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Winterfell 297 AC

El gran salón de la fortaleza ancestral de los Stark estaba abarrotado de personas, todos vasallos de la casa Stark y algunos sirvientes que pasaban por las mesas dejando platos de pollo con miel, venado horneado con especias, también había otros sirvientes que estaban recargando las jarras de cerveza e hidromiel. Toda esta celebración se daba por dos eventos que sucedían en este mismo dia, la Fiesta de la Cosecha y el onomástico de Robb Stark.

Sentado en la mesa alta se encontraba el Lord de este castillo, el cual miraba todo con una sonrisa. Entre las mesas pudo ver a muchos de los Lores a los que había llegado a apreciar. En una mesa estaban el Gran Jon, quien era el Lord de Last Hearth. En otra mesa estaban los Mormont, con Lady Maege Mormont. En otra estaban Galbart Glover, junto a su familia. En otra estaba Rikard Karstark, quien había traído a sus hijos, su hija incluida. En otra mesa, una más alejada estaban los Ryswell, los señores de los Rills, junto a él estaba el Lord del Dreatfort, Roose Bolton, un hombre que acababa de perder a sus dos hijos este mismo año.

'Parece que están todos, bueno, falta Lord Manderly.' Pensó Ned mientras miraba a sus vasallos y veía como había una mesa vacía, la cual estaba destinada al último de sus vasallos más poderosos. Si bien muchos señores podían tomar la falta de un vasallo como un deprecio, Ned sabía que el Lord de White Harbor tenía una buena razón para faltar, o, mejor dicho, llegar tarde. Y es que, había sucedido algo que había retrasado al Manderly.

"Mi señor, creo que ya es hora." Dijo la voz de Catelyn Tully desde el lado derecho de Ned.

"Si, mi Lady. Parece que ya es hora." Dijo Ned mientras miraba a su izquierda, viendo a tres de sus hijos. Su hijo Robb, seguido de su hija Sansa. Sansa Stark era una copia casi a carbón de su madre, pues tenía el mismo cabello rojizo, pero un tono un poco más claro, también tenía ojos azules y pómulos altos. Ella era considerada como una chica bonita por muchos, pese a que solo tenía diez onomásticos. Le seguia la otra hija de Ned, la pequeña Arya Stark. La joven Arya tenía ocho años y era muy diferente a su hermana Sanas, pues no tenía el cabello castaño rojizo, sino que lo tenía similar al color del de su padre, su rostro era alargado y tenía los ojos grises.

Dejando de mirar hacia ese lado, el señor de Winterfell miró hacia la izquierda y allí pudo ver a sus dos hijos menores, el mayor de los dos se llamaba Brandon Stark, a quien solían llama Bran. El pequeño Brandon tenía siete años y al igual que su hermano mayor, tenía la coloración de los Tully, es decir cabello rojizo y ojos azules. Entre él y su madre se encontraba el pequeño Rickon Stark, el cual era un niño de dos años con el cabello rojizo y los ojos azules.

Dejando de ver a sus hijos, el Lord de Winterfell se levantó de su silla en la mesa alta. Esta acción silencio de inmediato la sala, pues todos dejaron de hablar o de comer para escuchar lo que tenía que decir su Lord.

"Mis Lores, me agrada mucho que hayan podido llegar a la celebración de este dia. Como ya saben, hoy no solo es la celebración de la cosecha, sino que hoy también es el dia del Nombre de mi heredero Robb."

Tras decir aquellas palabras, el joven Robb Stark se levantó de su silla, lo que provocó los vítores de los leales de la casa Stark y de varios vasallos. Cuando dichos vítores se detuvieron, Ned estuvo por continuar con las palabras que tenía planeado decir. Sin embargo, antes de que diga algo más, la puerta del gran salón se abrió y por allí ingresaron varias personas, siendo el primero un hombre mayor con una gran barriga. El cabello del hombre era de color gris, pues ya estaba en sus setenta y algo años. Sus ojos eran azul claro y parecía tener cuatro barbillas bajo la barba que tenía. Le seguían de cerca dos chicas, ambas con el cabello rubio, pero con la diferencia de que una de ellas lo tenía más claro, pero no se podía apreciar, pues lo llevaba teñido de color verde chillón.

El resto de las personas que o seguían parecían ser caballeros.

"¡Lord Stark!" gritó el hombre mientras él y las personas que lo seguían se acercaban a la mesa alta y se arrodillaban ante su señor feudal.

"Lord Manderly." Respondió Ned con una sonrisa en su rostro al ver a Wyman Manderly.

Lord Manderly se levantó con un poco de dificultad para luego mirar a la Lady el Castillo. "Lady Catelyn."

"Lord Manderly." Respondió Catelyn mirando con una sonrisa al Lord de White Harbor.

El lord de White Harbor cambió su mirada y saludó al resto de los presentes en la mesa alta, sobre todo a Robb. Luego de aquello procedió a presentar a las dos chicas, quienes resultaron ser sus nietas, Wynafryd y Wylla, siendo la última de las dos la que tenía el cabello teñido de color verde.

Tras las presentaciones, las nietas de Lord Wyman junto con los caballeros que habían llegado se dirigieron hacia la mesa que les correspondía.

"Lord Manderly, ¿Puedo saber la razón por la que demoró en llegar?" preguntó Arya de manera imprudente.

Las palabras de la joven provocaron que Sansa y Catelyn fruncieran el ceño ligeramente, pues la joven no había usado las cortesías correctas para la ocasión.

El Lord de White Harbor soltó una risita antes de hablar. "Por supuesto que puede saberlo, Lady Arya."

Tras aquella respuesta, Wyman miró hacia la puerta y un sirviente de su casa ingresó al salón. La presencia del sirviente hizo poco por llamar la atención de los presentes en la sala, pero aun así la vista de muchos se fijó en el hombre, o mejor dicho miraron fijamente la caja de madera que llevaba.

Cuando el sirviente llegó a la mesa alta, dejó la caja frente a Robb, quien la miró desconcertado.

"¿Qué es esto, Lord Manderly?" preguntó Robb mirando la caja.

"Es una caja de madera de ébano." Respondió Lord Manderly.

"¿Qué es lo que hay dentro?" preguntó Ned mirando la caja y viendo que esta estaba muy hermosamente decorada con tallas de lobos corriendo en manada.

"No lo se."

La respuesta de Wyman confundió a todos, pues no sabían que pensar.

"¿Cómo que no lo sabe?" preguntó Catelyn con un poco de preocupación en su voz.

"Esta caja me llegó junto con una carta." Dijo Wyman mientras sacaba una carta y se la entregaba a Ned.

Eddard Stark tomó la carta y la leyó en voz baja.

Lord Manderly, puede que no me conozca, pero aun así necesito que me haga un pequeño favor.

Vera, esta nota esta adjunta a un pequeño paquete que necesito que se entregue a los Stark, más precisamente a Robb Stark, y si es en el dia de su nombre, mucho mejor. La razón por la que le pido esto a usted y no la envió por un mensajero, es porque su contenido es algo de un gran valor que casi se podría considerar incalculable, y es algo que solo le podría confiar a uno de los vasallos más leales de Lord Stark.

«Un Lobo Errante»

Al momento en que terminó de leer la carta, los ojos de Ned se aguaron ligeramente, lo que causó que su familia lo mirara preocupado.

"Ned, ¿Qué sucede?" preguntó Catelyn al ver a su esposo tan vulnerable.

"Nada, Cat, nada." Respondió Ned mientras se pasaba una mano por los ojos y luego miraba a su hijo y heredero. "Robb. Esa caja contiene un regalo para ti."

"¿De quién?" preguntó Robb.

"De Jon."

Los ojos del heredero de la Casa Stark se abrieron de sorpresa al escuchar aquello, pero no fue el único, pues toda la mesa estaba igual de sorprendida que Robb. Los ojos de Sansa miraban la caja con asombro, mientras que Arya miraba con expectativa la caja, pues no sabía que esperar de su hermano mayor perdido, del cual solo sabía lo que los rumores que los sirvientes contaban. Bran también miraba la caja con curiosidad, mientras que Rickon no entendía que sucedía. Lady Catelyn Tully, por su parte, miraba la caja con sospecha, pues no sabía que esperar del hijo bastardo de su esposo.

