webnovel

Veintiuno. La llamada.

Me di cuenta de que era demasiado temprano cuando me desperté. Mis horarios se habían revuelto completamente. Me quede un momento acostada en la cama, escuchando las voces tranquilas de Jasper y Alice en la otra habitación. Me arrastre hacia la orilla de la cama y me levante, caminado hacia la salida.

El reloj que estaba sobre el televisor marcaba que eran las dos de la madrugada. Alice y Jasper estaban sentados juntos en un sofá. Alice estaba haciendo un nuevo dibujo y Jasper miraba el boceto. Estaban tan concentrados que no voltearon cuando entre.

Me senté a lado de Jasper para poder mirar.

—¿Vio algo más? —pregunté en voz baja.

—Si. Algo lo ha hecho regresar a la habitación donde estaba el video, y ahora esta iluminado. —

Vi a Alice dibujar una sala con pisos de madera oscuros, y una alfombra. También había dos sillones amplios blancos, con unos cojines, una mesa para café blanca. Las paredes eran blancas y tenían un cuadro y dos ventanas que dejaban entrar bastante luz. En unos de los lados se podía ver unas escaleras, que llevarían al segundo piso. En la una de las paredes se podía ver un gran televisor empotrado a esta.

—El teléfono esta allí. —susurre e indique el lugar.

Sus ojos rápidamente se fijaron en mí.

—Es el departamento que tenemos aquí. —

Alice se levantó de un salto con el celular en mano, empezó a marcar. Seguí contemplando el dibujo de la sala del departamento, donde pasábamos nuestras tardes de domingo viendo películas en familia.

Los labios de Alice temblaban por la velocidad con la que habla.

—Elina. —me hablo Alice, la voltee a ver. —Elina, Edward viene a buscarte. Emmett, Carlisle y él te van a recoger para esconderte durante un tiempo. —

—¿Enserio? —

—Si. Va a tomar el primer vuelo que salga a Nueva York, lo recogeremos en el aeropuerto y te iras con él. —

—¿Pero… y el rastreador? —

—No te preocupes ahora que sabemos que podría estar en Nueva York lo atraparemos, Elina. —dijo ella.

—¿Y si te hiere, Alice? ¿Crees que me va a parecer bien? —

Alice miro a Jasper de forma significativa. De repente me relaje, fue tan fuerte el sentimiento que se me empezaron a cerrar los ojos. Forcé para que mis ojos no se cerraran y me levante, alejándome de la mano de Jasper.

—Ya no quiero dormir. —dije enfadada.

Caminé rápidamente a mi habitación y cerré la puerta. Esta vez Alice no me siguió. Seguí meditando acostada en la cama, mirando la pared cuanto duraría el rastreador en encontrarme la siguiente vez, porque dudaba que se fuera a rendir tan fácil, solo veía un único final y era tan sombrío que decidí sacarlo de mi cabeza. Solo tenía la duda de cuanta gente iba a salir lastimada al final.

Me levante para ir de nuevo a la sala, estaba avergonzada por mi comportamiento, cuando sonó el teléfono. Espero que ninguno este enfadado después de todo el sacrificio que estaban haciendo quería que supieran que estaba agradecida por todo.

Alice hablaba rápidamente como de costumbre, pero lo que llamó mi atención fue que Jasper no se encontraba en la habitación, mire el reloj y eran las cinco y media de la mañana.

—Acaban de subir al avión. —

—¿Y Jasper? —

—Fue a reconocer el terreno. —

—¿No se van a quedar aquí? —

—No, nos vamos a instalar cerca del departamento de tu familia, para ver si podemos atraparlo. —

De repente sonó el teléfono de nuevo. Alice parecía sorprendida.

—¿Diga? —contestó. —No, está aquí. —me paso el teléfono y anuncio "Tu madre", articulo con los labios para que pudiera saber quién era.

—<¿Omma?> —

—<¿Elina? ¿Estás ahí?> —note un deje de preocupación en la voz de mi madre que hizo que me inquietara un poco.

—<Estamos bien, ya llegamos al departamento.> —mentí.

Me quede esperando a que me contestara, pero no lo hizo.

