», se estaba llevando a cabo una reunión entre tres personas.

En el interior de dicha torre estaba la habitación del lord Commander de la night's watch, y a un lado se encontraba el solar, el cual era el lugar donde se estaba llevando a cabo la reunión. Sentados alrededor de la mesa del lugar estaban el Lord Commander Jeor Mormont, también conocido como «El viejo Oso». Jeor Mormont era un hombre de unos sesenta y nueve años, el cual había perdido gran parte de su cabello, pero mantenía una peluda barba de color blanco. El vestía un atuendo completamente negro al igual que todos los hermanos de su orden.

Al lado de Jeor estaba el maestre de Castle Black, un hombre llamado Aemon, quien en secreto era un miembro de la anterior dinastía reinante de Westeros, es decir, se llamaba Aemon Targaryen y fue el hijo de un rey y el hermano de otro. Él era un hombre que había vivido más de cien años, pues había nacido en el 198 AC, como el tercer hijo del rey Maekar I, él fue enviado a la Citadel para convertirse en maestre. Tras muchos años de estudio, al fin se convirtió en un maestre. Tras servir como maestre durante años, su padre murió, lo que causo un problema en la sucesión, por lo que, tras convocarse un gran consejo, su hermano menor Aegon se convirtió en rey con el nombre de Aegon V. Tras aquello, temiendo ser usado en algún complot contra su amado hermano, el decidió unirse a la Night´s Watch para así mantener a su hermano a salvo. Gracias a sus cien años, el maestre era calvo, arrugado y encogido. Sus ojos estaban ciegos, por lo que eran blancos como la leche.

Al lado del maestre y a su vez al lado de Jeor estaba el primer Ranger, el líder de la orden de los Ranger. Los Rangers eran una orden dentro de la Night's watch la cual se encargaba de la defensa del muro. El nombre del actual primer Ranger era Benjen Stark, el hermano menor de Eddard Stark y por ende el tío de Jon y sus hermanos. El Stark tenía unos treinta años y su rostro tenía facciones afiladas junto con ojos de color azul grisáceo. Su vestimenta al igual que la de sus hermanos de orden, era negra.

"Pareces más sombrío de lo normal, hermano Benjen." Señaló Aemon, pues el tono de voz del primer Ranger estaba algo apagado.

"Me temo que solo es la tristeza de siempre, maestre." respondió Benjen con un poco de tristeza en su voz.

"Por supuesto, la tristeza de no saber nada de un familiar es algo terrible." Dijo Aemon con un toque de compresión en su voz, pues el al igual que Benjen tenía aquella tristeza de no saber sobre sus parientes que vivían en el exilio en Essos. Eso lo mencionaba, porque el, al igual que todo el castillo sabían acerca del sobrino de Benjen, el cual parecía haber reaparecido tras darlo por muerto, solo que aún no había ido a visitar a su familia, lo que le causó preocupación al primer Ranger.

Jeor solo miró a Benjen antes de suspirar, y hablar. "Por mucho que suene un poco mal, deberíamos dejar de hablar de la familia y centrarnos en lo que sucede en el castillo."

Los dos miembros de la orden asistieron, pues por mucha tristeza que sintiesen por sus familiares extraviados, ellos debían de cumplir con su deber.

"Stark, ¿Cómo van los nuevos miembros de los Ranger?" preguntó Jeor, mirando a Benjen.

"Están bien, sobre todo el joven Waymar Royce. Pese a su edad muestra algo de capacidad para el liderazgo, lo único que tiene que aprender es a no ser tan arrogante y tomar los consejos de los más veteranos de la orden."

"Ya veo. Por mucho que quisiera que se le discipline, me temo que hacerlo pueda enfurecer a su padre. Lo que conllevaría que perdamos a uno de los pocos de los amigos que tiene la guardia en el Vale." Dijo Jeor con frustración, pues no le gustaba tener que hacer eso, pero debido al pobre estado en que se encontraba la orden, debía de mantener las pocas amistades que tenía la guardia, ya que de ellos dependía la llegada de suministros hacia el muro.

"La orden está perdiendo miembros, y aliados en el sur con cada año que pasa. Me temo que en menos de una década solo el Norte nos ayudara. El resto de Westeros parece habernos olvidado." Dijo el maestre con un poco de ira y frustración en su voz, sobre todo en la parte final de su discurso.

Los otros dos miembros de la orden solo se quedaron en silencio, pues era la cruel verdad. De todas las regiones de Westeros, solo el Norte se acuerda de ellos, el resto de las regiones y casas no lo hacían.

Viendo a sus compañeros de consejo estar en silencio, Jeor se dispuso a hablar, pero antes de que dijese algo, un cuervo entro por la ventana. Este cuervo tenía ojos pequeños de color negro y grandes alas negras. De hecho, el cuervo era más grande de lo que uno esperaría de su especie. El cuervo comenzó a volar en círculos por la habitación mientras graznaba. "¡Lobo! ¡Estrella! ¡Lobo! ¡Estrella!"

Las palabras del cuervo eran extrañas, pero a la vez eran molestas.

"Esto es extraño. Este cuervo no suele repetir tanto dos palabras al mismo tiempo." Dijo Benjen mientras miraba al cuervo.

"En si el cuervo ya es extraño, hermano Benjen." Señaló el Aemon. "Prefiere los granos a la carne."

El viejo oso se levantó de su silla y buscando en uno de los platós que había cerca, tomó un poco de maíz y con un gruñido extendió los granos en su palma, para de esa manera hacer que el cuervo descienda y coma, lo que haría que se callase. Sin embargo, para su sorpresa, el cuervo no bajó, sino que siguió graznando en el cielo.

"¡Lobo! ¡Estrella! ¡Lobo! ¡Estrella!"

"¡Animal sangriento, deja de graznar!" gritó Jeor una vez que perdió la paciencia.

Tras aquel grito de Jeor, la puerta de la habitación fue abierta por un hermano negro, el cual parecía agitado.

"¡Lord Commander!" gritó el hombre, el cual parecía tener unos treinta años. Su cabello era negro y sus ojos verdes.

"Recupera el aliento primero, Kenneth. Luego dime, ¿Por qué estas tan agitado?"

El hombre llamado Kenneth era un hermano que se había unido recién hace unos meses atrás y había demostrado ser un guerrero más que decente, lo que le valió su ingresó a los Ranger.

"Una gran caravana se acerca desde el sur." respondió Kenneth una vez que recuperó el aliento

"¿Una gran caravana?" preguntó Benjen levantándose de su silla.

"Esto es raro. Los regalos del Norte no suelen llegar hasta dentro de unos dos o tres meses." Señaló Aemon con un poco de confusión.

"Kenneth, quédate con el maestre aquí. Stark, ven conmigo. Veremos que sucede." Ordenó Jeor mientras tomaba su capa para luego tomar una espada larga.

Benjen hizo lo mismo que su Lord Commander y tomando su propia espada, lo siguió, dejando solos a Kenneth con el maestre Aemon.

Ambos hermanos negros recorrieron la distancia que separaba la torre donde estaban con la puerta en menos tiempo del que esperaban. Para cuando llegaron a la puerta, vieron que, en la parte superior de la misma, donde había una pequeña estructura de madera de roble, la cual servía para defenderse de algún ataque del sur y para que los vigías sepan si alguien se acercaba, había un poco de gente.

Sin entender por qué había algunos hermanos allí, los dos lideres de la Night´s Watch entraron en la almena. Al estar en el interior vieron que había unos diez hombres, tres de ellos eran Rangers y los otros siete reclutas en entrenamiento.

"¿Qué hacen aquí algunos reclutas, Ser Alliser?" preguntó Jeor cuando vio al maestro de armas del castillo.

El hombre llamado Alliser Thorne se giró, mostrando que era un hombre de unos cincuenta años con facciones afiladas. El caballero tenía ojos de color ónix que acompañaban una mirada dura. Su cabello era negro con algunas vetas de gris. Vestía un atuendo de color negro impecable con botas lustradas y una capa adornada de piel.

"Lord Commander, Primer Ranger." respondió Thorne con voz dura.

"Responde a mi pregunta, Thorne."

"Traje a los reclutas para que ayuden en caso de que sea necesario."

Tanto Benjen como Jeor no le creyeron al caballero, pero decidieron no decir nada. Por lo que, caminando hacia la apertura en las almenas, vieron lo que había fuera de sus puertas. La gran caravana que se encontraba a sus puertas estaba compuesta por unos cincuenta carromatos, todos tirados por un caballo cada uno. Sin embargo, de todos los carromatos, solo uno tenía un conductor y ese era el que estaba primero.

'¿Cómo es que puede guiar a cincuenta carromatos sin ayuda?' se preguntó Jeor, pues se le hacía imposible de pensar aquel conductor estuviese solo. Mirando más de cerca, vio que realmente estaba solo y que no había ninguna persona más por allí.

Mientras Jeor seguia pensando en cómo un hombre podía guiar cincuenta carromatos en solitario, Benjen miraba al conductor con sospecha, pues no podía verle la cara. No es que fuese por que estuviese lejos, sino que fue porque este iba con una capucha. La vestimenta de este hombre era sencilla, pues vestía pantalones de lana negros con botas de cuero del mismo color. Usaba una túnica de color marrón con un cinturón donde había una daga enfundada. Llevaba una capa de piel de oso pardo, junto con una capucha de piel, la cual era la causa de que su rostro no fuese visible.

"¡Extraño, ¿Qué te trae a Castle Black?!" gritó Jeor.

La persona que estaba sentado en el carromato, se llevó una mano a su boca y tras hacer un silbido agudo y largo, decidió responder.

"¡Solo soy un viajero que está aquí para visitar a un familiar!" respondió el extraño, demostrando que era un joven, pues su voz no era muy gruesa.

Jeor y Benjen se miraron tras la respuesta del joven.

"¡¿Quién es tu pariente?!" gritó Benjen mirando al joven.

El joven no respondió de inmediato, sino que se quedó quieto hasta que una mancha blanca comenzó a acercarse al carromato. Los caballos que tiraban de los carromatos parecieron agitarse un poco, pero ninguno de ellos salió galopando.

Los ojos de Benjen comenzaron a abrirse como platos al ver la bestia blanca que se acercaba al joven, pues era un lobo de gran tamaño. Con cada metro que se acerba, el primer Ranger sentía que su respiración se acortaba. Finalmente, cuando el lobo se detuvo al lado del joven, este se bajó la capucha, mostrándole a Benjen un rostro muy parecido al de su hermano Ned, pero con la diferencia de que este joven era mucho, pero mucho más guapo que su hermano. Si bien el lobo era más que prueba para confirmar la identidad del joven, fueron aquellos ojos de color purpura los que terminaron de hacer que el supiese su identidad.

"Jon…" susurró Benjen, siendo oído por Jeor.

El viejo Oso abrió los ojos como platos, pues no se esperaba ver al hijo prodigo de Eddard Stark aquí.

"Ha pasado un tiempo, ¿verdad, Tío Benjen?" preguntó Jon con una sonrisa en su rostro.