Las reacciones de los miembros de la casa Stark estaban justificadas, pues todos sabían que Jon no estaba muerto y lo habían sabido desde hace varios meses, ya que Ned los había reunido a todos para decirles que Jon había sido encontrado vivo. Las reacciones de todos variaron, ya que solo Arya y Bran fueron los que reaccionaron de manera más verbal, pidiendo conocer a su hermano mayor, mientras que Sansa y ella reaccionaron de manera recatada, para Sansa y un poco fría para ella. Esto se debía a que no podía creer que el bastardo siguiera con vida tras estar desaparecido tantos años, pero fue lo siguiente le dijo Ned lo que causó que se sintiera preocupada y asombrada. Su asombro provenía de que el muchacho había lograd detener el asesinato del hijo del Lord de Oldtown y de que había sido nombrado caballero pese a su corta edad, y su preocupación surgía de la posible alianza que podía surgir de aquello.

"Entonces…"

"Si, Robb. Parece que el conflicto en los Stepstones terminó."

"Ya veo." Dijo Robb mientras comenzaba a mirar la caja con expectación. Moviendo sus manos, el heredero de Winterfell comenzó a tocar la caja, en un intento de abrirla, pues no vio ninguna cerradura visible. Cuando su mano pasó por el grabado de un lobo solitario, se escuchó un cerrojo abrirse, a la par que desplegaba una pequeña asa. Esto llamó la atención de todos, pero ninguno dijo nada y siguieron viendo de manera expectante lo que sucedía. Viendo que ya parecía que la caja estaba abierta, Robb movió su mano y agarrándola por la parte superior, jaló suavemente. La acción del heredero Stark hizo que la caja se separase, mostrando lo que había en su interior.

"Wow." Dijeron al unísono Arya y Bran al ver lo que contenía la caja.

El resto de la familia Stark estaba igual de sorprendida que los dos pequeños, pero no lo expresaron verbalmente.

Las reacciones de asombro venían porque en el interior de la caja, sobre una suave cama de lo que parecía ser terciopelo gris había una hermosa espada larga enfundada. La espada se encontraba en una vaina de color negro como la noche, decorada con huargos de plata en la parte inferior y superior de la vaina. El pomo era plateado y tenía un guarda en forma de cruz con cabezas de lobo huargo rugiendo en cada extremo. Los ojos de estas cabezas de lobo estaban decorados con ámbar. El mango del pomo estaba forrado de suave cuero negro mientras que el pomo era lobulado y estaba hecho de plata con un patrón por el cual se podían ver varios zafiros engarzados.

Al ver el regalo de su hermano menor, Robb movió su mano y tomó la espada, tomándola el mango y de una parte cercana al extremo de la vaina. Sacándola de la caja, llamó la atención de todos los que estaban en la sala. La curiosidad se hizo presente en el rostro de la mayoría de los presentes, quienes comenzaron a susurrar quien le podría haber enviado tal regalo, pues incluso desde lejos se podía ver que dicha espada era una verdadera obra de arte.

"¡Lord, Robb!" llamó la voz de Jon Umber.

Los ojos de Robb se posaron en el lord de Last Hearth. Jon Umber, también llamado GreatJon, era un hombre que media más de dos metros con un cuerpo muy musculosos y puños tan grandes como jamones.

"Si, Lord Umber." Respondió Robb.

"¿Quién le ha regalado tan hermosa espada?" preguntó el Lord

Robb puso una sonrisa antes de responder. "Mi hermano, Jon Snow."

Las palabras de Robb provocaron susurros entre todas las mesas, pues nadie sabía cómo es que Jon había logrado obtener tanto dinero para mandar una espada tan fina. Sin embargo, la curiosidad de cómo era la hoja de la espada llamó la atención de todos, por lo que, se comenzaron a escuchar algunos gritos por parte de varios vasallos.

"¡Espada!"

"¡Espada!"

"¡Espada!"

"¡Espada!"

"¡Espada!"

"¡Espada!"

Los gritos comenzaron a llenar el salón, siendo acompañados por los golpes de algunos vasallos, quienes golpeaban las mesas con sus puños. Aquello puso un poco nervioso a Robb, quien casi salta del susto cuando escuchó que golpeaban la mesa cerca de él. Mirando a ambos lados, vio como los golpes estaban siendo dados por Arya y Bran, pero unos segundos después, el pequeño Rickon también se unió.

Mirando la espada en su mano, Robb tomó un poco de aire y de un sutil y rápido movimiento, desenfundó la espada. Al momento en que la hoja se presentó ante todos los Lores y Caballeros del Norte, el silencio se hizo presente. Al ver que ya no había sonido alguno, el heredero de Winterfell comenzó a mirar a todos y se dio cuenta de que todos tenían los ojos abiertos como platos. Sintiendo un poco de pánico, pues incluso su madre estaba en estado de shock, decidió mirar la hoja. A verla, sus ojos se abrieron como platos, ya que lo vio era el símbolo inequivocable de que la espada que sostenía en sus manos no era una espada normal, pues tenía un patrón ondulado de color humo muy peculiar, un patrón que solo había visto en «Ice», el mandoble ancestral de la casa Stark.

El sol del medio dia estaba sobre el cielo del Norte, iluminando la sala del Lord del castillo. En aquella sala estaban reunidos Ned, Catelyn, Robb, Ser Rodrick y el Maestre Luwin. Ya había pasado una semana desde el dia del nombre de Robb y ya no quedaban vasallos Stark en el castillo. Todos se habían ido tres días después de la fiesta, todos con preguntas, pero casi sin respuestas.

"¿Cómo es que Jon puso sus manos en una espada de hacer Valyrio?" preguntó Ser Rodrick mirando la hoja desenfundada, la cual estaba sobre el escritorio de Ned.

"No lo sé, pero esto este regalo es peligroso." Respondió Catelyn con un poco de temor en su voz. "Puede que la espada sea robada, lo que causaría que la Casa Stark se enemiste con alguna otra casa."

Las palabras de Catelyn sumieron el lugar en un pesado ambiente, pues podría ser cierto. Esta espada podría haber pertenecido a una casa noble, la cual exigiría su regreso y en aso ellos se nieguen se podría iniciar una guerra.

"No creo que sea así, mi lady." Dijo el maestre Luwin mirando a la esposa de su señor.

"¿Por qué piensas eso, Luwin?" preguntó Ned mirando al anciano.

El anciano sacó una carta de su manga y se la entregó a Ned.

"¿Qué es eso?" preguntó Ser Rodrick mirando la carta.

"Esta carta estaba en un piso falso de la caja." Respondió Luwin. "Como ve, la espada no fue la único que llegó de parte de Jon."

Ned miró la carta y vio que estaba sellada con cera negra. Dicho sello tenía la imagen de un lobo corriendo mientras perseguía una estrella. Dejando de ver la carta de su hijo, miró a los que estaban en la sala y vio que todos, incluida su esposa, estaban interesados en saber que decía la carta. Por lo que, sin perder tiempo abrió la carta y comenzó a leer su contenido.

Padre,

Espero que esta carta te encuentre con buena salud a ti y a mis hermanos.

Si estas leyendo esto, eso quiere decir que mi regalo para Robb llegó a tiempo o al menos si llegó hasta Winterfell. Tal vez te preguntaras, dónde conseguí una jodida espada de acero Valyrio, ¿verdad?

"Que grosero." Interrumpió Catelyn frunciendo el ceño.

"Eso es de esperar, mi Lady. El chico creció sin tener la educación de un noble completa." Señaló Luwin.

Tras aquella interrupción, Ned siguió leyendo la carta.

Pero es posible que aparte de esa pregunta también tengas más dudas, sobre todo dudas por saber dónde estuve todo este tiempo.

Créeme, si fuera posible te lo contaría todo por esta carta, pero hay cosas que solo se pueden decir de hombre a hombre y cara a cara.

No pienses que estoy diciendo eso para escusarme, pero la verdad es que aún no estoy listo para volver a Winterfell, tengo cosas que hacer, como labrarme un nombre en los libros de historia.

