—No solo fui yo. Mamá encargó los tapices y papá hizo pintar los cuadros después de notar cuánto significaban para ti las decoraciones de la torre. Yo solo puse el dinero y cociné mucha comida. —Lith dijo, devolviendo el abrazo de Solus.
—Gracias, mamá. Gracias, papá. —Ella también los abrazó, pero esta vez controló cuidadosamente su fuerza—. ¿No es un poco exagerado para solo los diez de nosotros? Quiero decir, incluso si Granma trae a unas pocas personas como la última vez, sigue siendo demasiado.
—No, querida. Invitamos a todos tus amigos. —Elina respondió cuando la puerta se abrió y desde la entrada de la Mansión llegaron Selia, Nalrond, Protector y sus hijos.
Luego, fue el turno de Kalla, Nyka y Nok.
—Feliz cumpleaños, Solus. Espero que no te importe si traje varios acompañantes. —Salaark llevaba un cómodo vestido de noche esmeralda para darle espacio al vientre hinchado que tenía.
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