El Lord Commander de la Night's Watch miraba desde el balcón de su torre como los hermanos que vivían en Castle Black se movían de un lugar a otro, transportando todo lo que había en la caravana.

"Marsh, ¿Qué es lo que el sobrino de Benjen Stark nos ha traído?" preguntó el Jeor dejando de mirar el patio del castillo y comenzando a mirar al mencionado Marsh.

El nombre completo de este hombre era Bowen Marsh y era un hombre redondo que parecía una granada. Este hombre se desempeñada como el Lord Steward de la Night's Watch, por lo tanto, era el encargado de la orden de los Steward, quienes eran los encargados de funciones vitales para la orden, tales como la obtención de suministros.

"Muchas cosas, Lord Commander." Respondió Marsh.

El viejo Oso miró al Steward con una mirada que le indicaba que sea más detallado con la información.

La mirada del viejo Oso hizo que Bowen se estremeciera un poco, pero pese a eso, el decidió responder. "Para ser más exactos, nos ha traído quince carromatos llenos a mas no poder de hierro de muy buena calidad. La cantidad es lo suficiente como para que todos los miembros del castillo tengan dos juegos de armaduras de placas de acero completas con sus respectivas armas. Pero si se usase en cotas de malla, eso haría que toda la orden pueda tener nuevas armaduras."

Los ojos del viejo Oso se abrieron con sorpresa, pues no se esperaba tal cantidad de hierro en solo quince carromatos.

"Aparte de eso, diez carromatos están llenos hasta arriba de barracas de vino y cerveza, suficiente como para abastecernos por unos tres meses si es que nos emborrachamos sin parar."

Una sonrisa apareció en el rostro del viejo Oso al oír aquello, sería bueno para él y para todos los de la orden beber un poco de buena cerveza o vino cada cierto tiempo para hacer mejor y más llevadera su vida por aquí.

"El resto de los carromatos estaba llenos de carnes y pescados en salazón, junto con bastantes sacos de harina de trigo y unos pocos sacos de verduras variadas."

Si la sonrisa del viejo oso antes era grande, ahora era gigantesca, pues ahora podía comer algo bueno.

"Como acotación final, nos quedaremos con todos los carromatos y casi todos los caballos, pues el sobrino del Primer Ranger usara uno para viajar a Eastwatch, donde dejara ese caballo." Con aquellas palabras Bowen Marsh terminó de decirle al viejo Oso lo que había traído Jon Snow.

Jeor miró a su hermano y asintió, para luego caminar hacia una silla a sentarse, pues aún faltaban un par de horas para que se reúna con el joven Snow.

Mientras Jeor Mormont recibía la información sobre lo que Jon había traído, en una habitación separada, tío y sobrino estaban teniendo una conversación. Cuando el hermano menor de Ned Stark vio que el joven que estaba parado fuera con una caravana de carromatos era su sobrino prodigo, ordenó que se abrieran las puertas. Cuando la caravana ingresó, él y Jon se dieron un fuerte abrazo cuando este bajó del carromato. Tras aquello, Jon se presentó ante el Lord Commander y le dijo que lo que había en la caravana era un regalo para la guardia.

Tras aquello, Benjen le solicito a su Lord Commander un lugar para charlar con su sobrino. El viejo oso había aceptado, pero luego le mencionó que también quería hablar con Jon, algo a lo que el joven estuvo de acuerdo, pues él también quería hablar con el de algo.

Ambos miembros de la casa Stark se encontraban sentados, mirándose uno al otro.

Jon se encontraba mirando a su tío en una habitación del Castle Black. Él había decidido venir a este lugar solo, por lo que sus amigos estaban en Eastwatch, esperándolo en el «StarWolf». Cuando mencionó que tenía la intención de venir a este lugar, todos ellos le preguntaron la razón, por la que les contó la visión que tuvo.

Flashback

La tripulación del «StarWolf» estaba reunida en la habitación de navegación, teniendo una discusión. La causa de esta, el deseo de Jon de ir a Castle Black para hablar con el Lord Commander y con su tío, para confirmar algunas cosas.

"¡No puedes estar hablando en serio, Jon!" gritó Grenn. "¡¿Quieres ir al mismo sitio donde te traicionaron y te apuñalaron?!"

"¡Grenn tiene razón, Jon! ¡No importa si viste una visión de algo marchando a ese lugar, esa no es razón para que vayas!" gritó Pyp.

Jon, junto con Edd y Sam eran los únicos que estaban en silencio.

"Grenn, Pyp, sé que están molestos, pero es algo que tengo que hacer." Dijo Jon con voz dura, la cual causó que un escalofrío recorriera los cuerpos de los mencionados.

"Jon tiene razón, pero primero calmémonos." Dijo Samwell, tratando de mediar para que la pelea no escale en intensidad.

"Sam tiene razón, debemos de calmarnos y pensar esto con la cabeza fría. No podemos dejar que las visiones de lo que vimos que sería un posible futuro nos haga perder de vista los objetivos generales de la razón por la que comenzamos esta charla." Dijo Edd, sonando como una persona madura y seria.

Grenn y Pyp dejaron de mirar a Jon y miraron a Edd con sorpresa, pues no se esperaban que el hablase de aquella manera tan calmada y seria.

Tras aquellas palabras, el ambiente se calmó lo suficiente como para que todos pudiesen hablar tranquilamente.

"Entonces, Sam. ¿Qué has logrado descubrir de aquellas palabas que te dije?" preguntó Jon, mirando a su amigo.

"Es una profecía, Jon. Una profecía que contiene varios eventos históricos que ya han sucedido." Respondió Sam, mirando el papel en el que él había escrito lo que Jon le había dicho sobre aquellas palabras que escuchó en esa visión. "«Cuando el imperio de los dragones caiga por su ambición», esto es una clara referencia al Imperio Valyrio y sobre todo a la Maldición que sufrió. La siguiente frase, «cuando la dinastía de los dragones pierda su trono», esto obviamente hace referencia a la rebelión de Robert, el momento en que los Targaryen perdieron el trono. Lo que le sigue, «cuando el ciervo muera y una estrella sangrante surque el cielo», esto me temo que podría ser algo que pasara en el futuro, cuando el Rey Robert muera o tal vez algún familiar de él. Lo que le sigue, «cuando cinco coronas se disputen en ríos de sangre», bueno eso es un claro indicio de que habrá una guerra de sucesión o tal vez una guerra de independencia. Y finalmente, «es cuando los dioses fríos vuelven y el destino de la humanidad recae en el último aprendiz del último hijo del Señor de los dragones», esto no sabría cómo interpretarlo, bueno, eso no es del todo cierto, lo de los dioses fríos, eso es una referencia usada hace muchos años para los «Otros», ya sabes los enemigos por lo que se supone que se construyó la muralla al norte."

"Asi que, para saber sobre estos dioses fríos sería necesario ir a buscar información en el Wall, ¿verdad?" preguntó Jon.

Sam asintió, pues era la verdad.

"Pero ¿no se supone que los «Otros» son cuentos para asustar a los niños?" preguntó Pyp con un poco de miedo, pues en las historias que escuchó de esos seres eran aterradoras.

"De verdad vas a negar su existencia tras lo que vimos en esa torre flotante." Mencionó Jon.

"Je, je, je. Bueno, si lo vemos de esa manera, entonces esas cosas si deben de ser reales." Dijo Pyp con una sonrisa incomoda mientras se rascaba la nuca.

"No entiendo, por qué debemos preocuparnos por esto ahora." Comentó Grenn. "Digo, podemos dejarlo para luego, ya saben cuándo terminemos con el encargo de Edzard."

Pyp asintió, pues no quería poner un pie en el muro, pues no había persona lo suficientemente cuerda como para ir al lugar donde sabes que moriste en un futuro alterno.

"Tengo que ir. Si bien es cierto que esto puede que pase en el futuro, es mejor dejarles el aviso, e incluso dejarles algunas provisiones, ya que de esa manera en caso de esto suceda en el futuro cercano, ellos estarán preparados para luchar y evitar que esas cosas lleguen al sur." dijo Jon.

Fin Flashback

Tras aquello, se dirigieron a Braavos, donde compraron una gran cantidad de provisiones, esto se hizo con parte de la fortuna que encontraron en la torre, pues cuando estaban por salir, Pyp encontró otra puerta secreta, donde encontraron pilas de oro joyas y diversas cosas de mucho valor. Tomando todo en sus bolsas encantadas, se retiraron del lugar con un gran botín. Casi la totalidad del botín fue repartido entre todos, los cuales decidieron depositar una gran parte, quedándose con un poco para uso propio, mientras que la parte no repartida se usó para comprar dos galeras para llevar los caballos y los carromatos en los que se llevarían las provisiones para la Night's Watch. Las dos galeras también fueron regaladas a la orden.

Los pensamientos de Jon fueron interrumpidos cuando su tío le hizo una pregunta.

"Lo siento, tío Benjen. Pero no te escuche, ¿Qué me preguntaste?"

El primer Ranger miró a su sobrino y soltando un suspiro volvió a preguntar. "¿Dónde obtuviste el dinero para comprar todo lo que regalaste a la Orden, Jon?

Jon miró a su tío y poniendo una sonrisa, respondió. "Lo obtuve en mis viajes."

Benjen levantó una ceja, pues esperaba que Jon le respondiera con un poco de más información.

"Dime algo, tío. ¿Has estado en Winterfell recientemente?"

"Si, fui poco después del Dia del Nombre de Robb."

"Ya veo… ¿Le gusto mi regalo?" preguntó Jon con curiosidad.

"Ja, ¿gustarle? No, le ha encantado. Ha llamado a esa espada como «Frost»." Respondió Benjen con una sonrisa al recordar como su sobrino le mostró la espada, la cual era una verdadera belleza.

"Bien, eso es bueno."

"Por cierto, Jon. ¿Por qué no has vuelto a Winterfell?" preguntó Benjen de manera seria.

Jon miró a su tío y sintió un poco de pena, pues los ojos de su tío mostraban tristeza.

"Aun no es el tiempo para que vuelva." Respondió Jon con tristeza.

El primer Ranger miró a su sobrino y sintió lastima, pues vio que el realmente estaba triste por aquello.

"¿Por qué no puedes volver, Jon? ¿Por Catelyn?" preguntó Benjen.

"No, no. Es por otra razón." Respondió rápidamente Jon, pues su tío mencionó el nombre de la esposa de su hermano con un tono de voz muy frio.

"¿Cuál?"

Jon miró a su tío y soltó un suspiro. "Está bien, tío, te lo diré…. Pero Júrame por los nuevos y los antiguos dioses que no le contaras de esto a nadie."

Benjen miró con preocupación a su sobrino, pues parecía que algo grave estaba pensando. Pensándolo unos minutos, el hermano menor de Ned asintió.

Al ver que su tío había aceptado, Jon comenzó a contarle su misión y donde había estado, quien lo había criado.