Pero me estoy alejando del propósito de la carta, la verdadera razón para enviarla es para quitarles el peso de pensar que he robado esta espada.

La verdad es que la obtuve de las frías manos de un pirata, al cual maté durante la última escaramuza del conflicto en los Stepstones.

"¿Un pirata tenía tan buena espada?" preguntó Ser Rodrick con asombro.

"Puede que sea posible. Muchas espadas de acero Valyrio se han perdido desde hace siglos. Es posible que alguna haya terminado en las manos de un pirata. Sobre todo, si es que no recuerdo mal, una familia de Volantis había comprado una espada de acero Valyrio, pero esta fue robada por piratas. Así que, es posible que se trate de esa espada." Respondió Luwin.

"¿Esa casa sigue existiendo?" peguntó Catelyn.

"No, mi Lady. Se extinguió durante una de las tantas guerras que hubo en Essos."

Las palabras de Luwin tranquilizaron de sobremanera a Catelyn, quien sintió que no había peligro para su casa ahora. "Parece que no habrá problemas para que Robb mantenga esa espada."

Ned asintió, pero aun tenía una duda en su mente.

'¿Por qué Jon le regalaría a Robb una espada de acero Valyrio? ¿Por qué no quedárselas el?'

"Mi Lady, si bien esa es una fantástica noticia. Aún hay algo que me preocupa." Dijo Ser Rodrick, llamando la atención de todos.

"¿Por qué Jon me regalaría esta espada y no se la quedó él?" preguntó Robb, quien también tenía curiosidad de saber por qué su hermano no se quedaba con esta espada.

"Parece que obtendremos la respuesta en la carta." Respondió Ned antes de proseguir leyendo.

De seguro te preguntaras, ¿Por qué no quedaste con esa espada? Bueno, la verdad es que no le tengo un uso a esa espada. Yo tengo mi propia espada especial, una espada muy similar a «Dawn», ya que esta también fue creada con el metal que había en el interior de un meteorito. El nombre de esta espada es «Gandravar» y tal vez algún dia te diga que significa. Como intuirás, mi propia espada tiene las propiedades que una espada de acero valyrio y el llevar la espada que obtuve solo me causaría un poco de problemas, por eso decidí regalarse a Robb. Espero que sirva para que cuando nos volvamos a ver, no me dé un golpe demasiado fuerte.

"Oh, no lo creo." Dijo Robb con una sonrisa mientras se tronaba los puños. "El dia que lo vuelva a ver, le daré tal golpe que no recordara nada durante días."

Si bien las palabras de Robb sonaban como una amenaza, todos en la sala sabían que no era verdad, pues lo último que Robb quería era enemistarse con su hermano.

Las palabras de Robb sacaron una sonrisa a Ned y a los que estaban en la sala, bueno, a casi todos, pues Catelyn no sonreía.

"Una espada similar a «Dawn». Espero que cuando vuelva el joven Jon, me permita examinarla." Dijo el Maestre Luwin con una sonrisa.

Ned miró a su maestre y asintió, pues también deseaba ver la espada de su hijo, una espada que lo convertía en una versión más joven de su tío, el legendario Ser Arthur.

'Si has heredado las habilidades de los Dayne con las espadas, estoy seguro de que no tendrás rival en el campo de batalla.' Pensó Ned con una sonrisa mental.

Dile a Robb que la espada no tiene nombre y que él puede nombrarla como quiera. Espero que esa espada le sea útil y que se convierta en la espada del heredero de Winterfell.

Ahora, me despido, pues tengo que seguir moviéndome y me temo que no sabrán nada de mi durante un buen tiempo.

Hasta que el dia en que nos encontremos de nuevo, espero que sigas gozando de buena salud. Y dales mis saludos a todos, a Robb, a Sansa, a Arya, a Bran, a Rickon, a Ser Rodrick, al maestre Luwin, la vieja Tata, Hodor, a Jory y a todos los demás.

Con cariño, Jon Snow.

Cuando Ned terminó de leer la carta, miró a los presentes en la sala y los vio con miradas pensativas.

"Y, ¿Qué opinan de lo que ha escrito Jon?" preguntó Ned.

"El chico es listo, mi Lord. Muy listo, la verdad." Respondió Luwin con una sonrisa. "Al haberle dado a Lord Robb la espada, ha hecho que se gane el respeto de muchos norteños, en especial los Manderly."

Ned asintió ante las palabras del viejo maestre, pues él también lo vio. Y es que, cuando lord Wyman vio el regalo que había transportado, se sintió muy orgulloso. De hecho, parece que había comenzado a jactarse de aquello.

"Si bien es algo bueno que Jon le haya regalado a Lord Robb esa espada, también será la fuente de varios problemas." Señaló Ser Rodrick.

Las palabras del viejo caballero hicieron que Ned frunciera el ceño, ya que esa era una cruel verdad. La única casa conocida por haber tenido dos espadas de acero valyrio de manera paralela fue la Casa Targaryen.

"Es cierto, con esto, la Casa Stark se convertirá en la casa más envidiada de Westeros." Dijo Catelyn con una pequeña sonrisa, pues con esta nueva espada de acero valyrio, el prestigio de los Stark había aumentado enormemente, lo que permitiría que sus hijos tengan buenas propuestas de matrimonio. 'Incluso puede que llegue una oferta real.'

Mientras Catelyn seguia en sus pensamientos, Ned vio como Robb miraba la espada de manera algo triste.

"Robb, ¿Qué sucede hijo? No pareces feliz por tener esa espada."

Las palabras de su padre sacaron a Robb de sus cavilaciones. Por lo que, mirando a su padre, le contó lo que pasaba. El joven heredero comenzó a contarle que se sentía un poco mal por haber recibido esa espada como regalo, pues sentía que se la había arrebatado a Jon. Sin embargo, aparte de ese sentimiento también estaba la felicidad de que pese al tiempo que había pasado, Jon aun piense en el cómo su hermano.

"Entiendo porque te sientes así, Robb." Dijo Eddard levantándose y acercándose a su hijo. "Pero no debes de pensar que le has quitado algo a tu hermano, él te la ha regalado para que la uses y sería una deshonra hacia el que no lo hicieras."

Robb miró a su padre y tras pensar unos segundos asintió, pues era la verdad.

'Jon se ha desprendido de una espada que fácilmente le podría haber dado un castillo si le daba a cualquier otro señor. Si solo la guardara y fingiera que no existe seria deshonrar los deseos de mi hermano.' Pensó Robb mientras movía su mano y tomaba la espada. Levantándola, puso una sonrisa en su rostro mientras hablaba. "La llamare «Frost» y será la espada que usaran los herederos de Winterfell hasta el fin de los tiempos."

King's Landing 297 AC

En uno de los jardines de la fortaleza roja se encontraban dos personas conversando. Las personas que allí se encontraban conversando eran los dos hijos del Lord de Casterly Rock. El más alto de los dos era Ser Jaime Lannister, quien era un kingsguard, al que llamaban «Kingslayer». El hijo de Tywin tiene el cabello rizado de color dorado y ojos verdes como un gato. Y el otro era el más dispar de los hijos del poderoso Lord de Westerland, el enano Tyrion Lannister. Tyrion era un enano con piernas atrofiadas y dedos rechonchos, su frente es grande y su cabello era tan rubio que a veces parecía blanco. Sin embargo, aparte de aquellos rasgos, él también tenía heterocronía, es decir, ojos de diferentes colores, uno de color negro y el otro verde.

Los dos hermanos conversaban sobre los acontecimientos actuales, siendo uno el más conversado por todos, desde nobles hasta plebeyos.

"Así que, los Stark tienen una segunda espada de acero Valyrio." Dijo Tyrion con toque de diversión en su voz.

"Si, una espada larga llamada «Frost»." Dijo Jaime caminando con su hermano.

"Un buen nombre, sin duda. Ahora los Stark tienen «Ice» y «Frost». Un peculiar juego de nombres." Dijo Tyrion con una sonrisa para luego comentar algo más. "Supongo que nuestro padre y nuestra hermana no están contentos."

"No tienes ni idea." Contestó Jaime mientras se llevaba una mano a la cabeza. "Cersei estaba furiosa y comenzó a gritar que los Stark deberían de entregar esa espada como tributo para que la use Joffrey."

