—No tendría sentido que la familia Chu perdiera decenas de miles de millones de dólares en bolas de bolos.
Lang Huoxian no podía pensar en otra cosa en ese momento. Su rostro estaba pálido y sus rasgos faciales cambiaron. Apretó los dientes y preguntó:
—¿Qué quieres? ¡Solo dime!
Yu Tian resopló fríamente y dijo:
—Quiero diez mil millones. Si pierdes un centavo, ¡te romperé los huesos!
Wolf Huoxian asintió sin dudar y aceptó. Sus activos personales eran de 7 mil millones, y su compañía también valía más de 3 mil millones. Todo se lo dio a Yu Tian.
—Él firmó el acuerdo directamente en la bolera.
En este momento, Yu Tian sonrió con satisfacción y dijo:
—El jefe lobo es en efecto una persona directa. Tu trato con la familia Chu es considerado bueno, pero si quieres fingir que estás compitiendo conmigo, eso es otra cosa.
—En circunstancias normales, las personas que pretenden ser mejores que yo no pueden resolverlo con dinero. ¡Solo les daré un resultado!
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