"Valyria…" Dijo Benjen mientras se llevaba la mano a la frente, pues lo que acababa de contar su sobrino lo había dejado en shock, pues no sabía que pensar. Su sobrino había estado viviendo más allá del Muro, es decir, había estado en las tierras a las que el solía ir a combatir a los salvajes. Si bien eso era asombroso, lo realmente increíble era que su sobrino podía usar magia. Inicialmente él no le había creído, pero al final Jon le había demostrado que, si podía hacer magia, para ello usó un hechizo en su lobo huargo. Dicho hechizo hizo que el lobo dejase de ser tan grande para pasar a tener el tamaño de un cachorro.

"Si, el lugar al cual deberá ir al final de este viaje es uno de los lugares más peligrosos de este mundo."

"Una parte de mi quiere gritarte que no lo hagas, pero, otra parte de mí, la que ha visto cosas más allá del muro, me dice que no lo haga, que lo que tú haces salvara el mundo de monstruos." Dijo Benjen, estremeciéndose con sus últimas palabras.

Jon sintió curiosidad al escuchar a su tío mencionar que había visto cosas más allá del muro. Que cosas, él no lo sabía, pero sea lo que sea, era algo que había hecho que un Ranger veterano como él se estremeciese. Desafortunadamente, cuando intentó preguntarle, la puerta fue abierta y un hermano negro les dijo que el viejo Oso quería hablar con Jon en las cámaras del Maestre.

Levantándose de su silla, Jon asintió y le dijo a su tío que le acompañase, pues como primer Ranger, él también tenía que escuchar aquello.

La habitación del viejo maestre estaba debajo de la colonia de cuervos, por lo que tenía un sutil aroma al excremento de estos. Si bien dicho aroma no molestaba a tres de los presentes, el cuarto de ellos estaba que se sentía incomodo por aquello.

'Como hay días en que odio tener sentidos mejorados.' Pensó Jon, pues había momentos en que deseaba no tener sentidos tan mejorados, sobre todo el olfato y la audición. Esto se debía a que momentos que su nariz captaba olores desagradables con más intensidad que otros. Sus oídos a veces le causaban problemas, sobre todo cuando pasaba cerca de burdeles. Pero aparte de aquellas ocasiones, tener sentidos mejorados era algo bueno, pues con ello evitaba emboscadas.

Jon se encontraba sentado en una mesa, junto al viejo maestre, el Lord Commander y su tío. La reunión había comenzado no hace mucho y Jon les había preguntado sobre el estado de la guardia y la respuesta que obtuvo no fue buena. La guardia se estaba cayendo a pedazos, ya no había tropas suficientes como para que se cumplan todos los deberes de la guardia, además, la guardia solo subsistía a base de regalos del Norte, pues los sureños los tenían olvidados.

"Ya veo…" Dijo Jon cuando termino de escuchar el estado de la guardia por parte del viejo maestre. El viejo maestre se había presentado como Aemon, pero Jon había descubierto algo peculiar gracias a Sam. Y es que el joven ex acolito de la Citadel había tenido en sus manos un libro sobre la lista de maestres que había actualmente y donde estaban estacionados. Mientras transcribía este libro a otro, pues el libro original ya estaba muy desgatado, descubrió que el nombre completo de Aemon era Aemon Targaryen. Si bien saber que había un Targaryen, es decir, un descendiente de los cuarenta aprendices traidores de Edzard frente a él hizo que quisiera matarlo, decidió no hacerlo, pues el anciano estaba a las puertas de la muerte y el Extraño se lo llevaría en cualquier momento.

"Si, me temo que la guardia ya no es lo que solía ser. Pero gracias a tu generoso regalo, podremos hacer que la vida en este lugar sea llevadera por un tiempo." Dijo Jeor para luego beber un poco de cerveza, la cual provenía de uno de los barriles que Jon había traído.

"Asi es, la guardia no suele ver tanta generosidad fuera de los norteños, en especial de la casa Stark." Dijo el maestre con voz suave.

"Es lo mínimo que podía hacer, después de todo, ustedes son los que protegen el reino de los hombres contra lo que hay más allá del muro."

La forma en que Jon mencionó aquello asombró a Jeor y al anciano maestre, pues el joven no se refería a la labor de la guardia con burla, sino con respeto.

"Es refrescante saber que hay aun personas que crean que nuestra misión aun es noble." Dijo el maestre con una sonrisa.

Jon miró al maestre y sintiendo que ya era hora de sacar el gato de la bolsa, por lo que decidió contar la razón por la que vino.

"Tío, sé que eres el primer Ranger, por lo que eres quien más tiempo pasa fuera de Castle Black. ¿Qué has visto más allá del muro?"

Tanto Benjen como Jeor se miraron entre sí, pues la forma en la que Jon habló era seria, muy seria. Viendo como su Lord Commander le asentía, Benjen comenzó a contarle a Jon lo que había visto. "Ha habido reportes de aldeas de salvajes abandonadas en su totalidad. También ha habido tribus que han desaparecido por completo."

Jon miró a su tío y apretando los dientes dijo unas pocas maldiciones. Tras aquello, sacó un papel y se lo entregó al Lord Commander.

"¿Qué es esto, chico?" preguntó Jeor mirando con confusión la hoja.

"Tío Benjen, ¿Te acuerdas de que me preguntaste sobre donde saque el dinero para todo lo que he traído?" preguntó Jon, ganándose un asentimiento de Benjen. "Todo eso fue gracias a unos tesoros que encontré en las Thousand Islands."

Los ojos de los tres presentes se abrieron, pues no se esperaban aquello.

"Las Thousand Islands…. ¿Cómo has llegado hasta ese lugar, joven?" preguntó el maestre Aemon con asombro.

"En mi barco, el «StarWolf»" respondió Jon.

La respuesta sacó una sonrisa más en el anciano, el cual vio algunos paralelismos entre Jon y un gran marinero que tuvo Westeros hace mucho tiempo.

"Parece que estas intentando imitar a Lord Corlys Velaryon." Dijo el maestre, haciendo una clara referencia en que Jon estaba haciendo casi los mismos viajes que «La Serpiente Marina».

Jon sonrió cuando escuchó que lo comparaban con uno de sus héroes, porque si, el admiraba a Corlys Velaryon por el espíritu aventurero que poseía. Lamentablemente, él sabía que solo ese era el único paralelismo que tendría con el legendario marinero, pues a diferencia de él, él no se casaría con una princesa Targaryen.

"Me temo que mis paralelismos con «La serpiente marina» terminan allí. El último lugar de mi gran viaje por mar no es hacia Yi ti, ni ninguna ciudad Libre, no, mi destino final es un lugar al que solo un loco busca ir." Dijo Jon de manera criptica.

La respuesta de Jon hizo que Benjen se estremeciera, pues él sabía que su sobrino iría a Valyria.

"Ya veo, pero ¿qué tiene que ver este papel y lo que hay escrito allí con las Thousand Islands?" preguntó el viejo oso.

"Cuando estuve por allí con mis amigos, descubrimos un mural con unas escrituras. Por fortuna, uno de mis amigos fue acolito en la Citadel, y es una persona muy culta que lee mucho, por lo que pudo descifrar lo que decía allí, pues estaba escrito en alto valyrio." Mintió Jon, pues no quería mencionar nada sobre la magia.

"Asi que algo de Valyria en aquel lugar tan remoto…" Mencionó el viejo maestre con curiosidad. "Lord Commander, podría leer lo que dice allí, por favor."

Jeor miró al maestre y sin demora, comenzó a leer el contenido de la hoja. Cuando terminó de hacerlo, el anciano se había vuelto pálido como la nieve, al igual que Benjen Stark.

"Esto… esto es una profecía, no hay duda de ello." Dijo el maestre mientras sentía que su corazón se sentía apesadumbrado.

"¿Una profecía?" preguntó Jeor con curiosidad.

"Si una profecía que parece que se ha estado cumpliendo desde hace más de trescientos años." Respondió Aemon.

"¿Por qué piensa eso, maestre Aemon?" preguntó Benjen.

"Las dos primeras líneas ya se han cumplido, la primera hace referencia a la Maldición de Valyria, la segunda a la rebelión de Robert." Respondió el maestre con voz dura al mencionar la rebelión de Robert.

Aquellas palabras dejaron en silencio la sala.

"La parte final, la cual habla de los dioses fríos, es una clara referencia a los «Otros»." Dijo Jon, llamando así la atención de los tres hermanos negros.

"¿E-e-estas seguro, Jon?" preguntó Benjen con preocupación, pues su sobrino le había mostrado que podía hacer magia, por lo que, si la magia existía, era obvio que los «Otros» también.

"Mi amigo, el que tradujo eso me lo confirmo." Respondió Jon, para luego mirar al viejo maestre. "¿Qué opina usted, Maestre Aemon?"

El viejo maestre se quedó en silencio unos momentos para luego responder. "Me temo que la referencia es real, pues en algunos textos los «Otros» son llamados Dioses fríos."

El viejo Oso miró a Jon y por fin entendió la razón por la que él, el hijo esquivo de Ned, el «Lobo Errante» como se le llamaba entre los norteños, había venido aquí y no había ido a Winterfell. Levantándose de su silla, el viejo oso miró a Jon y le preguntó con voz clara. "Viniste aquí para mostrarnos esta profecía por qué crees que esas cosas van a volver, ¿verdad?"

"Así es." Respondió Jon con convicción. "Si es verdad que esas cosas van a volver, la guardia es el primer escudo de la humanidad. Si ustedes caen, el mundo seguirá después."

Como una forma de hacer valer su punto, Jon extendió su dedo índice derecho y habló. "Puede que lo que les estoy contando parezca algo mágico o supersticioso, pero la magia está volviendo al mundo. Lord Commander, quiero que lo que le mostrare aquí no salga de esta habitación, no quiero ser molestado por idiotas fanáticos."

El viejo Oso pareció confundido por las palabras de Jon, pero asintió.

Tras aquello, Jon hizo que en la punta de su dedo apareciera una llama de fuego, para luego cambiar a un pequeño relámpago.

La vista de esto hizo que los ojos de Jeor Mormont se abriesen como platos, pues nunca en su vida esperó ver magia real. Al lado del viejo Oso, el anciano maestre se estremeció, pues pese a que no podía ver la magia, si pudo oír el pequeño relámpago. Por lo que, sumando uno más uno, él logró descifrar que ese joven podía usar magia y si la magia estaba volviendo, eso significaba que los «Otros» también podían volver.

El viejo oso volvió a posar su vista en el joven y vio que él tenía el temple y el porte de ser un gran líder, lástima que no se uniría a la guardia. Soltando un suspiro, el viejo oso le entregó la carta a Benjen.

"Stark, llévale esta carta a tu hermano. Dile que su propio hijo la ha traído al muro, que su maestre busque información en la biblioteca de Winterfell, pues aquella biblioteca tiene libros que incluso la Citadel no tiene. Y de ser posible, si es que esta en su capacidad, que nos envíe un poco de ayuda económica. Me temo que será necesario reconstruir partes del castillo y revisar los túneles sellados en los otros castillos para evitar lugares de filtración. Mientras estas en Winterfell, enviare a Ser Wymar Royce a explorar un poco al norte."

