Hystar era tanto el Director de la Academia Golden Griffon como el objeto maldito que controlaba la ciudad perdida hasta el más mínimo detalle. Convertó el laberinto en un camino recto que permitió a Thrud llegar rápidamente al núcleo de poder de Huryole.
—Parece que has hecho maravillas con La Locura de Arthan. El poder que emana de tu cuerpo supera los sueños más descabellados del Rey, pero si no fuera por la Espada de Arthan, nunca te habría reconocido —Él dijo.
—Ese sería tu problema, no el mío —Ella se sentó en el asiento del Director, para dar alivio a sus hinchados pies.—Cuando estoy de buen humor, Domino cosas. Cuando estoy de mal humor, las someto a la fuerza.
Una simple explosión de su mana hizo temblar toda la oficina.
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