Cersei Lannister era la única hija de Lord Tywin y era la actual reina de Westeros, el joven Joffrey era el hijo de esta con el rey y por lo tanto el heredero del Trono de Hierro.

Al escuchar que su hermana quería que los Starks entregasen su nueva espada a Joffrey, Tyrion solo hizo una mueca. Su hermana se creía muy lista, pero incluso un enano como él podía ver que, si ella forzaba a los Stark, se podría iniciar una rebelión.

"Parece que nuestra dulce hermana necesita nuevas clases con los maestres. Debe de aprender que no ganara nada exigiendo una espada de acero valyrio, ya que ni siquiera nuestro padre puede obtener una."

Ser Jaime asintió, pues era bien sabido que su padre deseaba tener una espada de acero valyrio, pero no había podido obtener una. Incluso cuando el viejo león ofreció montañas de oro a una casa menor que poseyera una espada de acero valyrio, estas siempre se negaban.

"¿Sabes de donde la obtuvieron?" preguntó Tyrion.

"Si, Pycelle recibió una carta de la Citadel. En dicha carta explicaban que la espada fue un regalo del bastardo de Stark, el sobrino de Ser Arthur." Respondió Jaime con un poco de alegría en su voz.

Tyrion miró a su hermano y también sonrió, pues el sabia lo mucho que este admiraba a Ser Arthur Dayne.

"Al parecer la obtuvo de las manos de un pirata al que asesinó en los Stepstones."

"Vaya. Eso sí que es increíble." Dijo Tyrion con una sonrisa. "De seguro que padre se está retorciendo de la ira en Casterly Rock."

"¿Por qué crees eso?"

"Fácil, hermano. Nuestro padre siempre buscó comprar espadas de acero Valyrio, nunca se le ocurrió buscar si podía obtenerla de otra manera." Respondió Tyrion con una sonrisa sarcástica. "Supongo que ahora estará un poco molesto por no haber enviado mercenarios a los Stepstones cuando inicio ese conflicto."

"Tal vez sea cierto." Señalo Jaime mientras él y su hermano ingresaban al Torreón de Maegor, el cual era la principal estructura de la Fortaleza Roja.

"Sabes, ese chico, el bastardo de Lord Stark parece tener el temple de las leyendas de antaño." Dijo Tyrion. "Me pregunto, ¿Quién será más hábil con la espada? ¿Tú o el?"

Al escuchar aquello, el caballero de la Kingsguard puso una sonrisa burlesca. "Por favor, hermanito. No creerás que ese chico puede derrotarme, ¿verdad?"

"No sabría decirlo hermano, pero si te sirve de consuelo, siempre apostare por ti."

Mar de los Escalofríos 297 AC

El «Starwolf» se encontraba navegando por las frías aguas que conformaban el mar de los escalofríos, un mar que se situaba al Norte de Essos y al noroeste de Westeros. Actualmente se encontraban a varias millas de la isla que en la que se ubicaba la ciudad libre de Lorath.

En la habitación de navegación dentro del barco, se encontraban todos los que viajaban en el barco. Ellos estaban mirando un mapa que estaba siendo proyectado en una mesa. Dicho mapa les mostraba su ubicación en tiempo real.

"¿Cuántos días faltan pata que lleguemos?" preguntó Grenn con un poco de irritación.

"Unos dos o tres días." Respondió Sam mirando el mapa que tenía en la mano mientras lo comparaba con el que era proyectado en la mesa.

"Bien. No es que quiera sonar molestoso, pero viajar en barco sí que es un problema." Dijo Pyp.

"Si, pero lo bueno es que ya estamos cerca de ese lugar." Dijo Edd para luego mirar a Sam. "Sam, ¿Qué sabes del lugar al que vamos?"

"Las Thousand Isles son islas en las que viven personas que no confían en los forasteros."

"Ya veo. Eso quiere decir que tendremos que abrirnos paso entre posibles enemigos." Señaló Grenn.

"No creo que sea necesario luchar para llegar a donde necesitamos ir." Dijo Jon, llamando a atención de todos.

"¿Qué quieres decir, Jon?" preguntó Edd.

"Si hacemos esta misión con sigilo evitaríamos problemas y batallas innecesarias." Respondió Jon. "Eso sería lo mejor, pues no sabemos qué cosas nos esperan en el lugar donde puede estar la piedra sello."

Las palabras de Jon hicieron que todos comprendiesen lo que podría pasar.

"¿Crees que nos enfrentaremos a monstruos?" preguntó Pyp con un poco de miedo en su voz.

"Puede que sí, pero también puede que solo sean habitantes de las islas."

"Eso espero, no creo que pueda matar monstruos." Dijo Pyp.

"Tranquilos, si la cosa se pone fea, solos nos retiraremos mientras yo cubro la retaguardia." Dijo Jon con una sonrisa.

Los miembros del grupo de Jon asintieron, estando un poco más tranquilos de saber que Jon no los dejaría morir.

"Eso es bueno. No quiero morir sin gastar todo el dinero que tengo en mi cuenta del banco de Braavos." Dijo Pyp.

"Si, Pyp tiene razón." Añadió Grenn.

Las palabras de Grenn y Pyp hicieron que Jon recuerde que ya habían tratado con el banco de Braavos. Eso fue hace una semana.

Flashback

En medio de un salón muy, pero muy decorado con tejidos exquisitamente elaborados, muebles de gran calidad, adornos de plata y oro, se encontraba Jon y sus amigos frente a un trabajador del banco de Braavos.

"Así que, ¿quieren abrir cuentas en este banco?" fue la pregunta hecha por el trabajador del banco, el cual se llamaba Tycho Nestoris. Tycho Nestoris era un hombre espigado y flaco; además, llevaba un extravagante sombrero de tres niveles de fieltro púrpura. Estaba vestido de púrpura sombrío, ribeteado de armiño, con un cuello duro y alto que enmarca su delgada cara y lleva una barba tan delgada como una cuerda, que brota de su barbilla llegando casi hasta la cintura.

"Así es." Respondió Jon.

"Bien. Normalmente no se permitirá a simples mercenarios abrir cuentas en el banco, pero debido a sus acciones contra los piratas, podemos hacer una excepción." Dijo Tycho.

Jon y sus amigos sonriendo ante la respuesta.

"Ahora, ¿Cuánto es lo que depositaran como fondos iniciales?" preguntó Tycho mientras le daba a Jon una hoja de papel en la que deberían de escribir los montos exactos de cada uno.

Jon y sus amigos se miraron y comenzaron a decirle a Jon que cantidad iban a depositar. Cuando terminó de escribir, Jon le entrego el papel a Tycho.

El representante del banco de hierro miró las cifras y se asombró, pues nunca esperó ver aquellas cifras.

Grenn: 3500 dragones de oro; 450 Venados de plata.

Pypar: 3480 dragones de oro; 320 venados de plata.

Eddison Tollet: 3700 dragones de oro; 400 venados de plata.

Samwell Flores: 2000 dragones de oro; 600 venados de plata.

Jon Snow: 5000 dragones de oro; 500 venados de plata.

"Muy bien, si eso es todo. Su cuenta será abierta cuando recibamos el depósito del dinero que han mencionado en este papel."

Los cuatro jóvenes asintieron, y se levantaron para irse. Cuando se despidieron de Tycho, Jon le entrego sutilmente una nota al Braavosi. Y tras eso, se fueron del lugar para recoger los cofres con todo ese oro.

Fin Flashback

'Luego de entregarle ese dinero, me reuní con Tycho para cambiar varios lingotes de oro por dragones de oro. Al final, obtuve más de treinta mil dragones de oro, los cuales fueron enviados a una cuenta para que mi padre la use para hacer algo por el Norte.' Pensó Jon, pero aparte de ese dinero, Jon también cambio otros lingotes de oro por monedas de las ciudades Libres.

"Bueno, esperemos que terminemos con esto rápido." Dijo Grenn mirando a sus amigos.

"Tienes razón." Dijo Pyp, ganándose un asentimiento de Edd y Sam.

Jon miró a sus amigos y también asintió mientras hablaba. "Yo también, chicos, yo también."