Benjen asintió.

"Ser Jon Snow. Se que no es mucho, pero por lo que nos has contado y lo que me has mostrado es prueba más que suficiente para que hacer que me preocupe de que si la magia está regresando al mundo, es posible que ellos también vuelvan. Asi que, mientras yo viva, te prometo hacer lo que pueda para preparar a la guardia para lo que se avecina."

El «StarWolf» se encontraba surcando el mar de los escalofríos con rumbo sur. El barco no tenía ni quince minutos de haber zarpado de Eastwach by the sea, uno de los tres castillos que tenían la Night's watch. Con las manos en el timonel de su barco, Jon se encontraba meditando sobre sus palabras con su tío Benjen. Él se había despedido de su tío el mismo dia en que él estaba viajando hacia Winterfell, con el iban algunos pequeños presentes para sus hermanos y su padre. Estos habían sido llevados por el adrede, ya que sabía que era posible que su tío tuviese que viajar a Winterfell luego de su visita. Durante la charla final que tuvo con su tío, él le pidió permiso para contarle a su padre sobre donde había estado. Tras una larga conversación, Jon le dijo que podía contarle de aquello, pero que debía de mantener lo de la magia en secreto.

Flashback

"Parece que este el adiós, Jon." dijo Benjen con una sonrisa triste en su rostro.

Jon miró a su tío con una sonrisa triste también, antes de hablar. "No tío, no es el adiós, es un simple hasta luego."

El primer Ranger asintió y abrazó a su sobrino, el cual correspondió el abrazo. Cuando ambos se separaron, Jon le entregó dos cosas a su tío, el primero era un anillo de plata y el segundo era un collar, el cual parecía el colmillo de un lobo.

"¿Qué es esto?" preguntó Benjen.

"Son dos regalos. El primero es un anillo encantado, el cual acelera tu tasa de curación. El segundo es un collar, el cual solo tiene una pareja en todo el mundo. Si algún dia mientras estas en una expedición más allá del muro necesitas ayuda, hay una tribu de salvajes que está cerca de donde se unen los colmillos helados con el bosque encantado. Allí en esa tribu hay una mujer que tiene el cabello rubio y ojos grises pálidos. Muéstrale ese collar y ella sabrá qué vas de mi parte, por lo que de seguro te ayudará."

Una sonrisa apareció en el rostro de Benjen, pues vio que su sobrino usaba un tono de voz amable al hablar de aquella mujer. Parecía que su sobrino había encontrado el amor o algo similar en aquella mujer.

"Vale, Jon." dijo Benjen con una sonrisa.

Jon sonrió y sin perder el tiempo, se despidió de su tío, pues tenían destinos diferentes que seguir.

Fin Flashback

Luego de recordar aquella despedida, el joven recordó aquellos paquetes que tenía en su habitación personal. Dichos paquetes le habían sido entregados por el anciano maestre. El cual le había pedido que se quedara un poco tras la charla que tuvieron junto con su tío Benjen y el Lord Commander.

Flashback

Jon miraba al anciano maestre sentado frente a él. Su mirada estaba fija en aquel debilitado cuerpo.

"Gracias por quedarte y aceptar compartir habitación con un anciano al que parece no deseas ver." Dijo Aemon, sorprendiendo a Jon.

"¿Qué quiere decir, maestre?"

"No necesitas mentir, joven. Puede que estos viejos ojos ya no puedan ver, pero mi cuerpo siente tu mirada fija en mí." Respondió Aemon mientras se acomodaba en su silla. "Además, mi ser se siente raro en tu presencia. Siento tristeza y vergüenza al estar cerca de ti, como si yo mismo te hubiese causado una gran afrenta a tu persona."

Las palabras del maestre hicieron pensar a Jon, quien no entendía como era posible que el anciano pudiese sentir algo así solo al estar en su presencia. Una parte de él comenzó a creer que era por lo que su familia le había hecho a los Stark, pero rápidamente descartó aquello, pues aquella afrenta no marcaria el alma de alguien que no había participado en ella. Por lo que, tras pensar un buen rato, finalmente terminó llegando a una conclusión. Aquella conclusión fue que la incomodidad que sentía el anciano era causada por lo que su ancestro hizo, es decir, por la traición que cometió ante su maestro.

'Parece que el anciano está siendo castigado por las fechorías de su ancestro con esas emociones.' Pensó Jon mientras se levantaba.

"Dígame algo, maestre Aemon Targaryen." Dijo Jon, causando sorpresa en el anciano, quien no comprendía como es que Jon sabia su verdadera identidad.

"¿C-como sabes mi nombre completo?"

"Lo mencioné, verdad. Tengo un amigo que fue acolito y mientras estaba en la Citadel, le hicieron transcribir un libro con los nombres de todos los maestres que estaban en activo y su ubicación. Para su gran sorpresa, encontró tu nombre, el nombre de un Targaryen en Westeros. Tras aquello, el simplemente busco tu nombre en los libros de historia y descubrió que eres el hijo del Rey Maekar y su esposa, lady Dyanna Dayne, lo que extrañamente también nos hace parientes en cierto grado."

Los ojos del viejo maestre se llenaron de tristeza cuando escuchó la palabra pariente, pues su mente comenzó a pensar en los últimos miembros de su casa. Volviendo a mirar a Jon con sus ojos ciegos, el anciano maestre decidió pedirle un favor, un favor que deseaba que el joven aceptara.

"Joven Jon, ¿Crees que puedas hacerle un favor a este viejo y moribundo dragón?"

Jon miró al maestre un momento. Una parte de él deseaba negarse, pero otra parte, aquella que rebozaba de sentimentalismo, le dijo que aceptara, pues podría ser la última petición de un anciano. Soltando un suspiro silencioso, Jon respondió.

"Si está en mi poder hacerlo, lo hare."

El anciano maestre sonrió y tomando su bastón, el cual estaba hecho de endrino, se levantó y comenzó a moverse por la habitación. Para gran sorpresa de Jon, el anciano maestre navegaba por la habitación sin golpear nada.

"Joven Jon, puedes venir un momento." Pidió el maestre Aemon desde una de las esquinas de su habitación.

Jon se levantó de su silla y caminando, llegó a donde estaba el maestre. Cuando lo hizo, vio que este estaba cerca de una pared, por lo que, mirándola más detenidamente, pudo ver que uno de los ladrillos estaba puesto allí, sin estar fraguado a la pared.

"Ya veo… quiere que quite ese ladrillo para que saque lo que ha escondido allí, ¿verdad?"

Los ojos del maestre se abrieron con sorpresa al escuchar la pregunta de Jon. Una suave y alegre risa surgió de los labios del maestre, pues este entendió que la percepción de Jon estaba a otro nivel.

"Je, je. Si, joven Jon. necesito que saques los dos paquetes que están allí dentro."

Tras aquellas palabras, Jon se agachó y sin perder tiempo sacó el ladrillo fácilmente y metiendo su mano en el hueco resultante, sacó de allí un cofre. Tras eso, volvió a colocar la piedra, tapando el agujero.

"En ese cofre que has sacado hay dos reliquias de mi casa." Dijo el maestre posando su ciega vista en Jon.

Jon rompió el candado del cofre con facilidad y abriéndolo, vio que dentro había una cama de terciopelo rojo, la cual estaba apolillada. Sobre esta cama había un objeto, el cual era una espada larga de una mano, la cual estaba en una funda de cuero rojo con algunos detalles en oro. Su pomo tenía la forma de una llama dorada con la gurda en forma de alas de dragón dorado, con un gran rubí en su centro. Moviendo su mano derecha, Jon tomó la espada y desenfundándola rápidamente, vio que la hoja era de acero valyrio.

"Una espada de acero Valyrio." Dijo Jon mirando la hoja con curiosidad.

"Asi es, esa es «Dark Sister»."

"La segunda espada que poseía la familia Targaryen." Interrumpió Jon con asombro al sostener un arma tan legendaria como esta en sus manos. Dejando de mirar la espada, Jon miró al anciano maestre. "¿Cómo es que esta espada esta en este lugar?"

"Cuando vine a muro luego de la coronación de mi hermano, me acompaño uno de los cuatro grandes bastardos de Aegon IV, Brynden Rivers. Él era el portador de esta espada y la usó sabiamente hasta que un dia antes de ir a una exploración más allá del muro, vino y me la entrego. No me dijo porque me la daba. Sin embargo, para mi sorpresa también me dio otra cosa. Mueve la tela en la que estaba la espada. Asi podrás ver el segundo objeto."

Jon enfundo la espada y colocándola a un lado, hizo lo que le dijo el viejo maestre, por lo que, sin pensarlo dos veces, levantó la apolillada tela de terciopelo y lo que vio abajo le heló la sangre. Eso se debía a que allí, en medio del cofre había una especie de roca ovoide con un patrón de escamas.

Extendiendo temblorosamente su mano, Jon tocó la piedra y se asombró al sentir que esta estaba caliente al tacto.

"Esta caliente." Dijo Jon, llamando la atención del viejo maestre.

Aemon Targaryen se sorprendió de escuchar aquello, pues pensó que aquel huevo, el cual fue el mismo huevo que Brynden había recuperado del torneo de Whitehall en el 212 AC, ya se había convertido en piedra, y por lo tanto nunca podría eclosionar. Sin embargo, el joven hijo del Guardian del norte le decía que aquel huevo emanaba calor. Aquellas palabras trajeron esperanza de que aquel huevo pudiese eclosionar. Por lo que, acercándose al joven, le dijo su pedido mientras le tocaba el hombro.

"Se que mi casa cometió crímenes contra tu casa, pero como favor a este anciano, ¿podrías llevarle estos dos objetos a mis parientes en Essos?"

El pedido del viejo maestre fue algo que Jon ya se había imaginado que sucedería, pues era lo único que jon sentía que el viejo le pediría. Asi que, mirando al anciano maestre, Jon se detuvo a contemplar sus dos opciones, rechazar el pedido del anciano o aceptarlo…. Tras varios segundos de contemplación, decidió aceptar.

Una gran sonrisa apareció en el rostro del anciano mientras este le agradecía a Jon por el favor.

Fin Flashback

Tras aquello, Jon metió ambos objetos en su bolsa mágica y se despidió del viejo maestre.

'Solo acepte la petición de ese Targaryen porque él era un anciano y por mucho que ese huevo puede ser incubado, la forma en cómo se hacía se perdió cuando Baelor «el Santo» quemó los libros que consideraba herejía. Ahora ese huevo solo será un adorno más."

Los pensamientos de Jon fueron interrumpidos cuando escuchó los pasos de alguien acercarse.

"Jon, ¿A dónde vamos ahora?" preguntó Sam, mirando a su amigo.

"Nos vamos a Lys, pero antes haremos una escala en Pentos. Necesitamos comprar un poco más de provisiones."The Wall 297 C

La luz del sol de la mañana caía sobre la enorme estructura que era el muro, haciendo que esta se viera como una hermosa columna de piedra blanca. En la base de la muralla, se encontraba Castle Black, un pseudo castillo que no contaba con murallas hacia el este, oeste y sur. Este lugar estaba lleno de edificios y torres, las cuales estaban unidos entre sí por pasajes subterráneos. En una de las torres, llamada como «The Lord Commander's Tower», se estaba llevando a cabo una reunión entre tres personas.