—<¿Omma?> —

—Ten mucho cuidado de no decir nada hasta que haya dicho todo lo que tengo que decir. —la voz que acababa de escuchar era tan poco familiar como inesperada, era una voz de hombre. —Bien, no tengo que hacerle daño a tu madre, así que, por favor haz exactamente lo que te diga y no le pasara nada. —hizo una pausa mientras yo escuchaba muda de horror, preguntándome como pudo secuestrar a mi madre. —Muy bien. —me felicito. —Ahora repite mis palabras, y procura que parezca natural. Por favor di: "No, mamá, quédate donde estas" —

—No, mamá, quédate donde estas. —dije en un susurro totalmente inexpresiva.

—¿Por qué no entras a otra habitación para que tu expresión no lo eche a perder? No hay motivo para que tu madre sufra. Mientras caminas, por favor di: "Mamá, por favor, escúchame". ¡Vamos dilo ya! —

—Mamá, por favor, escúchame. —suplique.

Me encamine muy despacio hacia el dormitorio, voltee a ver a Alice y tenía la una expresión desconcertada, de seguro por que dije madre en vez de Omma.

Carré la puerta del dormitorio.

—¿Hay alguien donde te encuentras ahora? Contesta solo si o no. —

—No. —

—Pero todavía pueden oírte. Estoy seguro. —

—Si. —

—Está bien, entonces, repite: "Mamá, confía en mi" —

—Mamá, confía en mí. —

—Esto ha salido bastante mejor de lo que yo creía. Estaba dispuesto a esperar, pero ha sido demasiado fácil que pudiera sacarla de donde estaba y eso que estaba siendo vigilada, y traerla hasta aquí. Es más fácil así ¿No crees? Menos suspenso y ansiedad para ti. —pauso. —Ahora, quiero que me escuches con cuidado. Necesito que te alejes de tus amigos, ¿Crees que podrás hacerlo? Contesta si o no. —

—No. —

—Lamento oír eso. Esperaba que fueras un poco más imaginativa. ¿Crees que se te sería más fácil separarte de ellos si la vida de tu madre estuviera en peligro? —

Recordé que iríamos al aeropuerto. El aeropuerto internacional John F. Kennedy siempre estaba repleto.

—Si. —

—Eso está mejor. Estoy seguro de que no va a ser fácil, pero si tengo la más mínima sospecha de que estas acompañada bueno… Eso sería muy malo para tu madre. A estas alturas ya debes saber lo suficiente sobre nosotros para comprender la rapidez con que voy a saber si acudes acompañada o no, y que poco tiempo necesito para matar a tu madre si fuera necesario. ¿Entiendes? Responde si o no. —

—Si. —mi voz se quebró.

—Muy bien, Elina. Esto es lo que vas a hacer: Quiero que vayas a el departamento. Hay un numero junto al teléfono. Llama, y te diré adónde tienes que ir desde allí. ¿Puedes hacerlo? Contesta si o no. —

—Si. —

—Y que sea antes del mediodía, por favor, Elina. No tengo todo el día. —pidió con extrema educación.

—¿Dónde están mi padre y mi hermano? —dije seca.

—Ah, y ten cuidado, Elina. Espera hasta que yo te diga cuando puedes hablar, por favor. —

Espere.

—Es muy importante que no hagas sospechar a tus amigos cuando vuelvas con ellos. Diles que ha llamado tu madre, pero que la has convencido de que no puedes ir a casa por lo tarde que es. Ahora, responde después de mí: "Gracias, mamá". Repítelo ahora. —

—Gracias, mamá. —intente no llorar.

—Di: "Te quiero, mamá. Te veré pronto". Dilo ya. —

—Te quiero, mamá. Te veré pronto. —

—Adiós, Elina. Estoy esperando verte pronto. —

Y colgó.

Me quede pensando, no había tiempo de entrar en pánico, tenía que hacer planes. Me quite el pánico de encima. Había tomado una decisión. No servía de nada perder el tiempo angustiándome sobre el resultado. Debía pensar con claridad, porque Alice y Jasper me estaban esperando y era muy importante que pueda escaparme de ellos.

Estaba agradecida de que Jasper no estuviera aquí. Habría percibido la angustia en segundos.

Me concentre en la fuga. Confiaba en que mi conocimiento del aeropuerto estuviera a mi favor.

Entonces, controle mi angustia y trate de poner la mejor cara que pude, tenía que enfrentar a Alice.