Winterfell 297 AC

El gran salón de la fortaleza ancestral de los Stark estaba abarrotado de personas, todos vasallos de la casa Stark y algunos sirvientes que pasaban por las mesas dejando platos de pollo con miel, venado horneado con especias, también había otros sirvientes que estaban recargando las jarras de cerveza e hidromiel. Toda esta celebración se daba por dos eventos que sucedían en este mismo dia, la Fiesta de la Cosecha y el onomástico de Robb Stark.

Sentado en la mesa alta se encontraba el Lord de este castillo, el cual miraba todo con una sonrisa. Entre las mesas pudo ver a muchos de los Lores a los que había llegado a apreciar. En una mesa estaban el Gran Jon, quien era el Lord de Last Hearth. En otra mesa estaban los Mormont, con Lady Maege Mormont. En otra estaban Galbart Glover, junto a su familia. En otra estaba Rikard Karstark, quien había traído a sus hijos, su hija incluida. En otra mesa, una más alejada estaban los Ryswell, los señores de los Rills, junto a él estaba el Lord del Dreatfort, Roose Bolton, un hombre que acababa de perder a sus dos hijos este mismo año.

'Parece que están todos, bueno, falta Lord Manderly.' Pensó Ned mientras miraba a sus vasallos y veía como había una mesa vacía, la cual estaba destinada al último de sus vasallos más poderosos. Si bien muchos señores podían tomar la falta de un vasallo como un deprecio, Ned sabía que el Lord de White Harbor tenía una buena razón para faltar, o, mejor dicho, llegar tarde. Y es que, había sucedido algo que había retrasado al Manderly.

"Mi señor, creo que ya es hora." Dijo la voz de Catelyn Tully desde el lado derecho de Ned.

"Si, mi Lady. Parece que ya es hora." Dijo Ned mientras miraba a su izquierda, viendo a tres de sus hijos. Su hijo Robb, seguido de su hija Sansa. Sansa Stark era una copia casi a carbón de su madre, pues tenía el mismo cabello rojizo, pero un tono un poco más claro, también tenía ojos azules y pómulos altos. Ella era considerada como una chica bonita por muchos, pese a que solo tenía diez onomásticos. Le seguia la otra hija de Ned, la pequeña Arya Stark. La joven Arya tenía ocho años y era muy diferente a su hermana Sanas, pues no tenía el cabello castaño rojizo, sino que lo tenía similar al color del de su padre, su rostro era alargado y tenía los ojos grises.

Dejando de mirar hacia ese lado, el señor de Winterfell miró hacia la izquierda y allí pudo ver a sus dos hijos menores, el mayor de los dos se llamaba Brandon Stark, a quien solían llama Bran. El pequeño Brandon tenía siete años y al igual que su hermano mayor, tenía la coloración de los Tully, es decir cabello rojizo y ojos azules. Entre él y su madre se encontraba el pequeño Rickon Stark, el cual era un niño de dos años con el cabello rojizo y los ojos azules.

Dejando de ver a sus hijos, el Lord de Winterfell se levantó de su silla en la mesa alta. Esta acción silencio de inmediato la sala, pues todos dejaron de hablar o de comer para escuchar lo que tenía que decir su Lord.

"Mis Lores, me agrada mucho que hayan podido llegar a la celebración de este dia. Como ya saben, hoy no solo es la celebración de la cosecha, sino que hoy también es el dia del Nombre de mi heredero Robb."

Tras decir aquellas palabras, el joven Robb Stark se levantó de su silla, lo que provocó los vítores de los leales de la casa Stark y de varios vasallos. Cuando dichos vítores se detuvieron, Ned estuvo por continuar con las palabras que tenía planeado decir. Sin embargo, antes de que diga algo más, la puerta del gran salón se abrió y por allí ingresaron varias personas, siendo el primero un hombre mayor con una gran barriga. El cabello del hombre era de color gris, pues ya estaba en sus setenta y algo años. Sus ojos eran azul claro y parecía tener cuatro barbillas bajo la barba que tenía. Le seguían de cerca dos chicas, ambas con el cabello rubio, pero con la diferencia de que una de ellas lo tenía más claro, pero no se podía apreciar, pues lo llevaba teñido de color verde chillón.

El resto de las personas que o seguían parecían ser caballeros.

"¡Lord Stark!" gritó el hombre mientras él y las personas que lo seguían se acercaban a la mesa alta y se arrodillaban ante su señor feudal.

"Lord Manderly." Respondió Ned con una sonrisa en su rostro al ver a Wyman Manderly.

Lord Manderly se levantó con un poco de dificultad para luego mirar a la Lady el Castillo. "Lady Catelyn."

"Lord Manderly." Respondió Catelyn mirando con una sonrisa al Lord de White Harbor.

El lord de White Harbor cambió su mirada y saludó al resto de los presentes en la mesa alta, sobre todo a Robb. Luego de aquello procedió a presentar a las dos chicas, quienes resultaron ser sus nietas, Wynafryd y Wylla, siendo la última de las dos la que tenía el cabello teñido de color verde.

Tras las presentaciones, las nietas de Lord Wyman junto con los caballeros que habían llegado se dirigieron hacia la mesa que les correspondía.

"Lord Manderly, ¿Puedo saber la razón por la que demoró en llegar?" preguntó Arya de manera imprudente.

Las palabras de la joven provocaron que Sansa y Catelyn fruncieran el ceño ligeramente, pues la joven no había usado las cortesías correctas para la ocasión.

El Lord de White Harbor soltó una risita antes de hablar. "Por supuesto que puede saberlo, Lady Arya."

Tras aquella respuesta, Wyman miró hacia la puerta y un sirviente de su casa ingresó al salón. La presencia del sirviente hizo poco por llamar la atención de los presentes en la sala, pero aun así la vista de muchos se fijó en el hombre, o mejor dicho miraron fijamente la caja de madera que llevaba.

Cuando el sirviente llegó a la mesa alta, dejó la caja frente a Robb, quien la miró desconcertado.

"¿Qué es esto, Lord Manderly?" preguntó Robb mirando la caja.

"Es una caja de madera de ébano." Respondió Lord Manderly.

"¿Qué es lo que hay dentro?" preguntó Ned mirando la caja y viendo que esta estaba muy hermosamente decorada con tallas de lobos corriendo en manada.

"No lo se."

La respuesta de Wyman confundió a todos, pues no sabían que pensar.

"¿Cómo que no lo sabe?" preguntó Catelyn con un poco de preocupación en su voz.

"Esta caja me llegó junto con una carta." Dijo Wyman mientras sacaba una carta y se la entregaba a Ned.

Eddard Stark tomó la carta y la leyó en voz baja.

Lord Manderly, puede que no me conozca, pero aun así necesito que me haga un pequeño favor.

Vera, esta nota esta adjunta a un pequeño paquete que necesito que se entregue a los Stark, más precisamente a Robb Stark, y si es en el dia de su nombre, mucho mejor. La razón por la que le pido esto a usted y no la envió por un mensajero, es porque su contenido es algo de un gran valor que casi se podría considerar incalculable, y es algo que solo le podría confiar a uno de los vasallos más leales de Lord Stark.

«Un Lobo Errante»

Al momento en que terminó de leer la carta, los ojos de Ned se aguaron ligeramente, lo que causó que su familia lo mirara preocupado.

"Ned, ¿Qué sucede?" preguntó Catelyn al ver a su esposo tan vulnerable.

"Nada, Cat, nada." Respondió Ned mientras se pasaba una mano por los ojos y luego miraba a su hijo y heredero. "Robb. Esa caja contiene un regalo para ti."

"¿De quién?" preguntó Robb.

"De Jon."

Los ojos del heredero de la Casa Stark se abrieron de sorpresa al escuchar aquello, pero no fue el único, pues toda la mesa estaba igual de sorprendida que Robb. Los ojos de Sansa miraban la caja con asombro, mientras que Arya miraba con expectativa la caja, pues no sabía que esperar de su hermano mayor perdido, del cual solo sabía lo que los rumores que los sirvientes contaban. Bran también miraba la caja con curiosidad, mientras que Rickon no entendía que sucedía. Lady Catelyn Tully, por su parte, miraba la caja con sospecha, pues no sabía que esperar del hijo bastardo de su esposo.