En el interior de dicha torre estaba la habitación del lord Commander de la night's watch, y a un lado se encontraba el solar, el cual era el lugar donde se estaba llevando a cabo la reunión. Sentados alrededor de la mesa del lugar estaban el Lord Commander Jeor Mormont, también conocido como «El viejo Oso». Jeor Mormont era un hombre de unos sesenta y nueve años, el cual había perdido gran parte de su cabello, pero mantenía una peluda barba de color blanco. El vestía un atuendo completamente negro al igual que todos los hermanos de su orden.

Al lado de Jeor estaba el maestre de Castle Black, un hombre llamado Aemon, quien en secreto era un miembro de la anterior dinastía reinante de Westeros, es decir, se llamaba Aemon Targaryen y fue el hijo de un rey y el hermano de otro. Él era un hombre que había vivido más de cien años, pues había nacido en el 198 AC, como el tercer hijo del rey Maekar I, él fue enviado a la Citadel para convertirse en maestre. Tras muchos años de estudio, al fin se convirtió en un maestre. Tras servir como maestre durante años, su padre murió, lo que causo un problema en la sucesión, por lo que, tras convocarse un gran consejo, su hermano menor Aegon se convirtió en rey con el nombre de Aegon V. Tras aquello, temiendo ser usado en algún complot contra su amado hermano, el decidió unirse a la Night´s Watch para así mantener a su hermano a salvo. Gracias a sus cien años, el maestre era calvo, arrugado y encogido. Sus ojos estaban ciegos, por lo que eran blancos como la leche.

Al lado del maestre y a su vez al lado de Jeor estaba el primer Ranger, el líder de la orden de los Ranger. Los Rangers eran una orden dentro de la Night's watch la cual se encargaba de la defensa del muro. El nombre del actual primer Ranger era Benjen Stark, el hermano menor de Eddard Stark y por ende el tío de Jon y sus hermanos. El Stark tenía unos treinta años y su rostro tenía facciones afiladas junto con ojos de color azul grisáceo. Su vestimenta al igual que la de sus hermanos de orden, era negra.

"Pareces más sombrío de lo normal, hermano Benjen." Señaló Aemon, pues el tono de voz del primer Ranger estaba algo apagado.

"Me temo que solo es la tristeza de siempre, maestre." respondió Benjen con un poco de tristeza en su voz.

"Por supuesto, la tristeza de no saber nada de un familiar es algo terrible." Dijo Aemon con un toque de compresión en su voz, pues el al igual que Benjen tenía aquella tristeza de no saber sobre sus parientes que vivían en el exilio en Essos. Eso lo mencionaba, porque el, al igual que todo el castillo sabían acerca del sobrino de Benjen, el cual parecía haber reaparecido tras darlo por muerto, solo que aún no había ido a visitar a su familia, lo que le causó preocupación al primer Ranger.

Jeor solo miró a Benjen antes de suspirar, y hablar. "Por mucho que suene un poco mal, deberíamos dejar de hablar de la familia y centrarnos en lo que sucede en el castillo."

Los dos miembros de la orden asistieron, pues por mucha tristeza que sintiesen por sus familiares extraviados, ellos debían de cumplir con su deber.

"Stark, ¿Cómo van los nuevos miembros de los Ranger?" preguntó Jeor, mirando a Benjen.

"Están bien, sobre todo el joven Waymar Royce. Pese a su edad muestra algo de capacidad para el liderazgo, lo único que tiene que aprender es a no ser tan arrogante y tomar los consejos de los más veteranos de la orden."

"Ya veo. Por mucho que quisiera que se le discipline, me temo que hacerlo pueda enfurecer a su padre. Lo que conllevaría que perdamos a uno de los pocos de los amigos que tiene la guardia en el Vale." Dijo Jeor con frustración, pues no le gustaba tener que hacer eso, pero debido al pobre estado en que se encontraba la orden, debía de mantener las pocas amistades que tenía la guardia, ya que de ellos dependía la llegada de suministros hacia el muro.

"La orden está perdiendo miembros, y aliados en el sur con cada año que pasa. Me temo que en menos de una década solo el Norte nos ayudara. El resto de Westeros parece habernos olvidado." Dijo el maestre con un poco de ira y frustración en su voz, sobre todo en la parte final de su discurso.

Los otros dos miembros de la orden solo se quedaron en silencio, pues era la cruel verdad. De todas las regiones de Westeros, solo el Norte se acuerda de ellos, el resto de las regiones y casas no lo hacían.

Viendo a sus compañeros de consejo estar en silencio, Jeor se dispuso a hablar, pero antes de que dijese algo, un cuervo entro por la ventana. Este cuervo tenía ojos pequeños de color negro y grandes alas negras. De hecho, el cuervo era más grande de lo que uno esperaría de su especie. El cuervo comenzó a volar en círculos por la habitación mientras graznaba. "¡Lobo! ¡Estrella! ¡Lobo! ¡Estrella!"

Las palabras del cuervo eran extrañas, pero a la vez eran molestas.

"Esto es extraño. Este cuervo no suele repetir tanto dos palabras al mismo tiempo." Dijo Benjen mientras miraba al cuervo.

"En si el cuervo ya es extraño, hermano Benjen." Señaló el Aemon. "Prefiere los granos a la carne."

El viejo oso se levantó de su silla y buscando en uno de los platós que había cerca, tomó un poco de maíz y con un gruñido extendió los granos en su palma, para de esa manera hacer que el cuervo descienda y coma, lo que haría que se callase. Sin embargo, para su sorpresa, el cuervo no bajó, sino que siguió graznando en el cielo.

"¡Lobo! ¡Estrella! ¡Lobo! ¡Estrella!"

"¡Animal sangriento, deja de graznar!" gritó Jeor una vez que perdió la paciencia.

Tras aquel grito de Jeor, la puerta de la habitación fue abierta por un hermano negro, el cual parecía agitado.

"¡Lord Commander!" gritó el hombre, el cual parecía tener unos treinta años. Su cabello era negro y sus ojos verdes.

"Recupera el aliento primero, Kenneth. Luego dime, ¿Por qué estas tan agitado?"

El hombre llamado Kenneth era un hermano que se había unido recién hace unos meses atrás y había demostrado ser un guerrero más que decente, lo que le valió su ingresó a los Ranger.

"Una gran caravana se acerca desde el sur." respondió Kenneth una vez que recuperó el aliento

"¿Una gran caravana?" preguntó Benjen levantándose de su silla.

"Esto es raro. Los regalos del Norte no suelen llegar hasta dentro de unos dos o tres meses." Señaló Aemon con un poco de confusión.

"Kenneth, quédate con el maestre aquí. Stark, ven conmigo. Veremos que sucede." Ordenó Jeor mientras tomaba su capa para luego tomar una espada larga.

Benjen hizo lo mismo que su Lord Commander y tomando su propia espada, lo siguió, dejando solos a Kenneth con el maestre Aemon.

Ambos hermanos negros recorrieron la distancia que separaba la torre donde estaban con la puerta en menos tiempo del que esperaban. Para cuando llegaron a la puerta, vieron que, en la parte superior de la misma, donde había una pequeña estructura de madera de roble, la cual servía para defenderse de algún ataque del sur y para que los vigías sepan si alguien se acercaba, había un poco de gente.

Sin entender por qué había algunos hermanos allí, los dos lideres de la Night´s Watch entraron en la almena. Al estar en el interior vieron que había unos diez hombres, tres de ellos eran Rangers y los otros siete reclutas en entrenamiento.

"¿Qué hacen aquí algunos reclutas, Ser Alliser?" preguntó Jeor cuando vio al maestro de armas del castillo.

El hombre llamado Alliser Thorne se giró, mostrando que era un hombre de unos cincuenta años con facciones afiladas. El caballero tenía ojos de color ónix que acompañaban una mirada dura. Su cabello era negro con algunas vetas de gris. Vestía un atuendo de color negro impecable con botas lustradas y una capa adornada de piel.

"Lord Commander, Primer Ranger." respondió Thorne con voz dura.

"Responde a mi pregunta, Thorne."

"Traje a los reclutas para que ayuden en caso de que sea necesario."

Tanto Benjen como Jeor no le creyeron al caballero, pero decidieron no decir nada. Por lo que, caminando hacia la apertura en las almenas, vieron lo que había fuera de sus puertas. La gran caravana que se encontraba a sus puertas estaba compuesta por unos cincuenta carromatos, todos tirados por un caballo cada uno. Sin embargo, de todos los carromatos, solo uno tenía un conductor y ese era el que estaba primero.

'¿Cómo es que puede guiar a cincuenta carromatos sin ayuda?' se preguntó Jeor, pues se le hacía imposible de pensar aquel conductor estuviese solo. Mirando más de cerca, vio que realmente estaba solo y que no había ninguna persona más por allí.

Mientras Jeor seguia pensando en cómo un hombre podía guiar cincuenta carromatos en solitario, Benjen miraba al conductor con sospecha, pues no podía verle la cara. No es que fuese por que estuviese lejos, sino que fue porque este iba con una capucha. La vestimenta de este hombre era sencilla, pues vestía pantalones de lana negros con botas de cuero del mismo color. Usaba una túnica de color marrón con un cinturón donde había una daga enfundada. Llevaba una capa de piel de oso pardo, junto con una capucha de piel, la cual era la causa de que su rostro no fuese visible.

"¡Extraño, ¿Qué te trae a Castle Black?!" gritó Jeor.

La persona que estaba sentado en el carromato, se llevó una mano a su boca y tras hacer un silbido agudo y largo, decidió responder.

"¡Solo soy un viajero que está aquí para visitar a un familiar!" respondió el extraño, demostrando que era un joven, pues su voz no era muy gruesa.

Jeor y Benjen se miraron tras la respuesta del joven.

"¡¿Quién es tu pariente?!" gritó Benjen mirando al joven.

El joven no respondió de inmediato, sino que se quedó quieto hasta que una mancha blanca comenzó a acercarse al carromato. Los caballos que tiraban de los carromatos parecieron agitarse un poco, pero ninguno de ellos salió galopando.

Los ojos de Benjen comenzaron a abrirse como platos al ver la bestia blanca que se acercaba al joven, pues era un lobo de gran tamaño. Con cada metro que se acerba, el primer Ranger sentía que su respiración se acortaba. Finalmente, cuando el lobo se detuvo al lado del joven, este se bajó la capucha, mostrándole a Benjen un rostro muy parecido al de su hermano Ned, pero con la diferencia de que este joven era mucho, pero mucho más guapo que su hermano. Si bien el lobo era más que prueba para confirmar la identidad del joven, fueron aquellos ojos de color purpura los que terminaron de hacer que el supiese su identidad.

"Jon…" susurró Benjen, siendo oído por Jeor.