Puse una expresión tranquila, pero no creo que funcionara, ya que se alarmo en cuanto me vio. Solo tenía que seguir con la farsa.

—Mi madre está preocupada, quería…—me vi interrumpida por el sonido del teléfono en mi mano.

Alice me hizo una señal para que contestara, así que lo hice.

—¿Hola? —

—Elina, cariño. ¿Como estas? ¿Cómo está el clima por allá? —era mi madre.

—¿Omma? —pregunte totalmente confundida. —¿Estas bien? ¿Dónde estás? —pregunte totalmente frenética.

—Cariño, cálmate. Que tienes, estoy bien, estoy en la reserva, Billy nos invitó a comer. —dijo totalmente calmada.

—¿Appa y Eric están contigo? —dije ya calmada.

—Si, aquí estamos todos. Solo te llamaba para saber si tú y Alice estaban bien. —

—Si, estamos bien. —

—Te dejo tu hermano me está llamando. —hizo una pausa. —¡Oh!, si quieres llamarme, llama al teléfono de la casa o al de tu padre, creo que se me perdió el mío. Bueno, adiós Elina, te quiero. —

—"Yo también te quiero." —

Y colgó.

Me senté en el sofá más cerca. Había sido tan tonta al creerle.

Alice me seguía mirando preocupada.

—Soy tan tonta. —dije

Se miraba confundida por mis palabras.

—Eso no es cierto, Elina. —dijo Alice.

—Si, si lo soy. —dije ya enojada. La mire. —No fue mi madre quien llamo antes, fue James. —le confesé.

Alice me miro sorprendida y preocupada.

—¡¿Qué?! —gritó. —Pero como supo este número. —

Pensé un momento hasta que recordé que mi madre me dijo que se le había perdido su teléfono.

—A mi madre se le perdió su teléfono, estoy cien por ciento segura que se lo robo. —dije. —Le creí por completo, hasta iba a escaparme para poder ir al departamento donde me dijo. —

—¡Te ibas a escapar! Elina, no sabes lo peligroso que pudo haber sido eso. —yo solo asentí. —Lo bueno es que ya sabes que es una trampa y con más razón te vamos a sacar de aquí. —

Me quede pensando, no sería mejor, que nosotros le tendiéramos una trampa él.

—Elina, ya sé lo que estás pensando y no es prudente que te acerques a él. —

—Pero todo sería más fácil, y terminaríamos con él. —

—Si, pero no poniéndote en peligro. —

—Pero…—me interrumpió.

—Nada de pero, es un no definitivo. —

—Está bien. —mentí.

Iba a seguir con el plan, estaba segura de que había una posibilidad de que todo salga bien.

Si hacia todo a un cierto tiempo cabía la posibilidad que ellos llegaran a tiempo para impedir que el me hiciera algo pero no estaba segura. Camine hacia otro lado cuando mis ojos se posaron sobre una hoja en blanco encima de un escritorio. Me acerque a ella con un plan en mente. También había un sobre. Buena idea.

—Alice, si escribo una carta para mi familia se la podrías dar, como voy a estar por un cierto tiempo lejos de ellos, quiero que sepan que los quiero mucho. —

—Sin duda, Elina. —respondió con voz cautelosa.

Me dirigí de nuevo al dormitorio y me arrodillé junto a la mesita de noche para apoyarme y escribir.

—Edward…—empecé a escribir.

"Te quiero. Lo siento muchísimo. Pero tenemos que detenerlo, no quiero estar toda mi vida corriendo para que él no pueda atraparme y matarme. Por eso me pondré como carnada, no estoy segura si ustedes llegaran a tiempo, pero debo intentarlo a pesar de saber que hay una posibilidad de que no funcione el plan que tengo en mente. Lo siento mucho.

No te enojes con Alice y Jasper. Si consigo escaparme de ellos será un milagro, dales las gracias de mi parte, y dile a Alice que lo siento, por favor.

Probablemente Alice tenga una idea de mi plan, ella es muy lista y sabrá qué hacer.

Te quiero con todo mi corazón. Perdóname.

Elina."

Doble la carta con cuidado y selle el sobre. Ojalá que la encontrara. Solo podía esperar a que nada saliera mal, y si pasaba lo contrario lo entendiera y me hiciera caso, aunque fuera solo una vez.

Espero que este plan funcione.