Las reacciones de los miembros de la casa Stark estaban justificadas, pues todos sabían que Jon no estaba muerto y lo habían sabido desde hace varios meses, ya que Ned los había reunido a todos para decirles que Jon había sido encontrado vivo. Las reacciones de todos variaron, ya que solo Arya y Bran fueron los que reaccionaron de manera más verbal, pidiendo conocer a su hermano mayor, mientras que Sansa y ella reaccionaron de manera recatada, para Sansa y un poco fría para ella. Esto se debía a que no podía creer que el bastardo siguiera con vida tras estar desaparecido tantos años, pero fue lo siguiente le dijo Ned lo que causó que se sintiera preocupada y asombrada. Su asombro provenía de que el muchacho había lograd detener el asesinato del hijo del Lord de Oldtown y de que había sido nombrado caballero pese a su corta edad, y su preocupación surgía de la posible alianza que podía surgir de aquello.

"Entonces…"

"Si, Robb. Parece que el conflicto en los Stepstones terminó."

"Ya veo." Dijo Robb mientras comenzaba a mirar la caja con expectación. Moviendo sus manos, el heredero de Winterfell comenzó a tocar la caja, en un intento de abrirla, pues no vio ninguna cerradura visible. Cuando su mano pasó por el grabado de un lobo solitario, se escuchó un cerrojo abrirse, a la par que desplegaba una pequeña asa. Esto llamó la atención de todos, pero ninguno dijo nada y siguieron viendo de manera expectante lo que sucedía. Viendo que ya parecía que la caja estaba abierta, Robb movió su mano y agarrándola por la parte superior, jaló suavemente. La acción del heredero Stark hizo que la caja se separase, mostrando lo que había en su interior.

"Wow." Dijeron al unísono Arya y Bran al ver lo que contenía la caja.

El resto de la familia Stark estaba igual de sorprendida que los dos pequeños, pero no lo expresaron verbalmente.

Las reacciones de asombro venían porque en el interior de la caja, sobre una suave cama de lo que parecía ser terciopelo gris había una hermosa espada larga enfundada. La espada se encontraba en una vaina de color negro como la noche, decorada con huargos de plata en la parte inferior y superior de la vaina. El pomo era plateado y tenía un guarda en forma de cruz con cabezas de lobo huargo rugiendo en cada extremo. Los ojos de estas cabezas de lobo estaban decorados con ámbar. El mango del pomo estaba forrado de suave cuero negro mientras que el pomo era lobulado y estaba hecho de plata con un patrón por el cual se podían ver varios zafiros engarzados.

Al ver el regalo de su hermano menor, Robb movió su mano y tomó la espada, tomándola el mango y de una parte cercana al extremo de la vaina. Sacándola de la caja, llamó la atención de todos los que estaban en la sala. La curiosidad se hizo presente en el rostro de la mayoría de los presentes, quienes comenzaron a susurrar quien le podría haber enviado tal regalo, pues incluso desde lejos se podía ver que dicha espada era una verdadera obra de arte.

"¡Lord, Robb!" llamó la voz de Jon Umber.

Los ojos de Robb se posaron en el lord de Last Hearth. Jon Umber, también llamado GreatJon, era un hombre que media más de dos metros con un cuerpo muy musculosos y puños tan grandes como jamones.

"Si, Lord Umber." Respondió Robb.

"¿Quién le ha regalado tan hermosa espada?" preguntó el Lord

Robb puso una sonrisa antes de responder. "Mi hermano, Jon Snow."

Las palabras de Robb provocaron susurros entre todas las mesas, pues nadie sabía cómo es que Jon había logrado obtener tanto dinero para mandar una espada tan fina. Sin embargo, la curiosidad de cómo era la hoja de la espada llamó la atención de todos, por lo que, se comenzaron a escuchar algunos gritos por parte de varios vasallos.

"¡Espada!"

"¡Espada!"

"¡Espada!"

"¡Espada!"

"¡Espada!"

"¡Espada!"

Los gritos comenzaron a llenar el salón, siendo acompañados por los golpes de algunos vasallos, quienes golpeaban las mesas con sus puños. Aquello puso un poco nervioso a Robb, quien casi salta del susto cuando escuchó que golpeaban la mesa cerca de él. Mirando a ambos lados, vio como los golpes estaban siendo dados por Arya y Bran, pero unos segundos después, el pequeño Rickon también se unió.

Mirando la espada en su mano, Robb tomó un poco de aire y de un sutil y rápido movimiento, desenfundó la espada. Al momento en que la hoja se presentó ante todos los Lores y Caballeros del Norte, el silencio se hizo presente. Al ver que ya no había sonido alguno, el heredero de Winterfell comenzó a mirar a todos y se dio cuenta de que todos tenían los ojos abiertos como platos. Sintiendo un poco de pánico, pues incluso su madre estaba en estado de shock, decidió mirar la hoja. A verla, sus ojos se abrieron como platos, ya que lo vio era el símbolo inequivocable de que la espada que sostenía en sus manos no era una espada normal, pues tenía un patrón ondulado de color humo muy peculiar, un patrón que solo había visto en «Ice», el mandoble ancestral de la casa Stark.

El sol del medio dia estaba sobre el cielo del Norte, iluminando la sala del Lord del castillo. En aquella sala estaban reunidos Ned, Catelyn, Robb, Ser Rodrick y el Maestre Luwin. Ya había pasado una semana desde el dia del nombre de Robb y ya no quedaban vasallos Stark en el castillo. Todos se habían ido tres días después de la fiesta, todos con preguntas, pero casi sin respuestas.

"¿Cómo es que Jon puso sus manos en una espada de hacer Valyrio?" preguntó Ser Rodrick mirando la hoja desenfundada, la cual estaba sobre el escritorio de Ned.

"No lo sé, pero esto este regalo es peligroso." Respondió Catelyn con un poco de temor en su voz. "Puede que la espada sea robada, lo que causaría que la Casa Stark se enemiste con alguna otra casa."

Las palabras de Catelyn sumieron el lugar en un pesado ambiente, pues podría ser cierto. Esta espada podría haber pertenecido a una casa noble, la cual exigiría su regreso y en aso ellos se nieguen se podría iniciar una guerra.

"No creo que sea así, mi lady." Dijo el maestre Luwin mirando a la esposa de su señor.

"¿Por qué piensas eso, Luwin?" preguntó Ned mirando al anciano.

El anciano sacó una carta de su manga y se la entregó a Ned.

"¿Qué es eso?" preguntó Ser Rodrick mirando la carta.

"Esta carta estaba en un piso falso de la caja." Respondió Luwin. "Como ve, la espada no fue la único que llegó de parte de Jon."

Ned miró la carta y vio que estaba sellada con cera negra. Dicho sello tenía la imagen de un lobo corriendo mientras perseguía una estrella. Dejando de ver la carta de su hijo, miró a los que estaban en la sala y vio que todos, incluida su esposa, estaban interesados en saber que decía la carta. Por lo que, sin perder tiempo abrió la carta y comenzó a leer su contenido.

Padre,

Espero que esta carta te encuentre con buena salud a ti y a mis hermanos.

Si estas leyendo esto, eso quiere decir que mi regalo para Robb llegó a tiempo o al menos si llegó hasta Winterfell. Tal vez te preguntaras, dónde conseguí una jodida espada de acero Valyrio, ¿verdad?

"Que grosero." Interrumpió Catelyn frunciendo el ceño.

"Eso es de esperar, mi Lady. El chico creció sin tener la educación de un noble completa." Señaló Luwin.

Tras aquella interrupción, Ned siguió leyendo la carta.

Pero es posible que aparte de esa pregunta también tengas más dudas, sobre todo dudas por saber dónde estuve todo este tiempo.

Créeme, si fuera posible te lo contaría todo por esta carta, pero hay cosas que solo se pueden decir de hombre a hombre y cara a cara.

No pienses que estoy diciendo eso para escusarme, pero la verdad es que aún no estoy listo para volver a Winterfell, tengo cosas que hacer, como labrarme un nombre en los libros de historia.