El viejo Oso abrió los ojos como platos, pues no se esperaba ver al hijo prodigo de Eddard Stark aquí.

"Ha pasado un tiempo, ¿verdad, Tío Benjen?" preguntó Jon con una sonrisa en su rostro.

El Lord Commander de la Night's Watch miraba desde el balcón de su torre como los hermanos que vivían en Castle Black se movían de un lugar a otro, transportando todo lo que había en la caravana.

"Marsh, ¿Qué es lo que el sobrino de Benjen Stark nos ha traído?" preguntó el Jeor dejando de mirar el patio del castillo y comenzando a mirar al mencionado Marsh.

El nombre completo de este hombre era Bowen Marsh y era un hombre redondo que parecía una granada. Este hombre se desempeñada como el Lord Steward de la Night's Watch, por lo tanto, era el encargado de la orden de los Steward, quienes eran los encargados de funciones vitales para la orden, tales como la obtención de suministros.

"Muchas cosas, Lord Commander." Respondió Marsh.

El viejo Oso miró al Steward con una mirada que le indicaba que sea más detallado con la información.

La mirada del viejo Oso hizo que Bowen se estremeciera un poco, pero pese a eso, el decidió responder. "Para ser más exactos, nos ha traído quince carromatos llenos a mas no poder de hierro de muy buena calidad. La cantidad es lo suficiente como para que todos los miembros del castillo tengan dos juegos de armaduras de placas de acero completas con sus respectivas armas. Pero si se usase en cotas de malla, eso haría que toda la orden pueda tener nuevas armaduras."

Los ojos del viejo Oso se abrieron con sorpresa, pues no se esperaba tal cantidad de hierro en solo quince carromatos.

"Aparte de eso, diez carromatos están llenos hasta arriba de barracas de vino y cerveza, suficiente como para abastecernos por unos tres meses si es que nos emborrachamos sin parar."

Una sonrisa apareció en el rostro del viejo Oso al oír aquello, sería bueno para él y para todos los de la orden beber un poco de buena cerveza o vino cada cierto tiempo para hacer mejor y más llevadera su vida por aquí.

"El resto de los carromatos estaba llenos de carnes y pescados en salazón, junto con bastantes sacos de harina de trigo y unos pocos sacos de verduras variadas."

Si la sonrisa del viejo oso antes era grande, ahora era gigantesca, pues ahora podía comer algo bueno.

"Como acotación final, nos quedaremos con todos los carromatos y casi todos los caballos, pues el sobrino del Primer Ranger usara uno para viajar a Eastwatch, donde dejara ese caballo." Con aquellas palabras Bowen Marsh terminó de decirle al viejo Oso lo que había traído Jon Snow.

Jeor miró a su hermano y asintió, para luego caminar hacia una silla a sentarse, pues aún faltaban un par de horas para que se reúna con el joven Snow.

Mientras Jeor Mormont recibía la información sobre lo que Jon había traído, en una habitación separada, tío y sobrino estaban teniendo una conversación. Cuando el hermano menor de Ned Stark vio que el joven que estaba parado fuera con una caravana de carromatos era su sobrino prodigo, ordenó que se abrieran las puertas. Cuando la caravana ingresó, él y Jon se dieron un fuerte abrazo cuando este bajó del carromato. Tras aquello, Jon se presentó ante el Lord Commander y le dijo que lo que había en la caravana era un regalo para la guardia.

Tras aquello, Benjen le solicito a su Lord Commander un lugar para charlar con su sobrino. El viejo oso había aceptado, pero luego le mencionó que también quería hablar con Jon, algo a lo que el joven estuvo de acuerdo, pues él también quería hablar con el de algo.

Ambos miembros de la casa Stark se encontraban sentados, mirándose uno al otro.

Jon se encontraba mirando a su tío en una habitación del Castle Black. Él había decidido venir a este lugar solo, por lo que sus amigos estaban en Eastwatch, esperándolo en el «StarWolf». Cuando mencionó que tenía la intención de venir a este lugar, todos ellos le preguntaron la razón, por la que les contó la visión que tuvo.

Flashback

La tripulación del «StarWolf» estaba reunida en la habitación de navegación, teniendo una discusión. La causa de esta, el deseo de Jon de ir a Castle Black para hablar con el Lord Commander y con su tío, para confirmar algunas cosas.

"¡No puedes estar hablando en serio, Jon!" gritó Grenn. "¡¿Quieres ir al mismo sitio donde te traicionaron y te apuñalaron?!"

"¡Grenn tiene razón, Jon! ¡No importa si viste una visión de algo marchando a ese lugar, esa no es razón para que vayas!" gritó Pyp.

Jon, junto con Edd y Sam eran los únicos que estaban en silencio.

"Grenn, Pyp, sé que están molestos, pero es algo que tengo que hacer." Dijo Jon con voz dura, la cual causó que un escalofrío recorriera los cuerpos de los mencionados.

"Jon tiene razón, pero primero calmémonos." Dijo Samwell, tratando de mediar para que la pelea no escale en intensidad.

"Sam tiene razón, debemos de calmarnos y pensar esto con la cabeza fría. No podemos dejar que las visiones de lo que vimos que sería un posible futuro nos haga perder de vista los objetivos generales de la razón por la que comenzamos esta charla." Dijo Edd, sonando como una persona madura y seria.

Grenn y Pyp dejaron de mirar a Jon y miraron a Edd con sorpresa, pues no se esperaban que el hablase de aquella manera tan calmada y seria.

Tras aquellas palabras, el ambiente se calmó lo suficiente como para que todos pudiesen hablar tranquilamente.

"Entonces, Sam. ¿Qué has logrado descubrir de aquellas palabas que te dije?" preguntó Jon, mirando a su amigo.

"Es una profecía, Jon. Una profecía que contiene varios eventos históricos que ya han sucedido." Respondió Sam, mirando el papel en el que él había escrito lo que Jon le había dicho sobre aquellas palabras que escuchó en esa visión. "«Cuando el imperio de los dragones caiga por su ambición», esto es una clara referencia al Imperio Valyrio y sobre todo a la Maldición que sufrió. La siguiente frase, «cuando la dinastía de los dragones pierda su trono», esto obviamente hace referencia a la rebelión de Robert, el momento en que los Targaryen perdieron el trono. Lo que le sigue, «cuando el ciervo muera y una estrella sangrante surque el cielo», esto me temo que podría ser algo que pasara en el futuro, cuando el Rey Robert muera o tal vez algún familiar de él. Lo que le sigue, «cuando cinco coronas se disputen en ríos de sangre», bueno eso es un claro indicio de que habrá una guerra de sucesión o tal vez una guerra de independencia. Y finalmente, «es cuando los dioses fríos vuelven y el destino de la humanidad recae en el último aprendiz del último hijo del Señor de los dragones», esto no sabría cómo interpretarlo, bueno, eso no es del todo cierto, lo de los dioses fríos, eso es una referencia usada hace muchos años para los «Otros», ya sabes los enemigos por lo que se supone que se construyó la muralla al norte."

"Asi que, para saber sobre estos dioses fríos sería necesario ir a buscar información en el Wall, ¿verdad?" preguntó Jon.

Sam asintió, pues era la verdad.

"Pero ¿no se supone que los «Otros» son cuentos para asustar a los niños?" preguntó Pyp con un poco de miedo, pues en las historias que escuchó de esos seres eran aterradoras.

"De verdad vas a negar su existencia tras lo que vimos en esa torre flotante." Mencionó Jon.

"Je, je, je. Bueno, si lo vemos de esa manera, entonces esas cosas si deben de ser reales." Dijo Pyp con una sonrisa incomoda mientras se rascaba la nuca.

"No entiendo, por qué debemos preocuparnos por esto ahora." Comentó Grenn. "Digo, podemos dejarlo para luego, ya saben cuándo terminemos con el encargo de Edzard."

Pyp asintió, pues no quería poner un pie en el muro, pues no había persona lo suficientemente cuerda como para ir al lugar donde sabes que moriste en un futuro alterno.

"Tengo que ir. Si bien es cierto que esto puede que pase en el futuro, es mejor dejarles el aviso, e incluso dejarles algunas provisiones, ya que de esa manera en caso de esto suceda en el futuro cercano, ellos estarán preparados para luchar y evitar que esas cosas lleguen al sur." dijo Jon.

Fin Flashback

Tras aquello, se dirigieron a Braavos, donde compraron una gran cantidad de provisiones, esto se hizo con parte de la fortuna que encontraron en la torre, pues cuando estaban por salir, Pyp encontró otra puerta secreta, donde encontraron pilas de oro joyas y diversas cosas de mucho valor. Tomando todo en sus bolsas encantadas, se retiraron del lugar con un gran botín. Casi la totalidad del botín fue repartido entre todos, los cuales decidieron depositar una gran parte, quedándose con un poco para uso propio, mientras que la parte no repartida se usó para comprar dos galeras para llevar los caballos y los carromatos en los que se llevarían las provisiones para la Night's Watch. Las dos galeras también fueron regaladas a la orden.

Los pensamientos de Jon fueron interrumpidos cuando su tío le hizo una pregunta.

"Lo siento, tío Benjen. Pero no te escuche, ¿Qué me preguntaste?"

El primer Ranger miró a su sobrino y soltando un suspiro volvió a preguntar. "¿Dónde obtuviste el dinero para comprar todo lo que regalaste a la Orden, Jon?

Jon miró a su tío y poniendo una sonrisa, respondió. "Lo obtuve en mis viajes."

Benjen levantó una ceja, pues esperaba que Jon le respondiera con un poco de más información.

"Dime algo, tío. ¿Has estado en Winterfell recientemente?"

"Si, fui poco después del Dia del Nombre de Robb."

"Ya veo… ¿Le gusto mi regalo?" preguntó Jon con curiosidad.

"Ja, ¿gustarle? No, le ha encantado. Ha llamado a esa espada como «Frost»." Respondió Benjen con una sonrisa al recordar como su sobrino le mostró la espada, la cual era una verdadera belleza.

"Bien, eso es bueno."

"Por cierto, Jon. ¿Por qué no has vuelto a Winterfell?" preguntó Benjen de manera seria.

Jon miró a su tío y sintió un poco de pena, pues los ojos de su tío mostraban tristeza.

"Aun no es el tiempo para que vuelva." Respondió Jon con tristeza.

El primer Ranger miró a su sobrino y sintió lastima, pues vio que el realmente estaba triste por aquello.

"¿Por qué no puedes volver, Jon? ¿Por Catelyn?" preguntó Benjen.

"No, no. Es por otra razón." Respondió rápidamente Jon, pues su tío mencionó el nombre de la esposa de su hermano con un tono de voz muy frio.

"¿Cuál?"

Jon miró a su tío y soltó un suspiro. "Está bien, tío, te lo diré…. Pero Júrame por los nuevos y los antiguos dioses que no le contaras de esto a nadie."

Benjen miró con preocupación a su sobrino, pues parecía que algo grave estaba pensando. Pensándolo unos minutos, el hermano menor de Ned asintió.

