—Voy a matar a ese hijo de puta. —La sonrisa de Lith desapareció tan pronto como finalizó la llamada.
No entendió todo, pero basándose en lo que sabía sobre la situación de Zinya, no fue difícil adivinar quién era la raíz del problema de Kamila.
—Cálmate. Hacer que la hermana de Kamila quede viuda no la hará feliz, especialmente si ella descubre que tú eres el culpable. Ella no es tan flexible moralmente como tú y no es estúpida.
—Si muere el tipo ese, ella entenderá la verdad y la perderás. —Solus dijo, apaciguando su ira.
Lith miró por su ventana, notando que la intensidad de la tormenta de nieve había disminuido lo suficiente como para permitirle moverse con seguridad.
—Ahora que tengo una misión, no puedo pedirle a Friya que vaya en contra de los intereses de su cliente. Eso arruinaría su reputación. —Lith se deformó afuera y pidió direcciones para llegar al templo principal de la Iglesia de los Seis.
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