Pero me estoy alejando del propósito de la carta, la verdadera razón para enviarla es para quitarles el peso de pensar que he robado esta espada.

La verdad es que la obtuve de las frías manos de un pirata, al cual maté durante la última escaramuza del conflicto en los Stepstones.

"¿Un pirata tenía tan buena espada?" preguntó Ser Rodrick con asombro.

"Puede que sea posible. Muchas espadas de acero Valyrio se han perdido desde hace siglos. Es posible que alguna haya terminado en las manos de un pirata. Sobre todo, si es que no recuerdo mal, una familia de Volantis había comprado una espada de acero Valyrio, pero esta fue robada por piratas. Así que, es posible que se trate de esa espada." Respondió Luwin.

"¿Esa casa sigue existiendo?" peguntó Catelyn.

"No, mi Lady. Se extinguió durante una de las tantas guerras que hubo en Essos."

Las palabras de Luwin tranquilizaron de sobremanera a Catelyn, quien sintió que no había peligro para su casa ahora. "Parece que no habrá problemas para que Robb mantenga esa espada."

Ned asintió, pero aun tenía una duda en su mente.

'¿Por qué Jon le regalaría a Robb una espada de acero Valyrio? ¿Por qué no quedárselas el?'

"Mi Lady, si bien esa es una fantástica noticia. Aún hay algo que me preocupa." Dijo Ser Rodrick, llamando la atención de todos.

"¿Por qué Jon me regalaría esta espada y no se la quedó él?" preguntó Robb, quien también tenía curiosidad de saber por qué su hermano no se quedaba con esta espada.

"Parece que obtendremos la respuesta en la carta." Respondió Ned antes de proseguir leyendo.

De seguro te preguntaras, ¿Por qué no quedaste con esa espada? Bueno, la verdad es que no le tengo un uso a esa espada. Yo tengo mi propia espada especial, una espada muy similar a «Dawn», ya que esta también fue creada con el metal que había en el interior de un meteorito. El nombre de esta espada es «Gandravar» y tal vez algún dia te diga que significa. Como intuirás, mi propia espada tiene las propiedades que una espada de acero valyrio y el llevar la espada que obtuve solo me causaría un poco de problemas, por eso decidí regalarse a Robb. Espero que sirva para que cuando nos volvamos a ver, no me dé un golpe demasiado fuerte.

"Oh, no lo creo." Dijo Robb con una sonrisa mientras se tronaba los puños. "El dia que lo vuelva a ver, le daré tal golpe que no recordara nada durante días."

Si bien las palabras de Robb sonaban como una amenaza, todos en la sala sabían que no era verdad, pues lo último que Robb quería era enemistarse con su hermano.

Las palabras de Robb sacaron una sonrisa a Ned y a los que estaban en la sala, bueno, a casi todos, pues Catelyn no sonreía.

"Una espada similar a «Dawn». Espero que cuando vuelva el joven Jon, me permita examinarla." Dijo el Maestre Luwin con una sonrisa.

Ned miró a su maestre y asintió, pues también deseaba ver la espada de su hijo, una espada que lo convertía en una versión más joven de su tío, el legendario Ser Arthur.

'Si has heredado las habilidades de los Dayne con las espadas, estoy seguro de que no tendrás rival en el campo de batalla.' Pensó Ned con una sonrisa mental.

Dile a Robb que la espada no tiene nombre y que él puede nombrarla como quiera. Espero que esa espada le sea útil y que se convierta en la espada del heredero de Winterfell.

Ahora, me despido, pues tengo que seguir moviéndome y me temo que no sabrán nada de mi durante un buen tiempo.

Hasta que el dia en que nos encontremos de nuevo, espero que sigas gozando de buena salud. Y dales mis saludos a todos, a Robb, a Sansa, a Arya, a Bran, a Rickon, a Ser Rodrick, al maestre Luwin, la vieja Tata, Hodor, a Jory y a todos los demás.

Con cariño, Jon Snow.

Cuando Ned terminó de leer la carta, miró a los presentes en la sala y los vio con miradas pensativas.

"Y, ¿Qué opinan de lo que ha escrito Jon?" preguntó Ned.

"El chico es listo, mi Lord. Muy listo, la verdad." Respondió Luwin con una sonrisa. "Al haberle dado a Lord Robb la espada, ha hecho que se gane el respeto de muchos norteños, en especial los Manderly."

Ned asintió ante las palabras del viejo maestre, pues él también lo vio. Y es que, cuando lord Wyman vio el regalo que había transportado, se sintió muy orgulloso. De hecho, parece que había comenzado a jactarse de aquello.

"Si bien es algo bueno que Jon le haya regalado a Lord Robb esa espada, también será la fuente de varios problemas." Señaló Ser Rodrick.

Las palabras del viejo caballero hicieron que Ned frunciera el ceño, ya que esa era una cruel verdad. La única casa conocida por haber tenido dos espadas de acero valyrio de manera paralela fue la Casa Targaryen.

"Es cierto, con esto, la Casa Stark se convertirá en la casa más envidiada de Westeros." Dijo Catelyn con una pequeña sonrisa, pues con esta nueva espada de acero valyrio, el prestigio de los Stark había aumentado enormemente, lo que permitiría que sus hijos tengan buenas propuestas de matrimonio. 'Incluso puede que llegue una oferta real.'

Mientras Catelyn seguia en sus pensamientos, Ned vio como Robb miraba la espada de manera algo triste.

"Robb, ¿Qué sucede hijo? No pareces feliz por tener esa espada."

Las palabras de su padre sacaron a Robb de sus cavilaciones. Por lo que, mirando a su padre, le contó lo que pasaba. El joven heredero comenzó a contarle que se sentía un poco mal por haber recibido esa espada como regalo, pues sentía que se la había arrebatado a Jon. Sin embargo, aparte de ese sentimiento también estaba la felicidad de que pese al tiempo que había pasado, Jon aun piense en el cómo su hermano.

"Entiendo porque te sientes así, Robb." Dijo Eddard levantándose y acercándose a su hijo. "Pero no debes de pensar que le has quitado algo a tu hermano, él te la ha regalado para que la uses y sería una deshonra hacia el que no lo hicieras."

Robb miró a su padre y tras pensar unos segundos asintió, pues era la verdad.

'Jon se ha desprendido de una espada que fácilmente le podría haber dado un castillo si le daba a cualquier otro señor. Si solo la guardara y fingiera que no existe seria deshonrar los deseos de mi hermano.' Pensó Robb mientras movía su mano y tomaba la espada. Levantándola, puso una sonrisa en su rostro mientras hablaba. "La llamare «Frost» y será la espada que usaran los herederos de Winterfell hasta el fin de los tiempos."

King's Landing 297 AC

En uno de los jardines de la fortaleza roja se encontraban dos personas conversando. Las personas que allí se encontraban conversando eran los dos hijos del Lord de Casterly Rock. El más alto de los dos era Ser Jaime Lannister, quien era un kingsguard, al que llamaban «Kingslayer». El hijo de Tywin tiene el cabello rizado de color dorado y ojos verdes como un gato. Y el otro era el más dispar de los hijos del poderoso Lord de Westerland, el enano Tyrion Lannister. Tyrion era un enano con piernas atrofiadas y dedos rechonchos, su frente es grande y su cabello era tan rubio que a veces parecía blanco. Sin embargo, aparte de aquellos rasgos, él también tenía heterocronía, es decir, ojos de diferentes colores, uno de color negro y el otro verde.

Los dos hermanos conversaban sobre los acontecimientos actuales, siendo uno el más conversado por todos, desde nobles hasta plebeyos.

"Así que, los Stark tienen una segunda espada de acero Valyrio." Dijo Tyrion con toque de diversión en su voz.

"Si, una espada larga llamada «Frost»." Dijo Jaime caminando con su hermano.

"Un buen nombre, sin duda. Ahora los Stark tienen «Ice» y «Frost». Un peculiar juego de nombres." Dijo Tyrion con una sonrisa para luego comentar algo más. "Supongo que nuestro padre y nuestra hermana no están contentos."

"No tienes ni idea." Contestó Jaime mientras se llevaba una mano a la cabeza. "Cersei estaba furiosa y comenzó a gritar que los Stark deberían de entregar esa espada como tributo para que la use Joffrey."