Al ver que su tío había aceptado, Jon comenzó a contarle su misión y donde había estado, quien lo había criado.

"Valyria…" Dijo Benjen mientras se llevaba la mano a la frente, pues lo que acababa de contar su sobrino lo había dejado en shock, pues no sabía que pensar. Su sobrino había estado viviendo más allá del Muro, es decir, había estado en las tierras a las que el solía ir a combatir a los salvajes. Si bien eso era asombroso, lo realmente increíble era que su sobrino podía usar magia. Inicialmente él no le había creído, pero al final Jon le había demostrado que, si podía hacer magia, para ello usó un hechizo en su lobo huargo. Dicho hechizo hizo que el lobo dejase de ser tan grande para pasar a tener el tamaño de un cachorro.

"Si, el lugar al cual deberá ir al final de este viaje es uno de los lugares más peligrosos de este mundo."

"Una parte de mi quiere gritarte que no lo hagas, pero, otra parte de mí, la que ha visto cosas más allá del muro, me dice que no lo haga, que lo que tú haces salvara el mundo de monstruos." Dijo Benjen, estremeciéndose con sus últimas palabras.

Jon sintió curiosidad al escuchar a su tío mencionar que había visto cosas más allá del muro. Que cosas, él no lo sabía, pero sea lo que sea, era algo que había hecho que un Ranger veterano como él se estremeciese. Desafortunadamente, cuando intentó preguntarle, la puerta fue abierta y un hermano negro les dijo que el viejo Oso quería hablar con Jon en las cámaras del Maestre.

Levantándose de su silla, Jon asintió y le dijo a su tío que le acompañase, pues como primer Ranger, él también tenía que escuchar aquello.

La habitación del viejo maestre estaba debajo de la colonia de cuervos, por lo que tenía un sutil aroma al excremento de estos. Si bien dicho aroma no molestaba a tres de los presentes, el cuarto de ellos estaba que se sentía incomodo por aquello.

'Como hay días en que odio tener sentidos mejorados.' Pensó Jon, pues había momentos en que deseaba no tener sentidos tan mejorados, sobre todo el olfato y la audición. Esto se debía a que momentos que su nariz captaba olores desagradables con más intensidad que otros. Sus oídos a veces le causaban problemas, sobre todo cuando pasaba cerca de burdeles. Pero aparte de aquellas ocasiones, tener sentidos mejorados era algo bueno, pues con ello evitaba emboscadas.

Jon se encontraba sentado en una mesa, junto al viejo maestre, el Lord Commander y su tío. La reunión había comenzado no hace mucho y Jon les había preguntado sobre el estado de la guardia y la respuesta que obtuvo no fue buena. La guardia se estaba cayendo a pedazos, ya no había tropas suficientes como para que se cumplan todos los deberes de la guardia, además, la guardia solo subsistía a base de regalos del Norte, pues los sureños los tenían olvidados.

"Ya veo…" Dijo Jon cuando termino de escuchar el estado de la guardia por parte del viejo maestre. El viejo maestre se había presentado como Aemon, pero Jon había descubierto algo peculiar gracias a Sam. Y es que el joven ex acolito de la Citadel había tenido en sus manos un libro sobre la lista de maestres que había actualmente y donde estaban estacionados. Mientras transcribía este libro a otro, pues el libro original ya estaba muy desgatado, descubrió que el nombre completo de Aemon era Aemon Targaryen. Si bien saber que había un Targaryen, es decir, un descendiente de los cuarenta aprendices traidores de Edzard frente a él hizo que quisiera matarlo, decidió no hacerlo, pues el anciano estaba a las puertas de la muerte y el Extraño se lo llevaría en cualquier momento.

"Si, me temo que la guardia ya no es lo que solía ser. Pero gracias a tu generoso regalo, podremos hacer que la vida en este lugar sea llevadera por un tiempo." Dijo Jeor para luego beber un poco de cerveza, la cual provenía de uno de los barriles que Jon había traído.

"Asi es, la guardia no suele ver tanta generosidad fuera de los norteños, en especial de la casa Stark." Dijo el maestre con voz suave.

"Es lo mínimo que podía hacer, después de todo, ustedes son los que protegen el reino de los hombres contra lo que hay más allá del muro."

La forma en que Jon mencionó aquello asombró a Jeor y al anciano maestre, pues el joven no se refería a la labor de la guardia con burla, sino con respeto.

"Es refrescante saber que hay aun personas que crean que nuestra misión aun es noble." Dijo el maestre con una sonrisa.

Jon miró al maestre y sintiendo que ya era hora de sacar el gato de la bolsa, por lo que decidió contar la razón por la que vino.

"Tío, sé que eres el primer Ranger, por lo que eres quien más tiempo pasa fuera de Castle Black. ¿Qué has visto más allá del muro?"

Tanto Benjen como Jeor se miraron entre sí, pues la forma en la que Jon habló era seria, muy seria. Viendo como su Lord Commander le asentía, Benjen comenzó a contarle a Jon lo que había visto. "Ha habido reportes de aldeas de salvajes abandonadas en su totalidad. También ha habido tribus que han desaparecido por completo."

Jon miró a su tío y apretando los dientes dijo unas pocas maldiciones. Tras aquello, sacó un papel y se lo entregó al Lord Commander.

"¿Qué es esto, chico?" preguntó Jeor mirando con confusión la hoja.

"Tío Benjen, ¿Te acuerdas de que me preguntaste sobre donde saque el dinero para todo lo que he traído?" preguntó Jon, ganándose un asentimiento de Benjen. "Todo eso fue gracias a unos tesoros que encontré en las Thousand Islands."

Los ojos de los tres presentes se abrieron, pues no se esperaban aquello.

"Las Thousand Islands…. ¿Cómo has llegado hasta ese lugar, joven?" preguntó el maestre Aemon con asombro.

"En mi barco, el «StarWolf»" respondió Jon.

La respuesta sacó una sonrisa más en el anciano, el cual vio algunos paralelismos entre Jon y un gran marinero que tuvo Westeros hace mucho tiempo.

"Parece que estas intentando imitar a Lord Corlys Velaryon." Dijo el maestre, haciendo una clara referencia en que Jon estaba haciendo casi los mismos viajes que «La Serpiente Marina».

Jon sonrió cuando escuchó que lo comparaban con uno de sus héroes, porque si, el admiraba a Corlys Velaryon por el espíritu aventurero que poseía. Lamentablemente, él sabía que solo ese era el único paralelismo que tendría con el legendario marinero, pues a diferencia de él, él no se casaría con una princesa Targaryen.

"Me temo que mis paralelismos con «La serpiente marina» terminan allí. El último lugar de mi gran viaje por mar no es hacia Yi ti, ni ninguna ciudad Libre, no, mi destino final es un lugar al que solo un loco busca ir." Dijo Jon de manera criptica.

La respuesta de Jon hizo que Benjen se estremeciera, pues él sabía que su sobrino iría a Valyria.

"Ya veo, pero ¿qué tiene que ver este papel y lo que hay escrito allí con las Thousand Islands?" preguntó el viejo oso.

"Cuando estuve por allí con mis amigos, descubrimos un mural con unas escrituras. Por fortuna, uno de mis amigos fue acolito en la Citadel, y es una persona muy culta que lee mucho, por lo que pudo descifrar lo que decía allí, pues estaba escrito en alto valyrio." Mintió Jon, pues no quería mencionar nada sobre la magia.

"Asi que algo de Valyria en aquel lugar tan remoto…" Mencionó el viejo maestre con curiosidad. "Lord Commander, podría leer lo que dice allí, por favor."

Jeor miró al maestre y sin demora, comenzó a leer el contenido de la hoja. Cuando terminó de hacerlo, el anciano se había vuelto pálido como la nieve, al igual que Benjen Stark.

"Esto… esto es una profecía, no hay duda de ello." Dijo el maestre mientras sentía que su corazón se sentía apesadumbrado.

"¿Una profecía?" preguntó Jeor con curiosidad.

"Si una profecía que parece que se ha estado cumpliendo desde hace más de trescientos años." Respondió Aemon.

"¿Por qué piensa eso, maestre Aemon?" preguntó Benjen.

"Las dos primeras líneas ya se han cumplido, la primera hace referencia a la Maldición de Valyria, la segunda a la rebelión de Robert." Respondió el maestre con voz dura al mencionar la rebelión de Robert.

Aquellas palabras dejaron en silencio la sala.

"La parte final, la cual habla de los dioses fríos, es una clara referencia a los «Otros»." Dijo Jon, llamando así la atención de los tres hermanos negros.

"¿E-e-estas seguro, Jon?" preguntó Benjen con preocupación, pues su sobrino le había mostrado que podía hacer magia, por lo que, si la magia existía, era obvio que los «Otros» también.

"Mi amigo, el que tradujo eso me lo confirmo." Respondió Jon, para luego mirar al viejo maestre. "¿Qué opina usted, Maestre Aemon?"

El viejo maestre se quedó en silencio unos momentos para luego responder. "Me temo que la referencia es real, pues en algunos textos los «Otros» son llamados Dioses fríos."

El viejo Oso miró a Jon y por fin entendió la razón por la que él, el hijo esquivo de Ned, el «Lobo Errante» como se le llamaba entre los norteños, había venido aquí y no había ido a Winterfell. Levantándose de su silla, el viejo oso miró a Jon y le preguntó con voz clara. "Viniste aquí para mostrarnos esta profecía por qué crees que esas cosas van a volver, ¿verdad?"

"Así es." Respondió Jon con convicción. "Si es verdad que esas cosas van a volver, la guardia es el primer escudo de la humanidad. Si ustedes caen, el mundo seguirá después."

Como una forma de hacer valer su punto, Jon extendió su dedo índice derecho y habló. "Puede que lo que les estoy contando parezca algo mágico o supersticioso, pero la magia está volviendo al mundo. Lord Commander, quiero que lo que le mostrare aquí no salga de esta habitación, no quiero ser molestado por idiotas fanáticos."

El viejo Oso pareció confundido por las palabras de Jon, pero asintió.

Tras aquello, Jon hizo que en la punta de su dedo apareciera una llama de fuego, para luego cambiar a un pequeño relámpago.

La vista de esto hizo que los ojos de Jeor Mormont se abriesen como platos, pues nunca en su vida esperó ver magia real. Al lado del viejo Oso, el anciano maestre se estremeció, pues pese a que no podía ver la magia, si pudo oír el pequeño relámpago. Por lo que, sumando uno más uno, él logró descifrar que ese joven podía usar magia y si la magia estaba volviendo, eso significaba que los «Otros» también podían volver.

El viejo oso volvió a posar su vista en el joven y vio que él tenía el temple y el porte de ser un gran líder, lástima que no se uniría a la guardia. Soltando un suspiro, el viejo oso le entregó la carta a Benjen.

"Stark, llévale esta carta a tu hermano. Dile que su propio hijo la ha traído al muro, que su maestre busque información en la biblioteca de Winterfell, pues aquella biblioteca tiene libros que incluso la Citadel no tiene. Y de ser posible, si es que esta en su capacidad, que nos envíe un poco de ayuda económica. Me temo que será necesario reconstruir partes del castillo y revisar los túneles sellados en los otros castillos para evitar lugares de filtración. Mientras estas en Winterfell, enviare a Ser Wymar Royce a explorar un poco al norte."

Benjen asintió.

"Ser Jon Snow. Se que no es mucho, pero por lo que nos has contado y lo que me has mostrado es prueba más que suficiente para que hacer que me preocupe de que si la magia está regresando al mundo, es posible que ellos también vuelvan. Asi que, mientras yo viva, te prometo hacer lo que pueda para preparar a la guardia para lo que se avecina."

El «StarWolf» se encontraba surcando el mar de los escalofríos con rumbo sur. El barco no tenía ni quince minutos de haber zarpado de Eastwach by the sea, uno de los tres castillos que tenían la Night's watch. Con las manos en el timonel de su barco, Jon se encontraba meditando sobre sus palabras con su tío Benjen. Él se había despedido de su tío el mismo dia en que él estaba viajando hacia Winterfell, con el iban algunos pequeños presentes para sus hermanos y su padre. Estos habían sido llevados por el adrede, ya que sabía que era posible que su tío tuviese que viajar a Winterfell luego de su visita. Durante la charla final que tuvo con su tío, él le pidió permiso para contarle a su padre sobre donde había estado. Tras una larga conversación, Jon le dijo que podía contarle de aquello, pero que debía de mantener lo de la magia en secreto.

Flashback

"Parece que este el adiós, Jon." dijo Benjen con una sonrisa triste en su rostro.

Jon miró a su tío con una sonrisa triste también, antes de hablar. "No tío, no es el adiós, es un simple hasta luego."

El primer Ranger asintió y abrazó a su sobrino, el cual correspondió el abrazo. Cuando ambos se separaron, Jon le entregó dos cosas a su tío, el primero era un anillo de plata y el segundo era un collar, el cual parecía el colmillo de un lobo.

"¿Qué es esto?" preguntó Benjen.

"Son dos regalos. El primero es un anillo encantado, el cual acelera tu tasa de curación. El segundo es un collar, el cual solo tiene una pareja en todo el mundo. Si algún dia mientras estas en una expedición más allá del muro necesitas ayuda, hay una tribu de salvajes que está cerca de donde se unen los colmillos helados con el bosque encantado. Allí en esa tribu hay una mujer que tiene el cabello rubio y ojos grises pálidos. Muéstrale ese collar y ella sabrá qué vas de mi parte, por lo que de seguro te ayudará."

Una sonrisa apareció en el rostro de Benjen, pues vio que su sobrino usaba un tono de voz amable al hablar de aquella mujer. Parecía que su sobrino había encontrado el amor o algo similar en aquella mujer.

"Vale, Jon." dijo Benjen con una sonrisa.

Jon sonrió y sin perder el tiempo, se despidió de su tío, pues tenían destinos diferentes que seguir.

Fin Flashback

Luego de recordar aquella despedida, el joven recordó aquellos paquetes que tenía en su habitación personal. Dichos paquetes le habían sido entregados por el anciano maestre. El cual le había pedido que se quedara un poco tras la charla que tuvieron junto con su tío Benjen y el Lord Commander.

Flashback

Jon miraba al anciano maestre sentado frente a él. Su mirada estaba fija en aquel debilitado cuerpo.

"Gracias por quedarte y aceptar compartir habitación con un anciano al que parece no deseas ver." Dijo Aemon, sorprendiendo a Jon.

"¿Qué quiere decir, maestre?"

"No necesitas mentir, joven. Puede que estos viejos ojos ya no puedan ver, pero mi cuerpo siente tu mirada fija en mí." Respondió Aemon mientras se acomodaba en su silla. "Además, mi ser se siente raro en tu presencia. Siento tristeza y vergüenza al estar cerca de ti, como si yo mismo te hubiese causado una gran afrenta a tu persona."

Las palabras del maestre hicieron pensar a Jon, quien no entendía como era posible que el anciano pudiese sentir algo así solo al estar en su presencia. Una parte de él comenzó a creer que era por lo que su familia le había hecho a los Stark, pero rápidamente descartó aquello, pues aquella afrenta no marcaria el alma de alguien que no había participado en ella. Por lo que, tras pensar un buen rato, finalmente terminó llegando a una conclusión. Aquella conclusión fue que la incomodidad que sentía el anciano era causada por lo que su ancestro hizo, es decir, por la traición que cometió ante su maestro.

'Parece que el anciano está siendo castigado por las fechorías de su ancestro con esas emociones.' Pensó Jon mientras se levantaba.

"Dígame algo, maestre Aemon Targaryen." Dijo Jon, causando sorpresa en el anciano, quien no comprendía como es que Jon sabia su verdadera identidad.

"¿C-como sabes mi nombre completo?"

"Lo mencioné, verdad. Tengo un amigo que fue acolito y mientras estaba en la Citadel, le hicieron transcribir un libro con los nombres de todos los maestres que estaban en activo y su ubicación. Para su gran sorpresa, encontró tu nombre, el nombre de un Targaryen en Westeros. Tras aquello, el simplemente busco tu nombre en los libros de historia y descubrió que eres el hijo del Rey Maekar y su esposa, lady Dyanna Dayne, lo que extrañamente también nos hace parientes en cierto grado."

Los ojos del viejo maestre se llenaron de tristeza cuando escuchó la palabra pariente, pues su mente comenzó a pensar en los últimos miembros de su casa. Volviendo a mirar a Jon con sus ojos ciegos, el anciano maestre decidió pedirle un favor, un favor que deseaba que el joven aceptara.

"Joven Jon, ¿Crees que puedas hacerle un favor a este viejo y moribundo dragón?"

Jon miró al maestre un momento. Una parte de él deseaba negarse, pero otra parte, aquella que rebozaba de sentimentalismo, le dijo que aceptara, pues podría ser la última petición de un anciano. Soltando un suspiro silencioso, Jon respondió.

"Si está en mi poder hacerlo, lo hare."

El anciano maestre sonrió y tomando su bastón, el cual estaba hecho de endrino, se levantó y comenzó a moverse por la habitación. Para gran sorpresa de Jon, el anciano maestre navegaba por la habitación sin golpear nada.

"Joven Jon, puedes venir un momento." Pidió el maestre Aemon desde una de las esquinas de su habitación.

Jon se levantó de su silla y caminando, llegó a donde estaba el maestre. Cuando lo hizo, vio que este estaba cerca de una pared, por lo que, mirándola más detenidamente, pudo ver que uno de los ladrillos estaba puesto allí, sin estar fraguado a la pared.

"Ya veo… quiere que quite ese ladrillo para que saque lo que ha escondido allí, ¿verdad?"

Los ojos del maestre se abrieron con sorpresa al escuchar la pregunta de Jon. Una suave y alegre risa surgió de los labios del maestre, pues este entendió que la percepción de Jon estaba a otro nivel.

"Je, je. Si, joven Jon. necesito que saques los dos paquetes que están allí dentro."

Tras aquellas palabras, Jon se agachó y sin perder tiempo sacó el ladrillo fácilmente y metiendo su mano en el hueco resultante, sacó de allí un cofre. Tras eso, volvió a colocar la piedra, tapando el agujero.

"En ese cofre que has sacado hay dos reliquias de mi casa." Dijo el maestre posando su ciega vista en Jon.

Jon rompió el candado del cofre con facilidad y abriéndolo, vio que dentro había una cama de terciopelo rojo, la cual estaba apolillada. Sobre esta cama había un objeto, el cual era una espada larga de una mano, la cual estaba en una funda de cuero rojo con algunos detalles en oro. Su pomo tenía la forma de una llama dorada con la gurda en forma de alas de dragón dorado, con un gran rubí en su centro. Moviendo su mano derecha, Jon tomó la espada y desenfundándola rápidamente, vio que la hoja era de acero valyrio.

"Una espada de acero Valyrio." Dijo Jon mirando la hoja con curiosidad.

"Asi es, esa es «Dark Sister»."

"La segunda espada que poseía la familia Targaryen." Interrumpió Jon con asombro al sostener un arma tan legendaria como esta en sus manos. Dejando de mirar la espada, Jon miró al anciano maestre. "¿Cómo es que esta espada esta en este lugar?"

"Cuando vine a muro luego de la coronación de mi hermano, me acompaño uno de los cuatro grandes bastardos de Aegon IV, Brynden Rivers. Él era el portador de esta espada y la usó sabiamente hasta que un dia antes de ir a una exploración más allá del muro, vino y me la entrego. No me dijo porque me la daba. Sin embargo, para mi sorpresa también me dio otra cosa. Mueve la tela en la que estaba la espada. Asi podrás ver el segundo objeto."

Jon enfundo la espada y colocándola a un lado, hizo lo que le dijo el viejo maestre, por lo que, sin pensarlo dos veces, levantó la apolillada tela de terciopelo y lo que vio abajo le heló la sangre. Eso se debía a que allí, en medio del cofre había una especie de roca ovoide con un patrón de escamas.

Extendiendo temblorosamente su mano, Jon tocó la piedra y se asombró al sentir que esta estaba caliente al tacto.

"Esta caliente." Dijo Jon, llamando la atención del viejo maestre.

Aemon Targaryen se sorprendió de escuchar aquello, pues pensó que aquel huevo, el cual fue el mismo huevo que Brynden había recuperado del torneo de Whitehall en el 212 AC, ya se había convertido en piedra, y por lo tanto nunca podría eclosionar. Sin embargo, el joven hijo del Guardian del norte le decía que aquel huevo emanaba calor. Aquellas palabras trajeron esperanza de que aquel huevo pudiese eclosionar. Por lo que, acercándose al joven, le dijo su pedido mientras le tocaba el hombro.

"Se que mi casa cometió crímenes contra tu casa, pero como favor a este anciano, ¿podrías llevarle estos dos objetos a mis parientes en Essos?"

El pedido del viejo maestre fue algo que Jon ya se había imaginado que sucedería, pues era lo único que jon sentía que el viejo le pediría. Asi que, mirando al anciano maestre, Jon se detuvo a contemplar sus dos opciones, rechazar el pedido del anciano o aceptarlo…. Tras varios segundos de contemplación, decidió aceptar.

Una gran sonrisa apareció en el rostro del anciano mientras este le agradecía a Jon por el favor.

Fin Flashback

Tras aquello, Jon metió ambos objetos en su bolsa mágica y se despidió del viejo maestre.

'Solo acepte la petición de ese Targaryen porque él era un anciano y por mucho que ese huevo puede ser incubado, la forma en cómo se hacía se perdió cuando Baelor «el Santo» quemó los libros que consideraba herejía. Ahora ese huevo solo será un adorno más."

Los pensamientos de Jon fueron interrumpidos cuando escuchó los pasos de alguien acercarse.

"Jon, ¿A dónde vamos ahora?" preguntó Sam, mirando a su amigo.

"Nos vamos a Lys, pero antes haremos una escala en Pentos. Necesitamos comprar un poco más de provisiones."