Cersei Lannister era la única hija de Lord Tywin y era la actual reina de Westeros, el joven Joffrey era el hijo de esta con el rey y por lo tanto el heredero del Trono de Hierro.

Al escuchar que su hermana quería que los Starks entregasen su nueva espada a Joffrey, Tyrion solo hizo una mueca. Su hermana se creía muy lista, pero incluso un enano como él podía ver que, si ella forzaba a los Stark, se podría iniciar una rebelión.

"Parece que nuestra dulce hermana necesita nuevas clases con los maestres. Debe de aprender que no ganara nada exigiendo una espada de acero valyrio, ya que ni siquiera nuestro padre puede obtener una."

Ser Jaime asintió, pues era bien sabido que su padre deseaba tener una espada de acero valyrio, pero no había podido obtener una. Incluso cuando el viejo león ofreció montañas de oro a una casa menor que poseyera una espada de acero valyrio, estas siempre se negaban.

"¿Sabes de donde la obtuvieron?" preguntó Tyrion.

"Si, Pycelle recibió una carta de la Citadel. En dicha carta explicaban que la espada fue un regalo del bastardo de Stark, el sobrino de Ser Arthur." Respondió Jaime con un poco de alegría en su voz.

Tyrion miró a su hermano y también sonrió, pues el sabia lo mucho que este admiraba a Ser Arthur Dayne.

"Al parecer la obtuvo de las manos de un pirata al que asesinó en los Stepstones."

"Vaya. Eso sí que es increíble." Dijo Tyrion con una sonrisa. "De seguro que padre se está retorciendo de la ira en Casterly Rock."

"¿Por qué crees eso?"

"Fácil, hermano. Nuestro padre siempre buscó comprar espadas de acero Valyrio, nunca se le ocurrió buscar si podía obtenerla de otra manera." Respondió Tyrion con una sonrisa sarcástica. "Supongo que ahora estará un poco molesto por no haber enviado mercenarios a los Stepstones cuando inicio ese conflicto."

"Tal vez sea cierto." Señalo Jaime mientras él y su hermano ingresaban al Torreón de Maegor, el cual era la principal estructura de la Fortaleza Roja.

"Sabes, ese chico, el bastardo de Lord Stark parece tener el temple de las leyendas de antaño." Dijo Tyrion. "Me pregunto, ¿Quién será más hábil con la espada? ¿Tú o el?"

Al escuchar aquello, el caballero de la Kingsguard puso una sonrisa burlesca. "Por favor, hermanito. No creerás que ese chico puede derrotarme, ¿verdad?"

"No sabría decirlo hermano, pero si te sirve de consuelo, siempre apostare por ti."

Mar de los Escalofríos 297 AC

El «Starwolf» se encontraba navegando por las frías aguas que conformaban el mar de los escalofríos, un mar que se situaba al Norte de Essos y al noroeste de Westeros. Actualmente se encontraban a varias millas de la isla que en la que se ubicaba la ciudad libre de Lorath.

En la habitación de navegación dentro del barco, se encontraban todos los que viajaban en el barco. Ellos estaban mirando un mapa que estaba siendo proyectado en una mesa. Dicho mapa les mostraba su ubicación en tiempo real.

"¿Cuántos días faltan pata que lleguemos?" preguntó Grenn con un poco de irritación.

"Unos dos o tres días." Respondió Sam mirando el mapa que tenía en la mano mientras lo comparaba con el que era proyectado en la mesa.

"Bien. No es que quiera sonar molestoso, pero viajar en barco sí que es un problema." Dijo Pyp.

"Si, pero lo bueno es que ya estamos cerca de ese lugar." Dijo Edd para luego mirar a Sam. "Sam, ¿Qué sabes del lugar al que vamos?"

"Las Thousand Isles son islas en las que viven personas que no confían en los forasteros."

"Ya veo. Eso quiere decir que tendremos que abrirnos paso entre posibles enemigos." Señaló Grenn.

"No creo que sea necesario luchar para llegar a donde necesitamos ir." Dijo Jon, llamando a atención de todos.

"¿Qué quieres decir, Jon?" preguntó Edd.

"Si hacemos esta misión con sigilo evitaríamos problemas y batallas innecesarias." Respondió Jon. "Eso sería lo mejor, pues no sabemos qué cosas nos esperan en el lugar donde puede estar la piedra sello."

Las palabras de Jon hicieron que todos comprendiesen lo que podría pasar.

"¿Crees que nos enfrentaremos a monstruos?" preguntó Pyp con un poco de miedo en su voz.

"Puede que sí, pero también puede que solo sean habitantes de las islas."

"Eso espero, no creo que pueda matar monstruos." Dijo Pyp.

"Tranquilos, si la cosa se pone fea, solos nos retiraremos mientras yo cubro la retaguardia." Dijo Jon con una sonrisa.

Los miembros del grupo de Jon asintieron, estando un poco más tranquilos de saber que Jon no los dejaría morir.

"Eso es bueno. No quiero morir sin gastar todo el dinero que tengo en mi cuenta del banco de Braavos." Dijo Pyp.

"Si, Pyp tiene razón." Añadió Grenn.

Las palabras de Grenn y Pyp hicieron que Jon recuerde que ya habían tratado con el banco de Braavos. Eso fue hace una semana.

Flashback

En medio de un salón muy, pero muy decorado con tejidos exquisitamente elaborados, muebles de gran calidad, adornos de plata y oro, se encontraba Jon y sus amigos frente a un trabajador del banco de Braavos.

"Así que, ¿quieren abrir cuentas en este banco?" fue la pregunta hecha por el trabajador del banco, el cual se llamaba Tycho Nestoris. Tycho Nestoris era un hombre espigado y flaco; además, llevaba un extravagante sombrero de tres niveles de fieltro púrpura. Estaba vestido de púrpura sombrío, ribeteado de armiño, con un cuello duro y alto que enmarca su delgada cara y lleva una barba tan delgada como una cuerda, que brota de su barbilla llegando casi hasta la cintura.

"Así es." Respondió Jon.

"Bien. Normalmente no se permitirá a simples mercenarios abrir cuentas en el banco, pero debido a sus acciones contra los piratas, podemos hacer una excepción." Dijo Tycho.

Jon y sus amigos sonriendo ante la respuesta.

"Ahora, ¿Cuánto es lo que depositaran como fondos iniciales?" preguntó Tycho mientras le daba a Jon una hoja de papel en la que deberían de escribir los montos exactos de cada uno.

Jon y sus amigos se miraron y comenzaron a decirle a Jon que cantidad iban a depositar. Cuando terminó de escribir, Jon le entrego el papel a Tycho.

El representante del banco de hierro miró las cifras y se asombró, pues nunca esperó ver aquellas cifras.

Grenn: 3500 dragones de oro; 450 Venados de plata.

Pypar: 3480 dragones de oro; 320 venados de plata.

Eddison Tollet: 3700 dragones de oro; 400 venados de plata.

Samwell Flores: 2000 dragones de oro; 600 venados de plata.

Jon Snow: 5000 dragones de oro; 500 venados de plata.

"Muy bien, si eso es todo. Su cuenta será abierta cuando recibamos el depósito del dinero que han mencionado en este papel."

Los cuatro jóvenes asintieron, y se levantaron para irse. Cuando se despidieron de Tycho, Jon le entrego sutilmente una nota al Braavosi. Y tras eso, se fueron del lugar para recoger los cofres con todo ese oro.

Fin Flashback

'Luego de entregarle ese dinero, me reuní con Tycho para cambiar varios lingotes de oro por dragones de oro. Al final, obtuve más de treinta mil dragones de oro, los cuales fueron enviados a una cuenta para que mi padre la use para hacer algo por el Norte.' Pensó Jon, pero aparte de ese dinero, Jon también cambio otros lingotes de oro por monedas de las ciudades Libres.

"Bueno, esperemos que terminemos con esto rápido." Dijo Grenn mirando a sus amigos.

"Tienes razón." Dijo Pyp, ganándose un asentimiento de Edd y Sam.

Jon miró a sus amigos y también asintió mientras hablaba. "Yo también, chicos, yo también."